Ultimas críticas insertadas




Ficha Nashville

[email protected]

  • 17 Apr 2024

10


Nashville
Excelente película con un Robert Altman en su mejor momento y un reparto verdaderamente de lujo.
El film, pese a su extensa duración, no aburre en ningún momento debido a que no para un segundo; todo el tiempo está pasando algo. Es una cinta desbordada en el buen sentido.
La música es completamente bella, en su mayoría música folk y country.
Las actuaciones son todas magistrales.
Me llamó la atención el nivel inmenso de producción con escenas repletas de extras y escenarios grandes.
La fotografía es muy buena.
Sumamente recomendable!



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Ficha Contrabando (The Lineup)

[email protected]

  • 17 Apr 2024

7


Contrabando (The Lineup)
Muy buena película del maestro Don Siegel (director de grandes films como “Dirty Harry“ o “The Beguiled“, entre muchos otros).
El film tiene una trama bastante intrincada la cual hay que seguirla constantemente para entenderla a la perfección.
Está bien actuada por parte de todo el reparto y la persecución final tiene mucha adrenalina.
Recomendable!



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Ficha Aeropuerto 78: Vuelo Supersónico

DE NIRO

  • 16 Apr 2024

4


Aeropuerto 78: Vuelo Supersónico
Aunque es una película para la tv de 1976 Death Flight se estreno en Europa como Aeropuerto 78 Vuelo Supersonico, sin tener nada que ver con la saga Aeropuerto, que el año anterior se estreno y con mucho éxito Aeropuerto 77 perteneciente a la saga Aeropuerto. Este telefilm paso sin pena ni gloria por los cines y los efectos especiales dejan mucho que desear pero demasiado da para ser un telefilm, es entretenida sin ver todos los defectos y las actuaciones, toda la cinta se desarrolla dentro de un avion comercial en su vuelo inaugural, es una especie de Concorde, por el formato, la esperaba mucho peor.



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Ficha Los Hermanos Marx en el Oeste

TANO

  • 16 Apr 2024

8


Los Hermanos Marx en el Oeste
Vuelve este trío de locos, y en esta ocasión, la acción transcurre en los tiempos de los westerns americanos, un salto temporal (con bastantes, bastantes chistes dentro del género) que logra una película distinta y muy, muy divertida.
La trama empieza tranquilita, pero es de esas películas, sobre todo en esta época, que van a más, y cada vez a más, conforme avanza, hasta llegar a una caótica y desternillante larguísima escena en un tren, de la que “Regreso al Futuro“ tomaría incluso alguna idea muchos años después.
Los tres protagonistas, como no podía ser de otra manera, en su salsa, con sus choques y locuras contínuas, sin olvidar sus tradicionales momentos musicales.
Una película digna de verse y disfrutarse, pura comedia bien hecha que no pierde la gracia por más años que pasen.



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Ficha Esperando la Carroza 2: Se Acabo la Fiesta

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  • 16 Apr 2024

6


Esperando la Carroza 2: Se Acabo la Fiesta
Secuela de la excelente “Esperando la Carroza“ muy inferior a lo que fue su primera parte.
La primera entrega ya es un clásico de nuestro cine nacional con montones de frases célebres y personajes carismáticos pero esta segunda entrega tardía no divierte de la misma manera que lo hizo su antecesora; es como una mala copia de la anterior.
De todas formas por lo menos no aburre y los personajes siguen teniendo carisma.
También me gustó que la mayoría del reparto se repita.
Dentro de todo, se deja ver!



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Ficha Infiltrado

Parnaso

  • 15 Apr 2024

3


Infiltrado
Film de poca monta cuya apariencia da pie a pensar que es de segunda liga, lo que se confirma según avanza tan deslavazada historia hecha a troche y moche que no interesa en ni un solo momento. Y es que es de ver cuán bajo ha caído Emile Hirsch luego de intentar estrangular a una mujer en el festival de Sundance, cosa que es poco castigo mereciéndose el destierro absoluto del séptimo arte y aún del mundo. De olvidar.



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Ficha All Dirt Roads Taste of Salt

[email protected]

  • 15 Apr 2024

6


All Dirt Roads Taste of Salt
Aceptable e interesante película. Pese a su lentitud constante y sus pocos diálogos no aburre en ningún momento.
Me recordó un poco, salvando las distancias, a una famosa cinta argentina también muy buena de Lucrecia Martel llamada “La Ciénaga“.
La cinta está sumamente bien actuada y me encantó el modo en el que está tratado todo el sonido.
Recomendable!



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Ficha Sodoma y Gomorra

Roberto Christian

  • 15 Apr 2024

4



Sodoma y Gomorra
Una pelicula para verla un fin de semana o aprovechando semana Santa, efectos prácticos en la parte de la destrucción, combates pasables pero se aleja mucho del pasaje biblico contando una historia con bastantes libertades creativas. Suponemos por la censura de la época y el público familiar al que queria ir dirigida; no llegan angeles vestidos de forasteros, ni el pueblo que exige que los deje salir para formar una orgia con ellos, tampoco se cumple que solo Lot y su familia salen del pueblo por el contrario lo acompaña su tribu. Esta pelicula podria confundir si lo tomas literal si tratas de tomarlo como fuente ante alguna prueba conocimiento o debate biblico.



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Ficha Back to Black

dalton gellar

  • 14 Apr 2024

7


Back to Black
La película no es mala y no entiendo porque tanta mala crítica o quizás sea porque quisieron limpiar el nombre del padre de Amy y del Blake ese como lo muestra aquí y le tiran de villano a la prensa y paparazzis que hundieron a Amy más supuestamente.

Pero bueno dejando a un lado ese tema la película no me pareció mala para nada entretenida en todo momento, buena bso y suena la canción favorita mía Rehab y eso me encantó.

Mucho también se habló de la elegida a dar vida a Amy esta chica que no da el pego y no se parece en nada pero a mi me gustó y me pareció buena su actuación al igual que Jack o Connel como Blake el tipo que llevo a Amy a la perdición y que murió por amor.

Genial el último plano antes de salir las letras de Amy subiendo las escaleras me encantó, yo recomiendo verla y no se dejen guiar por las críticas y por los anteriores trabajos de la directora porque esta película es buena.



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Ficha Back to Black

DE NIRO

  • 13 Apr 2024

7


Back to Black
Muy interesante me resultó estaa cinta que refleja los inicios yl a vida un tanto tumultuosa de la cantante londinense Amy Winehouse, sus inicios como cantante de jazz en los puibs de su ciudad, y terminar por convertirse en una superestrella de la música ganadora de un Grammy, muestra la decadencia mental en la que ingresa luego de conocer a un tipejo llamado Blake que la introduce en el consumo de la cocaina, eso sumado a que le gustaba el alcohol en demasia y los vaivenes amorosos la llevaron a un decaimiento y posterior fallecimiento a los 27 años, muy buenos temas y la interpretacion de la cantante por parte de una quien yo desconocia Marisa Abela me pareció excelente, sin caer en golpes bajos.



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Ficha Gang vs. Gang

Mad Warrior

  • 26 Apr 2024

6



Gang vs. Gang
Guerra en las calles, sucia y desagradable. Gángsters de poca monta envenenan a la sociedad con su tráfico de drogas.
En este Japón moderno parece ser la moda, y sólo alguien lo suficientemente enfadado y lo suficientemente loco puede detenerles...

Menos mal que es nuestro amigo Koji Tsuruta quien se encarga del asunto en una de esas clásicas aventuras por el viscoso submundo de Japón. La dirige Teruo Ishii, una muy temprano para aquellos que sólo conozcan su etapa más psicotrópica y descarnada; cuando se mudó de Shintoho a Toei a comienzos de los “60 poco iba a imaginar que su primera obra de contrato en la compañía, “A Flower, a Storm and a Gang“, iba a generar tal éxito de público. La presente “Gang vs. Gang“ es la 3.ª entrega de la llamada saga “Gyangu“, que se extendería hasta finales de década, y en esta ocasión repite Tsuruta en su papel habitual de delincuente.
Habitual es también el inicio de la película, donde, igual que en el 80% del cine yakuza, uno sale de prisión sólo para convertirse rápidamente en el blanco de alguien. Aquí el personaje de Mizuhara es tiroteado nada más poner un pie fuera, pero logra escapar; el director comienza de esta manera cruda y violenta, dejando su sello, mientras se atiene a las formas propias del “noir“, con escenarios en claroscuro y “jazz“ constante de fondo. El protagonista es un chiflado elegante con dos cojones y de vuelta de todo, e incluso se atreve a disparar a su antiguo jefe cuando se entera de que sus compañeros han querido matarle a él.

Un síntoma del film será este, la falta de coherencia y lo gratuito de las situaciones y motivaciones de los personajes; cuesta creer lo que pasa en pantalla cuando Mizuhara atenta contra el oyabun y todos en la sala se quedan como estatuas en lugar de abalanzarse sobre él. Más traiciones en la familia se suceden, y en realidad esta podría ser la clásica historia del yakuza renegado que, perseguido por los suyos, se alza cual caballero suicida desafiando su poder...pero no, el guión, del propio Ishii, propone un desvío interesante y aún menos creíble que todo lo visto.
Mizuhara se une a un extraño grupo con una configuración tal que pareciera sacado de un cómic de Osamu Tezuka: un anciano que dice ser médico (o algo así), una chica muy risueña que va de “femme fatale“ y un tipo duro se dedican a reventar el negocio del tráfico de droga en la ciudad. Quiénes son realmente, desde cuándo hacen eso, qué relación tienen y otras cosas quedan enterradas en el misterio; si el protagonista accede a colaborar con ellos es sólo para vengarse de su clan y por dinero, lo que no dice mucho, de hecho la trama prefiere dejar al margen complicadas introspecciones psicológicas e ir al meollo del asunto.

Se nos lanza entonces de cabeza a los rincones más sucios del paisaje urbano; una buena parte de la trama se basa en las correrías de este pintoresco cuarteto haciendo frente a drogadictos y traficantes en pubs, prostíbulos, locales de baile, salones recreativos, todo tipo de ambientes siempre oscurecidos por una atmósfera perpetua de sombras. Ishii parece estar al tanto de la mala situación que vive su país por culpa del tráfico, en especial de heroína, llegada del Sureste asiático; en ese mismo 1.962, con un registro de más de 2.000 casos de drogadicción, en Japón se crea una unidad especial de anti-vicio para frenar esta plaga.
La película no es para nada una ficción documental, pero sí ofrece un retrato crudo, cercano y realista de los estragos que debía estar causando la droga en aquel momento; el director fue muy audaz mostrando en pantalla a personajes, hombres y mujeres, inyectándose heroína con toda frialdad e indiferencia. Y si la conducta del protagonista y sus nuevos amigos no se aleja de la de aquellos a quienes combaten, se les justifica ya que están haciendo algo bueno para la sociedad (así lo dice esa chavala descarada que interpreta Yoshiko Mita).

Tetsuro Tanba vuelve con Namikawa a su conocido papel de villano perverso en una historia que se basa en encuentros, diálogos duros y secuencias rodadas en escenarios reales y entre transeúntes, sin muchas complejidades en el argumento (Mizuhara va de lugar en lugar gracias a la información que le dan una serie de personajes...).
Donde “Gang vs. Gang“ realmente despega es en un 3.er acto donde el trío protagonista a bordo de un camión (la chica no está, que lista) es perseguido por el clan Namikawa entre los caminos solitarios, los bosques y los barrancos de Hakone; Ishii lleva la acción a altas cotas de violencia, en la mejor tradición del cine criminal (esta frenética parte recuerda a “The Long Haul“)...aunque el tono se le vaya de las manos y acabe descolgándose por lo fantástico.



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Ficha Un Hípster en la España Vacía

danieku

  • 13 Apr 2024

4


Un Hípster en la España Vacía
Quería borrar la crítica pero como no puedo intentaré ser breve, peli que intenta satirizar la izquierda política Española llevandolo a lo más absurdo y ridiculo posible, peli de muy mal gusto que no contentos con burlarse de la izquiera politica encima tienen que poner a los catalanes como lo peor...como si ya no había suficiente catalanofobia, ponle esta peli a gente de pueblo como los que salen en la peli que te los encuentras en Barna con antorchas...y todo para contar una historia de amor de lo más pastelosa, simple, repetitiva y aburrida que te puedas encontrar..con un oloor a rancio que ni siquiera el colega marroquí ni la curvi mulata lo pueden arreglar.



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Ficha La Trenza

..PICARD..

  • 12 Apr 2024

9


La Trenza
Portentosa lección de feminismo conmovedor que Laetitia Colombani unifica con elegancia y transporta a través de «La trenza», (concepto abstracto, -¿o no tan abstracto?) en estas tres historias femeninas de diferentes estratos sociales y culturales que fomentan nuestras emociones.

Tres dramas desbordantes de humanidad y sensibilidad con un equilibrado y delicado mensaje. “Un sándwich de beso“ para este RECOMENDABLE filme. ·4️⃣/5· ..PICARD.. (El entrecomillado se entenderá visionando la película).



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Ficha Rescate al Límite

Mad Warrior

  • 11 Apr 2024

2



Rescate al Límite
Nuevo ejemplo de lo mal que le estaba sentando el cambio de siglo, ya irremediablemente metido en el fondo del pozo de la serie “B“ (o “C“) direct-to-video, también la única película que haría bajo la dirección de Po-Chih Leong.

Curioso también lo suyo, pues de una fructífera y versátil carrera en los “70 y “80 ha acabado aquí, y es bien sabido que los cineastas hongkoneses bajaron mucho el listón cuando emigraron a EE.UU. o hacieron películas de producción norteamericana. Pues éste, contemporáneo de John Woo, Tsui Hark, Ringo Lam y toda la pandilla, fue el que peor lo llevó sin duda. Precisamente Leong fue a Varsovia a reemplazar al director de “City on Fire“, que rechazó la oferta por lo pésimo del guión, así que no cuesta imaginar (porque no me interesan los verdaderos motivos) que un encargo como éste debió ser por meras cuestiones alimenticias.
El guión del tal Trevor Miller es horrible, así es, y sabemos que esto no va ir bien desde el principio, donde el actor continúa con su manía de maquillar su desagradable personalidad interpretando otra vez a un sucedáneo del Forrest Taft de “En Tierra Peligrosa“, convertido en todo un merodeador de los bosques que hace lo posible por salvar a un pájaro de una trampa. La voz “en off“ de Irena (la entonces pequeña Ida Nowakowska, ahora una famosa presentadora de programas basura de la televisión polaca) nos narra su amistad con el sr. Lansing al que “da vida“ Seagal.

Se supone que él vive en Alaska y ella en un orfanato de la Europa del Este, y aun así mantienen correspondencia...pero el por qué es algo que no logré entender, y esa falta de coherencia será la seña de identidad de la no-trama de la película, que arranca cuando una banda de tipejos llega a dicho orfanato para llevarse a algunas niñas. Maniobra un tanto confusa, pero luego sabemos el motivo; lo que se trata aquí, nada menos que tráfico humano de menores, es un tema muy serio, demasiado como para ser parte de un subproducto que sólo funciona de vehículo de lucimiento de su actor principal (¿pero qué va a lucir?).
Y para no romper con la tradición resulta ser un agente gubernamental retirado provisto de todas las habilidades para encontrar dicha red de tráfico. Y aquí empiezan más complicaciones. También es un distintivo de las películas de vídeo de Seagal: argumentos incomprensibles...pero no por elaborados, sino por incongruentes. Se supone que los antes aliados de Lansing ahora colaboran con los villanos (liderados por el clásico psicótico chulo al que le gusta hacer esgrima y jugar al ajedrez (otra vez el detalle de marras, como si así Miller creyera que su guión es más inteligente) mientras mata gente despiadadamente), pero las relaciones de todos estos personajes tampoco se explican.

Y de por medio se mete la típica policía dura (Agnieszka Wagner, que no sé quién es ni me importa, sólo sé que no tiene idea de actuar) que parece ir en contra del protagonista y luego le ayuda. Leong tuvo días mejores y este mejunje lo dirige en piloto automático, además de filmar nuevas escenas una vez terminado el rodaje, acrecentando aún más la incoherencia; quizás lo peor es que las tramas se desarrollan en paralelo, la de Irena y la de Lansing, cambiando de situación y escenario cada dos segundos. Aquí hay muchos quizás.
El manojo de personajes va y viene y nunca, jamás, se entiende bien por qué los policías están en un lugar investigando y luego en otro o por qué los villanos sabían que tenían que ir allí o allá, o cuál es la razón de que el protagonista sepa dónde encontrar a la policía, y por qué demonios tiene que inmiscuirse en este lío uno de los compañeros del orfanato de la chica (los instantes compartidos entre este imbécil y Seagal provocan una terrible vergüenza ajena, y su colaboración parece la versión paródica de “Mercury Rising“, a la que Miller le hace varios guiños). Y no se lo pierdan ustedes, que la niña ha aprendido a descifrar códigos gracias a Lansing y se los va dejando allá por donde pasa...

Para recordar para siempre como dos de los mejores “gags“ de la comedia involuntaria: el mensaje cifrado que prepara la nena usando los canapés de una fiesta, muy bien dispuestos para que los vea su colega con sólo pasar por delante (idea de Seagal tuvo que ser...), y la operación que Lansing hace a la policía tras un tiroteo; si esto fuese un “western“ lo aceptaría, pero no en un mundo perfectamente lógico donde se debería acudir a un hospital. Aunque aquí la lógica se fue a paseo hace tiempo.
El espectador no puede aclararse con la cantidad de idioteces que va bombardeando este guión tan asiduo del método de “las páginas arrancadas“, y por si fuera poco sin compensar con alguna escena de acción bien dirigida (ni mal dirigida, si casi no hay...). Un buen ejemplo es la patética lucha final entre Seagal y el asqueroso Matt Schulze a espadazo limpio en la plaza de la Universidad de Varsovia, tal vez queriendo imitar la de “Señalado por la Muerte“; en fin, mejor olvidarla.

Mejor olvidar que esta patraña existió. Si no le he dado el suspenso definitivo es porque, entre retortijón y retortijón, he llegado a tomármela a broma.
Lo peor iba a llegarle a Leong, que poco después haría una basura casi de las mismas características protagonizada por Wesley Snipes: “El Detonador“. Pobre hombre, qué bajo cayó.



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Ficha K-19: The Widowmaker

Mad Warrior

  • 11 Apr 2024

8



K-19: The Widowmaker
La indicación “Inspirado en hechos reales“ no debe tomarse tan al pie de la letra en el mundo del cine, máxime cuando se trata de una producción hollywoodiense.
En este caso, al K-19 nunca se le apodó “El enviudador“, como afirma el personaje del capitán Polenin, sino “Гирошима“ (“Hiroshima“)...

Pero la mayoría de sucesos que con tan exhaustiva precisión detalla el guión de Chris Kyle sí ocurrieron realmente, poco antes de alcanzar la Guerra Fría su punto más tenso a nivel mundial, cuando Eisenhower consideró oportuno preparar la defensa perfecta contra la amenaza soviética instalando misiles balísticos en Turquía cuyos objetivos eran varias ciudades de la Europa del Este. A esta situación de pánico contribuyó el accidente sufrido dentro del submarino nuclear, donde varios hombres perdieron la vida intentando reparar una fuga en la refrigeración del reactor, un caso de terror y coraje enterrado por la vergüenza de los altos mandos soviéticos.
La sra. Kathryn Bigelow quiso contar esta historia ya que, según dijo, se sintió fascinada con el trágico suceso y con la perspectiva que le dio acerca del pueblo ruso lejos de los viles estereotipos esbozados por la sociedad norteamericana. Por desgracia la primera versión del guión, que Harrison Ford, involucrado como productor ejecutivo en el proyecto (muy ocurrente, siendo su madre bielorrusa), mostró a los supervivientes del desastre, fue condenada por insultante (e irónicamente estereotipada). Hechas las modificaciones, desde el principio vemos que lo que busca la directora es narrar la historia desde un punto de vista humanista, y absoluta y peligrosamente ruso.

Esto fue tal vez lo que echó para atrás a un gran sector del público, teniendo en cuenta que el atentado del 11-S estaba aún muy reciente, y una película dedicada a un acontecimiento de la Historia de la U.R.S.S. con un fuerte sentimiento anti-estadounidense (o así lo pensarían muchos) no era lo más adecuado. De ahí el rotundo fracaso de taquilla. Pero ni el guión ni Bigelow exaltan el patriotismo ruso; así el capitán Polenin se queja al recién llegado capitán Vostrikov (álter-egos de los reales Vasily Arkhipov y Nikolai Zateyev) sobre los muchos defectos del submarino que los altos mandos les han obligado poner en funcionamiento, sin tener en consideración los peligros que ello entraña para los hombres.
Hay fuertes posturas políticas y militares, pero los lazos de amistad y cariño entre Polenin y su tripulación son aún mayores. “K-19“, al estilo de “Das Boot“, no habla de soldados o héroes, sino de seres humanos. Y por ellos ya empezamos a sentir un gran temor cuando una serie de infortunios se acumulan sin que aún haya zarpado la nave; aunque jamás la llamaron “Enviudador“ sí que le habría valido ese apodo tras la muerte de varios trabajadores durante su construcción. Una vez a bordo la historia debe atenerse a ciertos arquetipos de esta clase de “thrillers“ navales, y esto elimina tal vez el factor sorpresa...

Porque sabemos que tantos problemas técnicos y desgraciados accidentes llevarán a que el navío sufra uno mayor, y que al caracterizarse al personaje de Ford como un claro negativo del de Liam Neeson damos por supuesto que su rivalidad ocupará el centro del drama, asimismo que provocará la sublevación de algunos hombres; todo ello no sucedió en la realidad, pero algo había que contar mientras crecía la intriga en torno a la fuga en el reactor, que más o menos sucede a mitad de película y es lo que la lleva a situaciones de puro suspense, e incluso de puro terror.
Terror por saber que aquellos pobres hombres iban a bordo de una bomba de 5.000 toneladas bajo las aguas de Groenlandia, que su capitán les expuso a altos niveles de radiación sin la protección adecuada y que, como ferviente patriota, rechazó ayuda de los militares norteamericanos de un carguero que se cruzó en su camino. Terror provocado por la incertidumbre. Muchos de estos personajes pueden caer en el estereotipo, pero Bigelow lo compensa acercándose a sus emociones, reflexiones, miedos, sueños y sentimientos, y cuando uno de ellos cae en servicio de una causa perdida es inevitable verse arrollado por el dolor igual que sus camaradas.

Así que las sorpresas no vienen determinadas en realidad por los sucesos, sino por las reacciones de dichos personajes a ellos y los actos y decisiones que desencadenan. Bigelow sabe hacerte parte de la tripulación y de su miedo, y con mano maestra te encierra en estas atmósferas de sudor, desconfianza, desesperanza, muerte y desolación; y lo hace ateniéndose al clásico estilo del “thriller“ hollywoodiense, por medio de una superproducción, pero sin caer en alardes innecesarios ni trucos efectistas. Su estilo es sobrio, su ritmo intenso pero calculado, nada parece fuera de lugar.
Y aunque quede uno de los peores escollos por superar, y del que las películas “made in U.S.A.“ nunca se cansan, que es el usar actores de habla y nacionalidad inglesa para interpretar a personajes de otros países (¿tan descabellado era emplear a actores rusos para el reparto en su totalidad?), la química demostrada en pantalla permite a uno olvidarse, en especial la de un nativo de Illinois (Ford) y otro de Irlanda del Norte (Neeson) haciéndose pasar por oficiales soviéticos, en un duelo interpretativo inteligente y poderoso, sin desmerecer las actuaciones de secundarios como Sam Redford, Peter Sarsgaard, Don Sumpter o Christian Camargo.

Una lástima que las fechas de realización del proyecto, el que no estuviera respaldado por un gran estudio de Hollywood, o sus momentos con mensajes anti-americanos, jugaran en su contra, porque “K-19“ posee instantes conmovedores y desgarradores.
Al clamor de “¡Por los camaradas!“ en boca de un envejecido Vostrikov, a un servidor, sin necesidad de ser ruso, se le saltaron las lágrimas...



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Ficha Operacion Ebola

Mad Warrior

  • 11 Apr 2024

2



Operacion Ebola
El tal vez más implacable equipo de soldados de la Historia se enfrenta a su más importante misión. Al menos desde nuestro punto de vista, que los acabamos de conocer.
Un virus mortal, terroristas despiadados, un inmenso arsenal, hombres duros, ¿qué más necesitamos? Ah, es cierto, aparece una mujer...

No estamos ante algo banal, sino ante “Operation “Delta Force“ “, la película que iniciaría una de las sagas menos interesantes de la acción de todos los tiempos. Su creación tuvo que ser la típica operación de Nu Image (algo así como la Cannon de los años “90), cuyo productor, Avi Lerner, pidió a uno de sus directores estrella otro título para los fanáticos, pues era un momento en que el género demandaba mucho; el elegido en cuestión no era otro que Sam Firstenberg, absoluto “genio“ que nos dio cosas como “El Guerrero Americano“, “Cyborg Cop“ y otros simpáticos subproductos por el estilo.
Seguramente fue para seguir rascando el filón de las aventuras de “Delta Force“, cuya 3.ª parte realizó. El caso es que poco necesitamos para intentar disfrutar de esto; y así se demuestra desde ese típico inicio donde conocemos a los personajes en plena faena, sin prólogos ni esas zarandajas. Si sabemos del director que estamos hablando no tendremos problema en aceptarlo, quien además nos brinda unas escenas de acción tan decentes como a veces patéticas con el equipo protagonista, un remedo de Navy Seals, rescatando a unos rehenes de las garras de unos terroristas (o algo así) en un rascacielos.

Pero qué ingenioso que es el guionista, señoras y señores, que nos ha colado una mentira. En realidad todo se trataba de un simulacro. Una presentación muy divertida que da paso a la verdadera trama donde de unas instalaciones del Gobierno unos despiadados terroristas (o algo así también) sudafricanos roban varias muestras de ébola para...pues no sé, para acabar con todos los habitantes del país cuya piel no sea nívea. Despiadados en el sentido más literal de la palabra, porque la masacre que organizan con los doctores y guardias de seguridad es realmente grotesca...
Y allá van nuestros colegas liderados por el capitán Lang (el siempre mediocre Jeff Fahey), quien hace equipo con Tipton (el durísimo Ernie Hudson), un virólogo militar que ya estaba en el complejo (y muy gilipollas, porque destruye el helicóptero de los terroristas antes de esperar a que se subiesen en él...pero claro, si esto llega a pasar no habría película). Y lo que acontece es, básicamente, la cacería por los bonitos páramos sudafricanos. No hay nada más. El guión, escrito a seis manos por mentes brillantes, quiere dárselas de profundo dejando caer subtramas como el rencor que Lang tiene con Tipton por la muerte de su hermano...

Pero esto no sirve para nada. Como veremos, de hecho, los diálogos y las interacciones entre personajes es a lo que menos atención debemos prestar, simplemente porque lo primero es horrendo y lo segundo torpe hasta la náusea; es menester recalcar las continuas quejas de un miembro del equipo hacia una compañera por el mero hecho de ser mujer, y cómo los demás le reprenden. Yo no pedí ésto, pero sucede una y otra vez, porque si algo sabe el sr. Firstenberg es cómo torturar a su espectador.
En realidad “Operation “Delta Force“ “ tiene toda la pinta, en cuestión de guión, desarrollo y personajes, de un episodio de una serie de televisión de principios de los “90; un “rip-off“ de la mencionada “Navy Seals“ o quizás de “The “A“-Team“, y con un argumento que pretende unir con cinta adhesiva los de las entonces recientemente estrenadas “Estallido“, “La Roca“ y “Decisión Crítica“ (cambiando el avión por un tren), y adelantándose de algún modo también a “El Último Patriota“. Mientras, las secuencias de acción son espectacularmente rutinarias, en su línea “B“, y de las actuaciones mejor ni hablamos (¿qué hace aquí Hal Holbrook?)...

De Joe Lara sí, de él hay que hablar y de la “interpretación“ que nos regala de furibundo soldado racista sudafricano, por la que se merece uno o dos Oscars. Lo que pasa con estas películas es que no esperas que te sorprendan con nada y aquí el guión rompe la norma con un giro que ni yo vi venir cuando el mismo equipo se pone en peligro por culpa del virus y el Gobierno le da la espalda.
En este punto es cuando parece que la historia se vuelve realmente entretenida; de todas formas no hay que pedirle peras al olmo a un producto así (bueno sí, que deje de hacer sangrar mis oídos con diálogos tan horripilantes). Lo que realmente me deja perplejo, además del uso de imágenes de archivo para las escenas de vehículos militares, es que una cosa tan mediocre tuviera algún éxito en alguna parte del Mundo como para que los productores decidieran crear una franquicia a partir de ella...



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Ficha Geronimo, una Leyenda

Mad Warrior

  • 11 Apr 2024

7



Geronimo, una Leyenda
“Hemos oído hablar sobre la traición de los indios. Pobres diablos. Cientos de inocentes, castigados por culpa de unos pocos que fueron engañados y atemorizados para abandonar la reserva junto a Geronimo...pero en traición, robos y matanzas, el indio era un aficionado comparado con el llamado “noble hombre blanco“...“.

Estas palabras fueron escritas por el ya ex-teniente Britton Davis, que vio con sus propios ojos el maltrato a los nativos durante las guerras contra los apaches y que años después decidió escribir sus memorias debido a la repulsión que le producían las afirmaciones de captura por parte del ejército del famoso renegado, y más aún las pobres recreaciones que hacía el cine de él. De nuevo vuelve a la vida gracias al también indomable Walter Hill, nadie mejor para un “western“; y es curioso que, al haber sido estrenado en 1.993, pudiera parecer que intentaba explotar el filón de recientes títulos como “Sin Perdón“, “Wyatt Earp“ o “Bailando con Lobos“, pero el proyecto llevaba gestándose desde varios años atrás...
Proyecto extraño, que empezó con una jugosa oferta de Carolco al director y la responsabilidad quedó en manos de un entregado (por lo menos en un principio) John Milius, quien, por una razón u otra, no quiso terminar su trabajo y acabó reemplazándole Larry Gross, reubicando la fecha histórica de la película, y así la sucesión de eventos y de implicados en ellos acaba un tanto alejada de la realidad. Lo más curioso, o lo más incómodo, a la hora de afrontar “Geronimo“ es que Geronimo no es el protagonista, sino el sr. Davis, por tanto el guión pretende hacer una adaptación de su libro.

Su narración inicia la historia, la desarrolla y la finaliza. Sí, la voz “en off“ de Matt Damon, quien aparece muy jovencito en la piel del entonces teniente, cruza de cabo a rabo el film, recurso torpe, tedioso y que personalmente detesto (tanto más cuanto que nos describe algo que ya hemos visto, que vamos a ver o que estamos viendo en ese mismo instante...). Y dicha historia no empieza, como podríamos creer, con un puñado de soldados dispuestos a salir a cazar al chiricaua, sino con su rendición, una de tantas realmente, no la primera certificada. El mayor fallo está en situar al teniente Charles Gatewood al frente de su captura, y no al general George Crook.
Porque fue él quien le detuvo en Sierra Madre y le condujo a la reserva, sin embargo el Crook interpretado por Gene Hackman ya está esperando en el puesto. Y así en lo sucesivo, puede que se siga una lógica de rendición-sublevación-captura-rendición, pero los detalles que desencadenaron estos acontecimientos se tergiversan para más impacto dramático. Hill filma con esa intención; sirviéndose de la simpleza narrativa, como siempre, construye un Oeste realmente evocador, y sus imágenes, gracias a los bellos paisajes de Utah, Arizona y Tucson, y a los intensos colores que logra el director de fotografía Lloyd Ahern, alcanzan registros casi oníricos.

Su visión de Geronimo (que no es el auténtico protagonista, y eso es una lástima, porque le interpreta el gran Wes Studi, de sangre cherokee) es ambigua; mitificadora a la vez que humanista. Jason Patric, en la piel de Gatewood, quien tenía conocimientos del idioma indio y respetaba y admiraba, ofrece grandes palabras sobre él al joven Davis, se puede decir que incluso enaltece su figura, así es representado por Hill ante la cámara, que lo filma con una inusual fascinación. Pero al oir hablar a Studi comprendemos la sencilla debilidad y furia de un hombre cuyo pueblo ha sido diezmado por conquistadores que les han transportado como pedruscos a un páramo estéril.
Sólo era eso según el veterano explorador y cazador Al Sieber (Robert Duvall de secundario, cuyo destino en la película no tiene nada que ver con el que tuvo su personaje en la realidad, pero está brillante, de todos modos), un hombre, un renegado, un asesino. Un renegado harto de la injusticia y el maltrato que huyó y se dedicó a hacer lo que mejor sabía hacer un indio: acabar con el enemigo y defender su tierra. Pero la huida aquí tampoco se corresponde con la verdad; fue por algo tan simple como la consumición de whiskey, algo ilegal en las reservas, lo que hizo huir a Geronimo acompañado de otros tantos.

Pero claro, el guión evita mostrar a los indios como borrachos (ni esto en pantalla hubiera quedado bien ni a los nativos les hubiera gustado verlo, pero es que la Historia no está a gusto de todos) y utiliza la Batalla de Cibecue Creek, donde fue asesinado un famoso curandero por soldados del ejército. La cacería se narra con el habitual nervio de Hill, su afán por resaltar la belleza de las tierras del Oeste, sus guiños a Eastwood y Peckipah, y su deseo de recordar a Geronimo como todo un guerrero y también un dialogador cuyo objetivo, y no era la paz, sólo era conocer las razones del maltrato y segregación de los de su raza. Pero cuando llega esta pregunta Crook se limita a suspirar y mirar hacia otro lado...
Y es que no había respuesta alguna que pudiese justificar los actos de la caballería; ellos llegaron a un territorio y se apropiaron de él, sencillo, ¿qué respuesta esperaba el ingenuo chiricaua del general? Aunque se perdonan ciertas licencias sobre maquillar la realidad, sigue siendo un fallo el desplazar al indio y centrarse la trama en quienes le persiguieron (más o menos, ¿porque dónde está el explorador Thomas Horn, que bajo las órdenes de Sieber ayudó a localizar el refugio de Geronimo?), y todo contado bajo el punto de vista de un personaje tan poco interesante como Davis.

El director pone emoción, corazón, una gran admiración por el pueblo indio, una importante reflexión sobre la amistad entre diferentes razas, la justicia y la moral...
Pero de nada sirvió. Si ya en taquilla el film fracasó estrepitosamente, otra versión televisiva de la historia se realizó en las mismas fechas y se estrenó poco antes, lo que contribuyó aún más para su condena al ostracismo total.



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Ficha Doce del Patíbulo 2: La Siguiente Misión

Mad Warrior

  • 11 Apr 2024

1



Doce del Patíbulo 2: La Siguiente Misión
No tienen experiencia militar, ni conocen el significado de la disciplina, ni pertenecen a ninguna patria, ni el destino del Mundo les importa, pues el suyo está próximo a acabarse...
Lee Marvin (que está aquí, escuchando mi perorata): “-Vaya, esto me resulta familiar“.

Es lógico que le resulte familiar, es una historia que ya ha sucedido. Aunque plagiase descaradamente la premisa de “Secreta Invasión“, “Doce del Patíbulo“ se alzó como una de las más aplaudidas películas bélicas de la Historia, un “tour de force“ implacable donde se desmitificaban los códigos del género al tiempo que se rendía tributo a los clásicos de aventuras; la hazaña del mayor Reisman respiraba frescura, aspereza, dureza. El motivo de mi encuentro con el título que nos ocupa fue gracias a (o por culpa de) mi curiosidad por explorar en los extras de la edición especial en DVD de la película de Robert Aldrich.
Para mi sorpresa una secuela se incluía en el segundo disco. Extraño. Una secuela de “Doce del Patíbulo“, tal vez la menos requerida de todos los tiempos, y mi interés en cómo una cosa como esta acabó produciéndose iba descendiendo al tiempo que avanzaba el metraje y mi hígado se convulsionaba. Lee Marvin, envejecido, sin ganas, sin saber muy bien dónde está ni por qué, repite su famoso papel, y Ernest Borgnine le ordena participar en otra misión, idéntica a la de la entrega anterior, que, para concienciar al espectador del nivel de ridículo al que se llega, es ideada por los oficiales del ejército durante un partido de golf.

A partir de aquí, y después de un reclutamiento copiado de la original (aunque entre ellas haya dieciocho años de diferencia sus tramas están separadas por unos meses tan solo), lo que estamos viendo es una especie de parodia. Lo que Aldrich sabía tratar con humor aquí se desbarata en manos de un Andrew McLaglen que pese a situarse en una década donde el cine bélico y de aventuras de corte clásico estaba ya algo obsoleto, él seguía insistiendo con grandes producciones llenas de estrellas. No es el caso. Su torpe dirección se da de bruces con un reparto mediocre hasta la extenuación.
Aldrich acumulaba actores geniales en pantalla interpretando a interesantes personajes y todo fluía a la perfección. McLaglen pone a los viejos y desubicados Marvin, Borgnine y Richard Jaeckel junto a actores jóvenes de medio pelo pésimamente dirigidos, y así, durante su preparación para la misión, el film ha pasado a ser una repulsiva versión bélica de “Loca Academia de Policía“, con Reisman convirtiéndose en el remedo del capitán Harris. Y dicha misión que debe ejecutar esa troupe de idiotas, a quienes se les intenta dar unas intrahistorias bastante típicas, es también de órdago: hay que asesinar a un oficial alemán que quiere asesinar a Hitler; yo, personalmente, no entiendo este embrollo...

Se supone que el objetivo de cualquier nación aliada en aquella 2.ª Guerra Mundial era el canciller alemán...pero el general Worden decide, así porque sí, que éste debe vivir y que el oficial que planea asesinarle debe morir. El guionista, Michael Kane, pensó en algo original y complejo y al final le salió este sinsentido; el director remata la faena con una realización sin estilo alguno, una factura técnica plana y mediocre y un ritmo tediosísimo, dejando caer algunos de los peores diálogos del género bélico que jamás haya escuchado un servidor. Y es que el argumento, que quiere circular rápido pero se estanca sin remedio, utiliza el desvarío como único motor de la acción.
Kane, en las páginas, pretendería hacer humor, pero en pantalla es todo comedia involuntaria, y lo demuestran situaciones tan patéticas como: hacer cruzar a Dregors (claro, antes estaba Jim Brown, y aquí hay que poner a otro actor negro, muy original) frente a un destacamento de soldados alemanes con un vendaje en la cara, que todo el equipo vaya a bordo de un Mercedes por la Francia ocupada o, ya el colmo de los colmos, que en mitad del tiroteo climático con los soldados del führer éstos se pongan a tocar un piano que han encontrado dentro del ferrocarril que habían de asaltar.

Si figurase en los créditos “Dirigido por: Blake Edwards“ aún me creo estas ocurrencias, pero esto no es una comedia, no debe serlo. Ya sufre la película bastante a nivel técnico, visual, interpretativo y narrativo como para además hacerle descender al fango con “gags“ sin gracia.
¿Y el falso giro que quiere dar el protagonista a todo mintiendo acerca de un supuesto cargamento de oro para convencer a su equipo?, ¿y las cuarenta vueltas que da la historia antes de esa conclusión estúpida?, ¿a qué vienen estos enredos? Increíblemente, vayan ustedes a saber la razón, surgirían dos secuelas más para televisión; los perpetradores de tal afrenta deberían haber sido ejecutados como se les prometía a los hombres de Reisman...



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Ficha El Puente de los Espías

Mad Warrior

  • 11 Apr 2024

7



El Puente de los Espías
Finales de los “50, malos tiempos para ejercer de espía en los EE.UU., o para ser considerado un colaborador de la causa soviética. El pánico nuclear domina a toda una nación y a su gente, lleva a la desconfianza, la sospecha y al odio.
El sr. Spielberg se descuelga por el género del “thriller“ para contarnos una de tantas historias de esta época convulsa...

“Los actos descuidados causan las guerras“, decía Kevin Costner en “Trece Días“. O tal vez “Los pequeños actos“. Es curioso lo cierto de esta afirmación en el transcurso de la Historia. Si el escritor Matt Charman no se hubiera interesado en leer la biografía de John F. Kennedy quizás nunca habría conocido el nombre de James Britt Donovan. Si el padre del director, Arnold Spielberg, no hubiera pertenecido al grupo de norteamericanos que viajaron a la U.R.S.S. para ser canjeados por Francis Powers, derribado cuando sobrevolaba el país en avión-espía, quizás éste no hubiera sentido una verdadera conexión con la historia para aceptar el proyecto.
Y si, en un contexto más amplio, a un vendedor de periódicos de New York no se le hubiese caído y partido la moneda que ocultaba en su interior un microfilm, quizás nunca la habrían relacionado con el agente de la K.G.B. Reino Häyhänen, nunca habría sido detenido por la C.I.A., interrogado por el F.B.I. y caído tras su confesión el otro agente William Fisher (conocido como Rudolf Abel). Y entonces, ligado a esta cadena de acontecimientos, el sr. Donovan no habría sido llamado a defender a Fisher en un acto que era a todas luces un suicidio; pero, asimismo, no habría captado la atención de Kennedy ni sido asignado como negociador diplomático con Fidel Castro durante la crisis de los misiles soviéticos...

Y dicho esto, su nombre no habría entrado a formar de la Historia. Por suerte para algunos, y por desgracia para otros, todo esto sucedió y es lo que Charman recoge en su guión, después algo retocado por los hermanos Coen, y rápidamente adquirido por el director para una de esas superproducciones que tan bien sabe realizar. La música no la compuso John Williams dado su estado de salud, pero Thomas Newman cumple dignamente la responsabilidad y sus melodías aportan una evocadora sensación a las imágenes, que capturan la elegancia del cine clásico tanto a base de una gran sobriedad como de nerviosas secuencias filmadas cámara en mano, tipo Michael Mann.
La trama deja atrás todo lo referente a Häyhänen. ¿Un error? No hay por qué pensar en eso mientras se desarrolla el film, pero tampoco habría estado de más averiguar los hechos que llevaron a Fisher a su detención el 21 de Junio de 1.957. Aquí sólo conocemos su tapadera de artista convenientemente oculto en una sociedad estadounidense sometida a la Caza de Brujas del senador McCarthy y al incremento de armas atómicas como defensa contra la amenaza soviética por la administración Eisenhower. Y el estilo al que se acoge Spielberg es sobrio, “eastwoodiano“, pero captura la atmósfera de gran tensión en ese preciso momento de la Historia.

Hanks es Hanks, ya le conocemos, sabemos qué clase de personajes interpreta, es imposible no simpatizar con él, y su Donovan se construye sobre la honestidad y la auténtica justicia. Hay por ahí críticas furiosas escritas por seres muy inteligentes (no voy a dar sus nombres porque no son tiempos de Caza de Brujas, pero lo podría hacer) que atacan el excesivo patriotismo de la película, la adoración de Spielberg al sentido de la justicia norteamericana mientras, por otro lado, como ya veremos, alemanes y soviéticos son descritos de una manera bastante más despiadada.
Pero, ¿desde cuándo el director glorifica a los EE.UU.? ¿En qué momento y lugar? La prueba para revocar este tremendo error que ha cometido un gran sector del público está en Donovan; los señores del colegio de abogados que le piden defender a Fisher, nada menos que un extranjero ilegal acusado de espionaje, no lo hacen por humanidad ni mucho menos, sino para demostrar al enemigo que es más poderoso que él en cuanto a diplomacia. Punto. A esta especie de burócratas de las leyes no les interesaba la vida de un espía cuyos actos hacían temblar su maravillosamente cínico “american way of life“. A Donovan, para dolor de cabeza de éstos, sí.

En esto se reduce el discurso del guión: en la decisión de un hombre, que actúa siguiendo sus propias convicciones y será acosado por sus compatriotas (en las miradas de rencor y odio que les brindan los pasajeros a Donovan está la verdadera cara de Norteamérica; al final las miradas cambiarán cuando libere a Powers...).
Por eso es en Fisher (a quien da vida un magistral Mark Rylance), también aferrado a su palabra, en quien encuentra un semejante en esta guerra de política y decisiones. Los instantes en que éste y el personaje de Hanks comparten con tanta sinceridad sus emociones son los mejores de toda la película.

Pero este guión, que ni peca de tedioso ni de espeso gracias al humor que dejan los Coen en él, se da de bruces con un obstáculo: y es el pésimo recurso de la sobreexposición, lo que a su vez lleva a una torpe inexactitud histórica. ¿Por qué relatar en paralelo la lucha de Donovan y el entrenamiento de Powers como piloto del U-2? No se comprende muy bien el mostrar estas dos tramas separadas desarrollándose al mismo tiempo, pero cuando Donovan menciona al juez la idea de usar a Fisher como seguro si la U.R.S.S. capturase a un ciudadano ya entendemos la intención. Al ser Powers derribado sobre suelo soviético sabemos que no morirá, que sucederá exactamente lo que acaba de revelar el anterior.
Ni corto ni perezoso Spielberg dice al espectador a la cara qué es lo que va a suceder y después nos lo muestra con imágenes, algo típico de Christopher Nolan, y tal vez todo lo referente al entrenamiento debería eliminarse o por lo menos no contarse al mismo tiempo que la trama de Donovan. Tampoco resulta veraz porque Powers fue capturado en 1.960, cuando Fisher llevaba unos años cumpliendo condena, pero aquí parece que sólo pasaran unos días entre suceso y suceso; y resulta chocante el maltrato a Powers en comparación con la benevolencia de los norteamericanos con Fisher, pero una vez más: esto ocurrió debido a la persistencia de un solo hombre. Allí en la U.R.S.S. no hubo un igual de Donovan.

Y entonces llega la 2.ª parte de la historia y al mismo tiempo la segunda exposición. Ésta tendrá lugar en un Berlín a punto de ser dividido por el muro. Desligado de todo lo anterior se introduce el personaje de Fred Pryor (falsamente; este joven estudiante volvía de Dinamarca y entonces le detuvieron por un error en su pasaporte), quien pudiéramos suponer es el protagonista, pero nada más lejos; aparece después de revelarse que Powers es prisionero de los soviéticos, con lo cual ya sabemos que ahora hay dos norteamericanos cuyas vidas corren peligro, y Donovan, nombrado negociador, se verá contra las cuerdas ante esta elección.
En la situación de captura de Powers, Donovan primero nos lo decía (pero sin querer decirlo) y luego lo veíamos en pantalla. En la situación de Pryor, primero lo vemos en pantalla y luego se lo hace saber a Donovan (y al espectador) el agente de la C.I.A.. De un plumazo se erradica la intriga alrededor de estos acontecimientos, no queda la sensación de sorpresa, pero desde luego tal mala manera de presentarlo no ha podido venir de los Coen; aquí, en términos de ingenio narrativo, Spielberg patina, y con el peligro de caerse de cabeza. El suspense, entonces, empieza cuando vuelve a entrometerse el pobre protagonista...

La evolución del personaje de Hanks es proporcional a la lástima que sentimos por él: todo avanza en su contra, le acorralan en cada rincón, tanto soviéticos como alemanes, nadie se muestra realmente como es y las negociaciones y encuentros se convierten en un terrible guiñol de falsas identidades y máscaras que se niegan a caer.
Pero él continúa infatigable y aquí es cuando realmente se convierte en el reflejo de lo que era Fisher (olvidado a estas alturas): un hombre sin país, al margen de la sociedad, solo. Cuando Donovan negocia insiste en que no representa al Gobierno de EE.UU. (así que, de nuevo...¿dónde está el mensaje ultrapatriótico de Spielberg que tantos atacan?).

Y aunque el film cuenta con dos partes de enfoques diferentes (la 1.ª, un drama judicial; la 2.ª, un “thriller“ político de espías a la antigua usanza), nunca sacrifica el tono, el ritmo ni la sobriedad estética. El clímax, filmado sobre el puente donde sucedió el canje real con Powers, logra una tensión dramática difícil de describir, y la elegante, apagada, fotografía de Janusz Kaminski, contribuye mucho a ello. Si algo ha sabido siempre el director es transmitir emoción con sus imágenes y técnica visual.
Otro aspecto memorable es la química entre Hanks y Rylance; la relación de cordial amistad de sus personajes, quienes encuentran fuerzas para continuar el uno en el otro, resulta creíble y conmovedora. La película fue un exitazo de taquilla, y precisamente es lo que necesitaba este estilo de cine, de aroma clásico, para seguir preservándose y transmitiéndose en estos tristes tiempos de ruidosos “blockbusters“ donde sólo los efectos digitales es lo único que importa...



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Ficha Mogambo

Mad Warrior

  • 11 Apr 2024

3



Mogambo
Algunos afirman que “mogambo“ significa “pasión“ en el idioma suajili, otros “el más grande“ o “el más fuerte“.
En realidad no significa nada, igual que la obra a la que se dio este término y que me ha transmitido lo que en suajili se conoce como “chuki“, es decir, “sin pasión“, precisamente lo contrario de lo que el título falso sugiere...

Tal vez “Mogambo“ sea el clásico de la era del Hollywood dorado que más irritación y menos fascinación me haya producido nunca. He intentado huir de él, de todo su cínico oropel, de su tedio, de su frivolidad, pero era incapaz pues estaba atrapado entre los majestuosos paisajes del continente africano que había filmado John Ford sin ganas, sin interés y, de nuevo, sin pasión. Atrapado como los pobres actores que participaron en este despropósito cuyos hechos tras la cámara fueron mucho más emocionantes que los ocurridos delante de ella. Y la falta de pasión empieza desde su gestación.
Porque sólo fue un “remake“ del gran melodrama del Hollywood pre-Código de censura “Tierra de Pasión“, de Fleming, gran idea de los estudios MGM, que quisieron repetir el éxito de un triángulo amoroso en localizaciones exóticas (y África estaba de moda entonces gracias a “Las Minas del rey Salomón“, “Las Nieves del Kilimanjaro“ o “La Reina de África“). ¿Pero por qué usar al mismo actor en el mismo papel dos décadas después? Pues vaya, en lugar de elegir a Stewart Granger, Clark Gable volvía a hacer de sí mismo con otro nombre (Marswell por Carson) y pasando de ser el propietario de una plantación de Caucho de Vietnam al dueño de un safari.

Que Ford sabe rodar en entornos naturales y concederles una fuerza sobrenatural lo sabe todo el mundo. Pero aquí las tierras de Kenia, Uganda o el Congo están totalmente desaprovechadas; las primeras escenas presentan a Gable en su ambiente, la masculinidad en su más pura esencia (a pesar de que era un cobarde lleno de complejos y con secuelas por su alcoholismo). Entonces llega Ava Gardner, cuya Kelly quiere reemplazar a la Vantine que en la versión original interpretaba Jean Harlow...y la antes prostituta huida de Saigón ahora es una furcia lenguaraz que ha sido plantada por un huésped millonario del safari, ya de vuelta en su país.
La mojigatería del Hollywood de los “50 “dulcifica“ la sensualidad de Kelly en comparación con la de Vantine, si bien sigue prevaleciendo su carácter rudo y agresivo (hasta ser casi un doble femenino de Marswell). La frescura de Harlow y la exhibición de sexualidad que permitía el Hollywood pre-Código eran únicos; pero Gardner (soportando malamente el embarazo de su odiado marido Frank Sinatra, y el maltrato del tiránico director) queda ridiculizada por el guión de John Mahin, y se convierte en una mala pécora propensa a los accidentes, acercándose así el film a la comedia “screwball“ de antaño.

Yo esperaba ver África y a los personajes viviendo aventuras y en su lugar mi estómago se arrugó presenciando esas guerras de sexos tan llenas de bruscos cambios de humor y estúpidos y bochornosos diálogos, a lo que sigue el mismo error que cometía la obra de Fleming: introducir a una segunda mujer en el juego y desplazar a la magnética protagonista. La Barbara de Mary Astor se llama Linda y llega con el bellísimo rostro de Grace Kelly (en la vida real tanto o más ligera de cascos de lo que era Gardner, aunque en pantalla sugiriera lo contrario). Y sucede la misma situación.
El matrimonio llega al safari, el marido cae enfermo y deja el campo libre al macho alfa, que tendrá que debatir su hombría entre las dos féminas, ambas muy dominantes aunque Gardner lo exprese más abiertamente. Y Fin. Mientras la relación de Carson y Barbara era explícita, la de Marswell y Linda debe afrontar las sugerencias y las sutilezas, y entre ellos no se desata la misma pasión; Fleming conseguía con sus lluvias torrenciales un símil de la tensión que bullía entre el trío protagonista, pero el calor sofocante de África no se refleja de igual forma en los celos y las pasiones que poco a poco se supone que se desatan. Aunque no sé si algo se desata.

Esta atmósfera carece del mismo poder. No hay calor, sólo frialdad. La supuesta “pasión“ entre la “angelical“ Barbara y un Gable que se autoparodia a través de este clásico tiparraco que a veces es cortés y coqueto y otras duro y fanfarrón (¿qué espera el espectador de un hombre aislado en el panorama africano y sin mujer que catar alrededor?) no me transmite nada de nada, y poco ayuda que Gardner, relegada cruelmente a segundo plano, se dedique a comportarse cual niñata celosa dejando caer sardónicas frases de doble intención mientras todos se lanzan miradas de vergüenza ajena.
Así me sentía: asombrado, asqueado ante el cúmulo de imbecilidades que se hacían y decían frente a mis ojos, llevando a estos grandes actores a los excesos más repugnantes del melodrama; y África queda atrás (aunque salga casi al final un tramo ocupado por indígenas sublevados), igual que Gardner, la única que debería existir; Kelly es un estorbo, no hace nada, no es interesante, sólo entorpece a la anterior y provoca su humillación. Ford cuenta con todos los elementos para un gran film: bellas localizaciones, la posibilidad de peligrosas aventuras, Gable, Gardner, Kelly...y todo se desperdicia, ¿cómo es posible tan torpe hazaña?

Y de fondo: problemas con la climatología, con una tribu en particular que se dispuso a atacar al equipo, la Gardner viajando a Inglaterra para abortar, Kelly sofocada porque Gable la dejó plantada después de beneficiársela, y a su vez éste con infección de encías, un accidente de coche que acabó con la vida de varios miembros del equipo...
Es un milagro que esta película lograra finalizar (una desgracia en mi caso), e incluso terminó siendo un éxito de taquilla, pese a cargarse a Kelly privándola de un último gesto de rebeldía y dignidad femenina (igual sucedía con Vantine). Es que hasta en sus últimos instantes “Mogambo“ es una patraña infumable...



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