Por ASmith.
El mundo del cine es un vasto universo de experiencias, y en ocasiones, nos encontramos con obras que van más allá de los límites convencionales. Una de estas obras es "Saló o los 120 días de Sodoma", una película creada por el subversivo director Pier Paolo Pasolini en 1975. Esta obra desafía nuestras percepciones y nos lleva a terrenos inexplorados del arte cinematográfico. En este reportaje, exploraremos cómo esta obra audaz y perturbadora logra capturar nuestra atención y desafiar nuestras expectativas.
Imagina ser transportado a la Italia fascista de la Segunda Guerra Mundial, un escenario de oscuridad y represión que resonaba con el alma de Pasolini. Este director, reconocido por su estilo único y su inclinación a explorar temas controvertidos, nos lleva de la mano a través de una historia que desafía nuestras nociones convencionales de cine y arte.
En "Saló o los 120 días de Sodoma", cuatro libertinos y sus seguidores se entregan a una orgía de sadismo y depravación con jóvenes cautivos. Cada escena de la película nos sumerge en un mundo inquietante y perturbador, desafiando nuestros límites emocionales y morales desde el principio. Es como si nos arrojaran a las profundidades de la psicología humana, donde lo desconocido y lo incómodo se convierten en la norma.
"Saló" no es una película que deje indiferente a nadie. Su representación gráfica de actos atroces provoca reacciones extremas en la audiencia. Mientras algunos cuestionan los límites que el cine puede explorar, otros valoran cómo la película desafía las convenciones y rompe barreras. La polarización es esencial para entender su impacto, ya que genera debates y conversaciones sobre los límites del arte y la libertad de expresión.
Detrás de la fachada de brutalidad, "Saló" guarda un comentario poderoso sobre la dinámica entre el poder y la opresión. En un contexto fascista, la película arroja luz sobre cómo el abuso de poder puede corromper la moral humana y conducir a la degradación. Los personajes, en su búsqueda de placer y control, reflejan los horrores de una sociedad deshumanizada y en decadencia. Es una advertencia contundente sobre las sombras que pueden surgir cuando se permite que el poder reine sin control.
Pero "Saló" no es solo una película; es un desafío al cine como arte y como medio de expresión. Fue prohibida en varios países debido a su contenido perturbador, lo que plantea preguntas sobre la censura y los límites de la creación artística. ¿Hasta dónde puede llegar un director para transmitir su visión? Esta cuestión se extiende más allá de la pantalla, abriendo un debate sobre la relación entre la creación y la sociedad.
En resumen, "Saló o los 120 días de Sodoma" es una obra que desafía nuestras nociones convencionales de cine y arte. Con la influencia distintiva de Pier Paolo Pasolini, esta película se convierte en un recordatorio provocador de que el cine puede ser mucho más que entretenimiento; puede ser una herramienta para explorar los rincones más oscuros de la experiencia humana. A través de su capacidad para incitar discusión y reflexión, "Saló" trasciende la pantalla para convertirse en un espejo que nos muestra aspectos incómodos de nosotros mismos y de la sociedad en la que vivimos. En última instancia, independientemente de nuestras reacciones personales, "Saló" sigue siendo una obra que deja una impresión duradera y desafía nuestras ideas preconcebidas sobre el cine y su poder transformador.
"Saló o los 120 días de Sodoma"
está disponible a fecha de hoy en Filmin.
Independientemente de supuesto apartado técnico, a mí nunca me gustó esta película en cuanto a trama y desarrollo, un mal pretexto para los excesos que expone este filme.
Para mí esta película es sólo un puñado de escenas desagradables una tras otra, una historia absurda con tintes de “intelectualismo“, actores que no entiendo por qué aceptaron hacer semejante cosa. Vaya, no vale ni por el morbo ni por la curiosidad.
Obviamente que no deja indiferente, pero no es saludable para mi gusto que esta película sea del agrado de alguien.
Hay películas con ese toque “subversivo“ que resultan más entretenidas y con mejor historia, que igualmente no dejan indiferente a nadie, como por ejemplo “Martyrs“ o “A Serbian Film“, las cuales tampoco pienso que puedan llegar a estar en la colección pública o “familiar“ de alguien (sobre todo la segunda), pero al menos en ellas sí hay una propuesta más interesante o reflexiva.
De cualquier modo, muy buen reportaje.
Saludos.
Fin de semana del 19 al 21 de Abril
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Themist23
#1
En lo personal yo creo que una cosa es provocar y transgredir y otra que valga cualquier cosa utilizando el cine como excusa.
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