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The Marvels

De las películas mas pobres del Universo Cinematográfico de Marvel en todo sentido pero no por eso es mala.
A mí me entretuvo desde que empezó hasta que terminó sin aburrirme en ningún momento.
Tiene un buen apartado técnico y visual donde los efectos especiales deslumbran.
La historia no tiene demasiado contenido como otros films de la compañía pero, como dije anteriormente, no aburre.
Está bien actuada.
Recomendable!

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Megan is missing

Peligros de Internet - Megan is missing.

Esta película en forma de mock es una de las más shockeantes que se han hecho y se me hace raro que el director solo tenga Mary después de esta pero este sin duda fue un gran debut por donde se mire.

Aquí la historia de unas amigas muy diferentes entre ellas pero con una amistad verdadera tenemos a Megan una chica algo popular pero tiene una madre que no la quiere y fue abusada al contrario de la otra chica nada popular y que llaman perdedora pero que los padres si la quieren y tiene una buena vida.

Megan conoce a Josh un hombre por Internet y comienzan a tener conversaciones con este hombre el cual resulta un pederasta, lo más triste de esta película es que esta basada en un caso real que tienen otros nombres las chicas una verdadera tragedia lo que pasó y que el asesino lo sentenciaron a dos cadenas perpetuas sin libertad condicional.

Ahora los últimos 20 minutos son un verdadero viaje al infierno tristes, crueles y no muy alejado de la realidad que no solo pasaron las chicas sino seguramente muchas personas más, te deja un mal cuerpo este final.

Recomendable.

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El Gato Chino

Otro nuevo caso para el detective Charlie Chan, y en este caso, uno bastante distinto a lo que nos tienen acostumbrados, pues el asesinato ocurrió 6 meses antes...
Acompañando a nuestro detective, tenemos a su hijo y al chófer negro que ya conocimos en “Charlie Chan en el Servicio Secreto“, que parece que el personaje gustó y ha vuelto, esta vez como taxista.
Es, hasta el momento, la película de este personaje más “simple“ que he visto, y es que no es que haya, como de costumbre, un grupo de sospechosos entre los que buscar el culpable, sino que aquí casi desde el principio sabes que son un grupo de mafiosos, y la trama consiste en descubrir quiénes son y por qué lo hicieron.
Es también, una película donde el guión juega un poco con la trama, y es que desde el principio Charlie Chan pregunta que si el despacho está exactamente igual que el día del asesinato, le dicen que sí, pero nosotros sabemos que no... ¿fallo, o conveniencia de guión para alargar la historia?
En definitiva, se deja ver pero ni de lejos es de las mejores de este personaje.

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Invoked

Película de metraje encontrado nada original, donde cinco jóvenes de ambos sexos son acechados por presencias sobrenaturales espeluznantes.
Toda la trama se desarrolla en una zona alejada de la ciudad, en Irlanda.
Es esperable la infinidad de veces que se repite en películas la situación de jóvenes dirigiéndose un fin de semana de diversión y que van grabando
absolutamente todos sus nefastos diálogos, relatos de leyendas urbanas, una sesión de espiritismo con tabla ouija, tonterías y cualquier cosa llamativa que puedan filmar en los lugares que encuentran.
En este tipo de género donde graban to con video cámara, suelen hablar y gritar para que el espectador no se aburra o entienda lo que ve, pero en ¨Invoked¨ es un récord el relleno de palabrerías que saturan totalmente con diálogos torpes e innecesarios y donde cualquier oportunidad de silencio es un alivio que pocas veces sucede durante el transcurso de la trama.

El reparto tiene un desempeño entre limitado y algo dinámico. Clichés los hay en exceso (incluída la mujer fantasma que abre una gigantesca quijada en un pestañeo) y el final, calcado de muchas otras películas similares, es pésimo.
Nada recomendable para quienes no pueden soportar decenas de minutos ininterrumpidos de gritos de histeria femenina ante el acoso de una entidad sobrenatural.

¨Invoked¨ es un derivado de ¨El proyecto de la bruja de Blair¨ y ¨Paranormal Activity¨, por eso no ofrece nada nuevo, sólo intenta generar sustos desordenados entre oscuridad excesiva y diálogos terriblemente exasperantes.

3½.-

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Hatchet 3

Tercera parte de la trilogía de Hatchet, y para mí la más divertida. El argumento es bastante básico y tontorrón (como pasaba en las anteriores) pero aquí ya directamente Victor Crowley se lía a matar y desmembrar desde el principio. La parte gore es muy buena y bestia, de hecho en cuanto a gore también es la que más me ha gustado.

Una película que da lo que promete. Entretenimiento y gore loco sin tomarse en serio.

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Pasión Cruel

Interpretación libre, más que una adaptación, británica, de “Justine” del Marqués de Sade, que, por supuesto, está lejos de incluir la escatología, sadismo y pornografía del libro original. En realidad, la única película que se ha atrevido a recrear los oscuros delirios del divino marqués ha sido “Saló”.

Lo que no significa que esta sexploitation de Chris Boger no sea sórdida ni haya estado exento de polémica. Todo lo contrario, la virginal y desdichada Justine, y su hermana Juliette, pasan por un orfanato regentado por sáficas monjas, para luego caer en un prostíbulo con depravados clientes y terminar raptada por una banda de crueles criminales. Si bien la película evita las representaciones demasiado gráficas del sexo y la violencia, Boger se las arregla para sorprender y horrorizar con escenas que incluyen violaciones, sadomasoquismo y necrofilia; además de monjas pervertidas, curas abusadores, regentas de lupanares, prostitutas, bandidos asesinos, toda una fauna de malvados.

Destaco la presencia de Koo Stark, desinhibida actriz que apareció en varias películas eróticas setenteras, con escenas lésbicas subidas de tono, y que fue novia del príncipe Andrés de Inglaterra.

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Uncharted

Me ha parecido una peli entretenida, fácil de ver, con mucha acción (como no podía ser de otro modo) y bastante fiel al juego, cosa que es de agradecer.
Y digo bastante porque para el papel de Sully yo hubiese elegido a otro actor. No es que Mark lo haga mal, es que es mucha diferencia con el del videojuego y Holland mas o menos.
Y eso que me parece que los dos trabajan bien en la película.
Las escenas de acción, acertijos, puzzles y zonas remotas me han recordado al videojuego, Asi que la verdad que he quedado satisfecho con esta adaptación.

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Splatter: Architects of Fear

estamos ante un documental de bajisimo presupuesto donde vemos la ficcion y el detras de escena, este tipo de trabajos te dan ganas de haber hecho efectos para peliculas clase B, no esta mal y su duracion es corta, no llega a hacerse pesada.
para ver y olvidar

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El Motorista Fantasma

Confieso con cierto desánimo que este curioso personaje es uno de los contados con los dedos de una mano que conocí en película antes que en tebeo, y si bien Marvel era parte importante de mi vida cuando vi “Ghost Rider“ allá en 2.007, aún no tenía constancia de sus historietas. Descubrí tarde a Blaze, pero creo que la adolescencia y no la infancia es la mejor etapa para hacerlo, pues él está lo más alejado posible de los coloridos superhéroes que todos relacionamos con la editorial; una creación muy de su momento, principios de los “70, de esencia “pulp“ violenta, con aire a cine de serie “B“, tanto más cuanto que contenía toda esa cultura motera, ocultista y satánica, en absoluto para lectores infantiles.
Y uno, ante el producto cinematográfico resultante, puede ver que se trata de uno de esos proyectos que circulan durante años y años pero nunca maduran como es debido. En mi opinión debió ver la luz en los “90, cuando a las pantallas llegaron “Blade“, “Spawn“, “Juez Dredd“ o “El Cuervo“, cuando el mundo de los héroes de cómics, en el cine, aún era sombrío, duro y destinado a un público más adulto; pero en 2.007 todos estaban acostumbrados a las aventuras con muchos efectos digitales y cierta levedad para adaptarse a todas las edades.

Curioso que Mark S. Johnson, artífice de “Daredevil“, aún situada en esa línea entre lo muy adulto y lo muy infantil, adaptara de esta forma un cómic mucho más controvertido y oscuro; Nicolas Cage, que pujaba por llevarse el papel desde inicios del 2.000, tenía razón: el film pedía clasificación “R“, no “PG-13“. En el guión se respetan más o menos los orígenes del personaje de Gary Friedrich y Roy Thomas, aunque cambie la situación original de sus padres adoptivos, los Simpson (de quienes Roxanne era hija), y se le confiera uno biológico que también tiene cáncer...
Sin embargo, aquí Blaze es víctima de los planes del demonio Mephisto, y en el tebeo él lo invocaba para pedir ayuda. Trasladado al 2.007 cambia toda la esencia, aunque pretendan darle aires épicos con esa introducción narrada por Sam Elliott (interpretándose a sí mismo) sobre la procedencia del llamado jinete fantasma. Tras el prólogo Blaze se va y cede su puesto a un Cage caracterizado (interpretándose a sí mismo también) que con más de 40 años tiene que pasar por más joven para igualarse a Eva Mendes (la sabrosa cubana a la que engañaron diciéndole que valía para ser actriz y que está a kilómetros de la Roxanne original).

El dislate empieza con la aparición de Blackheart, horrible monstruo en el tebeo convertido por culpa de Wes Bentley en una versión amariconada que presagia, junto a su panda de seguidores muerdealmohadas, a los vampiros de “Crepúsculo“, estrenada al año siguiente; el remate lo da una de las transformaciones más divertidas de la Historia, y a partir de aquí Cage, que se había mostrado increíblemente comedido, deja salir al chiflado pasado de vueltas que ha sido siempre..pero rodeado de llamas digitales. El resto de película es una excusa para la fantasía y la acción más palomitera y descerebradamente deliciosa que pueda existir.
Y aquí un par de puntos, más bien hándicaps, a destacar. Por un lado la trama, con todo ese embrollo de un contrato de no se qué con un pueblo que no interesa a nadie, porque todo lo mencionado se olvida mientras se está contando; básicamente es el momento de la batalla entre el motorista infernal y los demonios mariquitas, resuelto en escenas trepidantes con el habitual y tan poco apasionante espectáculo de efectos digitales. Por otro, Cage, acostumbrado a sobresalir por encima de todos, hace suyo al personaje, y eso no es bueno, pues lo lleva a su terreno excesivo, tan poco creíble como siempre.

Muy divertido es también que de por medio se metan cosas como un par de policías súperduros tras la pista de Blaze que aparecen tres veces mal contadas y no sirven de absolutamente nada o una chica salvada por éste en su primera noche de transformación, la única situación no relacionada con la trama en sí donde usa sus poderes; como sucedía en “Los Inmortales“, parece que Johnson busca añadir algún que otro momento con personajes del “mundo real“ para dar un toque más dramático o más humorístico al film, no se sabe bien. Y por ello se olvida de refinar otros aspectos.
Y es lo que nos queda. La subtrama romántica con Roxanne, los clichés y las obviedades (esa relación mentor-alumno entre Blaze y Carter, cuya verdadera identidad (buen guiño al clásico Jinete Fantasma, otro héroe de Marvel) conocemos desde que asoma en pantalla), las incongruencias y elipsis argumentales, repetidas hasta la saciedad, y las esperpénticas interpretaciones (la de Cage ante el espejo, hay que verlo para creerlo). En su último acto, cuando el motorista va en busca de sus enemigos al pueblo (¿que en pleno desierto posee un pantano cual jungla amazónica?), la película sí se nutre bastante de esa fantasía de serie “B“ alocada y gamberra tan propia de la era del cómic original.

Me gusta mucho menos que Mendes tenga una participación tan prolongada porque verla “actuar“ es un dolor de cabeza (al menos sus curvas amenizan el mal trago) y sobre todo que amenacen con una secuela, que terminaría llegando unos años más tarde. El legendario Peter Fonda, por cierto, es un demonio genial, no cabe duda.
El héroe de Cage no tanto; es más Johnny Cage que Johnny Blaze, pero en modo alguno afectaría esto a las recaudaciones en taquilla, y lo puedo asegurar: recuerdo estar con 14 años en aquella sala, el día del estreno, y ni una butaca quedaba vacía. Me sacude la nostalgia, por eso soy tan indulgente con ella.

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Ed Wood

Se necesita mucho estómago y un día de buen humor para decidir ver una obra de Edward D. Wood Jr. y sobrevivir al visionado; puede decirse sin rodeos y no por ello perder uno su condición de cinéfilo de culto.
Pero también es cierto que tras la miseria cinematográfica se puede apreciar algo, levemente, y es la pasión puesta en ella...

Es horrible estar tocado por el genio del arte pero no tener ocasión de expresarlo debidamente por las circunstancias de la vida, doy absoluta fe de ello y por eso, aunque no figuren en mi lista de realizadores favoritos, gente como Edgar Ulmer, Phil Tucker o el propio Wood son con los que más me identifico; la pasión mueve el entusiasmo hasta que la cruda realidad, humana y monetaria, obstaculiza el camino. Para estos hombres la tarea sería doblemente difícil al ser su obstáculo un Hollywood como industria impersonal donde lo que contaba era la fama y el dinero. Mal lugar para intentar desarrollar la vena artística personal.
En una actuación maravillosa, la mejor de toda su carrera, Johnny Depp se mete en la piel del mítico cineasta en ese instante en que sólo dispone de unos días, un equipo ínfimo, va vestido de mujer porque él protagoniza la película y no tiene permiso para filmar en la calle, y aún así, al terminar de rodar la secuencia, sonríe orgulloso. A Wood le movía su emoción al saber que estaba creando algo que, según su adorable ingenuidad, pudiera pasar a la Historia; dicho sentimiento lo capturaron a la perfección los guionistas Scott Alexander y Larry Karaszewski, quienes experimentaron también fracasos cercanos a su ídolo.

Y es que mucho se habla de Tim Burton y su gran inventiva a la hora de plasmar las hazañas del hombre que da título al film, pero fueron estos colegas de la USC quienes les dieron forma, cuerpo, vida y voz, y por mucho que el rigor histórico no sea respetado al 100% lo que sí sobresale es ese amor sin prejuicios por él. Claro, muy distinto habría sido todo esto si Michael Lehmann (eminente artífice de “Heathers“) se llega a poner tras la cámara; Burton llegó tarde al proyecto pero era (tanto como, quizás, Joe Dante o Tarantino) la elección perfecta para contar la historia del más grande de los directores del peor cine de bajo presupuesto que ha existido.
Sólo él podría haber imaginado una introducción tan fascinante, a partir de las palabras de un Jeffrey Jones orador de lo misterioso y lo prohibido para viajar ahora la cámara hasta un cementerio cubierto de niebla, lluvia y relámpagos y levantarse en un plano aéreo sobre el Hollywood de los “50 cubierto de ese hiperestilizado blanco y negro de Stefan Czapsky que le da un toque tan “gothamiano“; y lo redondea Howard Shore con su partitura ridículamente escalofriante. Esto es un homenaje puro y desde el corazón al cine clásico de terror y de serie “B“. Se queda uno ya sin palabras...

Y de aquí, de este viaje al paraíso de la abstracción, pasamos a un plano más terrenal. El guión se salta un buen pedazo de la vida de Wood y no tocará ni sus traumas infantiles por culpa de su chiflada madre, ni su efímera participación en la guerra, ni su carrera como director de anuncios y guionista, ni siquiera su alcoholismo, vamos directamente a cuando se prepara a dar el salto a director de una obra cinematográfica. Depp carece de semejanza con su álter-ego, de hecho Bill Murray (que deslumbra cada vez que asoma en pantalla, aun siendo secundario) es más parecido físicamente a Wood.
Pero el anterior logra insuflarle un brillo especial, con su sonrisa, su dramatismo exagerado, sus expresiones, su forma de mirar y moverse; este no es el realizador de “Plan 9 del Espacio Exterior“, es una embellecida recreación, de igual modo a, por poner ejemplos cercanos, la de Margot Robbie en la piel de Sharon Tate o la que interpretó Jim Carrey de Andy Kaufman en “Man on the Moon“ (también del puño y letra de la pareja Alexander-Karaszewski). Burton y Depp dejan a la persona en sí y se quedan con su esencia; éste no se influenció de la actuación que dio Wood en su “Glen or Glenda“, sino de Ronald Reagan y Casey Kasem, y al mismo tiempo no parece un falta de respeto hacia él. ¿La razón? La transparencia.

El Wood de Depp es una persona arropada en una cálida inocencia, sin temer decir cómo es, ni confesar sus secretos íntimos si eso le ayuda a expresarse mejor. No es que le guíe la dignidad (más de una vez aparece suplicando a productores y personalidades codiciosos), pero sí la honestidad, y, aunque también devorado por la ambición, no se derrumba cuando el fracaso le golpea una y otra vez por culpa de su falta de talento.
El drama alrededor del personaje es triste, pero no sombrío; a Burton ni se le ocurre impregnar de melancolía la historia cuando se trata de Wood, él está siempre iluminado cual faro en el océano...eso se lo reserva a Lugosi.

Motivos tiene. Cuando uno ve en “Plan 9“ al veterano actor saliendo de su propia casa a oler los rosales sólo una palabra describe su rostro: agonía. Agonía profunda, la de la muerte, que está muy próxima. De diferente configuración en la película de Burton, la escena original, pese a ser un solo plano estático y general, logra producir esa sensación de tristeza absoluta; el que una vez fuera el Drácula más famoso del cine estaba ahora en un estado físico y emocional lamentable. Martin Landau se apega a la teatralidad propia de Lugosi, pero le encarna con una humanidad y ternura más allá de lo imaginable.
No se concibe la carrera de Wood sin la presencia del envejecido actor; la combinación no era buena (el hombre con menos talento del cine unido a una estrella en el momento más mediocre de su vida), pero su unión es como la de un padre y un hijo. Aquí el joven director es el apoyo continuo que el veterano, enganchado a las drogas, perdió hace tiempo, es también quien sigue dándole ese entusiasmo por el cine que a él le sale a borbotones del alma. Cada vez que Depp y Landau comparten pantalla el bello se eriza por la sinceridad tan pura que dan a sus personajes...la que éstos compartieron cuatro décadas antes.

Burton sigue así sus pasos, desde el maquillaje sutil, a veces melodramático, a partir del rodaje de “Glen or Glenda“, a la mística conexión con Lugosi, las peleas con el productor Weiss y con Dolores (quien en realidad no era tan desagradable, aunque Sarah Jessica Parker, actriz que nunca me ha hecho ni pizca de gracia, resulta simpática), la llegada del luchador Tor Johnson (genial imitación la de George Steele) y “Bride of the Monster“, la separación con Dolores y el encuentro de una Patricia Arquette celestial como Kathy, segunda esposa de Wood (erróneo, porque se conocieron en un bar, no en una clínica)...y por supuesto el gran proyecto de “Plan 9“.
Nunca perdiendo el ritmo ni el sentido de la sorpresa gracias a los giros del melodrama y ayudado por esa puesta en escena que hipnotiza a cualquiera (Tom Duffiel, diseñador artístico, es otro que merece nuestros elogios), Burton va enlazando anécdotas, encuentros, experiencias divertidas y otras más traumáticas y creando magia entre los decorados de cartón-piedra de las producciones “B“ de la época; puede que se hable de cine de baja estofa, pero “Ed Wood“ respira cine auténtico en cada fotograma. Más que nunca en la elaboración del título por el que el protagonista sería recordado.

Es imposible negar a qué fondo ponzoñoso del tarro de la serie “Z“ llega “Plan 9“, pero una vez se conoce la historia humana que la envuelve la cosa cambia un poco. No se trata de una de tantas producciones impersonales, detrás hay un alma y un corazón, un hombre luchando contra los elementos, un espíritu ya olvidado, el de Lugosi, que clama por llegar a los ojos del público una última vez.
Algo por lo que luchar, como afirma ese Orson Welles resucitado por un Vincent D“Onofrio que aparece unos minutos y se merienda toda la película con su magistral actuación en una bellísima y cuasionírica escena que jamás tuvo su equivalente en la realidad. Yo creo que fue concebida a modo de sueño, producto del alcohol, tal vez, y cuya función es servir de inspiración mística a Wood.

No sabremos nada tras la proyección “gloriosa“ de “Plan 9“; Depp más comprometido que nunca, bajo la lluvia, fugándose con Kathy. Nunca se contará cómo terminó sus días el verdadero Wood escribiendo horribles novelas pornográficas y ahogado en el alcohol, abandonando su Planeta Marte para no volver nunca...hasta que algún genio loco creyó necesario traerle a la vida.
Por desgracia la película pareció tocada por el mal signo del apellido y fue un tremendo fracaso de taquilla. De todas formas sigue siendo la mejor de las respectivas carreras de Burton, Depp, Landau y Parker; la crítica profesional fue la sensata esta vez.

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