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Día 10 (12-10-2019)
EL LAGO DEL GANSO SALVAJE
Aunque no competía en la sección oficial, este thriller chino era uno de los films más esperados del festival. Las expectativas se deben a las notables críticas que cosechó en Cannes, y a la comentada anécdota de que Tarantino se puso en pie a aplaudir nada más acabar la proyección. Y esto, sin duda, le ha generado mucha publicidad.
Diao Yinan, como hiciera en Black Coal (premiada con el Oso de Oro a mejor película en Berlín en 2014), ejecuta un thriller en clave neo-noir donde hace un retrato nada complaciente de la China actual. Se aleja de las grandes ciudades para adentrarnos en zonas rurales y poblaciones pequeñas para mostrarnos que las cosas no funcionan muy bien en el gigante asiático: Delincuencia, robos, pobreza, prostitución, etc. No es ni pretende ser un drama social, pero este contexto es relevante para el argumento y le da credibilidad.
Su primer tercio es potente, prometedor, con un protagonista (un reconocido delincuente) obligado a huir de las bandas mafiosas y de la policía por unas circunstancias accidentales. La técnica con la que se cuentan los hechos es depurada y el interés que crea es alto. La parte central, sin embargo, presenta una cierta confusión en la narración y un ritmo cercano a lo moroso y bastante lento. Parece, incluso, que llegamos a un punto en el que no sabemos hacia dónde va a tirar la película. El tercio final, por fortuna, recupera algo de agilidad y es coherente. Otra carencia es que no hay profundización alguna en el personaje protagonista, por lo que no empatizamos con él o con su trama.
El lago del ganso salvaje no es un film de acción, pero las puntuales escenas donde la hay están impecablemente rodadas, y el tratamiento de la violencia es muy singular, ya que se aproxima más a lo satírico y exagerado que a lo realista. Y, sorprendentemente, no desentona con las intenciones sociales del director.
Destaco, también, el poderío atmosférico de algunos momentos, como la secuencia de la barca cruzando el lago.
Cuando los créditos finales empiezan, uno tiene la sensación de que había ingredientes de sobra para que este neo-noir fuese más redondo, pero no es descartable, merece la pena en su conjunto aún con sus imperfecciones.
COLOR OUT OF SPACE
Mucho se esperaba de Richard Stanley (Hardware, programado para matar) después de 27 años sin dirigir un largometraje de ficción. No había más que ver la gran ovación con la que el público le recibió cuando presentó Color Out of Space antes de su proyección en el festival. En todo este tiempo filmó algún corto, un documental, y pasó (parcialmente) por la catastrófica experiencia de La isla del doctor Moreau a mediados de los 90.
Enfrentarse a una adaptación del relato de Lovecraft El color que cayó del cielo debe de ser parecido a un desafío, y Stanley no solo ha podido con él sino que, además, demuestra un buen pulso cinematográfico tras tantos años sin ponerse detrás de las cámaras. Lo que más fascina de su nueva obra es su complejo, por momentos, y elaborado estilo visual, y la sólida mezcla que hace de técnicas artesanales y digitales, tanto para el maquillaje como para los efectos especiales. Esto nos hace recordar el cine de los 70 y 80 y, salvando las distancias, al John Carpenter de esa época. En ese sentido, Color Out of Space es una delicia para los fans del cine de terror y fantástico de antaño.
Stanley y su director de fotografía Steve Annis crean una atmósfera colorida, incómoda, y con un punto de paranoia y sensación de peligro inminente. No es una película previsible, hay escenas impactantes, y el reparto es acertado. Nicolas Cage está desquiciado y divertido al mismo tiempo, similar a su papel en Mamá y papá (2017), pero creo que desde hace tiempo se está encasillando en este tipo de interpretación. Se echan en falta oportunidades como la que tuvo en el drama indie Joe, de David Gordon Green (director de la nueva Halloween), donde estaba tan contenido como intenso. Mejor, eso sí, verle en esta película, Mandy o la ya citada Mamá y papá que en los bodrios de serie B tirando a Z por donde suele pasarse últimamente.
Color Out of Space es, en términos generales, un film muy digno, entretenido, con cierta originalidad estética, y es un buen homenaje a Lovecraft, escritor no muy fácil de adaptar al cine.
Marm0ta
#1
Tiene que ser un lujo ver todas esas pelis en 10 dias
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