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bigladiesman

Críticas de bigladiesman

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007: Operación Trueno 007: Operación Trueno 16-03-2014
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Película que mantiene dividida a la fanbase de Bond: los más veteranos, que la pudieron ver en toda su gloria en cine, dicen que es de las mejores de la saga, mientras que otros fans más jóvenes (incluído yo mismo) la ven desfasada debido al ritmo de babosa coja y reumática y con mal de altura de la segunda parte. Empieza siendo enorme, acaba matando de aburrimiento. He aquí una reseña de la película Bond que peor ha resistido el paso del tiempo.

El reparto, de nuevo, es un lujazo, pero a Connery se le nota muchísimo el cansancio. Se ve a un Bond más humano y vulnerable pero menos divertido que de costumbre. Llegamos a la época en que hay que encomendarse al reparto secundario y al aspecto técnico. La modelo Caludine Auger es una buena chica Bond, pero queda superada por tada una experta del cine de terror, bellísima y carismática: Luciana Paluzzi. Adolfo Celi, uno de los mejores actores italianos, un tanto olvidado, está un poco desigual como Largo, pero el sadismo extremo y sin bromas de su Emilio Largo dejaron huella.

Tras un inicio estupendo, la película empieza a volverse lenta a partir de la primera media hora, con excesivamente largas, e incluso, a ratos, gratuítas escenas subacuáticas, maravillosamente filmadas pero que Peter Hunt no pudo montar peor (por exigencias de los productores). El maravilloso trabajo de fotografía submarina de Ricou ¨Laguna Negra¨ Browning y su amigo Ivan Tors se echa a perder por su propia épica: al ser una peli para ser vista en Cinerama, lo que en los 60 era alucinante, ahora es aburrido, lento, pesado... Y no solo se trata de las escenas acuáticas: en general todas las escenas de acción son lentas y pesadas.

Técnicamente, si olvidamos la lentitud de la acción y el montaje, va mejorando lo presente: bellísima y colorista fotografía, tanto en exteriores como en interiores comombajo el agua: trabajazo de Ted Moore y el ya nombrado Ricou Browning. John Barry crea una banda sonora muy buena, pero a veces monótona, sin renunciar en nungún momento a su estilo. Y tenenos un temazo de Tom Jones, dándolo todo como siempre. Y los FX y el atrezzo hacia el final, son, nunca mejor dicho, de traca: barcos de verdad que se desmontan solos y explosiones que rompieron los cristales a muchos kilómetros a la redonda, submarinos y motos subacuáticas que funcionan de verdad, una maqueta a tamaño natural de un caza Avro Vulcan 2.0... Algo realmente grandilocuente, que inclus empequeñece el trabajo del mismísimo Ken Adam y sus estupendos sets.

Así, sin tener realmente nada malo de solemnidad y ser un logro cinematográfico extraordinario para su tiempo, aquello que la hizo grande en su época - las escenas subacuáticas - la empequeñece ahora, hasta el punto que, reconociendo que es peor película, prefiero la bastante bizarra ¨Nunca digas nunca jamás¨. Tenía los mimbres para ser recordada como una de las mejores de la serie. Ahora resulta simplemente mediocre.


James Bond contra Goldfinger James Bond contra Goldfinger 16-03-2014
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Y aquí está. La peli que estableció el cánon bondiano definitivamente: Bond se enfrenta a un villano ¨larger than life¨ con un ayudante igual o más carismático (y además le dedican una inolvidable canción de Shirley Bassey) obtiene su gadget más famoso, el Aston Martin DB6 lleno de trucos, tiene sus más y sus menos con Q, vacila a la audiencia, y vive aventuras entre los deliciosos y maximalistas sets de Ken Adam. Y con más acción, más humor, más frases memorables, más chicas inolvidables y más persecuciones que nunca. Estamos ante GOOOOOLFINGER!!!

Aquí tenemos a un Connery más cómodo en el papel, y más divertido y suelto que en las anteriores pelis, incluso notándosele el bisoñé. Disfruta cada escena de la peli: saborea la acción y se entretiene soltando líneas irónicas. El villano, Auric Goldfinger, no es menos memorable, aunque últimamente la fanbase ya no le tiene tanto cariño como antes, sobretodo porque a Gerd Fröbe lo doblaron: llevando al máximos sus personajes en los krimis, es psicótico, retorcido, tan divertido y deslenuguado como Bond, extremadamente listo y casi siempre preparado para cualquier eventualidad. Y donde va Goldfinger va Oddjob, interpretado por el atlético Harold Sakata: mudo, anormalmente fuerte y armado con un sombrero cortacabezas, el personaje acompañó su entrañable intérprete durante toda la vida. La ya veterana (39 años) Honor Blackman, acabada de salir de los Vengadores y de ayudar a Jasón a encontrar el vellocino de oro fue una sexy, decidida y sexualmente ambigua chica Bond, capaz de plantar cara a Connery en un combate de judo y dejarse violar en una misma escena.
Shirley Eaton tenía un papel pequeño, pero su imagen pintada de oro fue portada en la revista Life y quitó el aliento a medio mundo: quizá siga siendo el cadáver más bello de la historia del cine. Y ¨last but not least¨, Desmond Lewellyn crea definitivamente a su Q, tan querido por los espectadores. Dirige el franco-británico Guy Hamilton, gran especialista en cine de acción.

El aspecto técnico fue igual de lucido: ante todo destacan los espectaculares sets de Ken Adam, sobretodo el de Fort Knox, pero tenemos el brillante guion de Richard Maibaum, lleno de escenas inolvidables, ideas brillantes y diálogos deliciosos (hay un par de agujeros que se debieron más a la intervención de EON que otra cosa), una banda sonora que lanzó a John Barry al estrellato, de nuevo en una amalgama de jazz y música sinfónica que encandiló a Federico Fellini, y un sonido que llevó a un asombrado Norman Walstall a llevarse el primer Oscar de la saga Bond. La fotografía es bella y colorista, y el montaje de Peter Hunt es impecable, por no hablar del trabajo de dobles como Bob Simmons o Alf Joint.

Hela aquí pues. La peli que todos asocian con Bond. La peli que para bien (y para algunos para mal) sentó la fórmula de una de las sagas más exitosas y perdurables de la historia del cine. Es 007 al 100%. Si no la habéis visto, ya estáis tardando. Es una de las mejores pelis de acción y aventuras jamás realizadas.


Desde Rusia con Amor Desde Rusia con Amor 03-03-2014
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Segunda entrega de la saga Bond, hecha con un presupuesto mucho más holgado que ¨Dr. No¨ y eliminando los detalles más fantasiosos de la trama, creando un argumento realista, quizá el más próximo a lo que sería una peli de acción estándar y sin vaciles al público de toda la serie. Algún crítico de su tiempo la calificó acertadamente de ¨comedia de espías¨. Es eso: una desenfadada y trepidante aventura de espionaje, sin grandes concesiones de cara a la galería.

Cuenta con un Sean Connery más seguro, duro y con más sentido del humor que en la anterior película, acompañado de uno de los mejores repartos primarios de toda la saga: la bellísima Daniela Bianchi (segunda en el concurso de Miss Universo) como la chica Bond principal y el por entonces moribundo Pedro Armendáriz en su papel póstumo como el simpatiquísimo Kerim Bey, ayudante de Bond. Los villanos no son menos memorables: la gran actriz de teatro musical y viuda del compositor Kurt Weil Lotte Lenya provocó pavor entre los espectadores como la despiadada militar lesbiana con cara de sapo Rosa Klebb, y no menos pánico provocaba el dramaturgo Robert Shaw en el papel que lo haría famoso y una figura capital del cine de los 60 y los 70: el mercenario psicópata Donald ¨Red¨ Grant.

El guion de Richard Maibaum sigue muy básicamente la novela y prudentemente opta por despolitizarla un tanto, poniendo a SPECTRA como los villanos en lugar de los soviéticos (que son tan víctimas de la malvada organización como el propio Bond). Los diálogos son ágiles y graciosos, con bastantes citas para el recuerdo de los más frikis del lugar. Técnicamente, a pesar de no contar con los decorados de Ken Adam ni los créditos iniciales de Maurice Binder (Robert Brownjohn realizó unos que para la época eran un desenfreno erótico, influenciando mucho en la carrera del propio Binder), destaca la bella fotografía en exteriores de Ted Moore, un montaje rápido y vibrante por parte de Peter Hunt y una excelente y ecléctica (básicamente jazz combinado con música sinfónica, marca de la casa de Barry durante años) banda sonora que puso a John Barry en el mapa para acabar siendo uno de los mejores compositores dramáticos de la segunda mitad del S.XX. Escenas de acción como la pelea en el tren o Bond perseguido por un helicóptero han quedado en los anales de la historia del cine de acción, y fijadas en las retinas de millones de espectadores.

La película que dio el arreón definitivo a la saga, aunque aún no se había dado con la fórmula clásica Bond. Eso no se produciría hasta la siguiente. De todas maneras, siempre se agradece ver una peli que dé variedad a la saga 007, y esta es una de ellas.


El Halcón Maltés El Halcón Maltés 24-02-2014
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En 1941, Jack Warner le dio la alternativa como director al joven guionista John Huston, hijo de Walter Huston, una de las estrellas de la casa (y hasta la muerte de Walter, una de las mejores parejas director-actor de esa época. John sacó lo mejor de su orgulloso papi tras las cámaras), y eligió rodar de nuevo ¨El halcón maltés¨ con una versión hecha por él mismo, con más medios que las otras y tan rematadamente fiel al libro como se podía ser en la época... Resultado: una obra maestra que confirmó el nuevo rumbo del noir: del mafioso intrépido y simpático con el que el público se identificaba al detective amargado y puteado con el que el mismo público se identificó a su vez. Y eso gracias a la tremenda intepretación de un actorazo secundario que no hizo más que adaptar su entonces preocupantemente depresiva personalidad real al personaje de Spade, al que se le parecía físicamente - hablando mal y claro - en el cagar: el pequeño coloso Humphrey Bogart.

Bogart estaba en ese momento en trámites de separación de una esposa enferma mental y realmente amargado por el encasillamiento del que había sido objeto desde que empezó a despuntar como secundario. John Huston identificó este carácter con el de Spade y, afortunadamente, pasó olímpicamente del grandullón rubio y sexual de la novela, convirtiéndolo en un ¨everyman¨ no muy atractivo físicamente... Pero sí psíquicamente. Dio con la tecla: Bogart fue el primer ¨feo guapo¨ de Hollywood y Houston lo convirtió en Spade a su manera: lo que le faltaba físicamente lo compensó Bogey sacando a relucir hasta el mínimo detalle del carácter y maneras de Spade: duro, antipático y violento hasta el punto de la sociopatía, alcohólico, constantemente liándose cigarrillos, que ríe y sonríe sin alegría, es más pobre que una rata, tiene una mente brillante como pocas y un sentido particular de la justicia.

El resto del cásting fue quizá aún más acertado: la siempre impredecible Mary Astor, cuya vida y carrera fueron una constante montaña rusa, es la plantilla en la que se basaron las femmes-fatales desde entonces. Su Brigid O¨Shaughnessy cinematográfica es todo un molde para futuros personajes femenino, como lo era la de la novela. No es sexy, pero es muy bella y expresiva, y su extrema ingenuidad y victimismo, combinada con cierta agresividad latente, llega a asustar si se conoce la novela debido al extremo parecido de ambas versiones. Por la reputación de la actriz podía salir cara o cruz. Hubo suerte...

Peter Lorre es un Mr. Cairo ideal, y su espléndida interpretación le puso en bandeja de plata el estrellato en EE.UU. Elegirlo para el papel fue un acierto, si cabe, aún mayor que poner a Bogart de protagonista: es ambíguo, con esa mirada y pose propios de Lorre, amén de débil física y mentalmente pese a su aparente astucia... Y también queda implícito que es algo mariposón (golazo a la censura); el sesentón Sidney Greenstreet irrumpió en el cine con su charlatán y genuinamente astuto Gutman. A veces (pocas, afortunadamente) la mitificación de Bogey esconde que estuvo rodeado de estos geniales secundarios, sin los cuales la peli no hubiera salido tab rematadamente buena... Huston se anotó un acierto tras otro aquí: aún con Bogart y Astor estando espléndidos, sin unos buenos escuderos, esto podía haber sido perfectamente un desastre.

El guion, el cual que hemos nombrado de pasada, corre a cargo del propio John Houston, y es fiel a la novela, teniendo en cuenta incluso algunos detalles que resultan nimios. También debe tenerse en cuenta que la narración original de Hammett está escrita de manera bastante ¨cinematográfica¨, y para un guionista de cierta clase como Huston era relativamente fácil de adaptar. Más allá de eso, técnicamente esta película no contiene nada innovador ni especialmente destacable. Está hecha con profesionalidad y listos.

No es una peli perfecta: en algunos momentos se le notan demasiado los años, no es realmente innovadora y el resto de reparto secundario es adecuado, pero poco memorable. Algunos críticos revisionistas han apuntado con certeza algún otro fallito, pero yo soy solo un espectador y no me fijo en esas cosas. El modelo argumental que muestra se ha acabado conviritiendo en un cliché más visto que Adriano Correia lesionándose, pero eso es porque es tan rematadamente efectivo que ha perdurado desde entonces. Por su influencia, por la brillantez con la que la dirigió John Huston y por lo mucho que supuso, merece ser considerada obra maestra. Y ya que he hablado de clichés, sin duda, la literatura y el entretenimiento audiovisual (incluído el interactivo, por suspuesto) son ¨la materia de la que están hechos los sueños¨ y esta película y la novela en que se basa lo demuestran.


Satan Met a Lady Satan Met a Lady 23-02-2014
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En 1936, Warner volvió a versionar ¨El halcón maltés¨ con una versión paródica del material original para lucimiento de la divina Bette Davis, que venía de ganar su primer Oscar, poniendo el proyecto en manos del más que capacitado William Dieterle.
Davis, con su Valerie Purvis, se adueña de la pantalla con su expresividad y sabe ser divertida e inteligentísima, pareciendo la única persona cuerda en una peli de locos, a la par que es fatal para aquellos que la rodean. Se encuentra acompañada por un elenco de importantes secundarios de la época, no muy conocidos aquí. El principal es Warren William como Ted Shane, la versión bastardizada de Sam Spade, que no se toma nada en serio y suelta parida tras parida, algunas graciosas, otras sin gracia. Hace lo que le manda el guion con soltura y parece divertirse, aunque de Sam Spade no tiene nada.
El guion del excelente Brown Holmes, un especialista en noir que ya escribió la adaptación de 1931, es tan desigual como el mismo Ted Shane, combinando puro cachondeo (la escena con el Mr.Cairo de turno parece salida de una peli de los Marx, los chascarrillos de la Davis, la revelación del equivalente al Sr. Gutman) con comedieta mediocre (ese matón que parece Marianico el Corto y esa secretaria chiflada...). El guion sigue la línea argumental de la novela de manera libre pero ordenada, y cambiando la estatuilla del halcón por un misterioso cuerno de caza que perteneció al héroe Rolando y que los andalusíes se llevaron como trofeo tras derrotarlo.

Es una coña que debe ser tomada a su vez aún más en coña: acaba siendo un entretenido batiburrillo. La verdad es que me esperaba bastante menos. Es normalilla, incluso tirando a buena, hecha con oficio como corresponde a un gran nombre como Dieterle.


El Halcón Maltés El Halcón Maltés 22-02-2014
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Versión bastante libre y pre-código de la novela de Daishell Hammett con Ricardo Cortez como un Sam Spade relativamente parecido a la descripción que da la novela, pero demasiado risueño e incluso blandote en ciertos momentos y con algunos ¨extras¨ de las que carecía en la novela (como un perfecto dominio del idioma cantonés y un apartamento de lujo). Bebe Daniels, una de las estrelas del cine mudo que no tuvo problemas para adaptarse al sonoro, es la femme-fatale de turno. Es bella y en alguna que otra escena llega a eclipsar a Cortez con su saber hacer.

Destacan algunos sus secundarios: la cómica Thelma Todd está despampanante como Iva, la infiel pero inofensiva esposa del colaborador de Spade, Archer (Walter Long, quizá unos 20 años demasiado mayor para el papel: Long tenía unos 60 años, y los aparentaba, en lugar de cuarenta y pocos como su personaje. También es más astuto que en el libro) la cual le pone los cuernos con el mismo Spade, cosa que aquí se muestra sin ambajes. Dwight Frye, el entrañable especialista en papeles de chiflado en el ciclo de terror de la Universal, hace... Del asesino chiflado Wilmer Cook, por supuesto.

El guion es una versión muy simplificada y un poco más erótica (para lo que era la época) pero menos violenta de la novela, con una aportación del director Roy Del Ruth sobre los relojes como catalizadores de la acción y algún detalle final como único cambio realmente notable. A nivel técnico es muy sencilla, con ciertos aires de obra de teatro. El gran fallo que le veo son los villanos. Todos, incluso el robaescenas Frye, resultan un tanto sosos (y Frye el que más) e incluso cómicamente torpones. Si bien es cierto que toda la película tiene un tono relativamente cómico, no pretende ser una parodia.

Producto entretenido, profesional y reivindicable que se engloba dentro del noir primigenio de la Warner, que siempre dio buenos productos.


Ángeles con Caras Sucias Ángeles con Caras Sucias 19-02-2014
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Noir crepuscular que muchos estudiosos consideran como el epílogo del cine negro primerizo, el protagonizado por criminales que pasó a serlo por detectives privados y policías en virtud del Código Hays.

Protagonizan James Cagney, ya la gran estrella de la Warner desde el momento en que la doctrina Hays lo sacó de hace solo de hampón, como el insignificante mafioso irlandés Rocky Sullivan, gángster de pequeña enjundia - pero una leyenda viva en la Cocina del Infierno - convertido en referente de los Dead End Kids o Bowery Boys - convertidos al poco en protagonistas de una larga serie de comedias de serie B - liderados por el actor Leo Gorcey. Al otro Lado de la Ley está el viejo compañero de cuitas de Rocky, ahora un sacerdote que intenta reformar a su viejo amigo interpretado por el a su vez gran amigo y compañero de reparto y cuitas de Cagney en la vida real, Pat O¨Brien. En medio, un Humphrey Bogart al borde del estrellato como un abogado sin escrúpulos que se aprovecha de Cagney para medrar en la mafia.

Cagney está excelso. Su Rocky Sullivan es ambíguo: es un tipo extremadamente cruel que hace el mal y disfruta con ello, aunque colabora con su amigo el cura al mismo tiempo que se venga despiadadamente de los que lo han traicionado (jugando a dos bandas: reeduca a los gamberros para que obedezcan la ley. SU ley, claro). Su firma en el género, un estado constante de tensión a punto de estallar está evidentemente presente. Bogart interpreta con convicción y aún sin haber creado su ¨screen persona¨ al típico letrado corrupto: un estafador que siempre pone buena cara y se hace el fuerte cuando es el último mono, cosa que queda clara a lo largo del metraje. Se encuentrs alejado de sus papeles más complejos, pero Bogey raramente estorba en un film. Pat O¨Brien es la personificación de la honestidad y el trabajo por la comunidad. Aparentemente parece un blandengue unidimensional, pero su papel gana en profundidad conforme avanza la acción, y vemos que sigue siendo el tipo duro de sus tiempos mozos, solo que con sotana (jamás te metas con un cura irlandés con una cicatriz en la frente...). Suelta un muy buen monólogo que recuerda mucho a la sociedad actual, un mundo deprimido donde los héroes de la juventud son los que salen en Sálvame. Los Dead End Kids se muestraron dentro y fuera de la pantalla como la perfecta cantera para el Hell¨s Kitchen Undesired. Ann ¨Oomph¨ Sheridan demuestra por qué era una de las actrices más buscadas de Hollywood: siempre en su sitio, respondona, con una seguridad en si misma que esconde cierta ingenuidad aunque las haya tenido que pasar canutas, crea un personaje perfecto para la peli. George Bancroft tiene un papel más bien poco lucido, pero su presencia es imponente.

Michael Curtiz dirige el cotarro con la misma maestría de siempre, el guion de Wexley y Duff (con la ayuda no acreditada de Ben Hecht) es brillante, combinando subtramas con mucha inteligencia, creando una relación muy especial entre el heroico O¨Brien y el malvado Cagney, ambos con matices, y un clímax lleno de acción que Curtiz desarrolla a todo ritmo. El final es excelente, muy ambíguo gracias a las estudiadas interpretaciones de Cagney y O¨Brien.

Una de las mejores pelis de gángsteres de la historia, su evidente mensaje moralista (?) no reduce en modo alguno sus cualidades. Excelente.


Agente 007 contra el Dr. No Agente 007 contra el Dr. No 31-01-2014
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Inicio de la saga Bond, una película especial por ciertas diferencias com lo que sería el cánon bondiano hasta 1989. Rodada con presupuesto medio pero con un equipo bastante experto, fue un exitazo que inició una de las sagas más duraderas de la historia del cine.

Fue el triunfo del hasta entonce secundario Sean Connery, que lo lanzó al estrellato de un día para otro: aquí su Bond está desatado como en ninguna otra peli: violento, chulo y expeditivo, capaz de matar a un hombre desarmado sin pestañear, disfruta con el mundo que lo rodea. También es más humano y vulnerable: siente miedo y sufre. Y tiene una excelente voz. Ursula Andress fue una chica Bond inaugural insustituible: su papel no es muy lucido, pero supura erotismo y carisma por todos los poros. El canadiense Joseph Wiseman se preparó muy en serio para su papel de Dr. No; actor de primera, con cierto parecido a Raymond Massey y voz atronadora y temible, es un villano listo, refinado y frío como el acero de sus manos robóticas. De hecho parece un cyborg, como ha apuntado mucha gente. Impecable. Anthony Dawson es el Prof. Dent, un lacayo bastante corto de miras y del que se nota que no es un profesional. El guion lo deja claro y este veterano de la Hammer actúa en cosecuencia. El televisivo Jack Lord es un buen Felix Leiter y el premiado en Cannes John Kitzmiller es un competente pero demasiado supersticioso ayudante de Bond como Quarrell.
El franco-británico Terence Young empieza a moldear el estilo Bond. Su huella en el cine de acción a partir de entonces sería indeleble, y aún hoy en día notamos su influencia. Un gran profesional.

En el aspecto técnico, Ken Adam roba la función a todo el mundo. Sus diseños sobrios y futuristas, aún muy lejos de los grandes decorados que crearía, son tremendamente efectivos hoy en día, y trucos como matte paintings y maquetas lucen bastante. La banda sonora de Monty Norman, en colaboración con John Barry, es decente, pero quizá sea la más floja de la saga, y encima no aparece en discos. Destaca el uso de sintetizadores en ciertos momentos.

El guion de Richard Maibaum es relativamente fiel a la novela en comparación a todas las otras pelis de la serie, lo que no es decir mucho: las diferencias son evidentes, en especial el propósito de no querer ofender a las autoridades de la URSS sacándolos como los malos. Intenta conservar todo el erotismo y violencia posibles para la época, y lo logró de sobras: hasta los años 80 ninguna peli Bond contendría tanto sexo y violencia como esta. Además se le añadieron ciertos elementos de terror que solo fueron igualados en ¨La espía que me amó¨ y la genial actuación cómico-tétrica de Richard Kiel.

Una excelente manera de empezar una serie que iría a mejor en sus secuelas inmediatas y creó, esta vez aún parcialmente, una fórmula para el triunfo.


Hampa Dorada Hampa Dorada 20-01-2014
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El primer film gangsteril y para muchos la primera piedra del cine negro y policíaco, proyectó hacia lo más alto la carrera de sus principales artífices: el director Mervyn LeRoy, el protagonista Edward G. Robinson y el equipo de guionistas, nominado a un Oscar.

Robinson había sido hasta entonces un destacable actor de teatro de origen rumano que había trabajado esporádicamente en pelis americanas y alemanas. Con la llegada del sonido se necesitaban nuevas estrellas en Hollywood, y éstas se cocían en Broadway. La cara de rana malhumorada de Robinson, su complexión entre fondona y robusta y su voz nasal lo hacían ideal para interpretar papeles de tipo duro a pesar de su escasa estatura. Lo acompaña Douglas Fairbanks Jr., excelente actor que tuvo que vivir bajo la sombra de su padre, como Joe Massana, que hace de amigo de Rico en lugar de Otero, ya que un gángster galán vendería más que un pequeño mexicano de gatillo fácil. Otros tiempos.
La película tiene un tono un poco más trágico que la novela (que no es para nada trágica, centrándose más en la acción que en el drama), lo que le da ese ligero tono moralizante de las pelis pre-código Hays; lo suficiente para pasar la censura y listos. Nada de la lucha buenos vs malos que veremos tras la aplicación del Código.

Así pues, vemos a un Rico mucho más duro, malote y violento que el de la novela, y Robinson lo hace impecablemente. En todo momento sabe mantenerse tenso y da la impresión de que va a saltar al cuello de alguien en cualquier momento: su tono de voz, sus poses, su rostro... Se mantiene siempre en una calculada tensión (salvo cuando dispara. Robinson era un hombre muy pacífico que cerraba siempre los ojos al disparar porque le daban miedo las armas). Rico es un temerario y un auténtico indeseable - aunque Eddie Robinson reserva un par de sorpresas - en contraste con el torturado Joe Massara, que en la novela era un frío criminal. Fairbanks sabe mostrar la angustia del hombre que se debate entre dos deberes - sus principios o los de la banda - y elige siempre los más tortuosos. Un tipo bastante heroico que planta cara a Rico y la policía al mismo tiempo, buscando la felicidad y su autorealización. La vamp y muy buena actriz Glenda Farrell sale poco, pero se luce como Olga, la delicadadamente bella y valiente pareja de Joe, que tiene más cojones que muchos de esos tipos duros. El especialista en el subgénero Thomas E. Jackson es el Sargento Flaherty, un poli amanerado, obsesionado con Rico y de modos muy discutibles, aunque no un torturador como en la novela. Se lee cierta crítica al colectivo policial. Mervyn LeRoy sabe en todo momento lo que quiere y dirige con maestría diálogos y acción. Y es que pese a su juventud ya llevaba como una docena de pelis en su haber.

Los guionistas Robert L. Lee y Francis E. Faragoh (con la colaboración de los productores Robert Lord y el legendario Darryl F. Zanuck) reorganizan la novela sin perder el espíritu de ésta: drama, pretensión de documental y mucha seriedad. Los golpes de la banda, narrados con detalle en el libro, pasan a toda velocidad, en minisecuencias parecidas a viñetas de cómic en la peli. Lo malo es que algunas escenas resultan demasiado teatrales y patéticas para el espectador de hoy día. Eran los albores del sonoro, y aún quedaban muchos resquicios de cine mudo por ahí. Destaca una escena en que se muestra la relación de un mafioso con su madre: en la novela era tensa, aquí es muy acaramelada. Demasiado para mi gusto personal. Y además están esas elípsis narrativas típicas del mudo...

Una gran peli de gángsteres, bastante anticuada en comparación con su prima ¨El enemigo público¨, pero con unas actuaciones brillantísimas: esa era innovadora y dinámica. Esta es una peli puramente de actores. Ambas dieron a conocer a dos pesos pesados del cine y forman la semilla de la que se ha nutrido el noir cinematográfico. Valga este 8 por ambas, que al hacer la crítica de ¨El enemigo púbico¨ olvidé puntuar.


Casablanca Casablanca 05-01-2014
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A veces, el factor casualidad juega un papel importante en el mundo del cine. Mientras superproducciones cuidadosamente manufacturadas como en una cadena de montaje se meten el cebollazo padre ante público y crítica, pelis de presupuesto medio-alto (e incluso de las series B a la Z) hechas a trompicones, casi improvisando sobre la marcha con los equipos artístico y técnico teniendo que tirar de puro oficio para sacar el tema adelante o directamente trabajando a desgana, se convierten en monumentales e indiscutidas obras maestras. Esta fue una peli que dio en el [Casa]blanco cuando nadie daba nada por ella a pesar de que no se trataba de una serie B. Simplemente era una peli más de la Warner, una mezcla entre romance y espionaje hecha para sacar provecho del desembarco aliado en el norte de África. El fenómeno de masas en que se ha convertido es un homenaje a el saber hacer de un grupo de excelentes cineastas que se fueron a encontrar allí, precisamente. Y es que todo quisque va a Rick¨s, ¿no?

Basada en una obra de teatro llamada ¨Everybody Comes To Rick¨s¨ que fue rechazada una vez tras otra y de la que el gran público no supo su existencia hasta una vez estrenada la peli, ya que jamás se estrenó, esta peli supuso el gran éxito de la carrera del húngaro Michael Curtiz (aunque hay quien dice que su trabajo aquí tampoco fue espectacular) y el despegue definitivo de Humphrey Bogart e Ingrid Bergman como superestrellas. Con todo, se dice que el mayor artífice del éxito de esta peli y el único que creyó en ella desde el inicio fue el productor Hal Wallis, que supo formar un equipo ideal dsde el director hasta el último extra, y se volcó personalmente en cada día de rodaje.

Si empezamos con las interpretaciones, se hace necesario apuntar uno de los grandes méritos de la peli: lograr una química perfecta entre Bogart y Bergman, el prsuntamente no-idealista Rick frente a la idealista Ilsa, dos personajes entre el amor y el deber. Y es que fuera del plató no es que tuvieran mal rollo ni nada, simplemente es que su relación era casi inexistente (parece que la fama de ligona de Bergman hizo que Bogart se mantuviera muy distante con ella, ya que su esposa de entonces era patológicamente celosa). Sin embargo, el tesón que pusieron ambos en su trabajo hacía que cuando las cámaras se pusieran en marcha, toda distancia entre ellos desapareciera, y con ello desapareció también el encasillamiento de Bogart como gángster. Están además acompañados de un impresionante elenco de secundarios: Claude Rains, Dooley Wilson (ambos en papeles especialmente inolvidables: el ambíguo Renault y el amigo de todos, Sam), Peter Lorre, Conrad Veidt, Paul Henreid, Sidney Greenstreet o John Qualen; todos de reconocido prestigio.

Aunque el guion se realizó sobre la marcha, casi improvisando y cambiado constantemente de menos, ello no perjudica la acción, llena de ritmo, ingenio y chispa, con montones de citas que han entrado de lleno en el imaginario popular y que se usan como frases hechas en el lenguaje diario de varios idiomas y escenas inolvidables como, por citar una, el duelo de himnos entre nazis y resistentes. El único problema que tiene la peli son ciertos agujeros en el guion que no se notan si no te los dice un verdadero fan de la peli.

Muy sencilla a nivel técnico, destaca la fotografía, que juega mucho con la iluminación y los complejos decorados del café de Rick, montados en diversos estudios y rebosantes de extras. Y, por supuesto, la maravillosa banda sonora de Max Steiner, parecida a la que ya realizara para ¨Lo que el viento se llevó¨, combinando temas musicales populares en la época con música sinfónica (en este caso los standards de los primeros 40 y algún himno sustituyen la música sudista).

En mi primera crítica, que hice años después de ver la peli por primera vez, dije que quizá estaba un tanto sobrevalorada a pesar de ser excelente. Este segundo visionado ha hecho que me la mire aún con mejores ojos. Me ha entretenido y fascinado más ahora que hace unos 10 años. No he visto peli tan citable en mi vida. El afamado y malogrado crítico Leonard Maltin dijo que incluso con sus defectos, se podía considerar la mejor película de todos los tiempos por un motivo: su transversalidad. Críticos, público ¨serio¨, público estándar o frikis de la vida (me considero uno de estos): a la inmensa mayoría al menos les gusta la peli. Es una de esas pelis que sabe mover a varios tipos de público y unirlos... ¿O acaso nos han condicionado para que nos guste? En todo caso, esta vez sí, ahí va mi 10.


Tienda de Locos Tienda de Locos 31-12-2013
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Aquí sí, se vio claramente que los Marx empezaban a cansarse y que ya no recibían buen material. Pese a que es una película muy entretenida, no contiene ningún momento especialmente memorable, si bien hay un par de escenas delirantes, como la del Departamento de Camas (que es más visual que otra cosa a parte de un par de arreones de Groucho).

Con la novedad de que esta vez Harpo hace de amiguete de Groucho en lugar de serlo de Chico, al menos al principio, cuando no se sabe que sus personajes también son hermanos y entran en las rutinas de siempre, con Margaret Dumont de vuelta (por desgracia no brilla como en otras de sus actuaciones) y con una pareja romántica de moda en ese tiempo (el crooner Tony Martin, eterno esposo de la gran Syd Charisse que trabajó con varios grandes del jazz, y la perstigiosa actriz Virginia Gray, eterna novia de Clark Gable que se quedo en eso al casarse éste por sorpresa con otra mujer). Otra novedad es que el villano, interpretado por Douglass Drumbille, al que ya vimos en ¨Un día en las carreras¨ esta vez es un auténtico psicópata dispuesto a matar a todo el mundo que se interponga en su camino en lugar de un simple liante (y sí, entre ellos está Trentino, el megalómano fascista de ¨Sopa de Ganso¨, que resulta ser bastante inofensivo).

Un detalle a reseñar es que a parte de que el guion es más bien discreto se abusa de las canciones. Y mucho. Además, el clímax es de un humor bastante tosco.

Los Marx fueron los primeros a los que no gustó la película, que realizaron a desgana. Tras este pequeño desastre que recaudó solo 33.000 $ (más que otras pelis anteriores del grupo así y todo), los Marx se retiraron por segunda vez, y no sería la definitiva.


Los Hermanos Marx en el Oeste Los Hermanos Marx en el Oeste 29-12-2013
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Una película no muy popular entre los fans de los Hermanos Marx, lo cual encuentro injusto. De hecho, a título personal la considero mi segunda favorita de los Marx tras ¨Sopa de ganso¨. De hecho creo que es la más próxima al humor surrealista y espíritu anárquico de la época Paramount, culminando un caro clímax de épico slapstick. Sí que es verdad que quizá se trate de la última peli de los Hermanos con gags, frases (¨¡Traed madera!¨) y canciones realmente memorables.

Los Marx hacen lo de siempre: tres cabroncetes entrañables que se estafan mutuamente hasta que la parejita random (Diana Lewis, una monada de actriz casada con William Powell a quien enamoró a primera vista por un lado; el actor, cantante y gran aventurero John Carroll, que incluso estuvo con su amigo Errol Flynn con los Revolucionarios de Fidel Castro y el Ché Guevara en Sierra Maestra, por otro) de turno los une para salvar el rancho de la chica de la peli de otro ranchero sin escrúpulos. El trío simplemente nos ofrece más de lo mismo con la misma eficacia de siempre y ello es positivo en todos los casos.

A parte de la famosa persecución final (que tiene toda la pinta de ser obra de Buster Keaton, de nuevo colaborador en el guion), son destacables las canciones, que para mi gusto son las más pegadizas de la saga Marx, con sus finales de épico swing en contraste con la ambientación Western.

Puede que sea más floja que otras pelis de los Hermanos, pero esta es una debilidad personal, y si se me permite, la nota es bastante autoindulgente. Opino que es la mejor para introducirse en el mundo marxiano.


El Gran Dictador El Gran Dictador 27-12-2013
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Un genio del Cine apareció en el momento más oportuno y realizó una de las más grandes parodias de la Historia. Charles Chaplin sintió el deber de reirse de ese austríaco algo rarillo y totalmente megalómano que había nacido la misma semana del mismo mes del mismo año que él, y que además se le parecía algo: Adolf Hitler.

Dotando a la película de un tono de cachondeo desde los créditos iniciales a la penúltima escena, Chaplin la escribe, dirige y protagoniza impecablemente. En todo momento nos recuerda a sus tiempos como Charlot, y por mucho que él lo negara, muchos consideramos que su anónimo barbero y, en menor parte, su infantiloide dictador genocida Hynkel son unos trasuntos modernizados y parlantes de Charlot. El barbero incluso viste igual. Su actuación combina rutinas cómicas del cine mudo y sus momentos tiernos y entrañables de siempre con histéricos y surrealistas gags hablados (en especial con Jack Oakie), dando como resultado montones de escenas memorables y una comicidad, más que nunca en su carrera si descartamos la negrísima comedia ¨Monsieur Verdoux¨, teñida de mala leche. Sin duda, es la última gran charlotada, dicho en el mejor de los sentidos.
La ex-esposa de Chaplin, Paulette Goddard, interpreta a Hannah, la soñadora protagonista femenina. Aunque era una actriz brillante, aquí creo que su talento e inteligencia no están aprovechados del todo, pero su belleza compensa. El hecho de que Chaplin y ella rodaran la peli en trámites de su divorcio podría ser la causa. De todas maneras, a partir de aquí, su carrera ¨en solitario¨ sería magnífica.
Todo el reparto actúa con convicción, en especial el ya mentado Jack Oakie, que se llevó una nominación al Oscar con su Napoloni en un papel que marcó su carrera posterior. Mi robaescenas particular es el diminuto Bernard Gorcey, un cómico cuyo Sr. Mann es uno de los personajes más divertidos de la película.

Técnicamente no podía salir mejor. Chaplin se dejó 2 millones de dólares en unos sets de lo más coquetos. La capital de Tomania en especial es una ridiculización total de la obra de Albert Speer y de las filmaciones excesivas de Leni Reifenstahl, puestas en contraste con los estereotipos de una vieja ciudad germánica. Claro que la Realidad empequeñeció la Parodia, pero aún así... Chaplin metió las narices en todos los aspectos técnicos, supervisando directamente fotografía y música, que debían contar con su aprobación total (unas imágenes de archivo lo muestran abroncando al director de fotografía por no tomar bien a su juicio una famosa escena suprimida). La competente labor de todo el equipo valió a la peli cinco nominaciones a los Oscar.

Chaplin, aunque con reservas, dijo que no hubiera hecho esta peli de haber sabido sobre el Holocausto, pero nunca se arrepintió de haberla hecho. Y con ella nos reímos a tope todo el rato y nos emocionamos con el que sea quizá el monólogo más recordado de la Historia del Cine. Un monólogo que seguirá vigente por los siglos de los siglos por parte de todo un humanista como fue, con sus virtudes y defectos, el gran Chaplin. Es imprescindible.


Hombres Intrépidos Hombres Intrépidos 15-12-2013
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Premiada adaptación en un solo guion de varias obras del dramaturgo ganador del Nobel Eugene O¨Neill ambientadas en el mar dirigida por un John Ford en estado de gracia. Esta historia de un grupo cualquiera de marinos mercantes en plena II G.M. fue aclamada por la crítica pero fracasó tanto en taquilla como en los Oscars (0 estatuillas de 6 nominaciones, entre las cuales mejor película y mejor guion adaptado).

Tiene un buen reparto encabezado por John Wayne, con actores secundarios importantes como Thomas Mitchell o Ward Bond. Todos hacen muy bien su trabajo y logran dar empaque y realismo a la acción, pero como he visto la película doblada (doblaje tirando a regularcillo a pesar de que hay voces conocidas: Joan Carles Gustems, Miguel Ángel Jenner o Carles Canut) tampoco puedo juzgar de primera mano. La traducción incorpora lenguaje coloquial que seguro que no se usó en la época. Eso me ha gustado: en una época en que el código Hays hacía que decir ¨caramba¨ ya fuera algo censurable, oír gritar un buen ¨Hijo de puta¨ es una agradable sorpresa, aunque sea cosa de la adaptación.

El guion es muy bueno, equilibrando perfectamente drama - y cabe decir que es un dramón bélico del quince - y acción y haciendo especial hincapié en las complejas relaciones humanas en un sitio cerrado como es un barco, sus alegrías y miserias, el terror y el valor, sus conflictos personales y reyertas o cuándo deben actuar como una piña en la peligrosa misión que tienen encomendada. Además, incorpora una subtrama de espionaje, revelando el miedo al quintacolumnismo que había en esos tiempos en los países Aliados. Solo me chirría el uso abusivo de alcohol, generalmente como elemento de ligera comedia, pero la misma peli deja caer que para esa misión, más vale que vayan todos piripis antes que acobardados. Y es que esta es una de esas pelis ¨machotas¨. Sin embargo, el tramo final de la película, donde se denuncia el reclutamiento forzado de marineros civiles en barcos de mala muerte y Wayne acapara todo el protagonismo, se hace demasiado largo, aunque el clímax - con tangana incluída - vale la pena.

Técnicamente está muy lograda. A pesar de estar rodada casi íntegramente en estudio, da idea de la peligrosidad de la vida en el mar con estupendas y verosímiles escenas de acción (los decorados del barco son estupendos para su tiempo) donde FX, fotografía y sonido se adecuan a la perfección, además de un buen uso de maquetas. La música no me ha acabado de convencer, con su uso abusivo del ¨standard¨ ¨Harbour Lights¨, pero que quede claro que es una cuestión de gusto personal, no que sea mala.

En la época y teniendo en cuenta el Código Hays, quizá no hubiera una descripción más realista de la vida de los marinos mercantes en tiempos de guerra. John Ford se luce de nuevo con una peli de impecable factura técnica sobre gentes para las que aún hoy día e incluso en tiempos de paz, para ellos, lo que el greuso de la gente llamaríamos ¨aventura extrema¨ es su día a día.


Mando siniestro Mando siniestro 08-12-2013
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Western de la modesta Republic que reunió a Raoul Walsh con ese muchacho que descubrió hacía una década mientras se dedicaba a transportar enseres por los estudios. Se llamaba Marion Morrison, nombre que Walsh cambió por John Wayne.

Duke, que interpreta aquí a un tipo fuerte, no muy brillante, pero con gran sentido de la justicia, que logra ser marshall de un pueblo, vuelve a estar acompañado de Claire Trevor. Su excelente química en ¨La caravana¨ convenció al mundo del cine, y se deseaba verlos juntos de nuevo. El resto del reparto es estupendo: Walter Pidgeon excele como un en apariencia ciudadano ejemplar que por envidia se dedica al tráfico de esclavos y armas, extorsión y otras fechorías, aprovechándose de los dos bandos en la Guerra Civil (está basado en un personaje real, un peligroso guerrillero confederado) que rivalizaba con Wayne para un puesto de Marshall. Es un villano con mucho encanto, muy determinado, parecido a los mafiosos de las grandes pelis de cine negro de la época como ¨Scarface¨ o ¨Little Ceasar¨.
Interesante señalar la aparición del rival de Gene Autry en el puesto de mejor ¨singing cowboy¨, Roy Rogers, que aparece como secundario (hermano de Claire Trevor y ayudante de Wayne hasta que todo se tuerce). El éxito de esta película acabó siendo el revulsivo que necesitaba para pasar por delante a Autry a los ojos del público de la época.

El guion, típico de un drama de acción de la época, es correcto, con muchísimos toques de humor bastante efectivos e intenta no caer en el maniqueísmo por lo que respecta a la Guerra Civil. El diseño de producción y la música fueron nominados a sendos Oscars, aunque debo decir que no me han llamado mucho la atención personalmente, salvo por cierta escena sobre un mapa de la que estoy seguro que se se tomó nota para hacer la mítica cortinilla de Bonanza, con los planos de La Ponderosa ardiendo.

Una notable y entretenida película con bastante acción para la época, muy bien interpretada y hecha con profesionalidad bajo la batuta de un maestro como Raoul Walsh en la que sería su segunda y última colaboración con su pupilo John Wayne.


Sin Novedad en el Frente Sin Novedad en el Frente 03-12-2013
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El versátil Lewis Milestone se enfrentó al desafío de realizar esta peli basada en el best seller de Erich Maria Remarque cuando el cine sonoro - si bien se encontraba ya bastante generalizado en tan solo 4 años - estaba en sus albores.

Milestone contó con un buen reparto, en el que sobresale Lew Ayres como Bäumer, que destaca por una actuación absolutamente bipolar en la que va de la alegría, la compasión y la camaradería a la puta locura, el instinto asesino y la frialdad en cuestión de segundos. No fue ni tan siquiera nominado al Oscar, pero fue el gran papel de sus 65 años de carrera, incluso habiendo sido nominado para el galardón en 1948. El papel lo marcó tanto que fue objetor de conciencia en la II G.M.
Desde mi punto de vista, y me ha sorprendido, Milestone hace especial hincapié en una galería de excéntricos personajes que aparecen en la novela. Hace que alguno que otro sobresalga aún más que en ésta.

Eso sí, hay que tener en cuenta que hablamos de 1931 y el estilo interpretativo de estas pelis está un tanto obsoleto. A veces son demasiado teatrales. Si se tiene este detalle en cuanta, las pelis de la época son mucho más disfrutables.

Otro de los principales méritos de esta adaptación se encuentra en el guion: la a veces anárquica narración original es estructurada y se nos presenta en forma lineal. Así, por ejemplo, la escena que se narra en las primeras páginas del libro no aparece hasta los 50 minutos. Y el resultado es excelente, comprendiendo prácticamente la novela entera con sus diálogos, sus momentos trágicos y ese cierto humor que la caracteriza. Incluso se incluye la parte de la pérdida de la virginidad de Bäumer. Otro apunte es que quizá sea la primera película bélica donde el diálogo prima sobre la acción. Hay montones de momentos donde se alcanza una intensidad tan grande en las escenas dramáticas como en las de batalla.

Al ser una película anterior al Código Hays, se permite algunas libertades en el tema de la violencia y en el argumento en general: para 1931, esta peli era una de las más crudas y violentas que se habían visto: las batallas son a cara de perro, sin bellas coreografias ni estilizaciones (menos por esa legendaria epifanía final, que en la novela era sucinta y que Milestone poetizó. Incluso la interpretó él mismo). Y como se ha dicho, se sugiere sexo. Se nota cierta voluntad documental durante toda la acción, logarada gracias a un competente equipo técnico.

Un detalle que personalmente me llama la atención es que esta peli tiene toda la pinta de haber sido pariodiada por Chaplin en el delirante-hilarante inicio de ¨El gran dictador¨. El ambiente de desolación es parecido y las actuaciones parecen una exageración de las de esta peli. Puntos extra para Chaplin.

Es una película a la altura de la novela: ni la supera ni está en absoluto por debajo. Y como la novela, merece un 10 en todos los aspectos. Aún imprescindible.


Lo que el Viento se Llevó Lo que el Viento se Llevó 23-11-2013
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25.000 dólares dio el genial y ambicioso David O. Selznick a Margaret Mitchell para llevar al cine ese éxito editorial como productor independiente. Se la jugó, y el resultado fue una de las pelis que ha definido el Hollywood clásico, con un reparto genial, una brillante adaptación del guion, una factura técnica impecable... Y ese puñetero racismo que, aunque suavizado, sigue presente en la peli.


En la humilde opinión de este frikazo, la película Lo que el viento se llevó es un puto espectáculo que se come con guarnición la para nada mala pero muy criticable novela original. Dirección, interpretaciones, fotografía, FX (sí, FX), música... Es una glorificación del Séptimo Arte... Aunque no exenta de algún defecto.

Vivian Leigh está simplemente genial, es la clave para entender el éxito la película y logró un Oscar muy merecido. Su Scarlett transmite a la perfección la lenta evolución de ese personaje de eterna adolescente caprichosa y casi sociópata del libro a base de un impresionante catálogo de expresiones faciales y gestuales e inflexiones de voz, quizá demasiado teatrales para el espectador actuaç, pero siempre en su sitio. Por su cara se adivina que en ese alterado cerebro pasan muchas cosas. Logra con un solo gesto lo que el libro tarda párrafos en expresar. Leemos a través de ella. Y además es bella y elegantísima Una actuación maravillosa por parte de la actriz británica, con muchos paralelos a la que le reportaría su segunda estatuilla: la Blanche DuBois de Un tranvía llamado deseo (desgraciadamente, el perfil psicológico de estos personajes pasaría a ser el suyo propio en la vida real). Soberbia.

Tras meses de negarse, Clark Gable se vio casi obligado a hecer el papel de Rhett Butler tras un constante acoso por parte de Selznick. Igual que Leigh, Gable evoluciona de alegre rufián respondón y cínico a marido histérico, maltratador y casi psicótico debido a la influencia que Scarlett ejerce (sin quererlo, esta vez). Igual que Leigh, sabe estar siempre en su sitio. En la segunda parte de la peli, el gran galán hollywoodiense asusta de verdad.

Olivia de Havilland merecía haber competido con Leigh en el Oscar como actriz principal. Es uno de los papeles de su vida: la sensible y valiente Melanie tiene unos valores tan retrógrados como el resto de los personajes, pero es uno de los pocos que parece incluso buena persona. Pero - para alegría de De Havilland, que consideró que bien valía perder el Oscar por joder a Selznick - la palma en el reparto secundario femenino se la lleva Hattie McDaniel en el papel de Mammy: antes se la consideraba entrañable. Ahora resulta un poco incómodo verla así, pero, en el papel que le asignan, funciona a la perfección, dando empaque a un personaje que en el libro es muy plano. En la segunda parte de la peli tiene un diálogo impresionante con De Havilland donde expresa una pena y una desesperación tremendas al ver que lo que considera ¨su mundo¨ (ay, Señora Mitchell, qué daño hizo Vd.). Dejo a la opinión de cada uno si el hecho de que McDaniel ganara el Oscar por este tipo de papel fue realmente un revulsivo y un paso adelente para los intérpretes negros, pero si nos ceñimos al papel que le tocó hacer en ese contexto, lo mereció. Como lo pudo haber merecido Samuel L. Jackson con su excelsa parodia de ese tipo de personajes en Django desencadenado, pero no obtuvo recompensa, pues se lo comió la insuperable actuación de Christoph Waltz en la misma peli (Jackson se llevó igualmente un buen puñado de premios). Leslie Howard me ha parecido un tanto decepcionante: siempre le forzaban a hacer el mismo tipo de papel (de hecho no quería hacer la película y creo que no quedó satisfecho con su actuación). Finalmente, destaca la presencia del excelente Thomas Mitchell, - que ganó el Oscar al mejor secundario el mismo año en que lo hizo esta peli, pero por su papel en ¨La Diligencia¨ de John Ford - como patriarca de los O¨Hara.

En el aspecto técnico, cada uno de los varios directores que tuvo la peli aportó su estilo (Cukor, la dirección de intérpretes; Fleming la épica y así) y una sobresaliente edición lo cohesionó todo. El guion de Sidney Howard, re-adaptado en solo 5 días por Ben Hecht, comprime toda la novela en 4 horas sin omisiones excesivamente importantes. Eso sí, aunque suavizados, el racismo y la idealización de la sociedad esclavista siguen allí.

La banda sonora de Max Steiner se considera como la segunda mejor de la Historia del Cine. Para qué decir más. La fotografía a cargo de Ernest Haller - y Lee Garmes, que no se olvide - hace un uso magistral del Technicolor de tres colores. Otra clave para entender el éxito la peli son los FX y los diseños: las más de 100 pinturas matte de Jack Cosgrove y su equipo dan una opulencia a la peli y a base de planos trucados crean un mundo ilusorio mucho antes de la época digital. El incendio de Atlanta tiene momentos que debieron ser bastante espectaculares para la época. Con los años y viendo la peli en HD, se ve el gran resultado. El diseñador y director William Cameron Menzies - que llegó a dirigir alguna que otra escena, entre ellas el mítico incendio de Atlanta - aporta un suntuoso diseño de producción.

A parte de que puede haber envejecido mal para muchos espectadores - el tema de la duración no es problema: esta peli se digiere con mucha facilidad - el gran defecto que le encuentro a esta peli es que según las ideas que tenga uno, es muy posible que logre el mismo efecto de la novela: que casi jaleemos las desgracias que le pasan a esos ricachones. Nunca he sido fan de Spike Lee, y es una persona que me cae fatal, pero logró hacerme llorar como una magdalena con el asesinato de Radio Raheem a manos de la policía en ¨Haz lo que debas¨. Aquí no me pasa con la muerte de ciertos personajes. Solo el mentado monólogo de Hattie McDaniel logra ponerme algo tristón, pero es su interpretación y la de De Havilland que logran eso, no la pena por lo que le pase a la condená de la Scarlett esa y a su marido maltratador. No es culpa ni de Leigh ni de Gable, por supuesto: es de Margaret Mitchell. El problema que tengo con esta peli está en la fuente de la que bebe, pero sin embargo, y lo digo bien claro, sigue siendo una obra maestra del cine, un hito técnico y quizá la peli que define mejor el concepto ¨Hollywood clásico¨. Solo es que no es inmune a ser criticada. Ni esta ni ninguna otra peli.


Una Tarde en el Circo Una Tarde en el Circo 15-11-2013
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Tras su batacazo en RKO, aunque no creo que ¨El hotel de los líos¨ fuera para nada una mala peli, los Marx volvían a MGM por la puerta de atrás y con un Louis B. Meyer enfrascado en la producción de ¨El mago de Oz¨ y bien dispuesto a joderles la marrana (miembro del equipo técnico que despuntaba mínimamente, miembro que se iba al mundo de Oz). Así y todo se lo montaron lo suficientemente bien como para hacer una comedia bastante decente; al igual que hicieron en sus dos pelis posteriores, los Marx pierden sofisticación para ir más directos al slapstick. Menos calidad y originalidad, las mismas carcajadas.

Los chistes memorables de un Groucho con peluquín quedan muy reducidos, destacando un número musical bastante bueno: ¨Lydia The Tatooed Lady¨. De hecho, al ponerse el traje de un mago, Groucho parece en algunos gags su hermano mayor Harpo, sacándose cosas insospechadas de sus bolsillos. Es un Groucho a medio gas - así y todo sigue valiendo el doble que la mayoría de sus colegas humoristas americanos - que aquí rompe el cuarto muro constantemente. Chico es al parecer un amigo suyo de juventud que trabaja en el circo, hace lo de siempre y lo borda como siempre. De hecho, creo que en esta peli es el Marx que se marca la mejor actuación. Harpo (acompañado de un león marino), es, como era normal en MGM, el sufrido y maltratado ayudante de uno de los villanos y amigo de Chico. Los tres hacen de detectives para encontrar los culpables de un robo.

Entre el reparto secundario destaca el retorno de Margaret Dumont y la aparición como villana de la gran humorista Eve Arden, que tras llegar a ser nominada a un Oscar a la mejor actriz secundaria, pasó a ser una superestrella televisiva de primer orden, nominada a varios Emmy (aunque solo ganó uno). Y un tío disfrazado de gorila: el gran Charles Gemora, gran especialista en disfrazarse de gorila, aunque conforme pasa la peli, se vuelve menos gorila y menos Gemora (ver ¨curiosidades¨) y viceversa.

Hilarante, delirante y recomendable. Aunque desde ¨El hotel de los líos¨ en adelante los Marx ya fueron a la baja, al menos en mi caso siguen logrando que me esté a punto de estallar la cabeza a lo ¨Scanners¨ de tanto reir.


La Diligencia La Diligencia 14-11-2013
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Nadie (salvo David O. Selznick, pero abandonó enseguida) daba un duro por la adaptación de un relato corto de un escritor de novelas del Oeste de baratillo combinado con otro relato de Guy de Maupassant, pero un ya prestigioso John Ford no cejó en su empeño de hacer de su proyecto un Western de alto calado. Tuvo que poner 250.000 $ de su bolsillo para convencer al productor indie Walter Wagner (al que muchos recordamos con gratitud por ¨La invasión de los ladrones de cuerpos¨, aunque sea esta su gran obra) y casi poner con calzador al ¨pésimo¨ actor de serie B John Wayne (ya con más de 80 pelis en su haber) como protagonista. Y al final se salió con la suya, creando uno de los títulos seminales del Western.

El reparto está formado esencialmente con gente que venía de hacer cine de presupuesto medio-bajo: Wayne, Claire Trevor - actriz de carácter que estuvo inolvidable como novia alcohólica de Edward G. Robinson en ¨Cayo Largo¨, papel por el que se llevó un merecido Oscar - en el patético (dicho sea para bien: logra despertar compasión y que nos identifiquemos con ella) papel de una desdichada prostituta que solo es bien tratada por un par de sus compañeros de viaje (el doctor, y, claro ¨el Yon Güein¨) el cómico Andy Devine, el siempre elegante John Carradine, ídolo para los abandomovieros/as en general, que también se hizo famoso aquí; el especialista en papeles secundarios Thomas Mitchell o el veterano George Bancroft. ¨Duke¨ se marca su primera gran interpretación como All-American Hero, y el resto del reparto se gana el favor del público gracias a que Ford puso especial hincapié en la exploración psicológica de los personajes pero el premio gordo se lo llevó Thomas Mitchell en su cómico y entrañable papel del buen doctor borrachín: ganó el Oscar al mejor actor secundario.

El excelso guion convierte la simple historia original en una combinación de aventuras, drama y comedia que influenció a centenares de westerns posteriores, y, en parte, el cine de acción moderno (que no es sino una evolución del western en combinación con otros génenros). Sin embargo personalmente me molesta bastante que a los indios que no se plegan al rostro pálido se los saque de malos. Y básicamente lo seguirían siendo hasta finales de los 60. Aquí se peca de maniqueísmo.

Rodada casi íntegramente en exteriores, marca el inicio del romance de Ford con Monument Valley y sus curiosas formaciones rocosas. La batalla final está espectacularmente rodada para su tiempo, pero se pagó a un alto precio (ver curiosidades), y es que a John Ford no le importaba convertir su peli en algo próximo a una snuff movie. La oscarizada banda sonora [no original] es excelente, con versiones sinfónicas de música tradicional americana.

Con sus virtudes y defectos, un hito del Western y del cine en general.


El Hotel de los Líos El Hotel de los Líos 10-11-2013
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Una rareza en la trayectoria de los Marx, ya que fue la primera y única ocasión en que trabajaron con la RKO y asimismo la primera y única vez que interpretaban material ajeno a ellos: era una adaptación de una comedia de éxito en Broadway, adaptada al estilo de los Marx por su estrecho colaborador Morrie Ryskind.

Groucho es un director teatral fracasado, Chico es su ayudante y Harpo uno de sus actores. La compañía teatral vive de gorra con su compañía en la planta 19 de un hotel del que el cuñado de Groucho (haciendo a medias el papel que correspondería a Margaret Dumont) es gerente. Cuando el director del hotel y el autor de la obra se presentan, la cosa se complica.

Como reparto de soporte destacan las celebradas cómicas Lucille Ball - como actriz-productora de la compañía de Groucho - y Ann Miller, futuras leyendas de la pequeña pantalla, en dos papeles más pequeños de lo que parece por su aparición en los créditos y el actor de carácter Jack Albertson (quizá lo recordéis por su aparición en ¨Psicosis¨. Yo, desde luego, no) como el autor.

Película que divide a la fanbase de los Marx. Algunos dicen que no es adecuada, otros que es un retorno al humor gamberrete de la Paramount. Es un poco las dos cosas: los chistes no son tan surrealistas y constantes como en otras pelis, pero los Marx vuelven a ser los protagonistas absolutos de la peli, y no hay un villano - más bien es un equivalente al pomposo Gottlieb de ¨Una noche en la ópera¨ combinado con la otra media parte de Dumont, a la que se echa mucho de menos - a quien fastidiar, salvo un malencarado director de hotel que grita constantemente ¨Jumpin¨ butterballs¨. Además, solo cantan al final, y no es un número gratuito; es que están representando una obra.

A pesar de que se echa de menos el humor más típico de los hermanos, el reparto trabaja con apolomo, y hay una buena dosis de humor negro que no se había visto en anteriores pelis de los Marx. Dignísima comedia, pero no está a la altura de sus predecesoras, salvo por ¨ Los cuatro cocos¨. De hecho considero que esta es superior a la ópera prima de los hermanos gracias a la supresión de los números musicales en favor del humor puramente vodeviliano.


Robin de los Bosques Robin de los Bosques 07-11-2013
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Mucha gente recuerda al director húngaro Michael Curtiz como el hombre que cogió un guioncillo de serie B cualquiera y lo convirtió a base de oficio y un gran reparto en una obra maestra llamada ¨Casablanca¨. Sin embargo, ya llevaba años siendo uno de los grandes de Hollywood, incluso cuando realizó la que quizá fuera la primera superproducción en Technicolor: ¨Robin de los Bosques¨.

Warner preparó con esmero este proyecto, que quería ser una continuadora espiritual de ¨El capitán Blood¨, con el mismo trío protagonista (Errol Flynn, Olivia de Havilland y Basil Rathborne), una buena parte del personal técnico y, claro está, el mismo Michael Curtiz.

Errol Flynn marcó un estilo con su interpretación de Robin Hood. Basada en parte en la de Douglas Fairbanks, creó el modelo del héroe de aventuras de eterna sonrisa, dedicado a la causa y un poco chuleta. El de Tasmania se consagró definitivamente como superestrella a pesar de que ya entonces arrastraba problemas de salud y cierta adicción al alcohol. Olivia de Havilland está radiante como Lady Marian, quizá demasiado romanticona, pero sin excesos dramáticos y sabiendo siempre donde estar. Basil Rathborne ya había demostrado su prestancia como villano en ¨El capitán Blood¨, y con su carrera como uno de los reyes de la serie B a punto de explotar, está pletórico. Ahora bien, creo que ninguno de los tres protagonistas supera a Claude Rains en su papel de Juan Sin Tierra: como un reverso de su Hombre Invisible, Rains interpreta a un villano con clase, savoir faire, humor y cierto divertido amaneramiento en su voz y maneras que roba todas las escenas donde aparece.

Entre los secundarios, personalmente destacaría a la gran cómica Una O¨Connor, una de las actrices favoritas de James Whale, que con sus histéricas interpretaciones en la Universal se convirtió en personaje entrañable para algunos fans del terror clásico (destaca sobretodo en ¨El hombre invisible¨ en sus escenas con Rains).

Técnicamente es una maravilla de la época: decorados bonitos (hay algunos ¨matte-shots¨ bellísimos), exteriores bien elegidos, bella fotografía en color, ritmo trepidante (solo se para un momento para la típica escena amorosa. No en vano, el lema de la Warner durante la preproducción era ¨90% de acción¨) banda sonora épica o coreografías de lucha que se han convertido en clásicos (histórico Rathborne, hábil esgrimista). El guion es bueno, basado en diversos romances, cantares de gesta, leyendas y obras más modernas como la de Howard Pyle, combinándolo y creando un cánon cinematográfico que perduró hasta los años 90 (y sigue manteniéndose bien a pesar de las muchas y muy buenas visiones posteriores del mito, como la de Kevin Reynolds o la de Ridley Scott).

Una bella, sorprendentemente bien documentada y - para su tiempo - espectacular película de aventuras de capa y espada sin la cual quizá no entenderíamos el cine de acción y aventura tal y como lo conocemos actualmente. Se llevó 3 Oscars - dirección artística, montaje y música. Fue nominada a mejor película - y es todo un clásico del séptimo arte.


Un Día en las Carreras Un Día en las Carreras 04-11-2013
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Considerada el último clásico de los Marx (para mí hay un par más), esta peli tuvo una génesis difícil debido al repentino y prematuro fallecimiento de Irving Thalberg. Sin su protector, Louis B. Meyer, al que no gustaban nada los Marx, empezó a ponerles palos en las ruedas, y ello dio no pocos problemas.

En esta película los Marx siguen siendo unos granujas adorables y buenazos, y es que ¨Un día en las carreras¨ es una especie de continuadora espiritual del ¨Una noche en la ópera¨ (algunos dicen que una copia directa, y no van nada desencaminados). Esta vez, a parte de por Margaret Dumont y por Allan Jones los Marx están acompañados de toda una estrella: Maureen O¨Sullivan, ya célebre por ser la Jane de las películas clásicas de Tarzán,

El telón de aquiles de la película está en un punto inesperado en una peli de los Marx: la música y las coreografías, y no porque estén mal hechas, en absoluto: de hecho Groucho hace gala más que en ninguna peli de una faceta que se a veces se olvida de él como es la de excelente bailarín (a ver quién es capaz de imitar sus ¨torpes¨ movimientos y extraños saltos sin carse de morros o romperse algo), pero es que juntan CASI TODOS los números músicales en una larguísima secuencia de unos 20 minutos. Acaba por cansar. Otra larga escena musical, la de los trabajadores negros, hizo historia, y merece ser visionada entera a pesar de que representa unos valores muy anticuados (y de los problemas que los bailarines y cantantes tuvieron con el lamentablemente muy racista Sam Wood).

Técnicamente es la película más destacable de los Marx, con el ganador de 11 Oscars Cedric Gibbons como escenógrafo y Frank E.Hull. con cuatro estatuillas, como fotógrafo. se logra un buen número de escenas bellamente creadas, todo dirigido por un director experto como Sam Wood. Thalberg tiró la casa por la ventana esta vez.

Una excelente comedia con un espléndido aspecto técnico, no llega a superar a ¨Sopa de ganso¨ o ¨Una noche en la ópera¨, y de hecho hay un par de pelis posteriores de los Marx que me gustan más, esencialmente por ser más rápidas y [aún más] desmadradas, pero sigue siendo imprescindible.


Una Noche en la Ópera Una Noche en la Ópera 03-11-2013
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Los Marx salieron de Paramount un poco escaldados tras la falsa asunción de que ¨Sopa de ganso¨ había sido un fracaso. El destino quiso que se cruzaran en el camino del ambicioso Irving Thalberg, el yuppie que se había convertido en jefe de la Universal con solo 25 años ahora era un treintañero que tenía a todo Hollywood comiéndole de la mano. El superproductor que hizo grande y legendaria a la Metro Goldwyn Mayer.

Con Thalberg como guía, los Marx entraron en una nueva etapa de su carrera. Sus películas pasarían no a ser una excusa para sus genialidades, sino que sus genialidades serían parte integral de un argumento con héroes y villanos (excelente Walter Woolf King como el infame y violento Lasparri, objetivo primero de las gamberradas del ahora trío) con ellos de por medio ayudando a los héroes, como pasó en sus primeras películas, con la pretensión que el público sintiera simpatía por ellos. Con un equipo de casi una decena de guionistas - solo dos acreditados, por supuesto - entre viejos conocidos y nuevas incorporaciones (entre ellas, Buster Keaton, de quien se dice que co-escribio la fabulosa escena del camarote) y muchas ganas de gustar, los Marx volvieron a lo grande con otra obra maestra de la comedia.

En esta película, la favorita de Groucho, se nota el aumento de recursos económicos y humanos de la MGM frente a la Paramount: montones de extras, escenas de gran complejidad escénica y mejores actuaciones de los intérpretes de reparto (Alan Jones, Kitty Carlisle y King cantan sus propias canciones, dicho sea de paso). El humor surrealista y el ingenio siguen allí. Groucho y en especial Harpo completan grandes actuaciones, con Adolph/Arthur haciendo gala de una gran capacidad acrobática (siendo casi un cincuentón) y Julius creando su personaje más memorable tras Rufus T. Firefly: el insolente vividor, buenazo muy en el fondo, Otis B. Driftwood. Chico sigue tan bien como siempre. Era el Marx más regular. La banda sonora es excelente, paro las canciones acaban cansando, aunque estando en un ambiente operístico, al menos quedan un poco justificadas esta vez.


Sam Wood dirige el conjunto con el oficio que se espera de un grandísimo director como él. Por entonces no hubo problema entre los Marx y él como pasaría en ¨Un día en las carreras¨.

Sin ser superior a ¨Sopa de ganso¨ (prefiero el anarquismo de los tiempos en la Paramount), es una obra maestra de la comedia y del cine, y la película más indicada para quien quiera iniciarse en el cánon marxiano. Irving Thalberg se apuntó otro tanto.


Los Cuatro Cocos (Los Cuatro Locos) Los Cuatro Cocos (Los Cuatro Locos) 12-10-2013
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Segunda película (la primera, de 1921, era muda y se dice que tan mala que Groucho destruyó toda copia disponible a las pocas semanas del estreno) de los Hermanos Marx, hecha en los albores del cine sonoro. Adapta una de sus obras de teatro, sazonándola con números musicales del insigne Irving Berlin. En el reparto los acompañan la imprescindible Margaret Dumont y la que sería una de las primeras estrellas del sonoro, Kay Francis, ¨La Reina de la Warner Bros.¨, en su debut que, por cierto, que está espléndida como villana con vis cómica. El guion del especialista en comedias Morrie Ryskind es una muy buena adaptación del libreto original de George F. Kaufman, que escribía la mayoría de guiones pre-cinematorgraficos de los Marx, y las risas están aseguradas.

Con coreografías a lo Busby Berkeley y una mayor sencillez técnica como única gran diferencia respecto a sus sucesoras, fue una película difícil de rodar que aunque no satisfació del todo a los Marx (sobretodo por el tema de tener dos directores) les dio el suficiente éxito y crédito a nivel estadounidense e internacional como para lanzar su carrera. Groucho, Harpo, Chico y Zeppo ya dejan claros al mundo las personalidades que los hicieron famosos en teatro y radio: Groucho ya es una ametralladora puyas hasta el punto de la sociopatía, Chico ya es el encantador chorizo que causa líos verbales por todas partes por su acento italiano, Harpo es el mudo surrealista, más chorizo que su hermano u mujeriego, si bien aquí su personaje se muestra más agresivo que en las películas posteriores. De todas maneras, aquí los teres hemanos tienen su corazoncito (como sus épocas en MGM y RKO, siempre dispuestos a ayudar a la gente en problemas a base de fastidiar a los malos con sus cabronadas). Zeppo se dedica a salir poco, dar un par de réplicas y permanecer impasible ante el surrealismo que le rodea (cualidades que le granjearon la admiración de cierto sector de estudiosos del cine o directores tales como Fassbinder). La que sí que hace un papel diferente a sus otras películas es Margaret Dumont, que en esta película no interpreta a una ingénua viuda enamorada de Groucho que tiene que aguantar estoicamente las chanzas de los Hermanos (incluso lo tuvo que hacer en la vida real), sino a una mujer de carácter fuerte, madre de la ¨chica buena¨ (Mary Eaton, actriz y artista de variedades que iba para estrella pero acabó destruída por el alcoholismo) que es cortejada por un Groucho sediento de millones, cosa que le fastidia en extremo.

Técnicamente es como he dicho, una peli hecha con sencillez y pulcritud. Cabe apuntar que al haber sido hecha a inicios del sonoro, a veces hay fallos en el sonido. Hay frases sueltas que son casi inaudibles.

No tan divertida ni memorable como la mayoría de películas de los Marx, pero un brillante inicio de todas maneras.


La Cuadrilla de los Once La Cuadrilla de los Once 08-10-2013
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En 1960, creo que solo un grupo concreto de gente que podía hacer una peli como entretenimiento entre amiguetes, convertirla en una cuidada producción, rentabilizarla, y, pasados muchos años, crear a partir de de ella una de las franquicias más rentables del cine actual: las andanzas de la banda de 11 ladrones de guante blanco comandada por el astuto y encantador cabroncete Danny Ocean.

Estoy hablando del Rat Pack. Casi solo por probar qué les salía, Frank Sinatra, Dean Martin, Sammy Davis Jr., Peter Lawford y Joey Bishop se trajeron a varios amigos de Hollywood para el reparto (Angie Dickinson, Richard Conte, César Romero, George Raft y Red Skelton o una Shirley MacLaine genial entre otros) y el equipo técnico (el veterano y oscarizado Lewis Milestone como director y productor; los premiados Larry Brown - 1 Oscar - y Richard Lederer, con la ayuda anónima de Billy Wilder adaptando la no muy conocida novela original; el también oscarizado William H. Daniels a la fotografía; el compositor y arreglista habitual de Sinatra en la época Nelson Riddle a cargo de la música y, ¨last but not least¨, créditos de Saul Bass), dando como resultado una comedia noir.

El peso de la acción lo llevan Sinatra, Conte y Lawford, a los que por exigencias del guion se une Romero ya muy adelantado el filme, con pequeñas escenas para el lucimiento de cada uno de los miembros famosos de la banda. Su estructura es sencilla: dura dos horas, una es la preparación del plan, y se rodó en Hollywood. Está bien hecha, pero es un tanto aburrida. La segunda parte es a la que me refiero más arriba: rodada en parte en exteriores de Las Vegas, dentro de varios casinos y a altas horas de la madrugada, es rítmica y excitante, aunque vuelve a haber un bajón en la media hora final. Cabe apuntar que la filmación en interiores se limita prácticamente a las escenas que se desarrollan en habitaciones de hotel.

¿Y el inevitable tema del cante? Pues claro que lo hay, pero esta vez, aunque siga siendo un uso inútil y aleatorio, las canciones son swings chulos interpretados por tres de los mayores astros de la música de la época y de siempre. Si las canciones son de calidad, nunca sobran, y Sammy Davis Jr. y Dean Martin son grandes vocalistas. Además, que solo cantan un par de veces en las dos horas largas que dura la peli...

Y aquí es donde encontramos su talón de Aquiles: que a pesar de las buenas interpretaciones y el cuidado aspecto técnico, la peli se hace más larga que un domingo sin fútbol. La historia está bien construída, las actuaciones son bastante buenas y los diálogos desprenden chispa, pero tras el asalto a los casinos uno empieza a desear sinceramente que vaya todo más rápido. Seamos claros: esto no es una obra de ingeniería cinematográfica como ¨El golpe¨, sino una película ingeniosa para lucimiento de sus varios intérpretes y solaz esparcimiento (cuánto vocabulario nos han dado los viejos tebeos de Bruguera) del público, pero no está pensada como una obra maestra. Ha envejecido un poco mal, y actualmente su atractivo se basa en ver al Rat Pack en acción y en las excelentes ideas del guion: sinceramente, creo que el remake de 2001 no tan solo es más entretenido, sino que como película es mejor (las secuelas las pongo en cuerentena).

Peli encantadora y muy bien hecha a la que el tiempo no ha respetado mucho. Aún así, si sois espectadores pacientes, no está de más verla, y más si sois fans de la trilogía actual (yo no lo soy, pero no me desagrada en absoluto).


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