Robert Parrish comenzó su carrera dentro del séptimo arte como ayudante de lo que sea, asistente de montaje, sonidista, hasta obtener la oportunidad de convertirse en director, con este proyecto de Columbia, con guión de William Bowers, basado en una novela de Ferguson Findley.
Estamos ante un sabroso filn Noir, que destaca en una época en que el Noir vivía su edad dorada, que juega al despiste con la identidad del mafioso asesino; con un Broderick Crawford cuyo físico está muy alejado de la imagen de galán pero que realiza una estupenda labor en su rol protagónico; una trama que se desarrolla en el rudo ambiente de la delincuencia portuaria, con sus chivatos, sus sindicatos corruptos, y con escenas de tensión, e incluso de violencia, bien logradas.
Un muy recomendable ejemplo de buen cine negro, rudo, directo e ingenioso, desgraciadamente poco conocido y que desvela a Parrish como un ejemplar director.
Críticas: 2
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9
Excelente conjunto de diálogos tan rudos como ingeniosos y divertidos acompañados de una historia que, si bien no tiene profundidad, entretiene mucho.
La fotografía, así como la estética en general, está muy bien.
El casting es fantástico ya que las caras de cada personaje está correctamente elegida: casi todos son recios (por no decir todos).
Insisto: los diálogos son tan ingeniosos que a veces rozan con la comedia; no tienen desperdicio
Injustamente olvidada y sumamente recomendable!
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