Me resultó entretenida y apesar de lo remanida y previsible, un producto delicioso y suave al paladar comienza a ser comercializado y publicitado en todos lados, es adictivo, pero en su dulzura se esconde un secreto macabro, mezcla de la cosa con la masa devoradora, lo mejor es estética en las transformaciones, valoro que sea de los ochentas y que sea realizada con muchas ganas de hacer cine de ciencia ficción aunque sea de bajo presupuesto.
Extraña aunque divertida propuesta de la mano del director larry cohen , una autentica bizarrada de pelicula que en parte hace una especie de satira en contra del consumismo mostrando a una sustancia rara que emana de la tierra y una vez que es descubierta es utilizada para crear un producto que enagena a las personas que la consumen hasta volverlas adictas , una sustancia que puede moverse y atacar a la gente de modo que el desarrollo va presentando algunas escenas bizarras , es una buena opción dentro de su género además de que cuenta con una curiosa critica social
Buen entretenimiento crítico del consumismo desmesurado social y como al tiempo vuélvense acéfalos.
Acá el meollo de la historia es una masa descubierta por unos aldeanos que lo ponen al servicio del negocio, de modo que la gente se vuelve adicta sin cesar de comprarlo. Por otro lado, aparece un policía que intenta captar a los autores que lo venden sin escrúpulos abusando de la publicidad, cosa que aún hoy sigue siendo efectivo, desgraciadamente.
Pues, tal film, sin ser gran obra, entretiéneme, y los efectos visuales pareciéronme bastante sólidos.
No está nada mal, es una película que aborda el tema del consumismo y la calidad de los productos que ingerimos a día de hoy con un tono de comedia mas que de terror, pero se deja ver.
Empieza lenta y sigue así casi hasta la mitad de la peli, luego coge un poco de ritmo con la masa devoradora estilo yoghout líquido arrasando con todo, y poco más...
Me ha gustado mucho el papel del protagonista, que parece que está de picnic más que actuando, y el de Paul Sorvino, papa de la actriz Mira Sorvino, con el que también me he partido la caja de risa, y otros puntos muy buenos.
Para una tarde de Domingo aburrido es ideal.
¨Bajo en calorías, buen sabor...y encima no mancha¨. Está delicioso, es nutritivo, saludable, lo comerían sus vecinos, sus amigos, sus hijos o sus padres; no importa de qué esté hecho, es lo mejor que jamás habrá probado.
Si no le gusta...es que no es uno de nosotros...
El mensaje no nos pilla de sorpresa pues ya forma parte del ideario y el estilo de vida colectivo; si no compras el producto de moda, el producto que a tantos y tantos millones de personas encanta, que da trabajo a otros tantos, el producto que día tras día, hora tras hora, las emisoras de televisión, las de radio y las redes sociales se esfuerzan por colarlo en tu casa (y, si se tercian, en tu cabeza)...no eres normal, eres un alienígena, el raro de la sociedad. Como bien anunciaba la campaña publicitaria de Funzo en ¨Los Simpson¨: ¨¡si no lo tienes no eres nada!¨.
Un mensaje directo a las tripas inspirado en la situación de los EE.UU. en los que vivía Larry Cohen, quien se despacharía a gusto con su febril obsesión por el consumismo y la despersonalización a favor de la aceptación colectiva en una de sus obras más conocidas de los años 80, prosiguiendo su colaboración con el loco de Michael Moriarty (el cual acabaría como matrimonio y luego ruptura) tras dos ¨thrillers¨ la mar de interesantes como ¨Efectos Especiales¨ y ¨Sin Salida¨. Lo peor es que el lado más idiota, más absurdo del director emerge demasiado pronto cuando el trabajador de una mina encuentra una extraña masa viscosa moviéndose en la tierra, la toca y se la lleva a la boca como si nada (¡!).
Yo me pregunto qué hubiera sucedido si llega a ser ácido o cualquier otra sustancia, pero el caso es que llegan otros trabajadores y comen también de ella (¡¡!!), y de ahí, sin más explicaciones que valgan, atravesaremos una elipsis de semanas, o meses, o años (¿a quién le importa?) para contemplar la comercialización de dicha sustancia que brotaba del suelo a nivel masivo. Es la bendición del maniático deseo por comprar, gastar y poseer de la atontada sociedad en la que vivimos, en este caso la sociedad norteamericana en su más fiel reflejo a mitad de los 80 (aunque este mensaje sigue siendo muy actual).
El Stuff, llamado así para su venta, es el producto más adictivo que jamás llegó al Mundo, y esto le sirve a Cohen para presentar, como ya haría Romero en ¨Dawn of the Dead¨ o Cronenberg en ¨Videodrome¨ y antes de llegar Carpenter con algo similar en ¨Están Vivos¨, toda una sátira socarrona y negra (negrísima como el carbón) sobre lo ya tratado: el feroz consumismo, la sangrienta competencia empresarial, la enfermiza estrategia publicitaria y la manipulación de la población. Pero la trama no profundiza en las vicisitudes del mundo empresarial y de la publicidad; a fin de cuentas esto no es la ¨Gigantes y Juguetes¨ de Masumura.
Porque el buen director sigue unos derroteros muy claros: contar una fábula, muy aventuresca, enmarcada en los lindes de la ciencia-ficción y el horror, o al menos lo pretende; cuando entra en escena el ex-agente del F.B.I. Rutherford, ahora investigador y ¨saboteador¨ industrial, y une sus pasos a Nicole (la encargada de publicidad de Stuff), Charles (un tarado experto en karate y que dice que es policía o váyase usted saber qué) y a Jason (un niño cuya familia se ha vuelto adictiva al producto y que el otro se encuentra ¨por casualidad¨) el espectador entiende cómo ha de tomarse el argumento.
En efecto, a broma. Esta unión de personajes caricaturescos, a cada cual menos convincente y más inútil y cuyas interacciones y reacciones no son normales (por ejemplo: ¿por qué Rutherford nunca abandona su actitud sarcástica?, ¿y por qué el niño no se muestra afectado en ningún momento?), parece disponerse adrede por Cohen a lo largo de una serie de hechos casuales, accidentales, que sólo revelan un guión con más agujeros que un panal de abejas. Pero el director posee una virtud: su actitud tan desvergonzada, alocada y malévola como la del mismo Rutherford; es mejor rendirse ante la más pura ilógica de su película.
La crítica social e industrial es el trasfondo de una veloz aventura ¨exploitation¨ que recoge el testigo de la ciencia-ficción de los años 50 (con ¨La Invasión de los Ladrones de Cuerpos¨, ¨Invasores de Marte¨ y ¨La Masa Devoradora¨ como principales influencias) y su discurso tan plomizo, tan propio de la política ¨mccarthista¨, sobre la peligrosa amenaza comunista en la biempensante, conservadora y atemorizada sociedad norteamericana; de ahí que sea introducido, a merced de la más retorcida burla y a la vez demasiado obvia, el estomagante coronel M.G. Spears (a quien Rutherford se encuentra también ¨por casualidad¨).
Y para rematar un trabajo de efectos especiales a cargo de Bret Culpepper que miran de reojo a la obra de Cronenberg antes mencionada o ¨La Cosa¨, pero sin, por supuesto, el mismo encanto. ¿Y qué decir de los actores? De ese Moriarty con acentuado y repugnante acento texano que va de gracioso pero no lo es en absoluto, esa Andrea Marcovicci insulsa hasta vomitar, esos histriónicos y detestables Garrett Morris y Paul Sorvino o ese Scott Bloom a quien un servidor le agarraría por las piernas y lo lanzaría al descampado aquel donde brota la crema alienígena (o lo que quiera ser).
Pero si por algo acabó así esta obra, si fue un relativo fracaso de taquilla y de crítica, fue por las intervenciones venenosas (como siempre sucede en la industria) de la gente de New World Pictures, culpables de hacer regrabar al director algunas escenas y rodar otras nuevas para poder estrenar una película de terror simple y acorde con las tendencias de la época.
Cohen no buscaba esto, sino más bien una sátira cómica. Hoy por hoy es considerada una pequeña joya de culto por los más acérrimos; seguramente habría sido así de haber hecho aquél la película a su manera...
Película: ¨The Stuff¨ (1985).
Una cinta bastante entretenida y original, con una historia más que correcta. Diálogos adecuados. Las actuaciones están bien. Los personajes son correctos. De ritmo anda super bien, no es una cinta que se vuelva lenta en ningún momento. Buen ambientes. Efectos visuales distintos de todos, pero espectaculares. Buen maquillaje. Bastantes muertes y muy entretenidas. Terror nada, pero como cinta de ciencia ficción es muy buena. Varias escenas que son consideradas de culto, además de mezcla bien el humor. Un final que pudo ser mucho mejor, ya que en esta parte decae.
Mi puntuación para ¨The Stuff¨ es 6 de 10 posibles, realmente es muy buena, no es una maravilla y jamás busco serlo, pero para lo que busca ser es una cinta que funciona bastante y bien por Amazon tenerla en su catálogo. Bastante recomendada.
Tabo.
Pelicula de la decada del 80 que no cumplio las espectativas.
La historia es de una sustancia que la llaman la cosa que brota de la tierra y se hace adictiva para quien la consuma y deja concecuencias mortales.
Es un film simple con malos efectos y que gran parte de la pelicula aburre con mucho dialogo y poca accion.Aunque sea ya una pelicula bastante añeja,no tiene mucho por aportar,y ya la trama ha sido utilizada en otras producciones aun mas viejas que si aportaba mas de lo que dio este film.Actuaciones regulares,final aceptable y mas no se puede opinar ya que no hay mas para decir.Mi puntuacion es un mediocre 5.
Se nota que esta pelicula fue hecha con un buen presupuesto, pero todo se va al tacho en lo argumentativo y en actuaciones poco solidas y absurdas. La historia parte bastante bien y engancha y se agradece esa estetica ochentera que tanto disfrutamos, pero al correr de los minutos todo se deshace y termina aburirendo y causando lastima. Pienso que pudo haber dado mas de si, ya que se ve un rgan esfuerzo en lo escenografico y cantidad de actores extras, pero como dije antes, todo eso queda en nada por culpa del guion.
Aceptable film de ciencia ficción y sátira social, a cargo de Larry Cohen (“It’s alive”, 1974).
“The Stuff” es un irresistible producto lácteo, parecido al yogurt helado, que se ha transformado en un fenómeno de consumo en todos Estados Unidos. Mientras la competencia busca averiguar la fórmula secreta detrás de su éxito, un niño de 10 años hará lo posible para que su familia se dé cuenta de que algo siniestro se esconde detrás del producto.
Luego de las discretas “Perfect Strangers” (1984) y “Special Effects” (1984), Larry Cohen decidió plasmar un antiguo guión que había desarrollado hacia a inicios de los 80s, que trataba sobre una extraña sustancia alienígena vendida como yogurt helado que terminaba por poseer y asesinar a sus consumidores, en una interesante alegoria al consumismo desfrenado y la avaricia corporativa en los 80s, una suerte de sátira a la industria de alimentos y la publicidad en Estados Unidos, influenciada notablemente por la reciente “The Thing” (1982) de John Carpenter, remake del clásico “The Thing from Another World” (1951) de Christian Nyby y “The Blob” (1958) de Irvin Yeaworth y Russell S. Doughten.
De esta forma, “The Stuff” (1985) surge como una ácida crítica a la industria de alimentos que bombardeaba, con efectividad hay que decirlo, los constantes reportajes de los medios escritos sobre artículos y productos de consumo que eran constantemente cuestionados y hasta retirados debido que se comprobaba su dañino efecto en la salud de los consumidores. Hay que recordar, además, que la década de los 80s se caracterizó no sólo por la agresiva actitud publicitaria y mediática de las grandes corporaciones de alimentos, sino también por experimentar un verdadero boom de comida chatarra, especialmente en Estados Unidos, que se ha traducido, hasta el día de hoy, en que el país de Norteamérica tenga el triste récord de ser uno de los países con el más alto porcentaje de obesidad y mala alimentación.
Ahora bien, la idea indudablemente es interesante, pero el problema de Cohen es que la premisa no está del todo bien desarrollada en el guión, centrándose casi exclusivamente en el efecto de la sustancia y prescindiendo de ciertos aspectos narrativos explicativos que podrían haber servido mejor para exponer la sátira o crítica social que el director de “Q, the winged serpent” (1982) pretendía denunciar. Lo anterior no significa que Cohen falle estrepitosamente en su idea original, pero lo cierto es que el guión hará que la película no termine por tomar derroteros concretos, ya que por una parte pretende ser seria al tratar el consumismo desmedido y la avaricia de las transnacionales, pero batalla duramente por transformarse en una parodia en lugar de una sátira, logrando apenas su cometido, ya que el público más adulto no dudará un segundo en advertir que la trama trata de una crítica a la sociedad de entonces.
La película, en todo caso, no deja de tener una esencia delirante y ridícula que la hacen, en todo caso, sobresalir entre otros films de su época. Y no de los aspectos más ridículos tiene que ver con el personaje principal, David “Mo” Rutherford, interpretado por el locuaz Michael Moriarty. Los más críticos maldicen el día en que Cohen conoció y se asoció con Moriarty, a quien sindican como el gran influencer en muchos de las delirantes propuestas cinematográficas del director de “It’s alive” (1974) a partir de los 80s, sobre todo en los guiones firmados por el director. En “The Stuff” (1985), Moriarty interpreta al pedante y bizarramente pasivo espía industrial que comienza como tal y termina siendo el héroe de la jornada. Acostumbrado a encarnar personajes ridículos y sobreactuados, Moriarty regala una performance que no tiene medias tintas para el espectador, o surrealista o derechamente insoportable, aunque me inclino levemente por la primera opción, tratandose ésta de una crítica al consumismo y una suerte de héroe arrogante del tipo James Bond, aunque sin las chicas guapas y las paradisíacas postales de acción.
El problema del delirio argumentativo que Moriarty encabeza en “The Stuff” (1985) es que nunca termina por coaccionar de forma medianamente lógica y pertinente con la subtrama del mocoso que escapa de su familia al darse cuenta que están siendo consumidos por esta extraña pero irresistible sustancia láctea. Lamentablemente, el guión nunca se hace cargo del único elemento narrativo que podríamos considerar serio, que es de la familia desasociada y desarticulada por la rutina y la indiferencia parental, y aún más el rol de muchacho que se supone funciona como héroe. En su lugar, el guión apela y se queda pegado de personajes ridículos y poco empáticos, como el petulante Coronel Grommet, interpretado por un descalibrado Paul Sorvino, que irrumpe como una acelerada y francamente desencajada alternativa para acabar con la amenaza, aún cuando es el único elemento que podría hacerse cargo del problema.
Cohen utilizó miniaturas, maquetas y stop motion para recrear las escenas en que el monstruo aparece en pantalla. En concreto para las escenas a escala real, empleó litros y litros de yogurt y helado, e incluso espuma de extintor, como en el epílogo en la sustancia casi mata a Nicole y Jason. Algunas de las escenas más destacables son aquella en la cosa ataca a un hombre desde la almohada y luego lo arrastra por el techo de su habitación, en donde el director utilizó un set giratorio muy similar al usado por Wes Craven en “A Nightmare on Elm Street” (1984). Por el contrario, otros efectos especiales han envejecido bastante mal como la escena en la que “Chocolate Chip Charlie” Hoobs sufre una delirante transformación deformando su cuerpo a más no poder, una escena ridícula que habla del bajo presupuesto del film, pero que se encuentra entre una de las más entrañables (por lo mala) de la década de los 80s.
Por cierto, vale la pena mencionar la poca decorosa disputa entre Larry Cohen y la empresa Effects Associated, que se hizo cargo de algunas de las escenas de efectos especiales, en concreto las explosiones de la cosa haciendo explotar la fábrica de lácteos. El director de “A Return to Salem’s Lot” (1987) no quedó conforme con los resultados y sólo pagó la mitad de lo acordado a la empresa, quien demandó a Cohen. Sin embargo, al no haber suscrito un acuerdo por escrito, Cohen ganó la demanda y no debió pagar la otra mitad, aunque Effects Associated se quedó con los derechos externos a “The Stuff” (1985).
Además de Michael Moriarty (“Q, the winged serpent”, 1982; “Troll”, 1986; Serie “La Ley y el Orden”, 1990-2010) y Paul Sorvino (“Goodfellas”, 1990; “Nixon”, 1995), encontramos en el reparto al carismático Garrett Morris (Serie “Saturday Night Live”, 1975-1980), quien encarna al actor de publicidad Charles W. “Chocolate Chip Charlie” Hoobs, amigo circunstancial de Rutherford que inicia una investigación paralela sobre el origen de la sustancia; Andrea Marcovicci (Serie “Trapper John, M.D.”, 1985-1986) encarnó a Nicole Kendall, exitosa publicista responsable del impacto mediático de “The Stuff”, que termina ayudando a Rutherford y se convierte en su amante; y Scott Bloom (“Smoking Aces”, 2006) a Jason, el niño héroe que deja a su problemática familia atrás para ayudar a destruir la sustancia.
La banda sonora de “The Stuff” (1985) estuvo a cargo de Anthony Guefen y Richard Seaman, quienes crearon también el comercial falso del producto lácteo, que contiene referencias al sinfonismo publicitario de los 50s, con un base eminentemente de cuerdas.
En resumen, como curiosidad, el film tiene interesantes ideas de crítica y sátira social que pudieron haber sido mejor trabajadas, principalmente porque tiene un guión que logra condensar los hilos argumentativos más importantes (el del consumismo, la avaricia corporativa y la familia desarticulada).
Una pelicula de bajo presupuesto que recuerdo que se cansaron de repetir en su momento por tv.
La historia mola y es entretenida,aunque a mi me recordo bastante a The Blob,con el tema de la sustancia que va devorando todo a su paso(en este caso en forma de yogurt comercializado)
Un par de buenos efectos para esta historia de critica al consumismo sin tener en cuenta nada.
No es tan mala como dicen tiene sus cosas de las cosas que rescataria seria la idea que se quería plasmar tal vez es algo absurdo el concepto de la criatura de yogurt pero es algo original por lo menos a mi me llamo la atencion ademas de que es un concepto bastante fresco y sus efectos de la criatura no era del todo malos tampoco eran increíbles pero estaba bien en su tiempo mi conclusión es que es una película que no es para todos pero puede llegar a entretenerte un rato si te animas a verla no esperes la gran cosa.
Qué mala, aunque sea ochentera, aunque tenga unos efectos especiales de añoranza... mala, cutre, lenta... con la buena idea que tiene, está hecha a golpes, nunca mejor dicho, a trozos. No hay por donde cogerla y unas actuaciones mediocres. Una sustancia vomitiva solo a la altura de la película El Príncipe de la Tinieblas en 1987 de Carpenter... aquí es blanca en vez de verde.
Bah, ni viéndola de infante me hubiera gustado!
Cuando la vi de chico, si que me asustaba, ahora que le veo nuevamente ( cosa que casi ni me acordaba ) me resulto graciosa y entretenida, creo yo que deberia ser una pelicula de culto, sobre todo la inmortal imagen del negro que se le habre la boca y le sale la sustancia, esa parte si que la recordaba, es mala, si lo es, pero es un clasico a mi parecer y es bien merecida verla, un 7.5.
jajaja vaya mierda de pelicula bizarra, que puedo decir...
hace mucho tiempo había escuchado sobre esta pelicula que todos decian que los traumaron de peques haciendoles tener miedo de comer yoghurt o helado, yo pues nunca la vi de peque y quizas eso me hubiera servido para darle mas un poco mas de puntuacion,
He visto demasiadas peliculas bizarras (basket case, braindead, bad tasted etc..) y pues con esta peli esperaba ver algo bizarro pero de ¨calidad¨ y pues es una basofia, quiero decir.. la trama es simple pero igual tenia potencial, pero las actuaciones y el desarollo de la trama es muy pobre, tiene muy pocas muertes, ademas algunas secuencias de camara son muy extrañas ya que en varias ocasiones me dieron la sensacion de que estaba viendo esta peli incompleta con escenas cortadas, sobre todo el final que termina de una manera tan random
En conclusion: pues no lo se, a pesar de todos sus fallos, aun tiene ese aire ochentero pop que resulta tan agradable en estas peliculas, pero la verdad esperaba algo un poco mejor, yo esperaba ver escenas de como ¨La Cosa¨ se hiba apoderando de la ciudad como The Blob y mostrando como las familias eran consumidas por el dicho postre.
Solo la recomiendo por pura curiosidad, solo para echarle una mirada y despues decirles a tus amigos con una sonrisa: ¨yo ví The Stuff xdxdd¨
Ah, y si, en Latinoamerica le pusieron La Cosa a The Stuff
porque carajos le pusieron ese nombre??!! La de john carpenter igual se llama así, bien le hubieran puesto La Crema o como le pusieron aca en esta pagina ¨La Sustancia¨ que eso suena mucho mejor. -_-
Ingenua y disparatada, totalmente inconexa en su guión en un alarde de improvisaciones que confunden y empobrecen una propuesta por otro lado pobre inspirada claramente en la genial The Blob.
Incluso me pareció en ciertas fases ver al Equipo A dando tumbos
tan peculiares y característicos de su serie.
Las actuaciones muy malas pero aún peor los diálogos.
La mezcla de todo ese cocktail de despropósitos hace que te aburras y a la vez te distraiga tal cúmulo de sensaciones fallidas, no sé una cosa rara.
Los efectos también son un punto y aparte. Sólo una escena salvable y meritoria de mención, las demás muy en la línea de vulgaridad de este postre de película.
Un postre malo , nunca mejor dicho.
Es entretenida mas cuando avanza se vuelve absurda con los militares que salen debajo de las piedras (literalmente por lo visto..). Sobre los personajes:
- el niño es el clasico ¨nadie me cree¨
- el saboteador industrial el del carisma
- la chica fue lo peor de todo.. hizo la campaña, se dio cuenta que estaba mal promover la cosa (bien) pero despues dijo que ella se hecharia las culpas en publico y si se quedaba sin trabajo, pues, que la mantenga su novio... supongo que hay mujeres que pensaran asi pero tirar una carrera a la basura y solucionarlo simplemente con hacerse mantenida no me ha gustado nada, como si el guionista le hubiera dado gracia y lo agrego asi.
- la familia del chico no pasaban de hacer caras de locos, olvidables
- chispas de chocolate estaba bien, pero su aporte no era mas que hacer de payaso diciendo que tenia puños de acero..
- los demas no hacian nada mas que relleno, en especial ese general que solo se pasaba haciendose sexo oral a si mismo, caia mal
Sobre el Cgi, estaban escuetos pero bien, el problema es que se le notaba el bajisimo presupuesto viendo la sombra de la camara acercandose a los actores hablando en la sala, efectos que se conseguian solo voltendo la camara y los actores para alterar la perspectiva, en una se vio en microfono en un reflejo en el laboratorio, etc, ah, y el hecho de que aqui no existe la sangre.
Trama: una critica al consumismo en que si te hacen la publicidad bien terminarias comprando hasta mierda y lo peor de todo es que hasta se vuelve religioso el producto, lo curioso es que ponian logos de pepsi, cocacola, etc en una cinta que critica el consumismo ¿les habra dado igual a las compañias con tal de promocionarse? ¿en esos años habia mas libertad para mostrar marcas sin que llegaran los inquisidores de derechos de autor de hoy? ni idea.
Calificacion 5, entretenida, toma muchas cosas de los invasores de cuerpos pero no transmite lo mismo, y eso que los invasores de cuerpos no tenian mas cgi que la imaginacion del espectador armando todo.
Considero que el hecho de no haberla visto, por lo menos 15 años atras, influencia mucho en mí a la hora de hacer la critica. No pasa con todas las pelis, claro, pero en éste caso, la nostalgia seguro le hubiera ayudado con la puntuación.
¨The Stuff¨ me pareció regular, ni muy muy, ni tan tan. Esperaba algo mas, ya que habia decidido no leer mucho, ni ver grandes cosas antes de hoy. Pero me encontré con algo muy tipico de la época, que por lo general no juega en contra... salvo en éste caso. No me pareció una buena banda sonora, aun en los momentos tensos de alguna muerte o parecido; las actuaciones bueno... he visto mejores, bastante mejores y agreguemos un toque humoristico en ciertas partes que no le vi la gracia; pocas muertes, aunque algunas esten bien logradas. El momento que destaco creo que es el de el amigo ¨chocolate¨, de ahi casi nada mas. Me dio la sensación de que estaba viendo una pelicula a la que le faltaban pedazos, todo muy rapido y poco creible la mayoria de las situaciones.
Si lo que se quiere es un rato entretenido (y hasta ahi nomas, eh) sirve muy bien. Amantes de lo clase B bien B, oro puro para ellos. Yo comparto el gusto por los efectos caseros, criaturas bizarras devoradoras de carne y demas... pero a veces tambien ¨exijo¨ un poco de calidad.
Encantador producto bizarro ochentoso - ¡cómo me encanta imitar a los abadonmieroz de origen español! -. Es evidente que se tiene la escuela de los efectos de los años 50, las malas actuaciones del camp de los 60, el bizarrizmo de los 70 y del argumento de los 80 al estilo Spielberg.
Todo hecho a las apuradas, con buen ritmo, y entretenimiento, lo cual se agradece, ya que con eso disfrutamos una hora y algo frente a una pantalla y obviamos lo estúpido del argumento, las malas actuaciones - se nota que a la primera toma el director ya estaba satisfecho - y esos altibajos en la trama que por momentos hace que sea una peli genial, y por momentos nos da ganas de cambiar el canal.
Le doy un diez porque me salvó de una tarde aburrida de mi infancia.
Estúpidamente genial, la animación de ¨El yogur¨ es genial, las actuaciones... meh. Dentro de todo, la idea suena mucho mejor que su desenlace en la pantalla.
5/10
Críticas: 60
Páginas de resultados:
ivankiller
8
No apto para intolerantes a la lactosa.
The Stuff es una cinta satira de terror clase B que compensa la pobre ejecución de su trama con personalidad, escenas absurdas y un ritmo rápido. Es como si The Blob 1958 se hubiera tomado aun menos en serio.
El concepto esta bueno y lo aprovechan muy bien con sus críticas a la industria alimentaria, divertidos comerciales televisivos y con algunos efectos prácticos impresionantes. La mayoría de ellos estan muy bien, incluso cuando se nota la falsedad.
Una cosa que hace que el film se destaque es el personaje de Michael Moriarty, que roba cada escena en la que aparece con su curiosa personalidad y excéntrica actuacion. La mayoria del elenco se toma la cinta poco en serio, ¡Lo que funciona perfectamente para la película!
Es una peli barata y tontilla, que es competente en estilo y humor, así que si sabes que esperar, probablemente te guste. En mi experiencia, es una visita fácil y agradable siempre que la veo.
¨¿Te lo estás comiendo? ¿O te está comiendo a ti?¨
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