Pese a que la película parece en muchos momentos un documental, a nivel estético Steve McQueen evitó lo que se llama ¨estética documental¨, inspirándose a nivel estético en las pinturas de Goya, de las que dice que muestran las imágenes más horrendas imaginables, pero que son al mismo tiempo bellísimas.

Se realizó otro submarino, lleno de hormigón, para la escena de la demolición de la plataforma petrolífera.

El bonito submarino de Blofeld, diseñado por Kem Adam (quién si no) costó la nada desdeñable cifra de 30.000 $ de la época, pero no pasaba de ser una maqueta de fibra de vidrio a tamaño real sin función alguna. Pasó a manos del famoso piloto y doble de acción Dean Jeffries, que lo puso a la venta en su garaje de Los �ngeles, donde fue comprada por el oscarizado (por ¨Biteclhus¨) maquillador técnico de FX Robert Short, un loco de Bond, y entregada al Museo de coches de Hollywood.
Una vez éste cerró, Short recuperó el submarino y lo vendió a un tipo que al cabo de unos años lo donó a la Fundación Ian Fleming para su conservación.

Tom Mankiewicz, Guy Hamilton y Cubby Broccoli tuvieron otra enganchada, esta vez bastante épica, por el uso por parte de Blofeld de un aforismo - muy simplificado respecto del original - de La Rochefoucauld:

CUBBY: Quién demonios es La Qué?
TOM: La Rochefoucauld era un filósofo francés del S. XVII. Es una de sus máximas.
C: Quítalo. Nadie sabe quién es.
T: Oh, por favor, Cubby, es una cosa maravillosamente remilgada y elegante para Blofeld.
C: No, no la quiero.
GUY: Cubby, por favor, deja que se quede la frase.
C: ¡NO, FUERA!

Mankiewicz y Hamilton seguían en sus trece con cada reescritura del guion (Cubby les decía: ¨El Michaelmas ese sigue en el guion. Os he dicho que quitéis al Michaelmas del guion¨) y acabaron rodando la frase. Y al ver los dailes, Cubby...

¨Que no quiero al Michaelmas en esta película. Lo cortaremos�.

Pero, ay, Hamilton ya lo había previsto y solo había rodado una toma de esa escena para forzar incluirla en la película, Se incluyó con Broccoli haciendo morros.
Total, que encontrándose en preproducción ¨Vive y deja morir¨, Hamilton le comentó al productor:

GUY: Vi ¨Diamantes para la eternidad¨ en París y la gente se rió mucho con lo de La Rochefoucauld.
CUBBY: París es el único lugar donde esta película no hizo un duro. Muy bien. Tu ves y haz ¨Vive y deja morir, pero esta vez sin Michaelmas.¨
GUY: ¨Sin Michaelmas, Cubby¨

FIN

¨Si en algunos hombres no aparece el lado ridículo, es que no lo hemos buscado bien.¨ - La Rochefoucauld

A cambio de que su nuevo Mustang apareciera conducido por Bond en la película, la Ford ofreció cualquier coche que se necesitara. Así, la práctica totalidad de los coches de la película son Ford entregados sin coste. Se destrozaron unos 80 coches en las persecuciones y se ahorró muchísimo presupuesto.

Y ya que estamos, la piscina en cuestión no era otra que la de la casa de Kirk Douglas en Palm Springs, que EON había alquilado para la ocasión.

Lana Wood pudo conocer un final parecido del de su hermana Natalie durante la escena en que se muestra a Plenty asesinada en una piscina. Wood estaba realmente atada a un bloque de cemento, teniendo al alcance una cuerda de que dos mozos tiraban para que respirara entre tomas. Lo malo es que no se tuvo en cuenta que como muchas piscinas, el suelo hacía pendiente y el bloque de cemento se iba deslizando hacia abajo. Afortunadamente, el equipo vio enseguida que Wood no sacaba la cabeza cuando tocaba y fue diligentemente rescatada.

En un encuentro fortuito en casa de Andrew Lloyd Webber, Steven Spielberg le declaró a Don Black que la canción de la película era su favorita de entre todas la que se habían compuesto para una película, tras lo cual le describió por qué comentando cada estrofa y poniéndola en relación con la secuencia de créditos de Maurice Binder. Black alucinaba y salió de allí con la cabeza más alta que una girafa en la azotea del Burj Khalifa

La letra de la canción de esta película es muy erótica, y cuando la presentaron en casa de John Barry a los productores, Hatty Saltzman la encontró directamente obscena. Se puso incluso colorado: ¨No me gusta, no está bien. La letra es sucia¨.
El letrista Don Black le contestó ¨No es sucia, es provocativa; es Bond: Sexy, sensual, atrayente...¨. Pero John Barry lo cortó diciéndole su opinión de una manera mucho más clara: ¨¿Y tú qué coño sabrás?¨. Cabreo mayúsculo de Saltzman, portazo, un minuto de silencio incómodo y finalmente Broccoli dijo: ¨¿Tenéis Jack Daniels, aquí?¨. Broccoli sí que aprobó la canción y los tres bebieron por ella.
Saltzman y John Barry raramente si no nunca volvieron a hablarse, y fue uno de los motivos del cambio de compositor en ¨Vive y deja morir¨.

Jill St. John - que venía de tener un romance corto pero casi formal nada menos que con George Lazenby - y Lana Wood empezaron con esta película un conflicto que aún dura. Empezó cuando las dos se enteraron que habían tenido sendas relaciones íntimas con Sean Connery y ha continuado con Wood acusando a St. John de estar implicada junto a su actual marido Robert Wagner en la muerte de su hermana Natalie (esposa de Robert Wagner por entonces). Juicios, acusaciones e incluso presuntas amenazas de muerte se han sucedido y se suceden.

El argumento final de la película se basó en un sueño que tuvo Cubby Broccoli: gran amigo de Howard Hughes, Cubby soñó que estaba visitando a Hughes en el ático de Las Vegas donde se encontraba recluído. Hughes estaba de cara a la ventana. Al saludarlo Cubby, el magnate se giraba y resultaba ser un completo desconocido.
Broccoli se encaprichó con ese sueño y empezó a considerarlo como una buena manera de hacer un homenaje a Hughes y montar un argumento.

Dicho sea de paso, Hughes tuvo un peso tremendo en el rodaje. Broccoli estuvo en contacto con él en todo momento y facilitó mucho las cosas al equipo, abriéndoles las puertas de todos los casinos que quisieran, procurando alojamiento y utilizando sus contactos cerrar la famosa avenida Freemont al tráfico solo para ellos.

Uno de los esbirros mafiosos de SPECTRA junto a Marc Lawrence (Cayo largo, El hombre de la pistola de oro) es un joven Sid Haig, con el tiempo actor fetiche de Rob Zombie.

Un gag al mismo tiempo gracioso y lamentable hizo que Tom Mankiewicz tuviera un ligero rifirrafe con Cubby Broccoli.
Se trata de una línea que con una traducción exacta de la versión original iría así (en castellano Bond dice que le dejen el asunto a él):

LEITER: Sé que los diamantes están ahí, pero ¿dónde?
BOND: Alimental, querido Leiter

[SPOILER: Bond se los metió a Peter Franks por el culo].

A Broccoli no le gustaba esta línea. La encontrab muy difícil de entender e inisistió a Mankiewicz que la cortara, pero el guionista, con el apoyo de Guy Hamilton, se mantuvo en sus trece.
Durante el estreno, cuando Bond suelta la línea, un par de personas en primera fila se partieron la caja. Broccoli dijo: ¨Ya ves, seguro que son médicos¨.

Connery se gastó todo el sueldo que ganó en esta película en fundar junto al por entonces campeón mundial de F1 Jackie Stewart el Scottish International Education Trust, organización de apoyo a los estudiantes escoceses que sigue activa.

John Gavin abandonó el papel con una deportividad enorme y la satisfacción de que solo Connery le habia quitado el papel. No quiso cobrar finiquito, pero Broccoli le pago de todas formas su sueldo entero.

Cubby Broccoli también se cansó pronto de las andanzas del joven George (en cambio, a gente como Lois Maxwell le encantaban sus salidas de pata de banco. Se llevaron muy bien, parece): Dana Broccoli detectó que incluso más allá de lo que hiciera o dejara de hacer Lazenby, el ambiente general del rodaje era bastante cargado, en contraste con el de las otras películas de la saga. Así pues, americanos como eran, los Broccoli montaron una megafiesta de Acción de Gracias.
Y allí se presentó, tarde, un Lazenby sombrío, triste y hosco. No le habían mandado una invitación especial, se quejaba. �Todo el mundo ha sido notificado igual¨, contestó Dana.
¨Pero yo soy una estrella¨, contestó Lazenby. Dana se echó a reir, pero se le pasó enseguida: ¡Lo estaba diciendo en serio! Broccoli se inclinó en su asiento, tomando un aire de autoridad, y le contestó: ¨Escucha, George: No eres una estrella, aún. No eres una estrella porque te digas a ti mismo que eres una estrella, la gente de publicidad diga que eres una estrella o el director diga que eres una estrella. Solo eres una estrella cuando lo dice el público. ¡Y eso está por ver!¨

El mismo Lazenby reconoce que sus arrebatos de prima donna eran tremendo. Entre los excesos que reconoce haber cometido, estuvieron que le tenían que fletar un helicóptero para ir a Zurich a ligar y que se compró varias armas sin permiso, las cuales disparaba en los sets, asustando al equipo.

Peter Hunt y George Lazenby tuvieron una enganchada en el primer día de rodaje que marcó su relación: Todas las fuentes coinciden en que un miembro del equipo le pidió a Lazenby que despejara el set con un megáfono.
Las personas que tuvieron que marchar eran amigos de Peter Hunt, que se enfadaron muchísimo. Hunt, furioso, le recordó a Lazenby que él le había conseguido el trabajo y que no volviera a dirigirle la palabra.
El enfado de Hunt fue tal que cuando al cabo de poco celebraron la fiesta de cumpleaños del director, él se fue al ver a Lazenby por allí. Saltzman le tuvo que dar el regalo que había comprado para Hunt - una carísima chaqueta - al actor aussie.

Otra autocorrección:

Para la guarida de Blofeld, Harry Saltzman consideró la Línea Maginot y un fuerte suizo con cañones, pero Peter Hunt consideraba la primera cara, pcoc cinematográfica y fácilmente reconstruible y mejorable en Pinewood, y la segunda poco práctica.
Saltzman lo mandó al cuerno y le dijo que se buscara él un sitio. Y así se acabó hallando el Piz Gloria.

La frase de ¨Eso no le pasaba al otro¨ nació de un latiguillo de Lazenby, que siempre se quejaba de que ¨El otro (Connery, por supuesto) no tenía que hacer eso¨, ¨el otro no tenía que hacer aquello¨.
Rodando en Portugal en las últimas semanas de rodaje, a Hunt se le encendió la bombilla y Peter Hunt le dijo que soltara ¨aquello del otro¨ en lugar de la frase del guion, que era ¨Esto nunca te había pasado, 007¨.

Corrección de una curiosidad anterior:

Estuvo a punto de producirse un tremendo accidente cuando se estaba ensayando la persecución de bobsleds: el cuidador de la pista, el ya sesentón ex-campeón mundial y olímpico de bobleigh Franz Kapus, estaba haciendo su ronda en un pequeño trineo.
Como se le había olvidado avisar al equipo, éstos mandaron un bobsled de cuatro ocupantes (los miembros del equipo nacional suizo de la disciplina, parece) con el cámara Johnny Jordan al frente a lanzarse por la pista: cuando se echaron sobre Kapus y trineo solo la pericia del piloto del bobsled pudo salvar la situación, aunque no se ahorró el antiguo campeón un considerable ¨bosbsledazo¨. Jordan pudo incluso filmar el accidente y el rictus de terror del infortunado ex-atleta. El magullado Franz tuvo que ser llevado en helicóptero y encima perdió su gorro, que se quedó colgando de la copa de un abeto (no me invento nada ni esto es un tebeo de Mortadelo y Filemón. Lo dicen en el comentario del bluray).

Al final, el equipo le regaló un álbum de los highlights de la secuencia, que Kapus iba enseñando en el bar que frecuentaba.

El mal tiempo alargó un poco el rodaje en Suiza, hasta el punto de que se suspendieron varios días de rodaje. En uno de ellos, dos madrugadpres miembros del equipo se pasaron todo un día solos en el Piz Gloria porque el equipo decidió parar cuando ellos ya estaban allí.

La construcción del Piz Gloria fue bastante compleja. El Gobierno suizo fue reticente a permitir construir el helipuerto por el impacto en el paisaje, pero se les convenció señalando la conveniencia de tener un helipuerto funcional para rescates de montaña en la zona.
Menos el hormigón (que debía estar siempre caliente para que no se helara), que era llevado en helicóptero, las piezas para el set eran subidas en teleférico por la madrugada. También se subió un potente generador eléctrico para que el set tuviera una total autonomía energética.

La búsqueda del nuevo Bond fue masiva, y en la criba estuvieron actores como:

- Oliver Reed: Era un actor que ya había establecido un sello personal, y convertirlo en un Bond se consideraba muy difícil. Se lo descartó.
- Timothy Dalton: Era el tipo perfecto (y lo siguió siendo hasta que logró el papel), pero se negó por considerarse demasiado joven.
- Adam West: Llegó a entrevistarse con Saltzman y Broccoli, pero consideraba que un americano no podía ser un buen Bond, así que declinó.
- Michael Gambon: Hizo el cásting, que se convirtió en un desmadre con el actor irlandés insistiendo entre carcajadas que no podía aspirar a eso, y Saltzman y Broccoli comentando que podían arreglarle lo de que tuviera más tetas que una mujer.
- Dick van Dyke: Muy amigo de Cubby Broccoli, se le propuso informalmente participar en el cásting, pero se lo tomó a pitorreo, y tampoco es que quisiera de todas maneras.

Al final quedó en cinco finalistas:

- George Lazenby, ex-vendedor de coches y modelo criado en la Australia rural cual Cocodrilo Dundee, que era el único sin experiencia.
- John Richardson: Ya había hecho una importante carrera como actor principal, sobre todo en pelis de la Hammer. Además era el ex-marido de la chica Bond Martine Beswick.
- Anthony Rogers: Secundario que había empezado a destacar tanto en Inglaterra como en Hollywood.
- Robert Campbell: Actor americano de ilustre familia dentro del mundo del espectáculo.
- Hans de Vries: El chico de la casa y es de suponer que el favorito de los productores. Había aparecido de extra en “Solo se vive dos veces� y en “El cerebro de un millón de dólares�.

Lazenby y un miembro del equipo pusieron una salchicha caliente en el kilt del australiano para que Angela Scoular la sintiera en la escena en que le escribe su número de habitación en el muslo. Parece que la broma no resultó: Scoular a penas se inmutó.