“El Florido Pensil” (2002) es una entrañable y agridulce comedia española que explora los recuerdos de Sopeña, un hombre que evoca su infancia en la escuela nacional católica de los años 60. En aquella época, la educación estaba marcada por la disciplina férrea, los valores franquistas y un enfoque casi cómico del patriotismo español.
A través de los ojos de un niño curioso y soñador, la película nos transporta a una España donde los curas sermoneaban contra las mujeres que llevaban pantalones y los TBOs, los concursos de radio y las excursiones organizadas por el Frente de Juventudes formaban parte de la vida cotidiana. Es un relato lleno de nostalgia, humor y reflexión sobre una época que mezcla lo entrañable con lo absurdo.
Final explicado de "El Florido Pensil": ¿Qué descubre Sopeña al recordar?
En el desenlace de El Florido Pensil, Sopeña, ya adulto, rememora con cariño y una pizca de ironía aquellos años de escuela. Lo hace ante un público que incluye a Doña Paquita, una maestra de aquella época, que escucha con atención. En su relato, Sopeña no solo revive anécdotas hilarantes y episodios tiernos, sino que también reflexiona sobre las contradicciones y absurdos de la educación que recibió.
Aunque sus recuerdos están llenos de momentos graciosos, como las travesuras en el cine o las excursiones fallidas, también están teñidos por la rígida moralidad y el autoritarismo que caracterizaban la época. Al final, Sopeña concluye que, a pesar de todo, estos años moldearon su forma de ser y le dejaron un legado de historias para contar, aunque no necesariamente con admiración hacia el sistema en el que creció.
¿Qué simboliza "El Florido Pensil"?
La película funciona como una radiografía de una generación educada bajo un sistema rígido y propagandístico, donde se exaltaba el nacionalismo y la religión por encima del pensamiento crítico. El título mismo, El Florido Pensil, evoca los libros de texto de la época, símbolo de una enseñanza que buscaba uniformidad en lugar de diversidad.
A través de las vivencias de Sopeña y sus compañeros, como el siempre enfadado Don Julián, el privilegiado Fernandito Serrano o el gordito Briones, el film retrata una España donde las reglas eran claras, pero a menudo ridículas, y donde la imaginación infantil encontraba maneras de rebelarse en los pequeños detalles.
La mezcla de nostalgia y crítica
Uno de los aspectos más notables de la película es cómo mezcla el humor y la crítica. Por un lado, nos reímos con las ocurrencias de los niños, los concursos de radio y los absurdos sermones del cura Don Secundino. Por otro, sentimos la opresión de un sistema que relegaba a quienes no encajaban en el molde, como Teresa, la chica con epilepsia, o las mujeres a quienes se les juzgaba por su vestimenta.
Conclusión de "El Florido Pensil"
El Florido Pensil es un homenaje a una generación que creció entre los márgenes de un sistema que hoy nos resulta tan hilarante como preocupante. Al final, la película nos deja con una sensación de cariño por esos años de infancia, pero también con un alivio de que los tiempos hayan cambiado. Con un reparto magnífico y un tono que equilibra perfectamente la crítica y la nostalgia, esta película es un viaje imprescindible para quienes quieren entender (y recordar) la España de aquella época.
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