Volvamos a lo de las timbas épicas de Telly Savalas para hacerlo más exacto. Resulta que en el rodaje en el Piz Gloria, todo el mundo cobraba su sueldo diario en efectivo, y Lazenby iba con un maletón de donde caían los billetes.
Para un jugador como Savalas, eso era un caramelito, y se puso a jugar con él y a ganarle.
Entonces los pilló Harry Saltzman y se añadió a la timba ante los lamentos y protestas de Savalas. Ganó el dinero de Lazenby de vuelta y se fue diciéndole al bueno de Kojak que no le tocara nunca más al ¨niño¨.

Joanna Lumley venía a ser la ¨capitana¨ del grupo de 12 actrices y modelos que interpretaban a las inocentes ángeles de la muerte y se encargó de buscar entretenimiento para sus compañeras. Como su hobby eran las labores de punto y ganchillo, todas las muchachas lo hacían mientras los miembros masculinos del equipo se hacían cruces de ver a tantas tías buenas haciendo calcetas como abuelitas.

Al principio, Lazenby se inventó un currículum sobre la marcha, y logró colárselo a Saltzman y Broccoli, pensando que la cosa tampoco iría lejos. Sin embargo, conforme pasaban los días e iba viendo que lo estaban considerando en serio, se asustó, especialmente cuando trajeron a un malhumorado Peter Hunt de Suiza - le tiraron al aire su primer fin de semana libre en meses - para que lo conociera.
En esta situación, George no pudo más y lo confesó todo:
¨Peter, no he actuado en mi vida. He sido modelo, pero nunca he hablado ante una cámara¨.
Peter Hunt, muy impresionado, le contestó:
¨¿Cómo?¿Y dices que no sabes actuar?¡Has engañado a dos de los hombres más despiadados que he conocido! Tú sigue con tu cuento y haré de ti el nuevo James Bond¨.

Estuvo a punto de producirse un tremendo accidente cuando se estaba ensayando la persecución de bobsleds: el cuidador de la pista, un abuelete de 78 años estaba haciendo su ronda en un pequeño trineo mientras el cámara Johnny Jordan (sí, fans de Bond con buena memoria, el que había perdido un pie en ¨Solo se vive dos veces¨) lo filmaba por delante.
Como se le había olvidado avisar al equipo, éstos mandaron un bobsled de cuatro ocupantes (los miembros del equipo nacional suizo de la disciplina, parece) a lanzarse por la pista: cuando se echaron sobre el yayo, el trineo y Jordan, solo la pericia del piloto del bobsled pudo salvar la situación. El pobre encargado sufrió la peor parte, con algunos moratones, teniendo que ser llevado en helicóptero y encima perdiendo su gorro, que se quedó colgando de la copa de un abeto (no me invento nada ni esto es un tebeo de Mortadelo y Filemón. Lo dicen en el comentario del bluray).

Al final, el equipo le regaló un álbum a todo color de los highlights de la secuencia, que se conserva completa, aunque no sea pública.

Para la guarida de Blofeld, Cubby Broccoli consideró la Línea Maginot y un fuerte suizo con cañones, pero Peter Hunt consideraba la primera cara y fácilmente reconstruible en Pinewood, y la segunda poco práctica.
Broccoli lo mandó al cuerno y le dijo que se buscara él un sitio. Y así se acabó hallando el Piz Gloria.

Lazenby logró definitivamente el papel de Bond cuando ensayando una escena de lucha con el wrestler bielorruso Yuri Borienko en casa de Harry Saltzman (no podían hacerlo en Pinewood por miedo a que hubiera chivatos que los denunciaran al Sindicato de Actores por probar a un tipo sin experiencia), el australiano rompió la nariz a su partenaire de cásting.
Saltzman ya no quiso saber más: aunque había dudado mucho de él, consideraba que tenía a su Bond. Borienko, por su parte, fue compensado aumentado su papel en la película: pasó de ser uno de los hombres de Draco al jefe de seguridad del Piz Gloria, Günther.

A Shirley Bassey le costó toda una noche encontrar el tono correcto para cantar la mítica canción de la película. John Barry la conocía muy bien (perece que incluso habían tenido un breve romance) y constantemente le pedía que lo hiciera con más fuerza.
Finalmente, Bassey, ante toda la orquesta, se quitó el sostén, que le iba ajustadísimo, y así logró el tono que pedía Barry. Sin embargo Bassey no pudo escaparse de que los gamberrotes de la sección de cuerda le rogaran que intentara conseguir “un tono más�, a ver si se quitaba más piezas de ropa.

Robert Aldrich era bastante histriónico y entusiasta cuando dirigía, y por ello estuvo a punto de herir de relativa gravedad a Clint Walker cuando estaba dándole indicaciones para su combate con Lee Marvin. En un momento dado agarró con fuerza un dedo - que los maquilladores habían cubierto muy bien con un parche y maquillaje - en el que Walker se había hecho un profundo corte la noche anterior mientras cocinaba un pollo en su apartamento y que había requerido 6 puntos de sutura. En su entusiasmo, Aldrich, que ignoraba la situación, no le abrió la herida de milagro y solo la intervención de Lee Marvin salvó el día. Todo quedó en susto y risas.

Robert Aldrich era bastante histriónico y entusiasta cuando dirigía, y por ello estuvo a punto de herir de relativa gravedad a Clint Walker cuando estaba dándole indicaciones para su combate con Lee Marvin. En un momento dado agarró con fuerza un dedo - que los maquilladores habían cubierto muy bien con un parche y maquillaje - en el que Walker se había hecho un profundo corte la noche anterior mientras cocinaba un pollo en su apartamento y que había requerido 6 puntos de sutura. En su entusiasmo, Aldrich, que ignoraba la situación, no le abrió la herida de milagro y solo la intervención de Lee Marvin salvó el día. Todo quedó en susto y risas.

La repentina y no vista muerte de Jimínez se debió a que el largo rodaje cansó a Trini López. Su jefe, Frank Sinatra (entonces López estaba bajo contrato en Reprise Records, la compañía discográfica de Sinatra) lo animó a abandonar antes de que su carrera musical se pudiera resentir.
En un principio, Jimínez debía ser el que encendía la dinamita que iba a volar el chateau. Se sustituyó por la carrera de Jim Brown poniendo granadas.

Robert Aldrich organizó la cena de los Doce con su comandante de manera que recordara a la Última Cena de Leonardo da Vinci, dando a entender que están condenados.

Como podéis ver en las curiosidades de ¨Casino Royale¨, el reparto y el equipo de ambas películas socializaban con frecuencia. Woody Allen solía dejarse caer por el set de ¨Doce del patíbulo¨ a jugar al póker con Savalas, Marvin y Bronson, y se llevó un buen pellizco.

El hecho de que esta película mostrara a los Aliados como tan crueles y despiadados como los nazis causó cierta controversia en su tiempo.

A Charles Bronson tampoco le entusiasmó esta película, que le parecía excesivamente violenta. Parece que llegó a protagonizar una de sus clásicas ¨espantás¨ a medio rodaje,

John Wayne rechazó el papel de Reisman para hacer ¨Los boinas verdes¨, mientras Jack Palance rechazó el de Maggott al parecerle repugnantemente racista. Además, encontraba que la película era excesiva e innecesariamente violenta.

El chateau estaba tan bien construído que el departamento de FX tuvo que avisar de que se necesitarían cómo mínimo 70 toneladas de explosivos para derrumbar las partes que se deseaba.
Para evitar una catástrofe, se derrumbaron, en efecto, dichas partes y se reconstruyeron en corcho y plástico para que cedieran a una explosión mucho menos fuerte.

Robert Aldrich pretendía que la película sirviera de denuncia de lo que estaba pasando en Vietnam, pero como se dice en la curiosidad anterior, entre acción, explosiones y cadáveres, el mensaje no caló.

A las quejas de Marvin sobre la falta de realismo de la película, Robert Aldrich le contestó que en efecto, era ridícula, pero lo era tanto que entre acción, explosiones y cadáveres, el público lo iba a flipar y se olvidaría de las inexactitudes.

Más gloriosas borracheras de Lee Marvin: Durante una fiesta se intentó ligar nada menos que a la tía de Sean Connery, a la que soltó todo de marranadas. Connery iba a darle lo suyo cuando el productor de la película, Kenneth Hyman, le rogó ¨Sean, en la cara no, que mañana tiene rodaje de primeros planos¨.
A Connery le dio un ataque de risa tremendo y se límito a decirle a Hyman: ¨Jodíos productores...¨.

Jim Brown se encontraba aún en activo cuando hizo esta película. Cuando el rodaje se alargó, la NFL, temerosa de que su astro apareciera con retraso, amenazó con sancionarle. Brown decidió que a él no le decía nadie lo que hacer con su vida y simplemente anunció su retirada.

La bufa escena en que Donald Sutherland se hace pasar por general fue la que convenció a Robert Altman para ofrecerle un papel en MASH y con ello impulsarlo al estrellato.
Lo curioso es que esa escena no era para Sutherland. El que se debía hacer pasar por general era Clint Walker, pero tras decirle a Aldrich que le incomodaba rodarla, éste se la dio al actor canadiense.

El triste alcoholismo de Lee Marvin fue paradójicamente un pozo de jocosas anécdotas y esta peli no es una excepción: durante la filmación de la escena en que los últimos supervivientes escapan en un coche oruga, Lee Marvin no se presentó en el set.
Tras horas de búsqueda fue hallado en pleno show etílico en un pub del barrio londinense de Belgravia, casi literalmente arrastrado a un coche e inútilmente hinchado a cafés para quitarle la mona, pues enseguida que lo bajaron del coche, Marvin cayó de bruces al suelo mientras Charles Bronson declamaba a los cielos: “¡Lee, te voy a matar, jodío!¨.

Lee Marvin siempre odió esta película con pasión, calificándola de “basura� y de “sacacuartos falsario�. Para él, que fue veterano de la II G.M., constituía una versión falsificada de la guerra y dijo que los actores eran demasiado viejos para sus respectivos papeles. Por último, parece que sintió el aparecer en ¨Uno rojo: División de choque¨ como una redención personal.

¿Cuántos de los Doce siguen vivos a día de escribir esta curiosidad? Pues bien, son 5: Jim Brown (Jefferson), Trini López (Jimínez), Donald Sutherland (Pinkley), Colin Maitland (Sawyer) y Stuart Cooper (Lever).
De ellos, solo queda en activo como actor Sutherland. Cooper es director y guionista de televisión y serie B; Brown vive de su leyenda, que no es poco: comentarista, animador, conferenciante, magnate...; López sigue haciendo conciertos y Maitland parece que se retiró en 1972.

Conforme se iba rodando Chaplin distribuyó los originales de la película de manera clandestina: iba mandando pequeños trozos fuera de Hollywood para que los procesaran. El motivo era que temía que los abogados de Lita Grey los confiscaran y echaran al traste el proyecto.