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Sweetheart

Jenn sobrevive a un naufragio y va a dar a una pequeña isla en medio de la inmensidad del océano. Pronto descubrirá que no está sola. Un monstruo marino escamoso tiene interés en ella, y no precisamente amoroso.

Blumhouse quedó encantada cuando recibió este proyecto. Era perfecto para ellos. Poco presupuesto, un elenco mínimo y una sola locación. Lo que no quiere decir que no esté garantizada la calidad. Todo lo contrario, “Sweetheart” posee impresionantes imágenes de playas y aguas azul celeste, buen ritmo, una talentosa protagonista femenina, que actúa con solidez y es bastante convincente, y una trepidante historia de supervivencia, con escasos diálogos y con buenas dosis de suspenso.

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Presa de su Objetivo

La película “Presa de su objetivo“ es un llamado de atención sobre los peligros de las redes sociales y un recordatorio para que los padres estén alertas. Esta producción centroamericana, dirigida por Rodrigo Tannure y protagonizada por Gabriela Borges y Héctor Soberón, nos sumerge en la historia de Elena, una joven que cae en la trampa de un fotógrafo psicópata, desvelando un oscuro secreto sobre él y su hermano Darío.

Con una cita inicial del psiquiatra Carl Gustav Jung, el filme invita a la reflexión sobre la aceptación de uno mismo y los conflictos internos. La actuación de Gabriela Borges como Elena, una aspirante a modelo, es notable y nos lleva a través de su lucha por escapar de un peligro inminente. Por otro lado, Héctor Soberón interpreta a gemelos psicópatas, añadiendo una complejidad interesante al filme.

Filmada en Santa Ana, Costa Rica, “Presa de su objetivo“ combina acción y suspenso en sus 86 minutos de duración. El director Tannure relata los desafíos de la producción, destacando la complejidad de trabajar con un guion que se desarrolla mayormente en una sola casa y patios adyacentes, y las dificultades climáticas durante el rodaje.

El productor Héctor Alfaro Dobles expresa su preocupación por la violencia en la sociedad y cómo la película busca contribuir a una reflexión sobre este tema. La película, que se estrenará en varios países de América Latina y en España, promete ser un thriller que no solo entretiene sino que también provoca un diálogo necesario sobre los riesgos de las redes sociales y la importancia del autoconocimiento.

“Presa de su objetivo“ es un esfuerzo cinematográfico significativo que busca ir más allá del entretenimiento, ofreciendo una perspectiva crítica sobre temas sociales relevantes y contemporáneos. Con actuaciones convincentes y una dirección que supera los desafíos logísticos, este thriller es una adición valiosa al cine centroamericano.

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Cazadores en Tierra Inhóspita

“Cazadores en Tierras Inóspitas“ emerge como la vibrante continuación de “Concrete Utopia“, ambientada tres años después del devastador terremoto que dejó a Seúl en ruinas. En esta desolada ciudad, comunidades aisladas luchan por subsistir, anhelando un refugio seguro. Este anhelo lleva a Su-Na y su abuela a un complejo de apartamentos, aparentemente seguro, gobernado por un doctor con promesas utópicas, solo para descubrir una realidad oculta y perturbadora.

El foco recae en Nam San, interpretado por Ma Dong Seok, conocido por su fuerza bruta en películas como “Tren a Busan“. Su presencia imponente contrasta con un corazón noble, y sus puños son tan devastadores como su empatía es profunda. Junto a su compañero Ji-Wan, irrumpen en el complejo para desentrañar sus secretos.

El antagonista, el Dr. Yang, es un científico obsesionado con la mejora humana a través de experimentos inmorales, desencadenando una confrontación épica con Nam San. Las peleas, meticulosamente coreografiadas por Heo Myeong Haeng, anterior coordinador de especialistas en films como “Oldboy“, son un festín visual de acción frenética.

“Badland Hunters“ se posiciona en Netflix como un festín de acción pura, alejándose de una trama profunda de personajes para enfocarse en un espectáculo de acción y entretenimiento desenfrenado. Dirigida por Heo, quien actualmente trabaja en “Fuerza bruta“, la película promete ser un éxito entre los amantes del género.

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Burga

Soy Mexicano, la vi en EEUU en una plataforma streaming recomendada por un amigo. Desgraciadamente no la pude ver en cine convencional, una lástima dado que en pantalla pequeña se pierden detalles muy interesantes que contiene la película. Deciros que la ví inicialmente con escepticismo dado que el director no me sonaba de nada y el tema que trataba no era mi género favorito, pero me sorprendió. La película te sumerge en un universo propio lleno de datos que no has de perder para ir entendiendo el complejo mundo de su protagonista que tras una aparente enfermedad mental se ocultan hechos sorprendentes. Una mezcla muy bien llevada por su director que nos hace ver distintos puntos de vista psicológicos y de terror ante una misma situación o escenario. En muchos momentos no sabes si lo que le sucede a la protagonista es real, está en su mente o sencillamente no existe. Bien ambientada en los años 60 y con un elenco muy bueno de actores. En especial la actuación de la actriz protagonista que está muy metida en su papel y el actor veterano Fernando Esteso que yo lo imaginaba en papeles de comedia, aquí lo borda en este papel amable pero dramático y que hace de compañero de Elena el personaje principal.En general todos los actores secundarios muy buen trabajo.
Este director no se muy bien que a podido hacer en otras películas , pero en esta a dirigido a la perfección a los actores y ha conseguido una atmósfera inquietante que no te deja respirar durante toda la película .Espero poder ver mas cosas de el en lo sucesivo. Si alguien conoce algún otro filme de este director por favor enviarme el link.

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El libro de Eli

Cuando el veterano Denzel Washington apareció en el presente título, allá en el año 2.010, ya habíamos contemplado el Planeta devastado en innumerables ocasiones, de hecho sólo un año antes lo pudimos ver en “La Carretera“...

Pero en este caso el escenario es algo que importa poco (tres o cuatro edificios sobre una tierra baldía son tres o cuatro edificios sobre una tierra baldía, se filme de una manera u otra), la diferencia entre la obra de John Hillcoat y la que nos atañe es que mientras la fuente de la trama de la primera es una novela del gran Cormac McCarthy, la segunda viene del periodista y desarrollador de videojuegos Gary Whitta. Así que, ¿qué podemos esperar? Según él, elaborar argumentos complicados no es su fuerte, y siempre prefiere ir al grano, centrándose en la descripción de personajes y sus acciones, al menos el tipo es sincero en este aspecto...
Y la verdad es que arriesgó bastante al introducir un elemento religioso en su aventura post-apocalíptica, tal vez eso provocó que el guión estuviera años dando vueltas hasta que fue encargado a los directores, porque son dos, más inesperados: Allen y Albert Hughes, que entre proyectos frustrados y trabajando en el mundo de la publicidad, llevaban fuera de la industria desde hacía mucho tiempo...desde que se sumaron a la lista de personas que destrozaron las obras de Alan Moore en el cine (en su caso la joya “From Hell“). Bueno, pese a no ser los Coen, habría que darles un voto de confianza, al fin y al cabo siguen siendo los artífices de “Menace to Society“.

Pero me parece que mi cerebro quiere discrepar al ponerse ante la primera secuencia de “El Libro de Eli“; fotografía de tonos apagados heredada de “Fallout“, música melancólica, un escenario de puesta en escena elaborada y ceniza cayendo a cámara lenta, planos cenitales, planos nadir, la respiración del “héroe“ envolviendo el espacio (por cierto, dicho “héroe“ ha asesinado a un gato a los 30 segundos, así que mi simpatía hacía él se ha ido para siempre).
No hay narraciones omniscientes ni letreros y se agradece, pero es el Mundo post-nuclear de siempre, y filmado con la parsimonia y esa obsesión por recrearse en la cámara lenta y los sonidos graves de Christopher Nolan.
¿Apocalipsis poética, trascendental? No. Todo atisbo de poesía se resbala por el machete que Washington usa para deshacerse de los clásicos carroñeros cuya única función es que el público vea las habilidades especiales del protagonista, en una secuencia brutal, un poco al estilo del cómic de Frank Miller desde la óptica de los Wachowski (menudo cacao hay aquí). Así que, más que a Nolan, los gemelos imitan a Zack Snyder (ya son ganas de imitar a un mal imitador, pero en fin...), esto deja claro que no debemos tomarnos nada en serio (¿podemos tras ver a Washington escuchando música en un iPod?, vamos).

Como bien dijo Whitta la trama es muy sencilla, realmente; es la de cualquier “western“, y casi la de “El Jinete Pálido“. En aquélla el protagonista era un predicador errante que hacía la justicia de Dios a base de revólver, aquí Washington va por ahí con una biblia y afirma seguir la enseñanza de sus textos, pero no le tiembla el pulso a la hora de desmembrar a todo bicho viviente que le tosa. La diferencia es que en la de Eastwood la poética provenía de lo humano, lo histórico, y aquí proviene de la estética en “slow motion“.
El villano que controla el pueblo es Gary Oldman, asqueroso, un gran villano, que en lugar de agua o gasolina como suele suceder en estas películas quiere, qué curioso, lo que carga el “héroe“ en sus espaldas, quien resulta ser una especie de versión apocalíptica de Zatoichi, con machete en lugar de katana. La única intriga existente no la crean los personajes, la crea el escenario, el contexto, flota el misterio en la atmósfera, los personajes son carismáticos arquetipos que se mueven con la acción; Jennifer Beals y esa joven Mila Kunis de ojos preciosos tienen mucho que decir, pero el guión no las desarrolla como es debido.

Y ocurre lo que en cualquier “western“, también que en “Mad Max II“ (de donde se coge prestada la secuencia en la que Max observa una matanza desde una colina): que el “héroe“ se irá y el villano ordenará perseguirle. Vaya, parece imprescindible que la joven que acaba de conocer le siga, quizás para aprender de sus enseñanzas espirituales...pero es un acto injustificado; podrían arrancar la cabeza a Kunis o merendársela a la parrilla, y el film seguiría su camino. Las secuencias de acción, hay que admitirlo, dejan sin aliento; los directores no precisan explosiones por doquier ni miles de cortes como Michael Bay para causar emoción.
Su gran fallo, así el del guión, es disfrazarse de apariencias, igual que el cine de Snyder. Que haya inspiración religiosa no cambia la acción ni la narrativa, y el tono deprimente y las cámaras lentas son pura estética; todo es cine palomitero al final, pero su envoltorio lo convierte en un espectáculo pretencioso. Estrenada un año antes, en “Doomsday“ (que comparte a Malcolm McDowell), por ejemplo, Neil Marshall no escondía el descaro de su propuesta, que era consciente de ello hasta las últimas consecuencias.

“El Libro de Eli“, sin embargo, es descaradamente pedante, porque quiere aparentar más de lo que puede dar (¿no?, miren la partida de ajedrez de marras, que nunca falta en estos productos). Pero Eli no es el jinete de Eastwood, ni el mensajero del futuro de Costner, ni el Zatoichi de Shintaro Katsu, es un tipo que se ha aprendido la biblia de memoria y con habilidades para matar que ni en sueños tendría John Rambo.
En este caso no hay que rebuscar bajo la cubierta, el entretenimiento sale a la superficie y es suficiente, aunque sea en “slow motion“ y Michael Gambon y Frances de la Tour tengan una aparición ridícula. Oldman roba las escenas a todo el mundo con sólo aparecer en pantalla.

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Perezoso Amoroso

Película: “Slotherhouse“ (2023).

Una película serie B entretenida a duras penas. Una historia bastante simple, mucho sin sentido y que da paso a varias muertes. Diálogos flojos. Actuaciones regulares. Personajes desagradables salvo el perezoso. De ritmo lenta. Ambiente regular. Efectos visuales bastante flojos. Gran cantidad de muertes, pero todas bien mediocres. Desarrollo aceptable y un final flojo.

Mi puntuación para “Slotherhouse“ es 4 de 10 posibles. Otra cinta del montón que para ver una vez un fin de semana sin nada que hacer esta bien. No la recomendaría, hay mejores cintas con temas similares.

Tabo.

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La Piscina

Cinta que me ha decepcionado bastante. Cuenta con una trama que no me atrapó, actuaciones reguleras y diálogos absurdos y hasta de pena ajena. Es completamente genérica, con todos los clichés del género, predecible, tonta y algo aburrida. No le pongo peor nota, quizás por algunos destellos interesantes en algunas escenas, pero vaya que es de esas que cuando terminan, no te acordarás de haberla visto. Olvidable

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Megan is missing

La he visto porque a pesar de ser del 2011, volvió a los comentarios nuevamente gracias a los ¨video reaction¨ en la red social tiktok este 2020.

Más que una película, este ¨falso documental¨ de metraje encontrado, parece un ejercicio desalentador para que las adolescentes sean más precavidas y desconfiadas a la hora de comunicarse con desconocidos en las redes sociales, así como también echar abajo la fantasía de imaginar que con un desconocido que acabas de conocer en Internet, estás encontrando a la pareja de tu vida.

Ya que todo lo que se ve aquí va a peor, es un eterno castigo hacia las frágiles protagonistas, que más que una historia con matices, giros y altibajos, parece un video disuasivo para ser pasado en las secundarias en una clase de seguridad personal.

Es una pena, ya que mucho de lo que se ve en este film, es un terror real, caer presa de una trampa por internet, en manos de un depravado, es el terror más cercano que tienen los adolescentes de hoy.

Abusa al principio de mostrar a Megan como una chica desinhibida, viviendo vi vida de drogas, sexo y desenfreno. Morbo puro, que le guión se esfuerza en destacar. Cae también en situaciones imposibles, como lo es que su amiga no vea a quien se está acercando para secuestrarla.

Pesadillesca y depresiva, pero no por eso del todo bien realizada.

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Jam

“Sleep“ es un thriller coreano que combina hábilmente elementos de terror para ofrecer una historia intrigante que te atrapa desde el principio y no te suelta hasta su soberbio final. La trama gira en torno a una pareja que sufre de trastornos del sueño, pero pronto se plantea la incógnita de si este sonambulismo es simplemente un trastorno o si hay fuerzas espirituales involucradas. Este misterio te mantiene en vilo a lo largo de la película, ya que a medida que avanza, la protagonista, en un intento desesperado por proteger a su bebé, comienza a perder la cordura.

El director logra construir una atmósfera inquietante y llena de suspenso que se refleja tanto en la narrativa como en la estética visual de la película. La tensión se va acumulando de manera progresiva a medida que se desvelan pistas y se revelan los oscuros secretos que acechan a la pareja. Los momentos de susto están cuidadosamente dosificados, manteniendo al espectador en constante anticipación y expectativa.

Las actuaciones son destacables, especialmente la de la protagonista, quien transmite de manera convincente el deterioro mental y emocional de su personaje. Su interpretación refuerza la sensación de angustia y desesperación que envuelve la trama. El resto del elenco también cumple de manera efectiva, aportando a la atmósfera opresiva de la historia.

El guion está bien estructurado, con giros sorprendentes y revelaciones impactantes que mantienen el interés del espectador en todo momento y lo arrastran a la hipótesis de la protagonista. La trama se desarrolla de manera fluida y coherente, sin perderse en subtramas innecesarias. A medida que se desvelan los misterios, el espectador se ve inmerso en una vorágine de emociones, manteniéndose constantemente alerta y expectante.

El final de “Sleep“ es especialmente interesante, ya que logra sorprender y satisfacer al mismo tiempo. Sin revelar demasiado, puedo decir que cierra de manera efectiva los diferentes hilos narrativos de una forma genial.

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Masacre Diabólica

“Me gustaría dejar algunas cosas claras. Verás, no soy una especie de curandero. No soy un místico. Sólo soy alguien que ha sido dotado con percepción extrasensorial. Hago las mismas preguntas que hacen los demás. La única diferencia es que a veces obtengo la respuesta“

“The Demon” (también conocida como Midnight Caller) es una mala película de terror de serie B, que sería la versión sudafricana de “Halloween”. Es protagonizada por Cameron Mitchell (como un psíquico que no aporta mucho) y Jennifer Holmes.

Aunque no hay ningún demonio, si aparece un asesino en serie, enmascarado como Michael Myers, que asfixia a sus víctimas con bolsas de plástico, y hay varias escenas de chicas en toples. La trama es inconexa y todo es un poco confuso, lento y mal editado.

Es un slasher setentero (aunque fue estrenada en 1981), hay una escena en que parece una marquesina anunciando “The Amityville Horror”, y está Mitchell como un personaje extraño. Por todo eso le doy un 5.

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