Drama erótico, en que una pareja de donceles no han practicado sexo y un hedonista productor invita a ellos y su grupo de amigos a una fiesta en que se encuentran con orgía y despiporre en que mediante alcohol y porros, también versan sobre temas sociales como la familia, el sexo, la libertad y demás, terminando en desmadre tal, que la muchacha protagonista que sucumbe a la orgía a modo de ofensa a su novio que en un primer momento le niega ir. Allá, en una de las pruebas que imponen, ordenan a un muchacho que desflore a la doncella que a gritos pide que sea su novio, siendo su primera vez tan desagradable que termina en urgencias debido a desangrarse, cosa que -no debería ser así-, une a la pareja más que nunca. Echa a matacaballo, la primera aparición en la pantalla de Azucena Hernández, tetas, vergas y culos, y un anfitrión muy bien interpretado por Fabian Conde personificando a varios personajes históricos para hacer sátiras sexualizadas con cada momento que requieren estos. Sin ser una maravilla, rezuma encanto de la época, y no está mal del todo.

Comedieta eróticaterroríca. En ella, un peregrino católico forma una cruzada en que tiene como fin erradicar el vicio carnal. Una noche es atacado por un vampiro cuyo efecto es que todas las noches de luna llena se corrompe y busca víctimas a las que ataca después de tomar bebedizo. La película en un principio no está mal, pero a medida que va avanzando pierde fuerza narrativa y termina aburriendo. Además que entraña lagunas importante en el guion, como que de pronto una de las víctimas en plena noche se desencanta del hechizo sin explicación alguna o la explicación de su sobrino que nada tiene que ver con infecciosa mosca... Título llamativo para torpe entretenimiento.

No está mal este enredo en que aparece Vaitiare como protagonista interpretando a una antropóloga. Mariano Ozores ingenia una de las historias más solventes de su carrera-hasta lo que tengo visto-, sin ser, en efecto, una maravilla. Entretiene lo justo, está confeccionada a trote y moche, sin miramientos, directo al asunto, cosa que le dota de dinamismo, y se agradece. Acá, la antropóloga es enviada a España para llevar un ídolo y convertir una casa en un museo, pero este plan esconde otro que es el de interceptar a unos traficantes de droga que utilizan el ídolo de la polinesia francesa para enviar droga. De un encuentro casual entre Vaitiare y un joven músico tímido y gaznápiro con las mujeres, surge todo el enredo. Ella busca su encomendado alojamiento en el que el tío alquila habitaciones para que la gente friccione a su antojo, un abogado se hace eco de tal cosa, y ellos no quieren abandonar la casa que ha de ocupar la muchachas. Ligera y llevadera para ser de M. Ozores, lo mejor de todo es la fácil deducción de algunos personajes sobre los movimientos de otros dando en el clavo.

19/6/2018

SEGUNDA REVISIÓN

Nada háblase de la versión muda y original filmada en el año 1926. Una grandísima obra que seduce desde el primer momento, comenzando por la gran historia creada por Benito Pérez Galdós y pasando por la interpretación de mi querido y admirado Modesto Rivas como El abuelo quien no tiene desperdicio cuando hace ademán de desprecio siempre que colige quien no es su nieta de sangre, o el desarrollo de la historia que no se hace nada pesada para durar casi 2 horas. El abuelo, ese señor que arruinado llega a su pueblo y descubre a través de una carta escrita por su hijo recientemente muerto que una de sus nietas no es de él e intenta averiguar cual de ellas es la verdadera, en tanto, por otro lado, su ex nuera que lo rehuye ocultándole la verdad por sus pasados devaneos amorosos, lleva vida disoluta y sufre revés inesperado de su última conquista, es exquisitez absoluta.

Muy buena, adoro cuando El abuelo agasaja a aquella que en un primer momento le adora y después desprecia cuando escucha cosas indeseables.

Sin ser maravillosa supera a su antecesora. Aquí, pese a írsele la mano al director sobrecargando la pantalla de personajes de Loney toones, la historia está bien definida y es bastante dinámica. Al G, el villano que personifica al algoritmo de la informática, y el hijo del prota creador de un juego que es interceptado por aquel para conseguir ser figura pública mediante el procedimiento de jugar el juego conformando diferentes equipos con diferentes resultados -si gana Al G, el equipo perdedor queda atrapado en el juego, si pierde salen-, no aburre, más no te partes el pecho.

Comedia clásica española que me decepcionó bastante. Si bien la historia sencilla que trata sobre la construcción de una nave espacial para alunizar y no ser menos que los americanos, me aburrió en demasía, los hechos y diálogos de los aficionados gaznápiros no insufláronme diversión, al margen de esto, a Toni LeBlanc considérolo comicastro, de modo que es imposible que logre hacerme reír. El final no está mal, aunque el nudo ya daba señas de su desenlace.

Un escritor retirado y arruinado vive en una casona lejos del mundanal ruido junto a su abnegada esposa que trata de consolarlo y animarlo dejándose el alma y la dignidad, pues arrástrase más que caracol, sugiérele alquilar la casa para hacer negocio. Un buen día, aparece un señor en busca de un lugar para tratar la enfermedad de, ¨su¨ sobrina, entonces, arréndalo, comenzando así, una relación en que secretos y desvelos son los señuelos que abducen y doman al propietario que intuye algo extraño sucede en la habitación y vida de la doncella de modo que entra en la boca del león, con la suerte negra de convertirse en su desdicha. Asimismo, el film guarda varios giros de buen resultado que lo intensifica de forma que envuelve e induce a vivir lo que se cuece en esa casona en cuyo entorno no cesa de llover. Interesante, bien realizada, y un aura ciertamente gótica envolvente.

Comedia romántica desaborida en que un mozo en su adolescencia sufrió el desprecio de sus coetáneos, una navidad, pidió como deseo tener un mejor amigo que no es otro que un oso humanizado que por su particular característica aparece en las noticias, de modo que una muchacha se hace eco y no duda en contactar con el muchacho. La unión de los amigos es tan estrecha que se interpone en la relación amorosa, entonces se crean momentos de crisis que ponen en la cuerda floja la relación. No está mal del todo pues no aburre en demasía, no obstante, es tan predecible y simple que déjate indiferente.

Comedia musical en que un mozalbete desea abrirse camino en el arte musical pero que el miedo y los fantasmas internos le paralizan. No es nefasta, mas no encandila en ninguno de los aspectos, el actor protagonista es malo como la cicuta y sus acompañantes, salvo las secundarias Susi Sánchez y Carmen Machi, ídem. Asimismo, las versiones que se cuelan para amenizar el film son horribles. Ahora bien, la canción original compuesta por Antonio Orozco erízome la piel. ¡Qué letra! Como se distingue un simple coverista de un verdadero artista...

Especie de documental biográfico sobre el campeón de boxeo Urtain que conjúgase con imágenes violentas perpetradas por la humanidad, que sirve a modo de semejanza entre el instinto primario de los bípedos acéfalos y la fuerza bruta del boxeo.

Las crueles imágenes son impactantes, y en el grueso de lo concerniente a Urtain, se cuenta sus inicios, su desarrollo profesional, y como después de tantas victorias seguidas mediante KO inmediato(28) fue sospechoso de chanchullos —la humanidad siempre poniendo en tela de juicio lo que va bien...—. Podemos ver además, a Urtain curiosamente disfrazado de Supersonicman y Tarzán, y a unas groupies de lo más freaks y desternillantes. Me ha evocado por momentos al prólogo de ¨¿Quién puede matar a un niño?¨.

Es material curioso.

Un día en la vida de esta familia en la que la mujer, ama de casa, tiene cambios de humor bruscos que le hacen rozar la locura. El relato es monótono, peleas, reconciliaciones... Termina agotando, pero es evidente que refleja bien el asunto, no obstante, este costumbrismo no me ha encandilado. Lo único salvable es Peter Falk puesto que la actriz sobreactúa en ocasiones y me despide de la cinta. Para ver una vez o cada mucho tiempo.

SEGUNDA REVISIÓN

Un clásico de Disney que no la había visto hasta ayer y me ha gustado mucho por su gran derroche de imaginación que completa una historia muy bonita.

Alicia, la niña que cambiaría todo y pondría todo del revés, sumérgese en sueño profundo que le encamina a una aventura donde aparecen personajes particulares e insólitos.
La parte que más me gusta es cuando Alicia conversa con unas flores pisaverdes de mal carácter que de manera perfecta van mostrándose haciéndonos ver la imaginación con las que están dibujadas, o el cumpleaños no feliz en que el contrapunto es la clave. En general conservarse genial.
La imaginación que tiene la animación es un valor seguro de entretenimiento y puro deleite.

TERCER VISIONADO

Mantiénese. Tal film hace alusión en forma de crítica al cambio climático. Céntranse en la deforestación causado por los ambiciosos que solo velan por sus propios beneficios sin tener en cuenta las consecuencias de sus viles actos. El protagonista es El Una Vez, emprendedor tal que crea un jersey con tejido expresó que pronto causa sensación, por lo que no duda en hacer baza explotando la planta para enriquecerse, lo que produce completa desforestación. Para resolver tal desastre aparece Lorax, el guardián del bosque, que intenta abrirle los ojos para que sea consciente de su destrucción. Por otro lado, aparece el infaltable villano de antropónimo O Hare, que ve ocasión de hacer negocio fabricando oxigeno que no hay en todo Theneedville. La solución de tal desastre la posee un niño que va a la caza de una semilla, impulsado por el motivo de querer contentar y derretir a su amada. Muy lejos, desterrado, fuera de la ciudad de plástico, vive el destructor que la guarda.

Momentos a destacar los hay y estos son: Cuando O, Hare se frota las manos al ver su próximo chollo en medio de toda la desforestación, y la nueva venida de Lorax, cuando desciende del cielo.

En algún momento pierde donosidad pero a grandes rasgos es amena y entretenida.

Protesta, didáctica, interesante.

TERCERA REVISIÓN

Como cambian las tornas, que de verla como un entramado dulzaino, ahora vista con nuevos ojos, la elevo a un nivel superior por la ternura que irradia. Y es que la estancia de Blancanieves en la cabaña de los siete hombrecitos en que se mantiene resguardada de la acechanza de la reina que envidia ponzoñosa le profesa, y dispone el desbarajuste con el mayor desinterés, es en suma, estadía agradable y amena repleta de magia. Por el contrario, la maligna risa, el escalofriante caminar y la estrepitosa escapada de la reina convertida en bruja, póneme los compañones como amígdalas, que considérolas cosa aterradora como pocas. También es así su frío y macabro ofrecimiento de agua a su muerto rehén que es el culmen de la historia. Por otro lado, la personalidad de la criada de la reina, Blancanieves, que antes empalagosa la advertía, ahora, dulce, tierna y generosa la percibo. Además, el final en que los hombrecitos y animalitos acompañan a la doncella en el velamiento del sueño de la muerte dejando su figura al descubierto bajo cristal tallado por los pequeños mineros, es tan emotivo como solemne. Cosa aparte son los siete hombrecitos que son tiernos como algodón, especialmente vergonzoso y gruñón, que ávido de un beso de Blancanieves está pese a disimular rabia entre dientes después. Entonces, el menda, ahora, por fin, disfruta y regodéase en esta película que pone en juicio la envidia que saca lo peor de la despreciable chusma. Encantadora.

Insulso musical en que Elvis sirve como reclamo ya que es el protagonista. Luce figura y canta canciones parecidas que no son de su autoría(como la mayoría) —razón de peso para no considerarlo artista—. La historia que sencilla es, está hecha a medida para Elvis, ya que resume de alguna manera su historia; la gente que le rodea es al fin y al cabo quien mueve los hilos de su carrera —¡oh!, asómbrame tanta personalidad(!)...— .

Acá, Deke, un repartidor de cerveza de pasado infausto con talento para el canto, es descubierto por una manager que ardides mediante, explotando su imagen, provocando sensacionalismo, llévalo a la cima.

En resumidas cuentas, el film es pesado y más soso que sopa de agua, tanto, que revuélveme la bilis.

Secuela ¨adiós ciegüeña, adiós¨. Acà, Paloma, su novio, y el resto de hermanos y amigos, se unen ante las adversidades para seguir manteniendo oculto al nuevo ser, pero un día el niño contrae fiebre, con lo que llévalo al médico que pregunta de quién es, esto da pie a que el doctor póngase en contacto con los progenitores de los adolescentes, consiguiendo que el padre de ella, la lleve a un internado que al paso, su ausencia, le sirve para dejar al bebé en un orfanato. El grupo dase cuenta de tal cosa, y sin dudarlo, uniendo fuerzas y voluntarios, van a su busca para hacerse cargo de él y sea legítimo.

Canto a la unidad inquebrantable. Una valor en extinción. Amable, ingenua y fresca.

Tremendo film que injustamente ha sido poco reivindicada. Acá se aborda el tema de como una moralidad pura se corrompe mediante el amor cegador que termina llevándolo a la perdición, al arrastre, a la humillación y por último a la enajenación mental.

Tal película está a la perfección rodada, el claroscuro cautivador en que se palpa atmósfera opresiva. La historia trazada está en dos partes, la primera es breve, transcurre en la escuela en que el Doctor Unrat predica con firmeza ante goliardos que burlanse de él, la buena conducta y moralidad pura, en tanto en tiempo de holgar, acuden a cabaret para presenciar a la artista Lola. Un día de esos, D Unrat, tras descubrir sus andanzas mediante estudiante vilipendiado, va en su acecho cayendo rendido a los encantos de la susodicha, perdiendo así el raciocinio y las riendas de su vida.

El desarrollo así como el tempo y las interpretaciones son gloriosas, especialmente Email Jannins, que en ocasiones roza el expresionismo, su final es desgarrador y deja huella en la retina.

Como cambian las tornas. Antes la vi dos veces y en ninguna de las ocasiones me pareció la obra maestra que me resulta hoy. En aquellos días, colijo que mi concentración estaba en la Luna, pues esta vez me he percatado de toda la magia que entraña que me ha dejado despatarrado y con la mandíbula descoyuntada. Desde el lienzo perfecto ideado y delineado por el genio Eyvind Earle infestada de detalles pasando por la cantidad ingente de ingenio. ¡Y es que basta con echar a ver el motivo por el cual el cuervo subordinado de Maléfica encuentra a Aurora!, ¡por los destellos salidos de las varitas mágicas de las hadas que salen disparadas de la chimenea! O como convierten las piedras en pompas o las flechas en flores para que el príncipe Felipe salga ileso del ataque de Maléfica, o a la hermosa transformación de la misma en dragón, o a como esta cubre de maleza la montaña mágica.

Realizada con un par de ochavos, este spaguetti westerm de poca monta en que aparece Klaus Kinski con una cabellera gogólica interpretando al villano de turno de forma inverosímil, entraña un desarrollo simple y entendible -las hay que se vuelven galimatías...- que no resulta soporífera ni echadizo pues se desarrolla de forma ligera y tiene cosas donosas tales como el acompañamiento fiel y violento del silbido de viento en escenarios yermos en que los rastrojos quedos están o ese momento en que la cámara persigue a Kinski dando doble vuelta a la mesa... Luego el duelo final se hace un tanto soporífera de lo torpe y desmañada que se muestra. No obstante, hay algún malabarismo del protagonista que está más que bien, ese en que se agarra a la valla de madera para dar una voltereta y disparar a uno de tantos enemigos. No es maravilla, mas es entretenida.

En su momento me parecía una película desternillante debido a la cantidad de mala suerte que había de lidiar la pareja protagonista, sin embargo, hoy, vista desde el inicio, solo salvo algún descalabro y poco más, pues a la historia no le veo más sustancia que esa y no se centra en desarrollar más aspectos... Los ¨escarceos¨ de la mujer con su ex marido no aportan nada a una pareja que de por sí no transmite gran cosa.

Comedia ¨canina¨ cuyo mayor incentivo se encuentra en el chucho que no cesa de hacer trastadas y desbabar mientras de forma inesperada, da con el malhechor que asesinó a su dueño. Es la subtrama de la investigación un tanto anodina, por tanto, es sin duda, la relación del poli y el can, lo más destacable.

Sin duda, la más floja de la filmografía del rey de las comedias ochenteras John Hughes. Aquí, por mucho que quiera esmerarse por efectuar escenas graciosas, no lo logra. El tío Buck que se hace cargo de sus sobrinos en ausencia de su hermano y cuñada, nos da la barrila ocupando el 90% de la cinta. Luego los niños, apenas participan y la adolescente, es una doncella repelente que se las echa de irreverente interesante que causa verdadera dentera. Lo que no puede ser, una comedia sosa como sopa de agua.

Film hecho con cuatro duros sobre dos amigos adolescentes que comienzan a confundir sentimientos, bueno, él la quiere, pero ella comienza a sentir más según más tiempo pasa con él, un día se escapan y entre conversaciones la cosa comienza a estancarse. No es nada del otro mundo, pero es más entretenida que muchas superproducciones.

Sobre un señor con principios de Alzheimer y como uno de sus más próximos allegados no logra comprender lo que le ocurre por lo que piensa que lo hace queriendo para fastidiarlos. El drama comienza con el ¨Cold song¨ de Henry Purcell interpretada por Andreas Scholl, y el desarrollo se despliega mediante el eje central que es Anthony que comienza a olvidar y confundir a personas.

Buena historia, interesante, conmovedora, épica... Es puro disfrute que una largometraje de 3 horas se haga más corta que una de una hora y media que a veces se hace bola y es es difícil de deglutir. Buenos escenarios, estética lograda, vestuario y sobre todo, un tempo que se mantiene intensa en todo momento sin caer en el mayor aburrimiento. Gran película.