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bigladiesman

Críticas de bigladiesman

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Atraco Perfecto Atraco Perfecto 03-10-2014
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Esta vez sí: a la tercera va a la vencida. Aquí tenemos la película que inicia el ¨cánon Kubrick¨, que seguiría hasta ¨Eyes Wide Shut¨. De nuevo con un escaso presupuesto, el cineasta y su amigo y colaborador James B. Harris lograron juntar un muy competente equipo que bajo su dirección dio una obra maestra del cine negro.

Un grupo de personas de perfil bien distinto van a preparar un atraco que va a dar la campanada, liderados por el frío y astuto criminal Johnny Clay, que acaba de salir de Alcatraz: a grandes rasgos, matarán a un prestigioso caballo de carreras y a partir de aquí, aprovechando la confusión, robarán la recaudación de la pista en un plan elaborado al dedillo: crearán el caos dentro de un orden.

Los miembros de la banda son Sterling Hayden, que funciona muy bien como Johnny Clay: es un líder taciturno y con gran autocontrol. Uno desea que le salga bien el atraco; Jay C. Flippen es el ¨productor¨ del grupo, paciente, simpático, paternalista y quizá homosexual Ted De Corsia como un rudo agente de policía corrupto que debe dinero a un mafioso de baja estofa; Elisha Cook Jr. como un contable amargado de la pista de carrera que quiere demostrar a su bella pero horrible mujer - Mary Windsor, muy buena actuación la suya - su valía sin saber que ella lo está manipulando y que está dentro del plan junto a su amante (con el que ella muestra el mismo carácter apocado de su marido. Lo interpreta Vince edwards, futura estrella televisiva por el papel protagonista de la serie médica ¨Ben Casey¨); Mike O¨Really como un pobre señor maduro, barman de la pista, que tiene a su adorable esposa enferma y que solo tiene a su anciana madre para ayudarlo; Timothy Carey, un tipo con una cara de loco que asusta, como como un indeseable y algo nerviosillo asesino a sueldo que siente adoración por dos cosas: las armas de fuego y los animalicos (pero no dudará en cargarse al jaco) , y el afamado wrestler georgiano Kola Kwariani (Nick the Wrestler, que como mánager tras su retiro trabajó con Vince McMahon Sr., que fundaría la WWE) como, precisamente, un veterano wrestler de carácter pacífico que dedica su tiempo a jugar al ajedrez - Kairani era un notable ajedrecista en la vida real - , pero que al ser lo que llaman un ¨heel¨ o un ¨rudo¨ (un luchador malote) en el ring, sabe interpretar bien el personaje de tipejo buscón para montar una comedia. Colleen Gray recibe el segundo crédito, pero a penas sale. A título de curiosidad, tiene un pequeño papel - no es extraño que lo llamen Tiny en la peli - Joe Turkel, amiguete de Kubrick con aspecto de comadreja que apareció también en un papel mayor en ¨Senderos de gloria¨ y fue, claro está, el terrorífico barman del Overlook en ¨El resplandor¨ (y, no olvidemos, el Dr. Tyrell, Padre de los replicantes, en Blade Runner).

El guion es del mismo Kubrick, con diálogos pulidos por el indómito y cínico escritor noir Jim Thompson (su ¨1280 almas¨ es una obra maestra de la literatura criminal: sádica, cínica y muy divertida) Empieza a labrarse la fama de gran adaptador de Kubrick, haciendo de la poco conocida novela original de Lionel White un relato no lineal que fascinaría e inspiraría a Quentin Tarantino en los inicios de su carrera. La narración no hace más que desorientar más al espectador, dando un punto de vista totalmente subjetivo y poco fiable de la acción. Es intrigante, irónico (la mano de Jim Thompson, sin duda) y no le falta humor (la escena de Kairani liándola es para partirse de risa).

En el aspecto técnico, Kubrick se rodea de luminarias de la serie B: Lucien Ballard, que tras una espléndida carrera en los grandes estudios se refugió en la serie B y la televisión para resurgir con fuerza en los 60, se encarga de la fotografía; Jack Rabin y Louis LeWitt aportan algunos efectos fotográficos. Dicho esto, es una película sobria, sin grandes alardes técnicos.

Interesantísima película noir, con un tratamiento innovador, personajes muy bien definidos, diálogos frescos y algo de humor. Kubrick dejó aquí su tarjeta de presentación, y la etapa gloriosa de su carrera dio inicio.


Chicago, Año 30 Chicago, Año 30 14-09-2014
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Nicholas Ray fue autor de montones de grandes películas y una figura controvertida: un escenógrafo socialista profundamente religoso que escapó del McCarthysmo escurriendo el bulto bajo la protección de Howard Hughes y cuyos trabajos fueron desde los puros encargos a los cortos experimentales e incluso al porno. Hacia 1957 prefirió trabajar en Europa y dejar a Hollywood en un segundo plano... Lo que no quiere decir que lo abandonara: no en vano era considerado el director que mejor entendía la espectacularidad del Cinemascope.

Esta peli corresponde, pues, a su etapa como director internacional, pero es un espectáculo 100 % Hollywood: un musical noir colorido y con una, en algunos momentos, espectacular puesta en escena.

Curiosamente (ya hemos contado cómo escurrió el bulto), el rojazo de Ray elige al ultraderechista galán Robert Taylor, uno de los padres del Método en Hollywood, un buen actor, currante nato y muy perfeccionista, para protagonizar la historia de redención de Thomas Farrell, abogado estrechamente relacionado con la mafia, gracias a Vicki Gaye, una corista de origen campesino con más cojones que cualquiera de esos pistoleros, interpretada espléndidamente por la ya veterana pero aún bellísima y llena de gracia en el baile Cyd Charisse. Juntos intentan alejarse de la influencia del capo psicópata Rico Angelo, jefe de Farrell, interpretado por otro chivato derechón - en este caso *ejem* digamos, ¨arrepentido¨ - y también un actorazo por los cuatro costados que honra cualquier reparto: Lee J. Cobb. John Ireland, muy buen secundario, hace de la mano derecha de Angelo, Louis Canetto.

El guion es correctísimo, pero es una muestra de lo engañosa que es esta peli: no es un noir estricto, y las escenas de musical son escasas (algo de lamentar con alguien como Cyd Charisse al frente) e impostadas en la acción y sin continuidad aparente, como algo externo puesto con calzador: es esencialmente un bastante lento pero agradable drama romántico con toques de noir, musical y un humor bastante fino.
El aspecto técnico es notable: los decorados están trabajados (pero no esperéis uno de esos esplendorosos espectáculos propios de la Metro) el vestuario es variado y suntuoso, la fotografía en color, magnífica y la banda sonora a ritmo de swing es excelente.

Un más que decente - si bien puede resultar un chasco para los que esperan una peli de cine negro o un suntuoso musical llenos de acción o risas - drama de época con un excelente elenco protagonista y un notable aspecto técnico, si bien no es especialmente memorable dentro de la impresionante carrera de Nicholas Ray.


De Repente (Repentinamente) (Sucedio en Suddenly) De Repente (Repentinamente) (Sucedio en Suddenly) 26-08-2014
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Nunca pasa nada en el pueblo de Suddenly. La vida allí es fácil y monótona. Claro que cuando repentinamente un día pasa algo, pasa de verdad: un plan de ¨álguien¨ (bien podría ser la mafia, el KGB, la oposición, la extrema derecha...) para acabar con el Presidente de EE.UU. En el juego de palabras entre pueblo y adverbio se encuentra el argumento de esta peli indie, una de tantas realizadas bajo los auspicios de United Artists.

En una de sus raras apariciones como villano, Frank Sinatra es un gángster y veterano de la II G.M. absolutamente enloquecido, John Baron. El que quizá sea el showman más grande del S.XX venía de ganar su Oscar por ¨De aquí a la eternidad¨, y hasta los más escépticos estaban boquiabiertos con las a tuaciones del que consideraban un fenómeno tipo Justin Bieber. Su actuación como mercenario sádico es bastante natural, como era habitual en él. Hace algunos monólogos mirando a cámara que muestran lo alienado que está, y con esos famosos ojos suyos, asusta. Parece que vaya a saltar de la pantalla para darnos la del pulpo. Sterling Hayden es el buenazo del sheriff Tod Shaw, serio, formal, cercano a la gente y enamorado de la viuda Ellen Benson (Nancy Glason, especialista en cine de serie B) que se encuentra con el peor follón de su vida de golpe y porrazo. Hayden hace una actuación parecida a la de Sinatra, dejando fluir la acción. Los gangsters toman como rehén a la valiente familia Benson: la ya nombrada Ellen, una mujer marcada por las cicatrices de la Guerra de Corea, donde perdió a su marido. Su suegro Pete ¨Pops¨ Benson (James Gleason, secundario de notable carrera, nominado a un Oscar) es un corajudo y jubilado ex-alto cargo de la CIA. Pidge Benson (Kim Charney) es el hijo de la familia, un chicuelo listillo y muy bocachancla - es que parece masoca, el chaval - que quiere ser un héroe como su abuelo, su fallecido padre o su admirado sheriff Shaw, y al que no le cae muy bien su sobreprotectora madre.
El único aliado con el que pueden contar Shaw y los Benson es Dan Carney (el actor de dilatadísima carrera Willis Bouchey), agente de la CIA - además de discípulo de Pops Benson - y sus hombres, pero no es spoiler si os digo que se lo petan eneguida.

El guion es interesante y algo cínico con el tema del patriotismo americano (si bien lo defiende, las respuestas de Sinatra pueden ser temiblemente aceptables para el espectador crítico con las políticas de EE.UU.). En lugar de las ideologías encontradas de las películas de este tipo, contien un mensaje intermedio, en favor un mayor control de la tenencia de armas - sin defender dicho control del todo: la gran moraleja es que no puedes poner un arma en manos de cualquiera, y sin embargo... Bueno, eso serían spoilers, mejor ved la peli - y su uso lícito. Tiene un ritmo pausado y se basa más en la intriga y en construir tensión que en la acción. El aspecto técnico es sencillo y sin nada reseñable.

Un muy buen thriller que funciona a la perfección gracias a una competente dirección y un buen reparto; es sencillo de seguir y no se hace largo con sus poco más de 70 minutos de duración.


Los Siete Samuráis Los Siete Samuráis 23-08-2014
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La era Tenshō fue una de tantas marcadas por las Guerras Civiles entre distintos clanes de daimyos por lograr más territorio que trincar del campesinado mientras el Emperador de turno no pasaba de ser un hombre de paja. En esas circunstancias, el camino quedaba allando para que bandas de saqueadores atacaran a los campesinos para llevarse lo que les quedaba. En 1587, una aldea decidió resistir, y contrató a 7 ronin para ayudarles.

Este es el argumento de la peli que nos ocupa, el jidaigeki (peli de samuráis) por excelencia y la obra más conocida de Akira Kurosawa, que es además de una peli de aventuras - dicen algunos estudiosos que la primera peli de acción moderna - todo un retablo de la miseria que se vivía en ese tiempo, y que recuerda no poco a algunas escenas actuales que nos muestran a diario en los informativos.

Si habeís visto su estupendo remake ¨Los siete magníficos¨, el argumento de esta peli no tiene secretos: los campesinos y dos ronin, uno talentoso pero atolondrado, indisciplinado y muy trepa que lleva un espadón - una tachi, si no me equivoco - de más de un metro, Kikuchiyo (Toshiro Mifune, en una enloquecida interpretación con tranfondo cómico-patético. Hay un monólogo mirando a la cámara que hace que se me pongan por corbata: qué miedo daba el tío), el cual guarda un pequeño secretillo, y otro joven y romántico, Katsushiro Okamoto (el malogrado Isao Kimura, uno de los asíduos al cine de Kurosawa) asisten a una auténtica heroicidad hecha a cambio de nada por otro ronin, un hombre próximo a la ancianidad, Kanbei Shimada (Takashi Shimura, que venía de protagonizar la muy reivindicada ¨Vivir¨ a las órdenes de Kurosawa y fue su verdadero actor-fetiche. Su intepretación está llena de matices: es un guerrero, pero no le molesta mostrar miedo, pena o empatía hacia los desfavorecidos). Kanbei y Katsushiro son contratados por los campesinos y se lanzan a buscar otros ronin valientes dispuestos a jugarse la vida por honor y nada más: el astuto, alegre, bondadoso y amigo de los niños Gorobei Katayama (Yoshio Inaba, especialista en jidaigekis), el bravo ex-compañero de armas del viejo Kanpei, Sichiroji (Daisuke Katō); el modesto, cachondo y sediento de sangre Heihachi Hayashida (Minoru Chiaki) , el serio y perfeccionista Kyuzo (Seiji Miyaguchi), y, finalmente, el cabeza chota de Kikuchiyo. La parte femenina la compone la hermosa, neumática y sensual Keiko Tsuchima como la ingénua hija del campesino Manzo (Kamatari Fujiwara, de ¨La fortaleza escondida¨). Es tan sexy que su desequilibrado padre no quiere que los samurais intenten deflorarla, por lo que la disfraza de hombre, pero Katsushiro la descubre e inician un romance. Su personaje es mucho más activo que su equivalente mexicano en ¨Los siete mangíficos¨, y aporta candor.
Los aldeanos tienen un enorme protagonismo y están interpretados por actores de carácter de la confianza de Kurosawa: casi todos salen en dos o tres pelis suyas, mínimo. Apuntar que siendo George Lucas un gran fan de Kurosawa - el uso de transiciones de barrido, míticas por la saga Star Wars cuando estaban en desuso en EE.UU. desde los años 40, está presente aquí - veo en la interpretación del viejo patriarca de la aldea (Kuninori Kôdô), un avance de la manera de ser y de gestualizar del Maestro Yoda (da la impresión de que Frank Oz vio varias veces esta peli).
Los villanos están deliberadamente poco caracterizados. Su jefe es un anónimo tipo tuerto interpretado por Shinpei Takagi, actor y, ocasionalmente, técnico de FX.

El guion del propio Kurosawa y sus ayudantes Shinobu Hashimoto (era un hombre pese al femenino nombre) y Hideo Oguni, suma un argumento puramente de aventuras (7 camaradas que luchan contra la delincuencia) con un ambiente social realista (las cuitas de los desdichados campesinos). Pasan tantas cosas que las más de 3 horas de drama y acción (la parte tras el cartel de ¨intermission¨ es un toma y daca constante) son realmente paladeables.


En 1954, Kurosawa ya estilizaba la violencia, mostrando unas pocas muertes en cámara lenta con gran efecto dramático. Su estilo de montaje resulta rápido y ayuda a agilizar la larguísima narración. Pese a la violencia en pantalla, raramente vemos una sola gota de sangre.
Los decorados son parcos, lo que sumado a la fotografía en blanco y negro dan a la película un ambiente sobrio y feísta, resaltado por sets exteriores (que merecieron una nominación al Oscar) que retratan las duras condiciones de vida de ese Japón. El variado vestuario fue también nominado a un Oscar. La música tiene un aire tradicional, pero se usa orquestación eminentemente occidental (hay incluso un solo de saxo).

Fue un exitazo nominado a dos Oscars (Mejor Vestuario y Mejor Diseño de Producción) y ganadora del León de Plata en Venecia, entre otras nominaciones y reconocimientos. Yul Brynner se fijó en ella... Y otro clásico del cine nació.

Una absoluta obra maestra del cine de aventuras. Es larguísima pero pasa rápido, y está muy bien rodada e interpretada. Solo puede no gustar a los detractores del cine asiático y sus exagerados modos interpretativos de entonces (era su manera de hacer cine). Excelente.


Solo ante el Peligro Solo ante el Peligro 12-08-2014
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Una de las obras maestras más discutidas de la Historia del cine. ¿Alegoría y crítica izquierdista del McCarthysmo y del ¨pánico rojo¨? (Lectura izquierdista y de la extrema derecha, echándose las manos a la cabeza, así como de la mayoría de estudiosos de cine, como el crítico Leonard Maltin) ¿Crítica a EE.UU. por no intervenir más en asuntos internacionales? (Lectura de la derecha ¨light¨, con el intervencionista Ronald Reagan como voz cantante)¿Crítica a las Potencias Occidentales por haber tolerado el avance de fascismo con las consabidas consecuencias? (Lectura de Fred Zinnemann, que tuvo que ver desde fuera como su Austria natal caía en manos nazis) ¿Crítica a lo blandengues que suelen ser todas las autoridades contra la delincuencia? ¿Un simple western como cualquier otro? (Stanley Kramer, el gran Roger Ebert, que sorprendetemente odiaba esta peli), etc.etc, etc. Sea como sea, esta peli es un tributo al coraje del director Fred Zinnemann y del protagonista, un Gary Cooper dispuesto a exorcizar sus fantasmas personales (aunque no dio nombres en su testificación ante la HUAC y jamás se arrepintió de haber testificado, sí que consideraba que se pasó algo de la raya), que dieron cobijo a varias víctimas de McCarthy en su película.

El excelso reparto da para un libro de texto: Gary Cooper y Grace Kelly son una improbable parejita de recién casados, él tan mayorcete y ella tan joven (fue la peli que la lanzó al estrellato). Gary Cooper ganó un Oscar por su interpretación del marshall Will Kane: es un hombre honesto y valiente, pero muy alejado de la honestidad y la valentía del típico western. El día en que se jubila y se casa con esa tía de bandera, resulta que sus antiguos enemigos van a por él. Y quiere luchar, pero tiene miedo. Sí: miedo. Eso tan humano. Y se encuentra con que a pesar de su decidida cruzada (honor antes que raciocinio, que le llaman) nadie quiere ayudarle, porque los que considera su gente tienen más miedo que él y solo le recomiendan que huya, se esconden o se burlan de él (entra de lleno en el sub-subgénero ¨Villorrio asqueroso¨. Hadleyville es un nombre a recordar) . Los pocos que lo apoyan no pueden ayudarlo: uno es un tuerto alcohólico, otro es un crío... Otros muestran una actitud ambígua (el barman, amigo de los bandidos pero admirador de Kane). Gary Cooper hizo un pedazo de actuación: es un hombre acorralado, abandonado por sus seres queridos, que debe sacar lo mejor de si mismo para salvar el pellejo. Una joven Grace Kelly es su hermosa esposa Amy. Sin los vestidos que le hacía Edith Head parece distinta, más próxima, no una futura monarca. Es cuáquera, y al estar en contra de toda violencia se debate entre dos condiciones: cuáquera o esposa.
Lloyd Bridges, uno de los rojazos del reparto (siempre militó en el Partido Socialista de EE.UU., hasta su muerte en los 90) es el Ayudante Harvey Pell, que eligió un buen día para dejar la chapa: es un joven ambicoso y egocéntrico. Su amante es la bella Katy Jurado, la superestrella mexicana (que en los 70-80 se convirtió en una abanderada del cine de crítica social en México. Otra contestataria) anterior amante de Kane antes de hallar a Amy, y probablemente la prostituta del pueblo, Helen Ramírez. Es una de las pocas personas que apoya a Kane de principio a fin.
El gran secundario Thomas Mitchell es el Alcalde, amigo de Kane desde la infancia, que ahora lo deja a su aire, como lo hacen sus otros dos amigos, Mart Howe (nuestro amado Lon Chaney Jr., que se hartó de dar recitales cuando participaba en grandes productos. Esta no es una excepción) y Sam Fuller (otro contestario en las listas negras: Harry Morgan, al que ya vimos en otro western peculiar como ¨Incidente en Ox-Bow¨ o en la crítica serie MASH). Otto Kruger es el juez del pueblo, que vivió una situación parecida en otro pueblo y quiere largarse: la escena en quita bandera y balanza de su sala para huir debió cabrear mucho a la derechona yanqui.
Y no olvidemos que esta fue la película que puso en el mapa a Lee Van Cleef, que se convertiría en un solicitado secundario antes de lograr el estrellato en Europa (los fans del kaiju eiga queremos reivindicar al héroe que se cargaría al condenao del Monstruo de tiempos remotos el año siguiente de su memorable aparición aquí como uno de los villanos), y también tenemos fugazmente a Jack Elam, que algunos recordamos con cariño.


Nadie ha podido interpretar a ciencia cierta qué quiso decir el ex-comunista Carl Foreman con esta historia tan alejada de los cánones del western, pero su manera de plantar cara al Comité cuando estaba acabando el guion, su enfrentamiento con el generalmente moderado políticamente productor Stanley Kramer por ello - lo que no quita que Kramer mantuviera que era una gran peli, solo que sin lecturas políticas - y que Foreman acabara en Inglaterra y convertido en súbdito británico sugieren que la lectura ¨de siempre¨ es la más plausible (al menos eso opinamos la mayoría: esta y ¨La ley del silencio¨ son la misma historia desde perspectivas opuestas). Lo que es cierto es que es un guion que subvierte todo el género western: aquí cada uno mira por sus intereses antes de por el bien del prójimo. Y tiene otra cosa innovadora: la historia es contada en tiempo real a partir del momento en que Kane se casa con Amy. En pantalla, los relojes cuentan cada segundo de la acción para darle empaque a la idea. Eso multiplica la idea de desesperación progresiva del pobre Kane, abandondado simbólicamente incluso por Dios.

Técnicamente la peli es deliberadamente parca: un pueblo del Oeste típico de cualquier peli, un a fotografía competente (que incluye el mítico plano con la cámamra alejándose de Cooper, mostrando su absoluta soledad, a cargo de Floyd Crosby)... Y un excelente montaje que divide la acción en pequeñas viñetas de ¨slice of life¨ en ese maldito pueblo polvoriento, de cara a mantener la idea de tiempo real de Carl Foreman. Sin grandes escenas de acción y sí mucho diálogo, la película se mueve a velocidad endiablada: no tendrá tiroteos, pero es entretenida a su manera, mantieniendo el interés del espectador de principio a fin. La banda sonora y la canción que Dimitri Tiomkin hizo para la peli son inolvidables. La mitad de los Oscars que se llevo la peli fueron para él: mejor banda sonora y mejor canción.

Una obra maestra del celuloide y una interesante reflexión sobre la naturaleza humana, es imprescindible verla.


¡Bienvenido, Míster Marshall! ¡Bienvenido, Míster Marshall! 07-08-2014
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El gran azote del franquismo en el cine junto a Luis Buñuel, Luis García Berlanga, ofrece el primero de sus frescos caricaturescos de la España de la época, y uno de los más famosos. Una farsa que cabreó a los EE.UU. con su mala leche. La película es una parodia sobre como el Gobierno franquista fracasó miserablemente en rascar algo del Plan Marshall y de los tópicos sobre toros y flamenco que aún mantienen los guiris, y que el franquismo explotó descaradamente durante el ¨desarrollismo¨. Fue un exitazo que se llevó dos premios del Festival de Cannes (Mejor Guion y Mejor Película Internacional) y una nominación al Gran Premio (que fue para ¨El salario del miedo¨, otra obra maestra).

El gran Pepe Isbert, uno de los reyes de la comedia en España, se une a Lolita Sevilla y al muy falangista Manolo Morán (inexplicable que actuara en esta película, como lo es que su amigo y correligionario Luis Escobar se convirtiera en la mayor caricatura del viejo noble fachorro - siendo él un noble fachorro - en la excepcional trilogía Nacional, obra maestra del mismo Berlanga). Fernando Rey hace de narrador y Manuel Aleixandre tiene un pequeño papel, como l tiene Félix Fernández, al que los fans de Tintín quizá reconozcan como el Profesor Tornasol de ¨El misterio de las naranjas azules¨.

El guion es del mismo Berlanga, pero en lugar de contar con el que sería su habitual colaborador, Rafael Azcona, aquí co-escribe con el también director Juan Antonio Bardem, patriarca de la ya mundialmente célebre familia de cineastas. Se empieza a vislumbrar el humor desmadrado del Berlanga que veremos a partir de ¨Plácido¨ en las creativas escenas de ¨sueños americanos¨. Chirría la narración final, con su ensalzación de los valores de las gentes del campo, y que da sensación de imposición ¨desde arriba¨, muy en contraste con la amargura de las imágenes. Miguel Mihura está acreditado, pero solo fue para dar empaque al film, y no participó activamente en él. El aspecto técnico es, como siempre en el cine berlanguiano, sobrio pero eficiente y profesional, basado esencialmente en escenas de exteriores.

Buenísima comedia que inicia un ciclo que iría desde ¨Bienvenido Mr. Marshall¨ a ¨París-Tomboctú¨, con comedias de más o menos calidad y más o menos recordadas, pero siempre con un progresivo toque cáustico y amargo (compárese ¨Calabuitg¨ con la genial ¨El verdugo¨ para ver como en pocos años Berlanga pasó de ser una suerte de Frank Capra español a destripar a la España franquista sin piedad y siempre haciendo que nos petemos de risa).


Cita con Venus Cita con Venus 06-08-2014
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Amable comedia bélica basada en hechos reales, cuando durante la II G.M. el Gobierno británico organizó una serie de operaciones militares para evacuar el valioso ganado bovino de las Islas del Canal, ocupadas por el III Reich.

El brillante reparto está encabezado por el dandy David Niven en un papel puramente de acción con algo de ironía, junto a otras luminarias del cine británico como la bonita Glynis Jones (nominada a un Oscar en 1960 entre otros premios, aunque se la recuerda sobretodo por Mary Poppins), Kenneth More, George Colouris (ambos con papeles más bien cómicos, sobretodo Colouris como un villano atípico: un militar alemán bastante afable y que está enamorado - no es broma - de la vaca alrededor de la cual gira la acción), Barry Jones, Noel Purcell o Bernard Lee. Y, claro, una anónima vaca lechera que hace el papel de Venus.

El guion combina comedia, acción y algo de drama que convergen en un pequeño enredo final. Nada especial, pero no es malo. La fotografía, regulera y en blanco y negro, no refleja adecuadamente la belleza de los exteriores en la isla de Sark. Para ello podrían haber hecho la peli en cualquier punto de las Islas Británicas. El resto no pasa de correcto.

Una agradable película, quizá demasiado amable, con un gran reparto y buenas ideas correctamente ejecutadas. No os cambiará la vida, pero bien; es bastante pasable.


Un Tranvía Llamado Deseo Un Tranvía Llamado Deseo 19-07-2014
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El exitazo teatral de Tenessee Williams llevado al cine por un atrevido Elia Kazan pre-traición y que ya había dirigido la obra en Broadway protagonizado por la gran Vivian Leigh,en un papel aún más chiflado que el de Scarlett O¨Hara, y el actor que representó la obra en Broadway a las órdenes de Kazan, un muchachote llamado Marlon Brando que, desde luego, hizo carrera a partir de esta peli, nunto a un gran elenco de secudarios.

A la británica Vivian Leigh siempre se la recordará como la radiante y cabeza chota Scarlett, pero aquí supera su actuación en ¨Lo que el viento se llevó¨ deconstruyendo - mejor dicho, pulverizando y cagándose sobre lo que queda de él - el mito de la ¨Southern Belle¨ que popularizó 12 años antes. El papel de Blanche DuBois parece hecho a su medida - de hecho, al igual que Brando en Broadway, lo había estado haciendo en la versión de la obra en el West End londinense - ya que en algunos aspectos la vida privada de Leigh discurría paralela a la de Blanche. Blanche y Vivian eran bipolares, alcohólicas y tenían problemas familiares (tormentoso matromonio con Sir Laurence Olivier). Leigh pone toda la carne en el asador e interpreta con la teatralidad y la pasión adecuadas, además de aportar la belleza algo apagada de la desdichada (bueno, según como se mire) protagonista, lo cual le reportó un segundo Oscar. Su adversario, al igual que ella tanto víctima como verdugo es su cuñado Stanley Kowalski, un indivíduo listo y medio psicópata. Marlon Brando marcó al varón los años 50 en una sola peli: la estética descuidada, marcando músculo, su chulería y carácter también bipolar, con su ora pasota ora amenazadora voz y gestualidad... Brando no era un icono porque sí: estamos ante un chaval que aspiraba a ser el mejor actor de la Historia del Cine, el tío se lo creía y en esta peli ya muestra su poderío interpretativo: lenguaraz, prepotente, machote y rudo. De la fama en Broadway al estrellato en Hollywood en cuestión de pocos meses gracias a talento puro, camisetas sudadas y marcos de puerta. Perdió el Oscar, pero es inolvidable. Se dice que su actuación fue la tarjeta de visita del Actor¨s Studio en el mundo del cine. Esta pareja protagonista está tan chiflada y son tan despreciables cada uno a su manera que dan más miedo que muchísimas pelis de terror o de cine negro.

Los dos secundarios principales habían trabajado en la versión de Broadway de la obra junto a Brando: Kim Hunter (a la que vimos en la aburrida ¨La séprima víctima¨ y a la que recordamos con cariño por ¨El planeta de los simios¨) funciona perfectamente como la sufrida hermana y esposa Stella obligada a aguantar a su monstruoso marido y a su pobre hermana a medio camino de manicomio, haciendo que nos preguntemos si ella no perderá también la razón. Era una mujer muy bella y al igual que Leigh aporta la necesaria teatralidad que hace que no olvidemos que estamos ante la adaptación de una obra escénica. El gran secundario Karl Malden interpreta al amiguete cursilón, apocado y buenote de Stanley, Harold ¨Mitch¨ Mitchell, que intenta alejarse de los problemas pero se enamora de Blanche. Bastante memorable su actuación, sobretodo hacia el final. Malden encontró la fama y la fortuna con este personaje. Hunter y Malden se llevaron sendos Oscars por sus respectivos trabajos.

Es una película tensa, puramente de intérpretes, que son magistralmente dirigidos por Kazan bajo un guion adaptado por el mismo Tennesee Williams con la colaboración del menos conocido Oscar Saul. Suavizando algunas partes de la obra de teatro y haciendo alguna modificación al final, logran una adaptación fiel, con un argumento que desnuda progresivamente a los personajes, que van más allá de la dicotomía héroe-villano.

Los decorados son muy parcos y se limitan a mostrar con mayor realismo los escenarios en que discurre la obra. Buena ambientación en una falsa Nueva Orleans que mereció el cuarto Oscar para este trabajo.

La banda sonora de Alex North es considerada la primera que abrazó el jazz como auténtico recurso dramático más que como música de acompañamiento.

Una adaptación lo más fiel posible y además espléndida de una de las grandes obras teatrales de S.XX, que encima sirvió de plataforma de lanzamiento para Marlon Brando, que irónicamente fue el único intérprete de la peli que se quedó sin Oscar. Casi nada.


Eva al desnudo Eva al desnudo 19-07-2014
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La joven actriz Eve Harrington ya ha logrado un premio a una carrera distinguida en el teatro a sus ventitantos. Durante la ceremonia, dos de los premiados - un director y un escritor - la actriz Margo Channing - algo bebida - y la esposa del afamado dramaturgo, Lloyd Richards, Karen, parecen mirarse la entrega de premios con aburrimiento y desprecio. El hipster, prepotente y ácido crítico teatral Addison DeWitt, Karen y Channing nos cuentan como llegó Eve a la cima.

La ganadora del Oscar a la mejor película de 1950 tras una lucha a cara de perro con ¨El crepúsculo de los dioses¨ nos cuenta una historia de amistades, envidias y traiciones dentro del mundo de la farándula. Está basada en un relato corto basado a su vez en hechos reales. Un culebrón de los buenos en el mundo del teatro, con sus giros inesperados, sus monólogos y sus personajes carismáticos... Solo que interpretado por uno de los mejores repartos de la época y escrito y dirigido por uno de los guionistas más prestigiosos de Hollywood.

Bette Davis es Margo Channing: actriz veterana, con un novio diez años más joven que ella (Gary Merrill, con quien Davis se casó en la vida real tras el rodaje. Su personaje, Bill Sampson, es el director premiado en la gala inicial) y consagrada y también elitista, relamida y algo despreciable, aunque si se le da un poco de cuerda mustra un considerable lado humano. Bette Davis la interpreta con su habitual aplomo, cinismo y seguridad, mostrando un rostro cansado, que unido a su sempiterna expresión fastidiada, transmite bien su sufrimiento, llevándose un merecido Oscar a la Mejor Actriz. El dramaturgo Lloyd Richards (Hugh Marlowe) es su versión masculina, un fulano parecido a Margo pero que como ella tampoco puede evitar tener su corazoncito. Y no es otro que él el escritor premiado al inicio. Karen Richards (Celeste Holm) está en un término medio: es próxima a la gente tanto como lo es a su marido y a Margo. Eve Harrington es una fanática de Channing cuyo carácter amable pero digno y decidido no pasa desapercibido ni para la diva, aunque al principio la desprecie como a todo el mundo. Oír la vida de Eve la conmueve de verdad, ve en en ella algo que pensava que las nuevas generaciones habían olvidado y decide contratarla como secretaria, al lado de Birdie (Thelma Ritter), su descarada, observadora y empática camarera. Anne Baxter hace de su Eve Harrington una seductora nata, un ser casi perfecto: bella, inteligente, responsable y decidida... Muy bella, inteligente, responsable y decidida... Demasiado bella, inteligente, responsable y decidida... El fantástico George Sanders ganó el Oscar al Mejor Actor Secundario con el antes nombrado DeWitt, irónico y jeta como él solo. Su imponenente presencia y altisonante voz rematan lo repelente y al mismo tiempo imprescindible que es su personaje. Deliciosamente malvado. Y no olvidemos que la pareja de Sanders en esta peli es la divina Marilyn Monroe como Claudia Casswell que tuvo su primer papel importante. Aporta esa comicidad tan propia que tenía (y esa sonrisa, y esa cara, y esos pechacos, y esa manera de moverse, y esa voz susurrante...) y que muchos acabaron confundiendo con su verdadera personalidades una peli de grandes actrices, algunas bellísimas, otras no tanto, pero todas inmensas en su trabajo.

El guion del propio director Joseph L. Mankewicz es un auténtico producto de su tiempo. La película empieza relajadamente hasta que la Channing monta una fiesta de cumpleaños para su noviete... Poco a poco se va acelerando el ritmo y la trama se hace más atrayente... Cuando George Sanders y Bette Davis tienen un careo en el vestíbulo de un teatro, es un cescendo de giros inesperados para el que ve la peli por primera vez y nada sabe de ella, de diálogos intensos y cuajados de líneas memorables y de escenas irónicas. Decir que fue imprescindible el trabajo de Darryl F. Zanuck en tanto que productor cortando escenas inútiles, pues Mankiewicz era famoso por sus historias excelentes pero largas y farragosas.

Técnicamente es una película muy sobria y tradicional (marca de la casa de Joe Mankiewicz) que no se lanza con innovaciones. Edith Head, cedida por la Paramount, se llevó un Oscar por sus elegantes diseños de vestuario exclusivos para Bette Davis.

Una visión cínica y lo más descarnada posible en ese tiempo del mundo del espectáculo. Sigue siendo la peli con más nominaciones al Oscar de la Historia, y con razón, ya que mezcla una trama culebronesca que atrae al gran público con una reflexión sobre hasta qué punto el fin justifica los medios y las consecuencias que ello conlleva. Una excelente película.


Incidente en Ox-Bow Incidente en Ox-Bow 08-07-2014
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Un Western que tuvo una gran acogida por cómo jugó con las convenciones del género de forma dramática y cruel. Basada en una novela a su vez basada en un hecho real, es la primera del tipo ¨Persona con principios contra pueblerinos hijos de puta¨: Comandados por un juez incompetente y un ¨alcalde¨ fanático, solo unas pocas pueden evitar que esta jauría humana acabe con la vida de tres sospechosos de asesinato sin que haya pruebas de por medio. Corta, claustrofóbicamente rodada en estudio en su parte principal (lo que creo que es deliberado) y con influencias de los dramas judiciales, fue nominada a un Oscar a la mejor película.

Cuenta con un destacadísimo reparto encabezado por gente de alto calibre. Henry Fonda hace una gran actuación como el cowboy vagabundo Gil Carter, un tipo alcohólico, amargado, de mirada gélida y algo agresivo - lo que se usa para dar cierto contrapunto cómico a la acción - pero con un gran sentido del deber y la justicia, que vuelve a Ox-Bow tras una larga ausencia (ya no conoce a casi nadie, pues se han ido casi todas sus amistades. Harry (o Henry) Morgan, entonces un joven actor de larguísimo recorrido que sería recordado sobretodo por la serie ¨MASH¨ es su amigo Art Croft. Mary Beth Hughes, actriz de culto de la serie B de la época, es Rose Mapen, ex-prometida de Carter y objeto de su amargura, que sale poquísimo pese a estar en la cabeza del reparo. Frank Conroy es el maníaco ¨alcalde¨ del pueblo, y el malogrado William Eythe es su hijo, un muchachote impresionable, pacífico, inteligente y con ciertas tendencias homosexuales; quizá el personaje con el que el público se identifica más debido a sus dudas y a los malos tratos a los que lo somete su fanatizado progenitor. Los sospechosos son Dana Andrews como Donald Martin, el arquetipo perfecto de un condenado cinematográfico, Anthony Quinn como el mexicano Juan Martínez, un tahur taimado que no parece temer a la muerte, en el papel que le permitió empezar si escalada hacia el estrellato y el hermano de John Ford, Francis, como Alva Hardwicke, un anciano senil.


Entre los secindarios, destaca la oscarizada Jane Darwell (por ¨Las uvas de la ira¨) como la sádica y carismática marimacho Jenny Grier, una señora que deja a Rita Barberá en la Dama de las Camelias. Los fans de la saga Bond reconoceremos al entonces ubícuo actor de carácter Marc Lawrence - precisamente como el tipo que empieza todo el follón - que apareció en ¨Diamantes para la eternidad¨ y ¨El hombre de la pistola de oro¨ como un esbirro en una y como el primer adversario de Scaramanga la en otra (como info inútil se dice que podría ser el mismo personaje). El ojo atento puede descubrir a Margaret Hamilton como extra (solo dos años después de ¨El mago de Oz¨ y otra vez haciendo de extra... Ah, Hollywood).

El director William Wellman se la jugó a lo besta con esta peli. El guion de Lamar Trotti fue considerado revolucionario, absolutamente rojo, hasta el punto de que a pesar de ser nominada al Oscar en 1941, no se estrenó hasta 1943: toca temas como la mala práxis judicial, el abuso de autoridad, la ignorancia en algunos puntos determinados de EE.UU., el racismo: uno de los sospechosos solo lo es por mexicano, tres de los pueblerinos que actúan con prudencia, compasión e inteligencia son el anciano propietario de la tienda de ultramarinos (Harry Davenport) y un negro (Leigh Whipper), y los otros consideran su opinion no válida por ser... Anciano, y negro; además, se sugiere que uno de los protagonistas pueda ser homosexual, por lo que la homofobia podría entrar entre los temas. Eso sí, logran que gente que estaba dispuesta a matar se ponga a su favor cuando toca. Para equilibrar el drama, Trotti prueba de añadir cierta comicidad al inicio de la peli - y hay algún chiste que no está mal - pero ésta se pierde cuando las cosas se tienen que poner serias de verdad.

Banda sonora escasa pero bella, y muy buena fotografía pese a las restricciones de los decorados, en especial una secuencia epifánica con Anthony Quinn que recuerda a una pintura renacentista.

Una película extremadamente crítica que llena la pantalla de una aura de tristeza, una de las abuelas del western crepuscular y un alegato contra la pena de muerte en una época de guerra, con muy buenas actuaciones y un aire teatral bastante logrado. Es corta e implacable, una fábula cinematográfica que merece ser vista.


Abajo el Periscopio Abajo el Periscopio 07-06-2014
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Una de las lamentablemente escasas incursiones del impagable Kelsey Grammer en la gran pantalla, es un vehículo pensado para él, con la aparición de varios grandes intérpretes. Se trata de una comedia de puro cachondeo al estilo de los hermanos Zucker, parodiando esta vez el subgénero de submarinos.

Cuando un grupo de almirantes de la Navy bastante cabrones (entre los cuales están nada menos que Rip Torn - favorable a Grammer - y Bruce Dern - contra Grammer-) mandan a un indisciplinado pero buenote capitán (Grammer) a una misión ridícula, en un submarino de lI Guerra Mundial, éste decide devolverles la cortesía con la complicidad de la peor/mejor tripulación que haya surcado las profundidades marítimas, encabezada por el insufrible contramaestre Pascal (el secundario Rob Schneider), la pobre Teniente Lake (una bellísima Lauren Holly, toda una todoterreno nominada a un Emmy... Y a un Razzy) y el chiflado maquinista Howard (nada menos que Harry Dean Stanton). Delante tienen a un submarino nuclear capitaneado por William H. Macy.

El guion, de Hugh Wilson, autor del guion de la primera entrega de ¨Loca academia de policía¨, es una repetición de las bases del guion de la entrañable saga policial, lo que no significa necesariamente que sea tan hilarante la versión como el modelo original: hay momentos graciosos, pero en general es una comedia plana, que parece hecha más para sonreír que para carcajearse, donde se hecha de menos al buen grupo de intérpretes de la saga policial y donde Kelsey Grammer no tiene líneas a la altura de las que tenía en ¨Cheers¨, ¨Fraiser¨ o incluso ¨Los Simpson¨. Solo la escena que nombra el compañero más abajo y una que apela a mi extraña manía de encontrar hilarantes los tíos haciendo el tonto disfrazados de pirata me ha hecho reir en serio. Y el estelar reparto está francamente desaprovechado. Solo Gramer y una Lauren Holly cuyo personaje es el más simpático de la peli (típica persona que intenta mantenerse seria y al mismo tiempo leal a esa tripulación de chiflados) muestran algo de gracia propia. El resto de intérpretes principales no se esfuerza en exceso y solo intérpretes secundarios como el electricista (Tommy Huss) o el operador de radio (Harland Williams) tienen momentos auténticamente hilarantes.

El aspecto técnico raya a buen nivel: las diferencias entre el cascarrio submarino de Grammer, que parece salido de ¨Das Boot¨ son usadas con habilidad para crear situaciones estrambóticas. y la estética e iluminación de videoclip del de Macy son llamativas, las escenas de maquetas y CGI estan bastante conseguidas teniendo en cuenta la época (obviamente hablo de la parte CGI).

Una película que sin ser mala del todo desaprovecha sus recursos y queda en una poco memorable comedieta. Tiene además el problema de que al tener una premisa básica fácilmente comparable a ¨Loca academia de policía¨, ¨Abajo el periscopio¨ hace notar que la fórmula está bastante agotada (como pasa a partir de ¨Loca academia de policía IV¨). Ciertamente, no es el mejor vehículo para un cómico del calibre de Kelsey Grammer, pero tampoco considero que haya perdido el tiempo viendo esto.


El Hombre Tranquilo El Hombre Tranquilo 01-06-2014
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Había dos lugares que John Ford siempre adoró con pasión: uno era Monument Valley y sus espectaculares formaciones rocosas. El otro era Irlanda y sus verdes y hermosos campos. Ambientada pues en la Isla Esmearlda, esta comedia romántica fue el tributo de Ford y John Wayne a la tierra de sus antepasados: una de las películas más bellamente fotografiadas hasta la época.

Producida por Ford y Merian C. Cooper, bajo los auspicios de la modesta Republic, esta peli nos cuenta la historia de un ex-boxeador irlandés-americano (John Wayne, el mejor mal actor de la Historia, de nuevo sacando un gran partido de sus limitaciones a base de carisma, socarronería y músculo), antaño conocido por su ferocidad en el ring, que vuelve su Irlanda natal intentando evitar el dolor y el remordimiento que le causan haber matado a su adversario en un combate. Por ello se promete a si mismo no volver a enfadarse jamás... Claro que con lo gamberrotes y brutos (aunque siempre bien intencionados) que son en ese pueblo de la Irlanda rural y encima enamorándose de la hermanita (Maureen O¨Hara, otra irlandesa de vuelta al hogar, que gana por la mano a Wayne como intérprete) del pijo abusón local (el ex-boxeador y oscarizado actor inglés, Victor McLaglen; excelente. Se parte uno de risa con sus salidas bestiajas y pose excesivamente amenazadora. Se ganó una nueva nominación al Oscar)... Un prestigioso elenco de secundarios, todos de orígen irlandés, completa el reparto: Barry Fitzgerald (cuyo hermano, Arthur Shields, aparece también en la peli como el pastor anglicano del pueblo, gran aficionado al boxeo) como un amiguete de infancia de Wayne, Ward Bond como el cura del pueblo y narrador de la historia o Mildred Natwick, veterana e importantísima actriz de carácter recordada sobretodo por ¨Descalzos en el parque¨, como una viuda rica.
Todo bajo la batuta de un John Ford pletórico que se llevó el Oscar al Mejor Director.

El guion de Frank S. Nugent explica una historia sencilla y graciosa, con diálogos frescos y ágiles y situaciones cómicas que culminan en un clímax hilarante, constiuyendo todo un tributo a la campiña irlandesa y una amable parodia de sus gentes (eso sí, la peli es bastante machista). Pero eso quedaría en algo de lo más común de no ser por la espectacular fotografía en color de Winton Hoch, que destrozó a la competencia en los Oscar: esta peli fue todo un manual de cómo filmar en exteriores, con un uso magistral de la gama cromática y la luz natural, que le insufla cierto aire documental a la película: justamente lo que buscaba siempre John Ford en su tratamiento de los paisajes, aunque aquí sacrifica deliberadamente la épica de éstos en favor de mostrar cotidaneidad y resaltar la belleza de esas tierras rurales. De hecho, tan logrados están los exteriores que las escenas rodadas en estudio cantan como los pies de Haile Gabresselasie. El resto del aspecto técnico se centra en dar más ambiente gaélico.

Una excelente comedia dotada de un excelente reparto y rodada con el estilo de John Ford, solo que adaptado a una escala menos épica. Un clásico total.


Soy o no Soy Soy o no Soy 26-05-2014
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Tras la reivindicación que el mundo del Cine hizo de la original de 1942, el gran Mel Brooks, quizá consciente de que algunos gags habían envejecido un poco, decidió adaptar ¨Ser o no ser¨ al gusto de los espectadores de los años 80, usando el color, mayores medios que la original, hechos históricos contrastados y un reparto de alto nivel encabezado por él mismo. Lo extraño aquí es que no dirigió su propio proyecto: se lo dio a Alan Johnson, su mano derecha, que debutaba como director.

Brooks y su esposa Anne Bancroft son la pareja protagonista, los Bronski, nuevos Tura, muy divertidos pero quizá demasiado mayores para sus respectivos papeles. Brooks no parece un actor con ínfulas de triundar y Bancroft, a pesar de ser una actriz superior a Carole Lombard, ya no es la super-MILF que fuera en ¨El graduado¨. No pegan ni con cola si se ha visto el original, aunque sus números músicales, como es costumbre en Brooks, son una risa. Tim Matheson, el buen secundario ochentero, no resulta convincente como duro miembro de la Resistencia. En cambio, por lo que respecta a los secundarios, se hacen excelentes elecciones: José Ferrer es un Silesky imponente, Charles Durning (que se ganó una nominación al Oscar) y Christopher Lloyd son unos excelentes Erhardt y Schultz (se aumenta mucho el protagonismo de éste, dichomsea de paso) y se incorpora a James ¨Gypsy¨ Haake como Sasha, personaje original, un simpático locaza. Otros intépretes famosos son el actor finlandés Gerorge Gaynes, especialmente recordado como Comandante Lassard en la saga de Loca academia de policía y como padre de Punky Brewster en la serie del mimso nombre, y un cameo infantil del futuro escritor Max Brooks, hijo de Brooks y Bancroft y autor de la fabulosa y exitosa novela ¨Guerra mundial Z¨, así como otros libros de temática zombi.

La adaptación del guion original - de los colaboradores habituales de Brooks Thomas Meeham y Ronny Graham - solo contiene unas pocas variantes, como los números musicales o un par de concesiones a romper el cuarto muro. Por el camino se perdieron muchos chistes excelentes y, en general, esta película carece de la sorna y el atrevimiento de la de 1942.

La factura técnica presenta la sobria elegancia y el estilo que suele caracterizar las películas de Mel Brooks, junto a una buena banda sonora, quizá el único aspecto en que de veras supera a la versión Lubisch.

Como fan de Mel Brooks he visto la mayoría de sus películas, y debo decir que esta es la única que me ha defraudado - considero que incluso ¨Drácula, un muerto muy contento y feliz¨ es vastamente superior - sin ser mala de ningún modo: bastante inferior al excelente original, tiene sus momentos y algunas buenas actuaciones, pero recomiendo incluso a los fans más acérrimos del gran humorista que se limiten a ver la de Ernst Lubistch y dejen este remake para matar algún rato libre.


Ser o no Ser Ser o no Ser 25-05-2014
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En esta peli americana producida por británicos Ernst Lubistch y los Korda se la jugaron mucho más que Chaplin, haciendo una screwball comedy como las que gustaban en la época pero ambientándola en un escenario bélico triste y real: la invasión de Polonia. En plena II G.M., el alemán Lubistch se atrevía a reirse de las ínfulas imperialistas y de la crueldad - hay escenas tristes de destrucción y represión antes de que la risa tome el mando definitivo - de los nazis y a hacer chistes sobre Hitler, la Resistencia polonesa (los héroes de la peli) y los campos de concentración.

Protagoniza la película uno de los reyes de la comedia en EE.UU., Jack Benny, especialmente recordado por su show televisivo, es el sobreactuado actor Joseph Tura, que se ve inmerso sin comerlo ni beberlo en la Resistencia junto su astuta y cachonda mujer Maria Tura, interpretada por la Reina de la comedia americana Carole Lombard, bella, elegante y divertida en la que fue su última peli antes de convertirse en mito tras su triste y repentino fallecimiento. Por su parte, Benny se disfraza constantemente como Mortadelo, cambiando registros frecuentemente. Fue tembién la peli que consagró a un chaval que con el tiempo se convertiría en uno de los actores más destacados de la prqueña pantalla: Robert Stack, alias ¨Zampapaellas¨ (ya que dice la leyenda que perdió un papel en una españolada por engancharse de mala manera a comer paella a diario y ganar como 20 kilos en el proceso) como un galante oficial de las Tropas Polonesas de la RAF, el Coronel Sobinski. Su papel es más bien serio, si bien en el cine se lo recuerda más que nada por comedias como ¨Aterriza como puedas¨ o ¨1941¨. Lionel Atwill (habitual en Abandomoviez) hace un papel secundario, y el frecuente colaborador de los Marx Sig Ruhman roba varias escenas como Comandante Erhardt junto su fiel lugarteniente Schultz (nada menos que Henry Victor, el villano de ¨Freaks: La parada de los monstruos¨).

El excelente guion de los colaboradores habituales de Lubistch Melcior Lengyel y Edwin J. Mayer combina rápidos diálogos cómicos y enredos románticos con una trama de espionaje, funcionando sobretodo debido a los deliberados excesos de Benny y la calculada comicidad de Lombard. La comedia es algo parca al principio, acelerándose conforme avanza la trama para transformarse en un vodevil con cierta carga de humor negro, quizá aún más descarnadas que las de ¨El gran dictador¨. Son destacables, de manera inesperada en una comedia como esta, ciertas escenas de acción de Stack. Aunque la peli está rodada en interiores, la ambientación está conseguida. La música fue nominada a un Oscar, aunque más allá de una buena orquestación, no le encuentro nada destacable.

Una grandísima farsa cómica que se sobrepone a un inicio a mi juicio demasiado lento y ciertos chistes muy de su época para ofrecernos un humor anárquico y políticamente incorrecto para su época, basándose esencialmente en brillantes diálogos y actuaciones.


El Crepúsculo de los Dioses El Crepúsculo de los Dioses 16-05-2014
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Desde que realizó ¨Perdición¨ Billy Wilder estaba teniendo una envidiable carrera como director y guionista, pero quizá - si no contamos ¨El apartamento¨, una película en mi opinión personal inferior a esta - el mayor triunfo de su gloriosa carrera fue esta película, un drama con toques noir con un buen puñado de estrellas en el reparto y que dejó montones de momentos memorables.

William Holden desmuestra su nivelazo como actor tras 11 años vagando por producciones mediocres como el pícaro y aprovechado guionista fracasado Joe Gillis, reducido a gigoló de una antigua estrella del cine mudo. Es listo, muy masculino, y logra algo que Holden raramente lograba debido a su malévola personalidad en la vida real: que nos identifiquemos con él y con la confusión que le causa toda la situación. Pero el personaje que todos recordamos de verdad en esta película es el de Norma Desmond. La veterana estrella del cine mudo Gloria Swanson había estado desde inicios de los años 30 languideciendo, sin encontrar buenos papeles. Llevaba 9 años sin trabajar, y solo tenía 50 años, una edad en que las estrellas femeninas de su tipo siguen haciendo carrera ya no con su belleza, sino con su talento. Entonces, Wilder le ofreció un papel semiautobiográfico como una estrella acabada y mentalmente enferma. Fue un retorno que la hizo legendaria para otra generación de espectadores. Su actuación no la llevó finalmente a ganar su anhelado Oscar (ya fue nominada dos veces en sus años mozos) pero es brillante: reprimida e histérica y pasional, al mismo tiempo, llena de ego, usando una expresión facial que asusta y que deja ver su psicósis y sus dotes como cómica. En una peli que negaba el concepto de Hollywood como fábrica de sueños, Swanson logró cumplir el suyo. Y se lo mereció. Además de que el contraste de la envejecida Swanson con el musculoso Holden provoca una mezcla de risa y grima que no hace más que sumar. Además tenemos al director Erich Von Stronheim (que trabajó con swanson) como Max, el intrigante y gélido mayordomo de la Desmond. Técnicamente hace de él mismo, con su mismo carácter y maneras. Nancy Olson, con el tiempo una asídua del mundo Disney y famosa por intepretar papeles simpaticotes es Betty Schaefer, la joven que encandila a Gillis. Toda alegría, ironía, juerga y ambiciones, aporta grandes cantidades de humor con su desparpajo, aunque su relación con Gillis es tormentosa por culpa de la desequilibrada Desmond. Stronheim y Olson también fueron nominados a sendos Oscars como mejores secundarios.
Hay, además, pequeños cameos de viejas estrellas: el papel de Cecil B. DeMille (al que se considera que convirtió a Swanson en estrella) es el más recordado, pero también aparecen Buster Keaton, H.B. Warner - memorable en ¨Horizontes perdidos¨ -, Anna Q. Nilsson, la nefasta ¨periodista¨ Hedda Hopper, rival de la aún peor Louella Parsons, el dúo de compositores Livingston & Evans...

El guion del propio Wilder, Charles Brackett y D.M. Marsman Jr. es, hablando mal y claro, una puta maravilla y fue justo merecedor de un Oscar. Mezcla realidad y ficción en el Hollywood de la época: DeMille está rodando Sansón y Dalila en los estudios Paramount... Que es justo lo que estaba haciendo en el momento en que se rodaba ¨El crepúsculo de los dioses¨, se usan nombres reales de intérpretes y productores y localizaciones reales. Toda la película tiene un tono elegíaco y al mismo tiempo progresista por lo que respecta a la visión del Cine, que de alguna manera adelanta el ¨Nuevo Hollywood¨ con diálogos memorables y escenas que jamás han sido olvidadas, empezando por los créditos iniciales y acabando por el último plano. Es hasta adictivo: atrapa y se sigue con facilidad.

Lo que más destaca técnicamente en la película es la suntuosa pero medio ruinosa mansión de Desmond: las salas son inmensas y decoradas con un gusto excesivo que no desmerecería los caprichos de William Randolph Hearst o de Michael Jackson. Ganó un Oscar. La fotografía y el montaje fueron nominados a sendas estatuillas, pero hay algo que suele olvidarse y que me llama la atención: El maquillaje de Wally Westmore para Swanson es bastante bueno. Fotos de la época muestran a una Swanson bien conservada y saludable. En la peli vemos a un a momia, una especie de Joker femenino, con una expresión absolutamente enloquecida y tensa, como si se hubiera hecho el famoso/infame lifting de la madre de Jonathan Pryce en ¨Brasil¨. Aunque en la película dicen bien claro que tiene 50 años, está tan gastada que parece una de aquellas famosas actuales que se ha pasado con el bótox y el consumo de estupefacientes (por algún motivo, Norma Desmond me recuerda mucho a Belén Esteban). La banda sonora de Franz Waxman es oportuna en todo momento, remarca la ironía y el drama y se fusiona perfectamente con la acción. Se llevó otro Oscar.

Histórico proyecto de Billy Wilder que confirmó de manera definitiva su genialidad, se llevó 11 nominaciones a los Oscar (ganando solo tres) y nos dejó una historia inolvidable, de una época pasada que el propio cine superó, pero no así algunos de sus exponentes.


El Halcón y la Flecha El Halcón y la Flecha 14-05-2014
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Burt Lancaster ya hacía tiempo que se había ganado a la crítica norteamericana a base de excelentes actuaciones, sobretodo en noir y westerns, pero fue con esta película junto a su antiguo compañero en el circo, Nick Cravat donde mostró por primera vez sus dotes acrobáticas (ninguno de los dos usó dobles), convirtiéndose en una gran estrella internacional. Que para dirigir esta peli de aventuras se eligiera al hombre que junto a Val Lewton había cambiado el signo del cine de terror en la RKO usando poco presupuesto pero muy buena vista comercial, Jacques Tourneur, fue una idea brillante, pues recicló sets y vestuarios del Robin Hood de Michael Curtiz y así y todo obtuvo una peli que tiene una entidad propia en el mundo de cine de capa y espada.

Burt Lancaster es Dardo, montaraz lombardo, padre soltero, mujeriego, superatlético, de lengua afilada y agresividad no disimulada hacia los germanos, a cuyo bando se pasó la que fue su esposa y madre de su hijo, despreocupándose del retoño por riqueza y poder. El segundo marido de ésta, el Conde Ulrich, se la tiene juarada a Dardo por su tendencia a matarle los halcones de caza. Lancaster crea un personaje mejor si cabe que el risueño Robin Hood de Erroll Flynn, y es que el neoyorquino ya era entonces sin lugar a dudas mejor actor que el tasmanio. Dardo tiene más registros que Robin Hood. Junto al héroe, el pueblo, sobretodo el mudo herrero Piccolo, amigo de infancia y una especie de clon de Dardo a nivel atlético. ¡Vaya por Dios: el conde Ulrich ha raptado a Rudi, el hijo de Dardo, para hacerlo su heredero y humillar así a su rival! La cagaste, Burt Lancaster (quería colar esto como fuera), no haber ido matando halcones inocentes... Oh, pero a la sobrina del Conde (Virginia Mayo, ascendida a heroína tras mostrar sus tablas en ¨Al rojo vivo¨ como modelo de mujer sufrida pero independiente, aspirante a femme fatale pero sin lograrlo del todo) parece que le ha hecho tilín el Burlancáster. Vaya, vaya, Joe... El nombre secundario más destacado del reparto es el del televisivo Norman Lloyd, especialmente recordado por ser uno de los protagonistas de la serie ¨Hospital¨ (conocida en mi tierra como ¨A cor obert¨) - y que sigue en activo a punto de cumplir 100 años - como el trobador que acompaña al grupo.

Choteo a parte, esta película es un ejemplo egregio de como los factores van sumando con el objetivo de convertir a un actor ya consagrado en una superestrella: de poco a medio presupuesto pero con un equipo profesional y experimentado que cumple a rajatabla el dicho de ¨si tienes limones, haz limonada¨. En Warner Bros. aún sabían como explotar sus recursos al máximo para lograr hacer de algo modesto una obra maestra. Ya lo vimos en ¨Cayo Largo¨ con John Huston dirigiendo; lo vemos aquí: Tourneur exprime sus buenos recursos (los sets y vestuario ya nombrados, las capacidades atléticas de Lancaster y Cravat, la profesionalidad de un equipo de fotógrafos especialistas en filmar en color, que se ganó una nomiación al Oscar y un Max Steiner al que cada día admiro más haciendo un bello score nominado también un Oscar. Gracias al compañero Krugerface por la información sobre las nominaciones que está en ¨Sabías que...¨) y obtiene un logrado producto de aventuras, un blockbuster internacional seguro al servicio de Burt Lancaster, con excelentes escenas de acción como la confrontación final, una batalla sin cuartel entre rebeldes, campesinos, artistas de circo y el personal lombardo del castillo del villano contra las fuerzas germanas: meritoria y además repleta de gags.

No es tan buena como la película a la que emula en espíritu (sobretodo a nivel de secundarios, de innovación e incluso todo el aspecto técnico), ¨Las aventuras de Robin Hood¨, pero no se queda corto.


Caravana de Paz Caravana de Paz 09-05-2014
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John Ford siempre consideró esta película como su obra maestra. Muchos críticos empezaron a darla la razón en los 70 y ahora se la considera un Western imprescindible, con una mezcolanza entre peli de aventuras, con una larga ruta llena de peligros y una banda de cuatreros psicóticos tocando los bemoles a la gente, y reflexión social. Veamos pues:

En efecto: esta película no es solo un Western al uso, sino que incluye una reflexión sobre la intolerancia hacia las minorías, en este caso, mormones. Los mormones de esta peli peregrinan hacia lo que será el llamado Estado mormón, Utah, después de que los hayan echado de montones de pueblos solo porque son diferentes: no han hecho daño a nadie, no hacen proselitismo. Solo buscan un hogar. La tolerancia es un valor universal, y ya me vale este ejemplo.

Ford decidió prescindir de sus actores fetiche, John Wayne y Henry Fonda, y decidió tirar de intérpretes de carácter no muy conocidos pero que habían trabajado o trabajarían frecuentemente con él: Ben Johnson, que con el tiempo se convertiría en un mito del Oeste, protagoniza como Travis, el guía de la caravana, con una buena actuación y espectaculares escenas de acción que ejcutó sin dobles, y Harry Carey Jr. es su amigo Sandy, con Ward Bond, Joanne Dru o James Arness como otros rostros reconocibles. Actuaciones correctísimas, pero hay un grupo que destaca sobre los otros: el malogrado Charles Kemper junto al ya nombrado James Arness y otros como la familia Clegg, los cuatreros psicóticos del primer párrafo: dan verdadero miedo, son unos auténticos degenerados mentales en tensión, a punto de estallar en arrebatos homicidas a la mínima provocación. Excelente la actuación de este grupo de 5 actores. El mítico atleta Jim Thorpe hace un cameo como indio navajo (aunque él era del pueblo Sauk).

El guion, del mismo John Ford, es sin duda el punto fuerte aquí. Muy conseguido, muestra que en cualquier comunidad que se precie hay buena gente y auténticos cabrones (como un par de integristas mormones que exigen de otros la tolerancia de la que carecen), hace que la peli fluya bien, combinando aventura, humor y ese moralismo que a veces parece postizo...

Los fans de esta película comentan sobre los muchos hallazgos cinematográficos que contiene, pero eso es normal en un genio como Ford: el Monument Valley, su lugar fetiche, luce muy bien aquí, pero nada que ver con las virguerías que lograría el director con el technicolor y los formatos panorámicos.

La música de Richard Hageman es estupenda: repitiendo la fórmula que le dio el Oscar por ¨La diligencia¨, arregla canciones tradicionales ejecutadas por orquesta y coros que son lo le que le dan esa épica típica de Ford a algunas escenas (a falta de presupuesto, evocación). Hace pensar en los espacios abiertos del Far West, en el sufrimiento de las gentes que iban en esas caravanas...

No creo que haya como para decir que es la obra maestra de Ford, pero ese tipo tenía esa habilidad de la que solo los genios pueden presumir: una obra menor de Ford equivale a 10 buenas pelis de otros. Muy buen Western hecho con inmenso oficio sin que por ello sea una obra maestra del Cine. John Ford hizo productos mucho mejores en mi humilde opinión.


Amor en Conserva Amor en Conserva 07-05-2014
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La última peli de los Marx como grupo fue como un relevo generacional entre mitos: unos envejecidos Groucho (sin caracterizar), Chico y Harpo pasaban el testigo a la debutante Marilyn Monroe, que solo tiene un pequeño papel aquí.

Pensada por Harpo como un vehículo para su propio lucimiento y escrita por Ben Hecht, con gags y guion definitivo del experto guionista (y después cotizado director) Frank Tashlin, junto al menos conocido Mac Benoff cuando Hecht (y con él casi se van Harpo y Tashlin, de no ser porque sin ellos no había proyecto) abandonó la peli tras una disputa con el co-productor, Lester Cowan, que se cargó su tratamiento. La vieja estrella Mary Pickford, una de las fundadoras de United Artists, era la otra co-productora. Segun se dice fue Hecht quien encontró un hueco para Groucho y Chico, aunque no vemos a los tres hermanos juntos en toda la peli.

A pesar de ser la ¨peli de Harpo¨, los expertos en el cánon de los Marx dicen que Groucho roba las mejores escenas. Aunque lo hace francamente bien, no lo veo mucho mejor que en otras pelis, pero sus líneas de diálogo son tronchantes. Harpo tiene más protagonismo que nunca, y esta vez interpreta a un personaje que es algo más que un sociópata mudo que hace reír con sus chisters surrealistas: esta vez tiene genuinos sentimientos, sufre algo y es el verdadero héroe de la peli. Chico se limita a repetir su papel de siempre, lo que es estupendo, pero no se le dan buenas líneas.

La mayoría de gags de la peli son visuales y surrealistas, no en vano es una peli ideada por Harpo y para Harpo y con gags de Tashlin, que empezó como guionista de dibujos animados, por lo que es bastante natural. El GRAN cambio que se detecta en esta peli respecto a las otras es la sexualidad, bastante relajada: mujeres de grandes senos y escotes de vértigo atraviesan la pantalla constantemente: no solo Marilyn, sino Ilona Massey o Vera-Ellen y otras pin-ups de la época que aparecen por allí eran mujeres contundentes que nos pueden distraer del gran equipo cómico. Aparece también un joven Raymond Burr, quizá el actor de mayor nivel que ha actuado al lado de los Marx, pero no se luce para nada. Aquí, de nuevo, lo que luce más son las señoras. Y el clímax, bastante chulo pese a las quejas por ¨product placement¨.

Me gusta la banda sonora de la popular - en la época - compositora Ann Ronell (nominada a un Oscar en 1953), esposa del productor Lester Cowan: música y canciones swing, una tras otra, raro es que no me salte los números musicales sin los Marx, pero aquí lo logran, solo con la música, pues los números de baile son mediocres a más no poder pese a que Vera-Ellen era una de las mejores bailarinas de Hollywood.

Me esperaba algo mucho peor, con toda franqueza. Es una comedia bastante agradable, solo que no llega al nivel de ninguna de las pelis de los Marx salvo, quizá, ¨Tienda de locos¨, pero ésta tiene más momentos memorables que ¨Amor en conserva¨, que no pasa de ser un espectáculo de revista con un poco de argumento detrás.


Al Rojo Vivo Al Rojo Vivo 05-05-2014
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No hay duda. Pocos villanos habrá en el cine como esa mezcla de cuatrero de Far West y gángster de los años 50 que fue Cody Jarrett: un asesino psicótico, astuto, maltratador, propenso a jaquecas debido a un caso de histeria nerviosa y con complejo de Edipo que constituyó la más memorable de las creaciones del ya veterano James Cagney, un poco más gordo pero conservando intacto su rostro de niño malo. A los cinco minutos de peli él y su banda ya se han cargado a cuatro personas, los tíos. Demasié para la época.

El cuarteto protagonista es clave para entender el éxito: el mejor Cagney, en una interpretación absolutamente chiflada, saca lo mejor de si mismo para crear a Cody: sádico, inteligente, maligno, pervertido... Y que cae bien. Ahí está la clave: es un personaje tan grande que fascina al espectador. La hermosa Virginia Mayo es su frustrada esposa Verna, que libra una batalla constante contra Ma Jarrett por el amor de Cody... O por el de su lugarteniente... Edmond O¨Brien está más que correcto como Hank Fallon, un cualificado agente de policía que se infiltra en la banda de Jarrett, y que lo hace tan bien que nos hace dudar: ¿Y si el carisma de Cody lo atrapa y se une a él?. La británica Margaret Wycherly, actriz básicamente de teatro que logró una nominación al Oscar por ¨Sgto. York¨, es la carismática Ma Jarrett, quizá el verdadero cerebro de la banda de Cody, pues tiene dominado a su hijo y además está cuerda. El problema es que sale poco, pues su personaje fallece fuera de plano, pero su influencia está allí. Cuatro actuaciones excelentes que sumadas a la hábil dirección de un grande del noir como Raoul Walsh y un brillante guion de los oscarizados - aunque serían más famosos por ser los creadores de ¨Los Ángeles de Charlie¨ - Ivan Goff y Ben Roberts con la colaboración de la escritora del relato en el que se basa, Virginia Kellogg, forman un círculo virtuoso. Volviendo a las interpretaciones, en un plano secundaro, también participan en la película John Archer, que conocería el estrellato en pocos meses protagonizando ¨Con destino a la Luna¨, como el investigador jefe, un tipo muy lanzado que no duda en usar adelantos técnicos y tácticas paramilitares para parar los pies a Jarrett, y el importante actor de carácter Steve Cochran como Big Ed, el traicionero lugartentiente de Cody Jarrett y amante de su esposa (Cochran y Mayo trabajaron juntos varias veces).

La película está muy bien construída, en tres partes diferenciadas: Cody Jarrett en Nevada y California, Cody se entrega en Illinois para una condena corta y subsiguiente fuga y plan de atraco en una factoría química con un pitote final que te cagas (véase ¨gran clímax¨). Los diálogos memorables, la locura, la violencia, el suspense y la acción se suceden.

Técnicamente destaca la escenografía, tanto en interiores (solo la cárcel y un par de localizaciones más) como en exteriores (la inmensa mayoría) es muy sórdida, a lo que ayuda la fotografía en blanco y negro: zonas semidesérticas, suburbios, cárceles, polígonos industriales... Zonas ideales para la acción. La música de Max Steiner es correcta pero discreta.

Soberbio e influyente film de cine negro con una actuación espectacular de James Cagney, un guion bien construido con dosis de drama carcelario, acción (lo que se entiende por ¨acción¨ en 1949) y suspense que engancha desde el primer visionado. Casi dos horas que pasan volando y que nos muestran una serie de perfiles fascinantes magistralmente dirigidos y acompañados de una más que aceptable factura técnica. Sí, esta peli está en la cima del mundo, no tengo ninguna duda al respective. Y acabando como empiezo, aquí lo dejo.


Entre Pillos Anda el Juego Entre Pillos Anda el Juego 01-05-2014
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Una de las mejores comedias de los 80 y una de las mejores pelis navideñas de la historia. Consagró a John Landis como director de culto, hizo estrellas de renombre internacional a Eddie Murphy y a Dan Aykroyd de ¨Saturday Night Live¨, consagró a Jamie Lee Curtis como algo más que una ¨scream queen¨ y ¨la hija de Tony Curtis y Janet Leigh¨ y devolvió al candqelero a Don Ameche, uno de los grandes secundarios del cine de los años 30 y 40

Esta ácida comedia está magistralmente interpretada por una serie de excelentes intérpretes: Eddie Murphy y Dan Aykroyd interpretan a dos personajes tan distintos como iguales, ya que se encuentran en las mismas situaciones, haciendo reir y aguantando tristes momentos de marginación. Jamie Lee Curtis demustra sus dotes como cómica (siendo nominada a un BAFTA a la mejor actriz) y luce su buen tipo, y Denholm Elliott luce su absurda elegancia británica al igual que hizo en la saga de Indiana Jones. Don Ameche y Ralph Bellamy, grandes secundarios de la época de los Estudios, son dos villanos asquerosamente ricos y muy desagradables, sobre todo Ameche.

El clímax de la película, una escena en un tren, muestra el talento cómico del cuarteto protagonista, interpretando a varios estereotipos internacionales en un hilarante número de vodevil con James Belushi disfrazado de gorila y haciendo el lila. Y es que esta peli está dotada de un sencillo pero muy efectivo guion de Timothy Harris y Herschel Weingrod, que se ganó otra nominación al BAFTA (John Landis siempre ha sido más apreciado en el Reino Unido y Europa continental que en su país, sobretodo por la tremenda polémica que causó su presunto error mortal de ¨En los límites de la Realidad¨).

La peli cuenta, como toda peli de Landis, con varios cameos, un humor gamberro y una dirección que lo hace fluir todo con facilidad. La música, esencialmente una amalgama de piezas clásicas presididas por Mozart, y con arreglos de Elmer Bernstein, es el aspecto técnico más sobresaliente, logrando una nominación al Oscar.

En mi opinión es la obra maestra de John Landis. Pese a que considero personalmente que ¨Cuando llega la noche¨ o ¨Un hombre lobo americano en Londres¨ están a su mismo nivel, si me preguntaran como espectador neutral, esta sería la peli de Landis que me llevaría a una isla desierta. Excelente, al nivel de clásicos como ¨Arsénico por compasión¨.


Rio Rojo Rio Rojo 28-04-2014
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Tras la II G.M., el sistema de Estudios empezó a tambalearse hasta su caída definitiva en los años 60. Sin embargo, pocos productores y directores se atrevían a dar el gran paso hasta su propia independencia (casi siempre tutelados por la United Artists, eso sí). Uno de ellos fue el coloso Howard Hawks, al que no se le ocurrió otra cosa que hacer una especie de adaptación de ¨Rebelión a bordo¨ mezclándola con el western y un drama familiar. 3.000.000 $ de presupuesto, un reparto espectacular y dos años de trabajo acabaron dando el que muchos consideran uno de los grandes Westerns de la época dorada del género.

John Wayne, el mejor mal actor del mundo (hacía siempre el mismo papel, en la peli que fuera, con la misma expresión de ladrillo y maneras de tipo duro y buenazo... Pero muy raras veces se lo veía desentonar) en una de sus más celebradas actuaciones, es Tom Dunson, un ambicioso ganadero que quiere establecerse por su cuenta en Texas, por lo cual abandona la caravana en la que se encuentra y decide emprender su propio negocio, enfrentándose sin pestañear a todas las adversidades que le salgan al paso... Aunque ello suponga convertirse en el peor tirano de las praderas. Es un tipo que se debate entre la villanía y el antiheroismo, creando a un personaje ambíguo que retrata bien al empresario despiadado, para el cual el fin justifica los medios. Pero ignora que tiene al enemigo en casa: el divino Montgomery Clift interpreta al idealista hijo adoptivo de Dunson, Matt Garth. Un héroe total: valiente, decidido, gran tirador y simpaticote... Pero un poco rencoroso y no muy listo. Se ve obligado a rebelarse contra su figura paterna al ver el ser cruel y amoral en que se ha convertido. Junto al joven ganadero están Groot (Walter Brennan), su mano derecha y ex-amigo de Dunson, Cherry (John Ireland), un intrigante pistolero y un liante del carajo y Fen (Coleen Gray), su devota enamorada, una chica de acción y mucho más inteligente que cualquier protagonista masculino. La interpretación de Gray supura erotismo: su rostro contemplando con deseo a Monty Clift es una evidencia. Entre los secundarios - la mayoría de ellos los fieles hombres de Garth, que abandonaron al chiflado Dunston - hay actores de carácter como Noah Beery Jr. (Papá Rockford en la serie ¨Los casos de Rockford¨, junto a James Gardner) o el nominado al Oscar Harry Carey en uno de sus últimos papeles antes de traspasar.

El guion es excelente teniendo en cuenta la época de exaltación patriótica que conllevó la posguerra, pero a ojos del espectador moderno, el trato que se da a los indios o a los mexicanos es humillante y vergonzoso. Así y todo logra confundirnos y darse la vuelta sobre si mismo en cuanto Dunson empieza a mostrar su peor cara: al principio lo hace con tanta naturalidad que nos pensamos que es el héroe y que la peli justifica sus aviesas acciones. Yo iba a abandonar a la media hora, indignado por lo que veía como una peli fascistoide y una glorifiación del capitalismo, y solo leer el argumento al completo me devolvió el interés. Es de algún modo un proto-western crepuscular y una deconstrucción del eterno personaje de Wayne, y un acercamiento al concepto que tiene la gente de su ¨yo¨ real: ese tipo famoso por su integridad profesional y personalidad bastante magnética, pero que al mismo tiempo tenía una terrible ideología de ultraderecha chauvinista, además de ser era un racista tremendo, y no se lo callaba. Personalmente no entiendo el culto a su personalidad retrógrada, pero lo que sí veo es que tenía muchísimo carisma. En todas sus pelis se ve que es su punto fuerte. La película en sí es un crescendo que se desarrolla en paralelo a la locura que van sufriendo los personajes. Lo malo es que es un crescendo más lento que el caballo del malo.

La película está rodada casi en su integridad en exteriores repartidos por todo el Oeste americano, e incluso en México, en grandes y pintorescos espacios, donde se rodaron las escenas más espectaculares de la peli, como la estampida. Sin embargo, una mirada a las escenas hechas en estudio demuestra que Howard Hawks estaba más pendiente de hacer una buena película que de hacerla espectacular. Por ello, resulta un film bastante sobrio y austero, centrado en las actuaciones. La banda sonora de Dimitri Tiomkin es épica.

Una peli soportada por excelentes actuaciones, un solidísimo guion y una dirección magistral, pero de ritmo muy lento y demasiado larga (el mismo Howard Hawks protestó porque no le dejaron cortar escenas que consideraba innecesarias). Se requiere paciencia para verla. Muy innovadora, pero disiento de la opinión general: es un muy buen western que no llega desde mi punto de vista al estátus de obra maestra.


El Motin del Caine El Motin del Caine 19-04-2014
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Superproducción de Stanley Kramer basada en una novela ganadora del premio Pullitzer, con un reparto de campanillas y con espectacular escenografía, tamto en exteriores como en interiores. Fue nominada a 7 Oscars, entre ellos el de mejor película, sin ganar ninguno. Esta peli ¨maldita¨ está dirigida Edward Dmytryk, un buen director maldito - no sin razón - por su traición durante la Caza de Brujas a compañeros de profesión y de militancia política, que deja en nada el mucho más famoso caso de Elia Kazan

Humphrey Bogart, en la que es considerada como su mejor actuación junto al Dobbs de ¨El tesoro de Sierra Madre¨, es el capitán del USS Caine. Es un militar aparentemente cumplidor pero al mismo tiempo un tipejo indeaseable, bipolar, excesivamente autoritario y cuyas acciones llevan a sus hombres a sublevarse contra su autoridad, lo cual será causa de un juicio sumarísimo donde se determinará quién lleva razón. Su extraordinaria interpretación, donde desde un buen principio sus gestos compulsivos delatan su condición y sueltando con convicción las líneas más absurdas de acuerdo con la psique del papel que representa, le reportó su cuarta nominación al Oscar. Junto a Bogart, un reparto de estrellas masculinas en papeles de otros oficiales: el rey del cine bélico Van Johnson (la mano derecha del anterior capitán , cumplidor y formal), José Ferrer (un abogado militar que decide jugársela por las acciones del personaje de Johnson) (Fred MacMurray (el teniente de comunicaciones, tipo simpaticote y comprensivo con los soldados), o el prometedor pero malogrado Robert Francis (un oficial de ventipocos que tras una apariencia tímida esconde una tremenda determinación). En papeles más secundarios destacan Tom Tully, que sería nominado a un Oscar por la interpetación del gruñon, informal, excéntico y desencantado, pero muy querido por sus hombres, primer capitán del Caine, al que el personaje de Bogart releva. Sabe caer bien El todoterreno E.G. Marshall y un Lee Marvin (sin canas, oiga) aún abriéndose camino en Hollywood pero con bastante diálogo, esencialmente cómico, completan lo esencial del reparto.

El guion de Stanley Roberts y Michael Blankfort, nominado también, logra una trama realmente absorbente e incorpora la drama ciertos elementos de humor. Además es llevado con un ritmo impecable (la edición también fue nominada) y nos lleva a un sorprendente desenlace. La fotografía y los decorados, exteriores e interiores, son magníficos: Los distintos barcos (a ratos no se distingue qué es real y qué es estudio, y las escenas con maquetas son bonitas), la auténtica base de Pearl Harbour, el Parque Nacional de Yosemite... Rodados de manera bella y con mucho colorido.

La música de Max Steiner son una serie de fanfarrias de tono bélico, generalmente bastante animadas. También optó a un Oscar.

Una peli excepcional, que me ha atrapado de inicio a fin con sus interpretaciones, guion e impecable factura técnica y que añade acción y aventura al ¨cine de juicios¨ tan en boga en ese tiempo. Recomendada no, imprescindible. Solo tiene un defecto: no contener la abundante historia posterior que contiene la novela. Harry Cohn se acobardó ante la idea de que la peli durase 195 minutos... Y es que es tan buena que no le pongo un 10 por este mero hecho. Al leer una sinópsis de la novela, se queda uno con ganas de más, en serio.


La Burla del Diablo La Burla del Diablo 15-04-2014
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Pequeña futesa ¨indie¨ que se montaron John Huston, Humphrey Bogart y Truman Capote, una historia de picaresca (o como el llamo yo ¨peli de putadas¨, como ¨El golpe¨, ¨Maverick¨ o ¨The game¨) rodada en Italia e Inglaterra y contando con un reparto de lujo. Trata de una pandilla de golfos apandadores que se quieren aprovechar de un matrimonio inglés para hacerse con unos filones de uranio. Y para ellos, el asesinato no es problema.

Bogart, Gina Lollobrigida (un matrimonio muy poco probable que prefiere la inteligencia a la fuerza), Robert Morley (como un encantador asesino) y Peter Lorre son parte de la pandilla. Bogart está divertido pero sin esforzarse, muy lejos del nivel que podía ofrecer, de hecho creo que, en sus escasas ecenas juntos, Lollobrigida lo hace mucho mejor (y está bien joven, con ese cuerpazo de alivio y esas... Cosas que tiran más que las carretas). Morley y Lorre están divertidos. Son unos inmorales, pero caen de lo más simpático; Jennifer Jones e Ivor Barnard sus víctimas, él un militar estirado que se va a hacer cargo del filón de uranio que ha heredado, ella una joven vivaracha, charlatana y lanzada; ricos y tontillos: y como buenos ricos y tontillos les va el rollo del intercambio de parejas... A lo mejor no son tan tontillos... En fin. Son divertidos a su vez. También asoma Bernard Lee, el primer y más importante M de la saga Bond, apareciendo en 11 pelis consecutivas de la serie.

Huston y Capote crean un guion de comedia de enredo, cargado de diálogos agudos y divertidos, con momentos hilarantes, pero la película no goza de buen ritmo. Es más bien lenta. No ha envejecido muy bien en este aspecto, pero tampoco vamos a decir que es un desastre. La peli en si es buena.

Muy bien recibida en su época, y bien interpretada, esta comedieta de aventuras no ha envejecido muy bien, pero está en dominio público y no perdéis nada por echarle una ojeada. Es corta y digerible a pasaer de su lentitud si gustáis de las comedietas pero no es de lo mejor de John Huston.


El Tesoro de Sierra Madre El Tesoro de Sierra Madre 11-04-2014
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Ambiciosa adaptación de la novela aventurero-reivindicativa del misterioso escritor germano-mexicano B. Traven, dirigida por un John Huston en estado de gracia.

Protagonizada por Humphrey Bogart dispuesto a romper con su imagen de antihéroe romántico (no era la primera vez que lo encasillaron: recordemos su época de elegante cómico y la de hombre sin escrúpulos), muchos dijeron que esta fue su mejor actuación hasta la época (muchos la entaron que ni tan siquiera lo nominaran para el Oscar). A pesar que de físicamente no responde a la descripción que hace la novela, su Dobbs es excelente: un aventurero granuja y sin un duro con ciertas taras psicológicas que lo llevan en algunos momentos a rayar la psicopatía. Bogart crea un Dobbs mucho más chiflado que el de la novela (a ratos asusta) lo que le permite al fin mostrar que podía tener varios registros en una sola actuación. Muchos críticos dicen que esta fue su mejor interpretación (pero también tenemos ¨El motín del Caine¨, por ejemplo). Walter Huston, antigua estrella reconvertida a secundario de lujo, hace el papel del viejo y experimentado buscador de oro Howard. Nadie supo sacar mejor rendimento del veterano actor que su propio hijo John, y su brillante actuación como alma y conciencia del grupo protagonista, charlatán pero prudente y honesto, fue premiada con un Oscar. Tim Holt, un modesto pero muy competente actor de westerns, es Curtin, el tercer buscador, un joven parecido a Dobbs, pero con más autocontrol y menos lengua. Más adelante se les unirá otro indivíduo, un astuto y emprendedor geólogo que desea montar su propia empresa interpretado por el cachas Bruce Bennett, que apareció varias veces junto a Bogart y que es especialmente recordado por ser el primer actor que interpretó a Tarzán tal y como Edgar G. Borroughs lo creo (medio caballero culto y refinado medio hombre-bestia, lejos del adorable tarugo de Weissmuller) los secundarios mexicanos destacan Alfonso Bedoya, intérprete mexicano que trabajaba asiduamente como actor de carácter en Hollywood, como villano principal, y Margarito Luna, al que hemos visto en muchas pelis americanas y también era un habitual en las pelis de Santo, el enmascarado de plata. Hay muchos cameos: Ann Sheridan, el mismo John Huston, Pat Flaherty o Jack Holt. También aparece el pequeño Robert Blake, conocido como adulto con su magistral interpetación en ¨A sangre fría¨, ¨Carretera Perdida¨ o como el detective funky Tony Beretta en la serie setentera ¨Beretta¨, junto a la cacatúa más famosa de la tele... Y por el juicio por asesinato que le ha acabado hundiendo la carrera y llevado a vivir su vejez en la pobreza.

John Huston dirige y escribe magistralmente, creando una muy fiel adaptación de la novela, saltándose lo accesorio y la carga política (Traven era anarquista. El Código no hubiera permitido las ideas liberales del original, sobretodo su dura crítica a la Iglesia más conservadora y a los integrismos asociados a ella), y aumentando ligeramente la acción e incluso la violencia - y no me quejo, tíos, creedme, que Traven se va un poco por las ramas con las descripciones - centrándose en la aventura y la evolución psicológica de los amorales personajes que efectúa Traven, en especial la de Dobbs, creando además una ambientación tan sórdida y feísta como la de la novela. Su trabajo fue premiado con sendos Oscars a la mejor dirección y mejor guion adaptado. De hecho, considero que la película - en lo que es un relativamente poco común, pero haberlos, haylos - supera a la novela, sobretodo en el enfoque que se da al personaje de Dobbs, aquí más complejo que en el original (eso sí, perdiendo, como se ha dicho, el brillante mordiente social de la novela).

Técnicamente es una película deliberadamente sobria y sombría. Son de destacar las caracterizaciones de los personajes, agotados, abatidos, sucios (gran mérito de uno de los miembros de la destacada familia Westmore, Perc) y vestidos con harapos.

Max Steiner combina una marcha típicamente de peli de aventuras con elementos dramáticos (como la engañosa música de inicio). El leitmotiv de la BSO es motivador y ufano, muy memorable.

Una especie de anti-peli de aventuras que prácticamente contiene todo lo de la novela que fuera suceptuble de trasladarse al cine. Es entretenida y hace pensar a partes iguales. Excelente, todo un clásico del Séptimo Arte.


Una Noche en Casablanca Una Noche en Casablanca 06-04-2014
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Las deudas de juego de Chico, otra vez, llevaron a los Marx, un lustro después de su última actuación, a ponerse de nuevo ante las cámaras con una producción independiente producida esencialmente por ellos (junto a otros productores) bajo su propia compañía, la Loma Vista Productions, con el deseo de trabajar con más libertad.

Lo que más destaca de esta peli es su argumento, una parodia del noir bélico de la época, ambientado inmediatamente después de la II G.M. No es extraño, ya que el director es el mito del cine negro Archie Mayo. La parejita de turno son un veterano del ejército francés durante el Régimen de Vichy que se negó a hacerle el juego a los nazis y que dejó un botín de guerra destinado a Sudamérica en Marruecos (solo para ser robado a las pocas horas) y su novia, que en lugar de tener a un Rick Blaine, tienen a Groucho, Harpo y Chico ¡Con estos tres, no puede existir posguerra!

Tras iniciarse la peli con uno de los mejores gags de Harpo, nos encontramos con unos Marx un tanto cambiados físicamente, pero que siguen en buena forma. Groucho va a lo suyo: repartir líneas y llevarse las mejores escenas. Chico está más domado que de costumbre, mientras que Harpo está desencadenado: los mejores gags son suyos y va muy suelto. Aquí se nota que los Marx tuvieron mucha más mano que en otras pelis. El cómico alemán Sig Rumann trabaja por tercera vez junto a los Marx 11 años después, interpretando un papel parecido al del Lasparri de ¨Una noche en la ópera¨ - donde Rumann interpretó al promotor Gottlieb - solo que en lugar de un tenor presuntuoso, aquí es un ¨dirty nazi¨ dispuesto a lo que sea por recuperar el tesoro de su Führer y organizar un nuevo ¨pustch¨. Es quizá el villano más odioso que haya salido en una peli de los Marx, pues es un refinado asesino en serie.

El guion es bastante correcto, con muchos chistes buenos para Harpo, e intenta conservar el humor marca de la casa de los hermanos, con muchas menos canciones de los habitua. Todo forma una peli divertida y con ritmo.

La peli es de muy bajo presupuesto, y se nota, aunque ¨El hotel de los líos¨ era aún menos pretenciosa, así que no cabe quejarse, pero esta peli tiene un mal que la daña considerablemente: al haber sido concebida como más o menos media hora más larga, recibie do sonoros bostezos en el pre-estreno, está llena de cortes torpes y escenas que empiezan y acaban de improviso debido al metraje cortado deprisa y corriendo.

Con todo, otro buen trabajo de los Marx. En comparación con algunas de sus pelis palidece, pero como dicen algunos críticos actuales, una comedia de los Marx siempre vale por 20 de las que se hacían en esos tiempos. Ahí queda eso.


Total de críticas: 294

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