¿Merece la pena ver La novia de mi mejor amigo en Antena 3?

"La novia de mi mejor amigo" (From Friend to Fiancé, 2019) es una de esas comedias románticas de sobremesa que juega con un dilema clásico: ¿y si el amor de tu vida ha estado siempre al otro lado… como tu mejor amigo? Con bodas, vestidos y confesiones tardías, esta historia apuesta más por la nostalgia y el “¿y si…?” que por el drama real.

Jessica, organizadora de bodas empedernida, se enfrenta al encargo más complicado de su vida: preparar el enlace de Ted, su mejor amigo de toda la vida… con la antigua chica popular del instituto. Lo que parecía una tarea profesional pronto destapa sentimientos que ella nunca quiso reconocer.

Una historia que divide al público

Las opiniones están lejos de coincidir. Hay quien la disfruta como un romance ligero y sin sobresaltos, perfecto para desconectar. Otros, en cambio, critican lo previsible del guion y la inmadurez emocional de sus personajes.

Algunos la describen así: “Tierna y cómoda, aunque infantil en sus diálogos”. Otros son más severos: “Quieren hablar de amor verdadero… pero se olvidan de la chispa”.

From Friend to Fiancé

Lo que puede enganchar

La química entre los protagonistas, más natural que en otras cintas Hallmark.
El enfoque amable: no hay villanos extremos, sino personas con dudas reales.
Esa nostalgia de “amor de toda la vida” que conecta con muchos espectadores.

Lo que puede frustrar

Un guion que evita el conflicto y se resuelve en los últimos minutos.
Diálogos juveniles (“¿lo like-likeas?”) que pueden sacar de la historia.
Falta de intensidad romántica: más pastel que pasión.

¿Merece la pena verla en televisión?

Depende de lo que busques. Si esperas una comedia romántica adulta, con giros y riesgo, probablemente te resulte plana. Pero si disfrutas con historias previsibles, finales cálidos y amores que nacen de la amistad, “La novia de mi mejor amigo” cumple su cometido: ofrecer confort, recuerdos y un “por fin se dieron cuenta”.

No sorprende, pero plantea una idea que muchos entienden:
¿cuántas historias de amor empiezan… demasiado tarde?

Y para una tarde tranquila, a veces, eso basta.