Común comedia veraniega cuya mayor pretensión es conseguir alguna carcajada aislada, tirando para ello de un gran repertorio de tópicos, entre los que destacan los chistes de pollas y demás gracietas sexuales.

La historia se desarrolla a trompicones puesto que, básicamente, es una sucesión de escenas tontas porque sí. Una familia que se va de vacaciones y se para en todos cuantos sitios encuentra en el camino, y en todos ellos le ocurre alguna chorrada, además de encontrarse mágicamente con varios personajes recurrentes a lo largo del camino porque eso, de alguna forma, debe resultar gracioso para alguien.

Ed Helms es el típico padre de familia estúpido y sufridor que se pasa poniendo sonrisa bobalicona de principio a fin. Personaje visto mil veces en el cine. El resto, familia y amigos, son personajes estrafalarios a la par que planos.

Se hace larga. Lo mejor son las fotografías de los créditos iniciales y finales y algún destello de humor negro.

Estupenda película de Michael Winner sobre un asesino a sueldo (Charles Bronson) frío y solitario que hace su trabajo sin sentimientos, preguntas o dilemas morales, y decide entrenar al insistente hijo de una de sus víctimas (Jan-Michael Vincent), enseñándole el trabajo.

Suspense, intriga y acción se entremezclan para ofrecer un gran entretenimiento. Si bien ambos protagonistas parecen carecer de emociones hacia otro ser humano, la película propone temas delicados y obliga a que el espectador reflexione sobre ellos. Por otra parte, los personajes se expresan con miradas, más que con palabras.

Estética de los setenta, secuencias muy largas, buenas, emocionantes y frías (el inicio, de varios minutos sin una sola línea de diálogo; la escena donde la mujer se suicida, esperando salvación; todo el clímax final, iniciado con el asesinato en el barco).

Aguanta bien el paso de los años. Recomendable, en especial para simpatizantes de Bronson.

James Wan pasa de estar estancado en el terror fantasmal a rodar la 7ª parte de una de las peores franquicias de acción que existe y hacerla peor de lo que era, lo que tiene su mérito. Porque esta entrega es malísima, incluso inferior que las anteriores, una puta mierda.

Guion no hay, así que una cosa menos de la que hablar. Lo que hay es un grupo de superhéroes que se las ven con un villano de pacotilla que aparece allá donde van, sin explicación ni nada, ¿para qué?. Más flipadas, insultos a las leyes de la física, la informática y el cine, y unas escenas de acción que bien podrían ser las peor rodadas de la historia. Y es esto último lo que la convierte en basura incluso comparada con las anteriores entregas, porque aquellas también eran basura, pero tenían escenas de acción bien rodadas, con lo que te podían entretener un poco. Esta no, cámara arriba, cámara abajo, cortes constantes, movimientos mareantes, parece dirigida por un puto novato que no tiene ni idea de cómo se coge una puta cámara. A eso le añadimos los diálogos vergonzosos, la ausencia de guion, las lamentables interpretaciones y lo exagerado de la acción y queda una película aburrida y detestable.

Estupideces del argumento, insultos a la inteligencia humana:
-- Toretto levanta un coche blindado con las manos, cual Superman.
-- Se caen de una azotea, de varios pisos, saltan con el coche entre edificios e incluso se despeñan por un barranco. Ni un rasguño, ni conmoción, ni nada. Esto ha pasado de ser irrisorio a vergonzoso.
-- Tengo el brazo y la pierna rotos y escayolados. No pasa nada, me quito la puta escayola estirando los miembros y a repartir leñazos como si nada. Hasta me cargo un dron del ejército con una ambulancia, vuelvo a salir sin un rasguño y me pongo a disparar a otro avión blindado, de lo que tenía roto no me acuerdo y las balas no me afectan.
-- Un sistema que hackea todas las cámaras del mundo mundial en segundos, un virus que hackea el hackeo pulsando unos botones y esperando a que la barra llegue al 100%. La hacker en cuestión, por cierto, es otra que se acopla al grupo a la perfección: Guapita de cara, vacía de cerebro, se muere por ayudar a ¨La familia¨ aunque no los conozca de nada. Como todo el que se cruza con ellos.
-- Dos coches chocando de frente a toda velocidad. Sus ocupantes se bajan como quien acaba de aparcar.
-- Coches volando y dando vueltas por el aire sobre montañas de rocas y árboles con solo una pequeña carretera que las cruza. Por supuesto aterrizan en la carretera y siguen como si nada.
-- Los villanos se encuentran encerrados en un bucle infinito de ¨Mátalos¨, ¨Detenlos¨, ¨Acaba con ellos¨. Los superhéroes, por su parte, viven en su bucle de ¨Te encontraré¨,¨No se ha inventado la palabra de lo que voy hacer¨, ¨Desearás no haber nacido¨,¨Me vengaré¨...

Buff...

Nada se salva, un bodrio de los pies a la cabeza. Solo apto para canis, flipados y gente estúpida en general.

Cronenberg trae esta vez una especie de drama tratado como una sátira de un humor tan envenenado que horroriza.

Puede que te rías, puede que no; pero la intención de la película no es esa, sino la de crear malestar mediante una visión enfermiza del mundillo del hollywood actual, una sociedad corrompida desde hace años y cuyo futuro se vislumbra aún más insano, repleto de personajes que se corren juergas de sexo y drogas desde los 12 años, que hacen lo que sea por un contrato multimillonario, faltos de cualquier valor moral, narcisistas e intratables, con una visión de la vida en la que sus acciones, por muy horribles o delictivas que sean, quedarán impunes. Incluso les sacarán partido para obtener más dinero.

Cronenberg muestra todo esto de forma tan directa que se ríe de ello, de lo absurdo que resulta ese mundo, aunque en el fondo no tenga ninguna gracia ver a una mujer celebrando la muerte de un niño pequeño o a un chaval de 13 años en rehabilitación. Para hacer la historia aún más enfermiza y satírica, el canadiense no duda en meter en escena un círculo inmoral de incesto, asesinatos y suicidios, sin contenerse.

A destacar Julianne Moore, Mia Wasikowska y el joven Evan Bird que hacen unas grandes interpretaciones de sus excéntricos personajes. John Cusack y Robert Pattinson palidecen ante ellos, aunque no desentonen.

No tiene pérdida.

Visualmente esta corta película entra en el círculo donde se encuentran lo que se podría calificar como obras de arte. Los colores, el juego de luces, las sombras, las expresiones... es una maravilla.

Argumentalmente es simple a la par que profunda, formada por dos historias de amor realistas, por así decirlo, de lo que es la vida, los sentimientos, deseos o el futuro; más una tercera historia que podríamos calificar como cierre de las dos anteriores y final de la película, aunque es más bien un epílogo de música e imágenes.

Se me hace muy corta, pero a la vez ello indica que no te quitará mucho tiempo, así que échale un ojo, es bonita.

La sociedad actual, que busca del morbo de la sangre desde sus casas, que manipula lo que haga falta para conseguir sus fines, pasando por encima de todo el que se interponga en su camino. La sociedad actual, carente de valores, sentimientos, podrida por dentro y por fuera.

Nightcrawler es una película que disecciona esa sociedad, donde un ladrón encuentra su hueco grabando sucesos ¨gráficos¨, o sea, con sangre, y vendiendo los vídeos a los noticiarios. Interpretado por Jake Gyllenhaal, actor que clava cualquier papel que se le ponga, el protagonista es casi un psicópata obsesivo que se da cuenta que ha encontrado algo que se le da bien, y lo utiliza para crecer y adquirir poder a costa de lo que sea.

La película está bien dirigida, con buenos planos noturnos, desarrollo calmado y escenas cargadas de tensión. El guion es un poco original y la música también es adecuada. El mensaje final no deja precisamente buen cuerpo.

Interesante y recomendable.

¿Ya vamos por la 6?, pero que facil es hacer guiones... si hasta lo dice O¨Conner en un claro homenaje a los guionistas de esta saga: ¨Hagamos lo que hacemos siempre: improvisemos¨.

Hay una frase que me parece que repito siempre cuando veo estas películas: es la mayor fantasmada de la historia. Pero no falla, ¿eh?, logran superarse a sí mismos. Olvidáos de la anterior, aquí está lo bueno: Coches de F1 versión ejército, tanques tuneados por la autopista, aviones que aterrizan y despegan mientra explosionan con gente dentro que (¡sorpresa!) sobrevive, coches voladores, saltos entre puentes... es un no parar. Me imagino al guionista con sus colegas despatarrados en el salón, totalmente drogados y semiinconscientes, soltando todas las gilipolleces que puedan para incluirlas en la película el día siguiente.

Bueno, ¿de qué va esto?. Pues Letty, la novieta de Toretto, no estaba muerta, estaba de parranda. En esto que no recuerda nada y ahora va con una versión malvada de Toretto y familia, que quieren dominar el mundo o destruirlo o algo así. Los vengadores del asfalto se unirán de nuevo para salvar el planeta, con la ayuda del un nuevo superhéroe: The Rock, que se ha dado cuenta de que perserguirlos y encarcelarlos no tiene sentido cuando puede unirse a ellos y tener todo lo que ellos tienen: dinero, tías, coches de lujo, suerte, inmortalidad y carta blanca para destruir, robar, matar y todo lo que se te ocurra. Entendemos su decisión.

Los disparates del argumento son demasiados para contarlos, de nuevo es difícil encontrar alguna escena que tenga un poco de sentido, además la historia, a falta de algo que contar, pierde el rumbo totalmente entre traiciones, casualidades, carreras metidas con calzador, personajes prescindibles (que son todos), y una escena final en la que un avión está despegando durante 20 minutos en el antiguo campo de Oliver y Benji, que explota con Toretto dentro el cual sale luego a toda leche con un coche sin una sola quemadura. Toma ya.

Ah, y matan a un protagonista y lo celebran con una comida en la que brindan por los coches. Que gran familia, aunque lo de morirse aquí ya sabemos que es un simple contratiempo, seguro que aparece para la cena.

Se notaban aires de cambio en la anterior entrega, un intento de superar la mediocridad de la saga enfocándola a la acción. Lejos de ello, lo que hace es pasar de una mediocridad a otra. Para que nos entendamos, esta entrega entra directamente en el dichoso círculo del ¨estilo Michael Bay¨: Destrucción a gran escala, cuanta más, mejor. Siempre es buen momento para una explosión. Personajes que parecen retrasados mentales cada vez que hablan. Un guión ridículo que atenta a la inteligencia humana. Etc. Vamos con algunas burradas argumentales:

-- Toretto y su pandilla son los hombres más buscados de América y supuestamente andan cortos de pasta. Sin embargo se pasean como si nada por ahí cuando les da la gana y consiguen todo lo que quieren con un puto chasquido de dedos: ¿nos hace falta saber como va la mejor caja fuerte del mundo? compramos una réplica; ¿necesitamos un cochazo nuevo? nos acercamos a la carrera de la esquina y se lo ganamos el primer flipado de turno; ¿hacemos un plan?, nos pillamos un centro de operaciones, cámaras, sistemas informáticos... ¿necesitamos coches de policía?, no hay problema, hay 4 sin dueño en cada esquina. Que fácil es su puta vida.

-- Pongámonos en situación: Eres un mafioso que sabes que unos paletos con coches te quieren robar una pasta, pones la pasta a recaudo por si acaso y mandas buscar a esos molestos delincuentes para quitarlos de circulación. La policía los encuentra y los detiene, y los lleva camino del aeropuerto para extraditarlos. De puta madre, ¿no?, problema resuelto. Pues no, en un acto de subnormalidad extrema decides atacar los coches donde van presos para que escapen y matar a todos los polis que los retenían. Jajajajajajajaja. ¿Y dices que controlas el cotarro de la ciudad? Los cojones, mafioso de pacotilla, hay que ser bien inútil. Viva la coherencia argumental.

-- La escena del robo es la más fantasma de la historia, un atentado al sentido común de cualquier persona con más de 5 años. Toretto y O¨Conner se llevan la caja fuerte (que pesa toneladas y está llena de dinero a reventar) enganchando unos cables a los coches y tirando de ella, a 140 por la ciudad. Jajajajajajaja. La escena es muy ridícula, ¿eh?, ya parte de imposible pero es que además está hecha para que sea lo más espectacular posible y es un no parar de reír, dos coches de carreras tiran de una caja que pesará 100 veces más que los dos juntos como si nada y a más velocidad que las decenas de vehículos de policía que los persiguen; la caja, por su parte, destruye todo a su alrededor: farolas, aceras, edificios, personas, calles... básicamente destruyen media ciudad con la tontería, pero los coches (alias SuperCar) pueden con ella y van sobrados. Una cosa es cine de acción, al que le permites ciertas licencias en pro de la espectacularidad. Otra cosa es que te tomen por gilipollas.

-- Otro detalle es el desafío del grupo Toretto a los polis que los persiguen. Así, como si nada, se dejan ver todos en un lugar público para que venga el arsenal de la ley a detenerlos, y en otra fantasmada más, de repente toda la gente de por allí saca un arma y los polis se acojonan, con un Vin Diesel gallito en plan ¨No estás en Estados Unidos, esto es Brasil¨. Claro, claro. Un país en el que no te conoce nadie pero que a primeras de cambio todos morirían por ti, además de que las fuerzas especiales se acobardan ante esa gente que, por cierto, llevan todos un arma bajo el brazo (¿seguro que no estamos en Estados Unidos?).
Lejos de quedarse en eso, le ponen un rastreador a los coches de los polis para que estos lo encuentren y luego localicen la señal de origen. Yo no entiendo nada, o los guionistas no tienen ganas de trabajar o dan por hecho que el espectador es tonto del culo.

-- Lo de que toda persona que se topa con Toretto termine ayudándolo, traicionando todo en lo que cree por él, ha cruzado los límites de lo admisible. Ya no les llega con colarnos que O¨Conner le deje escapar más de una vez y que entre y salga de la policía como quien entra y sale de un bar, ahora también lo ayuda el jefazo de las fuerzas especiales porque le cae bien y cuando su personaje se desvivía el resto de la película por atraparle. Puta mierda de guion. O sea, les deja marchar porque son los ¨buenos¨. Sí, muy buenos, solo acaban de robar 100 millones de $, destrozando media ciudad y matando un centenar de personas y otro tanto de policías con la puta caja fuerte, llevan toda su vida atracando camiones y fugándose de la cárcel, riéndose de ti y tu puta ley de mierda. Pero déjales marchar, pobrecitos, que son los buenos.

-- Por muy patético que sea el personaje de Dwayne ¨The Rock¨ Johnson por lo anterior, lo es mucho más el de Elsa ¨AquíNoPintoNada¨ Pataky, que siendo también una poli no duda en ayudar a Toretto también aunque a nadie le importe un carajo, pues su personaje solo está de relleno, para meter un romance que nadie se cree y decir frases absurdas. Atención también a cuando Toretto aparece en su casa para recuperar el colgante, debía de saber donde vivía gracias a sus poderes telepáticos.

-- No voy a seguir así con cada escena que ya he puesto muchas (las más evidentes, pero los detalles están repletos de simplezas incoherentes de principio a fin); pero ya que estamos hay que hablar de la escena post-créditos. Ahí estás tu, acabas de ver una basura de explosiones sin sentido con la que te has reído de lo mala que es, reflexionando en los créditos sobre si lo harán a propósito o realmente habrá gente tan estúpida, y de repente llega la escena, donde dejan entrever que el personaje de Michelle Rodriguez, al cual le metían una bala en la cabeza en la 4ª entrega (de hecho de eso iba la 4ª, una venganza por su muerte) está viva. Jajajajajajja. Es un no parar de reír. ¿Y por qué no?, total, el guion ya es una puta mierda, un giro incoherente y forzado más no importa y nos sacamos de la manga otra peli.
¨Guiones a todo gas¨.

La mejor de la saga, jajajajajaja. Pero que bien me lo paso.

Sorprendente 4ª entrega de Fast & Furious, pues siendo las 3 anteriores niñatadas canis de argumento nulo, casi imposibles de ver, esta pasa completamente de ellas y se conveirte en una película de acción que puede hasta resultar entretenida y que no provoca vergüenza y rechazo, o al menos no tanta.

La historia comienza presentando a los personajes, de forma que hile un poco con las 3 anteriores, lo que tampoco hacía falta porque nadie se cree el punto donde coloca a los protagonistas teniendo en cuenta lo visto antes: Vin Diesel como tipo duro que busca venganza y Paul Walker como serio detective del FBI. Vamos, que los niñatos de las entregas anteriores han madurado de repente. Tiempo les era. No me lo creo, pero por mi parte borro de la mente las 3 primeras (uff, que alivio), y hago como que todo empieza en esta. Total, no hacen falta para nada, la historia no depende de ellas.

Porque aquí hay historia. Es muy simple, de venganza, capos de la droga y colaboración de polis con ladrones, pero al menos es algo. El guion sigue siendo igual de malo e igual de fantasma, con latigazos de frases ridículas cada vez que alguien abre la boca, topicazos a cual más manido y carreras rebuscadas, imposibles y hechas claramente por cgi.

Pero tampoco es todo malo. Tiene buen ritmo, y eso la hace un poco mejor que las anteriores. No todo son coches estrambóticos y ridículos, tías buenas paseándose por ahí y pijos ricos haciendose los guays, todo eso queda relegado a tercer plano y es muy de agradecer. Cuando nadie habla la película entretiene y parece otra cosa, algo serio y trabajado (cuando hablan te devuelven a la realidad: el guion es ridículo). Las escenas de acción están bien, pero no las de los coches (hay un par de carreras largas en la película y son malísimas, pésimamente rodadas, no se ve una mierda y parecen sacadas de un videojuego de gráficos cutres). El final también es bochornoso.

Para mi no llega al aprobado, pero está mucho más cerca que cualquiera de las anteriores, esta al menos me ha entretenido. Con un guion un poco menos subnormal y un mejor hacer a la hora de rodar las persecuciones (menos espectacularidad y más acción artesanal) sería aceptable.

Bazofia infumable, una tortura en toda regla y una vergüenza en cada escena. La tercera parte de esta franquicia es una da las peores películas que puedes sufrir. ¿Sabes esas historias simples de guion bochornoso que eran las anteriores?, esta no llega ni a simple, o sí, a simple vacío. No hay historia, en serio, no hay nada.

La cosa se puede intentar ¨explicar¨ en esto: un Lucas Black que intentan colarnos por un chaval de 17 años la lía parda en carreras de coches. Va a parar a Japón y en su clase todos están metidos en las carreras, donde uno le regala un coche porque le sobra el dinero, y cuando lo destroza, le regala otro. Hay más carreras y otro tío al que también le sobra el dinero le da fajos de billetes para que siga intentando matarse. Su mayor rival es otro crío con fantasías de grandeza que, bueno, le gusta la misma chica que él. Toda esta densa e inteligente trama se zanjará con una carrera en la que el ganador se lleva la tía como trofeo.

Y ya está, esto es todo. De verdad, es que no hay nada más, eso es la película. Resulta hasta sorprendente que consiga hacer buenas las dos anteriores.

¿Las carreras?, no se las puede calificar de escenas de acción, son fantasmadas de un nivel superior, con coches haciendo derrapes imposibles gracias a un cgi bochornoso.

¿Moraleja?.
Para hombres: no estudies, no seas inteligente, no te esfuerces, no trabajes, la vida te lo dará todo hecho, el dinero lloverá del cielo, siempre estarás rodeado de tías buenas, bebiendo champán por el día mientras juegas al parchís con los malotes de tus amigos, y destrozando coches de 20000$ para arriba por las noches.
Para mujeres: no estudies, no seas inteligente, no te esfuerces, no trabajes, tan solo arrímate a uno de los prototipos de hombre descritos arriba, siempre podrás ser el trofeo con el que se quedará el más malote de todos; una tía buena que complace a los machotes.

Vomitivo.

En esta entrega se intenta cambiar un poco de rollo con una historia de mafias, polis corruptos y tal, pero la cosa es tan simple como en la primera entrega y lo único que logra es que el tema carreras y coches tuneados no tengan ningún tipo de sentido en la trama, están solo para rellenar. Así que podemos definir la película como una sucesión de carreras chorra donde todos compiten por ver quien la tiene más grande, aderezada con una liviana y superficial trama de un mafioso que es muy malo y muy chulo él.

Paul Walker ha pasado de ser un poli payasete a ser el chupi-mega-guay ex-poli que mola mogollón y conduce que te cagas. Eso de que alguien deje la policía (o lo echen, que más da) porque prefiere ser un niñato pijo de 30 tacos es bastante patético, pero bueno, así es el personaje. Tyrese Gibson lo secunda en un papel que logra hacer bastante más carismático de lo que era Vin Diesel en la primera, aunque no deja de estar estereotipado de los pies a la cabeza. Eva Mendes es la chica florero que no aporta nada y que no puede faltar en una película así.

Tiene más humor que la primera, carreras más largas (y un poco más aburridas) y una profundidad argumental más o menos similar. Como aquella, entretiene a duras penas si tus expectativas son nulas y buscas alguna basura que no te haga pensar lo más mínimo.

La gran estafa americana.

El título resume la película. Es raro el año en que hollywood no bañe de nominaciones al Óscar a una película de mediocre para abajo, intentando colarnos directores con talento (inexistente), un reparto repleto de estrellas (que no actúan un pimiento) y una historia profunda (profundamente simple, aunque enredada y adornada, o dicho de otra forma, pretenciosa).

Es un quiero y no puedo. Y eso que hasta es entretenida en algunos momentos, pero en realidad lo que hace es repetir la misma escena una y otra vez (pillamos a los estafadores, pillamos al alcalde, pillamos a los ministros, pillamos a la mafia...), y claro, ves como la ambición de la película va subiendo, ves como se va descontrolando todo y poco a poco empiezas a esperar un final dramático-cómico que el film parece estar preparando, que le dé sentido de existencia a las más de 2 horas de duración, que te explique a qué coño viene todo esto, suponiendo que hay algo más allá del explotado tema de la doble cara del sueño americano que parece estar presente en toda película comercial de Estados Unidos desde hace años. Esperas el final, llega el final, y el título cobra sentido. Te das cuenta de que te han vendido 2 horas del bodrio comercial de turno disfrazado de película del año, te das cuenta de que el cine es cada vez un poco más mierda y cada vez un poco más estafa. Que los directores no son capaces de evitar el recurso de la voz en off para contar lo que ellos no son capaces de mostrar con la cámara, que los guionistas escriben los guiones en una tarde y no se molestan en mejorarlos o cambiarlos, que la capacidad interpretativa de los actores disminuye al tiempo que su fama aumenta, y que las películas disfrazadas de obras maestras dan pena y son malísimas.

Otra gran estafa americana.

Mola cantidad el tío ese, con su coche de colorines todo guapo y la tía buena, y las carreras y todo eso. Es chulo como ninguno, nadie le levanta la voz. Que malote, quiero ser como él.

Eso es la película. El simple guion hace aguas para conseguir escenas de acción una tras otra sin ningún tipo de bisagra entre ellas. ¿Qué más da?. Los personajes son simples también, de inteligencia corta y cara de palo. El mejor es el de Paul Walker, que no tiene ninguna lógica se mire por donde se mire. Vaya poli de pacotilla.

Yo me tragué las 3 primeras películas en la edad propia para ello, sobre unos 15 años, y aún entonces ya me daba cuenta de que eran fantasmadas sin ningún valor y entretenían a duras penas gracias a las constantes persecuciones sin sentido, siendo todo lo demás una basura.

Esta primera se deja ver, siempre y cuando no te esperes algo más que un largo videoclip.

Genial, cine de acción de lo más entretenido. Puntos de partida, los propios del cine policíaco de la época: Dos polis que no pegan en nada les toca ser compañeros, una trama que gira en torno al narcotráfico, y mucha acción, persecuciones y vueltas de tuerca.

Esos elementos hacían un buen entretenimiento de casi cualquier películas del género. Pero aquí vienen los añadidos, los aciertos, lo que la hace mejor:
Danny Glover y Mel Gibson tienen una química especial, haciendo bastante creíble la amistad entre los dos policías. Son carismáticos y caen bien, por muy ¨loco¨ que esté uno o muy ¨viejo para estas cosas¨ que esté el otro. Se encuentran tan cómodos en sus papeles que ellos son sus personajes, y eso se consigue pocas veces. Son interpretaciones que, simplemente, nadie más podría hacer.
La banda sonora es muy buena, con esas notas de jazz y rock, amenizando y aportando ambientación a una película que podría definirse como moderno cine negro.
El guion es brillante. Los personajes se construyen a la perfección, pudiendo el espectador entenderlos a ambos. No todo es acción, tenemos momentos cargados de dramatismo, con los traumas de la guerra como telón de fondo o la depresión por el amor perdido, conviviendo con otros positivos, como la amistad o la familia.
Y como director está Richard Donner, que igual de bien se desenvuelve en unas escenas que en otras. Con mano firme imprime un ritmo endiablado, pasando del drama a la acción y al humor, subiendo la tensión y rebajándola, haciendo de la cinta un entretenimiento que no puedes dejar de ver.

Y como te descuides, te gustará tanto que no podrás resistir la tentación de seguir con la segunda parte. Antes de que te des cuenta habrás visto todas las entregas seguidas. Arma Letal es muy adictiva.
Imprescindible.

Para ver esto mejor te pones canciones de Elvis Presley y te ahorras tiempo entre tema y tema. Porque en realidad eso es la película, realizada con el único propósito de que se luzca Elvis, siendo la historia una excusa de nulo contenido.

Un piloto es despedido y decide montarse su propio negocio en las islas Hawaii, aunque en realidad pilotar pilota poco. Lo que hace mayormente es cantar, y ser acosado por chicas florero, que caen todas rendidas a sus pies. Y eso es todo. Parece increíble que logre durar 90 minutos.

Las canciones tienen ritmo y bonitas coreografías. Pero lo dicho, para eso no hace falta perder el tiempo con estúpidos diálogos entre una y otra y ver como 50 modelos se derriten por el piloto cantarín.

Está claro que la película está cuidada en la mayor parte de sus aspectos, con una fotografía exquisita, bien ambientada, con planos tranquilos, sin movimientos bruscos, escenas de meticulosa planificación, una buena banda sonora y una narración coherente, sin prisas, que cuenta una historia creíble en su desarrollo.

Pero es tan larga que todo lo anterior da un poco igual, llega a cansar por momentos y hay que decir que la banda sonora se usa demasiado. Por pantalla pasan, además, una fila de personajes desaprovechados. Sin embargo la película logra entretener en casi todo momento, y es aquí donde se debe destacar la interpretación de Daniel Day-Lewis.
Lewis lo borda, su interpretación es magnífica en todo momento. Llena la pantalla en cualquier estado de ánimo, con cualquier diálogo o silencio, de cara, perfil y espaldas. Parece increíble, pero yo diría que es esta interpretación la que consigue que se preste atención a la película en sus más de dos horas de duración, más que cualquier otro aspecto.

El mensaje que se saca de la película es evidente. La sociedad erguida sobre bases despreciables, la llave del poder y el éxito está en la ambición, el dinero y las grandes empresas. La familia es un reclamo comercial, un lavado de cara, y la religión un espectáculo sin valor promulgado por falsos profetas.

Tiene sus defectos, pero ganan las virtudes.

Es curiosa esta película, porque quizás no destaca en nada en particular y sin embargo terminas de verla y puedes decir: Esto es cine.

Unas canciones, una historia de amistad con tintes de amor, drama y melancolía, la simple historia de dos personas que se conocen durante un período de tiempo, conectando y dando sentido uno a la vida del otro.

Y es que la película logra transmitir emociones, que te quedes mirando, disfrutando de un momento agradable, siguiendo el ritmo de las canciones. Te envuelve, te emociona, te entristece, te deja pensando, valorando tu propia vida, tus momentos, tus decisiones.

¨Coge ese barco y llévalo a buen puerto¨. Hay que verla.

Centrada en el día de la crucifixión de Jesús, esta película narra ese capítulo bíblico de la forma más cruenta posible. La sangre, tortura y humillación toman protagonismo tapando cualquier mensaje posible. La película bien puede catalogarse como ¨cine de torturas¨, un tipo de cine delicado, pues se cae con demasiada frecuencia en el efectismo. Añade religión, y la polémica se agrava.

Se pueden sacar algunos temas, de vigencia actual, aunque no de los que Cristo profesaba. El ser humano como violento, corrupto e intolerante. El fanatismo como una fuerza colectiva poderosa y peligrosa, en especial el fanatismo religioso. Los amigos que están a tu lado cuando todo va bien, negándote en la adversidad, o traicionándote.

Se cae en el exceso. Es posible que el castigo fuese tal, pero a mi dos horas de torturas y humillaciones no me tienen sentido. Y no tienen sentido porque eso es todo, las enseñanzas de Jesús no aparecen, tan solo momentos puntuales mediante flashbacks que no aportan gran cosa, y un demonio acechando que aporta aún menos. Volvemos a lo mismo: sangre y más sangre.

Destaco algunos buenos planos, así como la ambientación y la interpretación de James Caviezel, de lejos la mejor de todo el reparto, estando todos los demás sobreactuados y patéticos.

Religiones a parte, la película es un artificio que pretende impactar y asquear en gran medida, sin moraleja final.

Cinta de acción entretenida con Arnold Schwarzenegger en su papel característico de héroe de acción carismático.

No siendo nada novedoso, la película logra mantener la atención del espectador toda su duración. Las escenas de acción están bien rodadas, son variadas y van de lo gracioso a lo tenso, lo impresionante y lo exagerado. También consta de unos efectos especiales que mantienen bien el tipo ante el paso de los años.

Buenas interpretaciones, banda sonora y mejor final. Perfecta para pasar un rato divertido.

Divertido conjunto de historias con un nexo común: El lado salvaje del ser humano, reprimido por la sociedad, por mantener las apariencias y hacer lo que se considera correcto. Un lado salvaje que puede descontrolarse cuando esos pequeños detalles injustos e irritantes sobrepasan el límite de lo soportable. Seguro que más de una persona se ve identificado en alguno de los relatos y ha pensado en actuar de la misma manera...

Si es que además está muy bien rodada, consta de buenas interpretaciones y rezuma ironías y humor negro por los cuatro costados. Tras el corto inicial, muy divertido y que prepara el cuerpo para lo que vendrá, llegan historias que van desde una disputa entre conductores que se va de las manos (¿quién no se ha irritado al volante más de una vez?), hasta una boda convertida en una montaña rusa de emociones y pesadillas, pasando, entre otros, por la de un ciudadano al que la grúa se le lleva el coche y se topa de frente con la realidad del estado: Pagar, pagar y pagar...

Es realmente entretenida y divertida. Además, es de elogiar la capacidad de cambiar de rollo en cada historia, con diferentes ritmos, moralejas y estética, siendo todas del mismo director.
Dobles morales... injusticias... situaciones descontroladas... crítica al conformismo cotidiano... sarcasmo... esa fabulosa comparación con animales salvajes en los créditos iniciales...

Imperdibles relatos salvajes.

La naturaleza del ser humano expuesta mediante verdades y mentiras, llegando a conclusiones que hacen perder la fé en la humanidad: El humano es egoísta, cobarde, ladrón, asesino, mentiroso... Incluso el diablo huye de los hombres.

La historia comienza con un monje, un peregrino y un leñador resguardándose de la tormenta bajo la puerta de Rashomon (que, por cierto, es un decorado grandioso, y simboliza la decadencia moral del humano. Un escenario opresivo y desolador). Éstos se ponen a contar la historia de un bandido que asesinó un samurai y violó a su esposa, y a reflexionar sobre ello.
La historia es contada por los diferentes puntos de vista de los implicados: el bandido, la mujer, el muerto (mediante un médium), y el leñador (testigo de los hechos).

Todas las versiones de los hechos son contradictorias entre sí. Se muestra, pues, la dificultad de hayar la verdad. Todo el mundo miente y omite lo que le parece para santificar o glorificar su figura, o bien su visión de la realidad está distorsionada por los sentimientos: Según el bandido, la mujer se entrega voluntariamente y mata al hombre en un duelo de honor a espada; Según la mujer, el bandido la viola y se marcha, el marido la mira con repugnancia y asco, y ésta lo mata en un ataque de locura; El marido, por contra, narra una historia en la que el bandido posee a la mujer, y ésta lo insta a matarle. El samurai termina suicidándose por el dolor y la deshonra; Finalmente, el leñador ofrece la última versión, posiblemente la verdadera: El bandido viola a la mujer, el marido siente asco de ella y le ordena que se suicide, y la mujer los manipula a ambos para que luchen entre ellos. La batalla es penosa, con un bandido huidizo y un samurai cobarde.

Cuanto más nos acercamos a la verdad, más descorazonadora resulta. Cada cual decide qué versión le gusta más, concluyendo así que la verdad es relativa, un cuento que cada cual decide creer según soporte o contar según le convenga. Cada visión de la verdad dice más del que la cuenta que de los hechos ocurridos.

Volviendo al momento actual, descubrimos que el leñador, tras presenciar los actos del relato, roba el valioso puñal de la mujer. Unos padres abandonan a su hijo en el mismo lugar donde se encuentran los tres hombres, y el peregrino le roba las ropas al bebé.
El monje pierde la fé, y nosotros con él.

Sin embargo, el final da un vuelco y transmite un mensaje esperanzador. Un hilo de optimismo que queremos creer. Nuestra verdad relativa.

Muy interesante. Los planos, el manejo de cámara, la fotografía, la banda sonora... todo raya en la perfección. Las interpretaciones también rinden a alto nivel. Se puede apreciar el bajo presupuesto, lo que solamente le otorga mayor valor.
Una película imprescindible.

El thriller surcoreano repite historias, personajes y estructura. Y aún así consigue que cada película sea diferente a las demás, ya sea por el ritmo, por el mensaje transmitido o por la propia dirección.

Un hombre trabaja para una compañía que, en realidad, es la tapadera de una organización mafiosa. Toda su vida gira en torno al trabajo, hasta que comienza a replantearse su labor. Pero no porque esté bien o mal, sino porque no lo hace feliz y ha tomado consciencia de que vivir para un trabajo que no le gusta no tiene ningún sentido. Esta reflexión, eje principal de la película, se generaliza para cualquier trabajo y deja un final muy claro: Vive la vida y sé feliz, no te amargues por un trabajo que odias, haz lo que te guste, el dinero está sobrevalorado. Pero hazlo antes de que sea tarde.

Por supuesto la historia será de venganza y dejará muchos cadáveres detrás. La música es bonita, los planos muy cuidados y la narración es pausada. Buena definición del personaje principal, al que se entiende en todo momento. Recomendable.

Alan Turing fue un gran matemático cuyas contribuciones en diversas áreas son numerosas e importantes, desde la máquina de Turing (un computador abstracto de memoria infinita y funcionamiento simple), el test de Turing (para averiguar si una máquina posee inteligencia), la ruptura del código Enigma (gracias a la máquina ¨La bomba¨) hasta la gran pregunta, ¨¿pueden pensar las máquinas?¨. Entre otros logros.

Su vida, además, es muy interesante. Tras una carrera brillante, el gobierno británico ¨premió¨ sus aportaciones condenándolo por homosexual e imponiéndole una terapia hormonal que lo desgastó física y mentalmente hasta llevarlo a un posible suicidio consumado mediante una manzana envenenada.

La película que nos ocupa debió de pensar que todo esto era bastante soso para el espectador medio actual, y tergiversa la historia a placer para convertirla en un trillado drama sin riesgos, sin emoción y sin alma. El personaje de Alan Turing, interpretado por un portentoso Benedict Cumberbatch que se marca una interpretación muy superior a la que merece este film, es retratado como un sucedáneo dramático de Sheldon Cooper (personaje de la serie ¨The Big Bang Theory¨) y de Sherlock (de la serie homónima, interpretado también por Cumberbatch), a saber: Narcisista, arrogante, negado socialmente, etc. Estarán de moda los genios insoportables, pero aquí no venía a cuento, resultando casi un insulto a la memoria del hombre al que, supuestamente, rescata y recuerda la cinta.

Las aportaciones de este hombre al mundo están tratadas de forma superficial, mediante meras menciones o ¨guiños¨ que pasan sin pena ni gloria. Centrándonos en la trama, ésta se forma de los tópicos propios del género: Relaciones amorosas que no aportan nada, el malo que quiere cancelar su trabajo porque el protagonista le cae mal, los compañeros enemistados que terminan siendo fieles compañeros, la chica florero que se pasea por pantalla de forma gratuita, etc. Tampoco faltan a su cita las frases épicas del estilo ¨Has nacido para hacer algo importante¨ o la repetitiva escena donde al genio se le ilumina la bombilla y lo resuelve todo a último momento.

Sobre el tema de la homosexualidad y el castigo que el gobierno le impuso por ello a Turing se pasa de puntillas, no vaya a ser que alguien se enfade. Así mismo, los momentos finales de su vida, que podrían tener una intensa carga dramática y filosófica con pie a la crítica y la reflexión, son totalmente ignorados para no salirse del tono comercial y pretencioso de toda obra realizada únicamente para conseguir algún premio Óscar.

Yo recomiendo indagar sobre la verdadera historia de Turing así como del proceso por el cual se consiguió descifrar Enigma. Es mucho más interesante y productivo que esta convencional imitación sobre hechos y personajes que no fueron tales.
Un gran material desperdiciado.

Bronson en su salsa. Policía políticamente incorrecto es víctima de un retorcido plan de venganza. Sus conocidos empiezan a morir, y claro, él será el principal culpable. Junto a una ladrona de poca monta huirá de la policía e intentará averiguar quién está detrás de todo aplicando su ley. La ley de Murphy. La referencia a lo que se conoce realmente como ¨ley de Murphy¨ no es casual, sino una especie de burla.

El héroe es de los que molan: Alcohólico, intratable, sin misericordia, soltando frases sarcásticas de tipo duro allá donde va. También un tanto machista. Es cine de acción de los 80, cuando no había miedo a la hora de mostrar conductas de mal ejemplo. En el cine actual no podrías encontrarte con gran parte de las escenas de la película.

Hay alguna muerte vistosa, unas pocas subtramas que fluyen de la principal, más que nada colocadas para aumentar el número de cadáveres. También tiene algún aire de slasher. Las interpretaciones son cutres pero pasables, la ambientación es muy de los 80...
En general es una película agradable de ver. Entretiene y divierte.

Drama que trata sobre la integridad, sobre distinguir entre bien y mal y actuar en consecuencia. Un tanto moralista, poco creíble, y en ocasiones inverosímil.

Cualquiera puede entender las razones del personaje de Ben Kingsley, así como su fuerte sentido del deber y justicia. Ha hecho algo malo en una venganza justificada y quiere aceptar las consecuencias. Sin embargo ha matado a tres hombres, sabía lo que hacía, ¿También había planificado arrepentirse?. Sus principios son admirables a la par que poco creíbles y, si lo piensas en profundidad, no son tan sólidos como la película muestra.

En cuanto a Alec Baldwin, es de prever que su personaje sufrirá una evolución a lo largo de la cinta y terminará redimiéndose. Muy predecible, aunque en estos films de sobremesa tampoco se puede esperar otra cosa. La subtrama con la mujer de su cliente es casi surrealista, tan solo presente para dar más impacto a su transformación. Muy prescindible.

Todo lo demás son tópicos de drama judicial.