Estados Unidos,
24 de Diciembre de 1927 96 años Un poco de su vida:
Mary Theresa Eleanor Higgins Clark Conheeney, mejor conocida como Mary Higgins Clark, (n. el 24 de diciembre de 1927 en el Bronx, Nueva York) es una escritora de novelas de misterio estadounidense. Cada una de sus 48 novelas de misterio se ha convertido en un éxito de venta en los Estados Unidos y en varios países europeos y continúan actualmente a la venta. Su primera obra, ¿Dónde están los niños?,...
+ ha sido reimpresa hasta en setenta y cinco ocasiones.1 2
Clark comenzó a escribir de muy joven. Después de un largo período de tiempo trabajando como secretaria y editora, trabajó durante un año como azafata en Pan-American Airlines antes de abandonar su empleo para casarse y formar una familia. Contribuyó a los ingresos familiares escribiendo cuentos cortos. Después de la muerte de su esposo en 1959, Clark trabajó durante años escribiendo diálogos radiales de cuatro minutos, hasta que su representante la convenció de intentar escribir novelas. Su primera novela, un relato ficticio de la vida de George Washington, no fue un éxito de ventas, por lo que decidió dedicarse al género de las novelas de misterio y suspense. Estas obras sí que alcanzaron la popularidad; en 2008 sus libros habían vendido más de ochenta y cinco millones de copias sólo en los Estados Unidos.3 Su hija, Carol Higgins Clark y su nuera, Mary Jane Clark, también escriben novelas de suspense.
Theresa Eleanor Higgins nació el 24 de diciembre de 1927,4 hija del inmigrante irlandés Luke Higgins y su esposa Nora, quien era descendiente de irlandeses.5 Clark nació poco menos que diecinueve meses después que su hermano mayor, Joseph, y su hermano menor Johnny nació tres años más tarde.6 Desde que era una niña, Mary se interesó por la escritura, componiendo su primer poema a los seis años de edad y creando obras de teatro cortas para que las representasen sus amigos.7 Comenzó a escribir un diario cuando tenía siete años, anotando en su primera inscripción «Hoy no pasó nada interesante».8
La familia vivía de los ingresos de su bar irlandés y estaban lo suficientemente bien económicamente, como para tener una casa en el Bronx y pasar los veranos en Long Island Sound.9 10 Aunque la Gran Depresión comenzó cuando Clark era aún un bebé, su familia no se vio afectada al principio, e incluso alimentaban a los hombres que llamaban a su puerta pidiendo trabajo.11 Cuando Clark cumplió diez años, sin embargo, la familia comenzó a tener problemas financieros, ya que muchos de sus clientes no podían pagar sus deudas.8 El padre de Clark se vio obligado a tomar varios empleos y trabajar durante largas jornadas, pasando muy pocas horas por día en su hogar. La familia pasó su peor época en 1939, cuando Mary regresó a su casa de una clase de religión para descubrir que su padre había muerto mientras dormía.5
Nora Higgins, quien era ahora una viuda con tres hijos que mantener, pronto descubrió que muy pocos empleadores contratarían a una mujer de 52 años de edad que no había trabajado en catorce años.12 Para pagar las cuentas, Mary se vio obligada a dejar libre su habitación para que su madre pudiera alquilársela por algunos dólares a sus huéspedes.13
Seis meses después de la muerte de su padre, el hermano mayor de Clark se hizo un corte en el pie con una barra de metal y contrajo osteomielitis severa. Clark y su madre oraban constantemente por él, y sus vecinos se acercaron en masa a donar sangre para las transfusiones que necesitaría el joven. A pesar de las terribles predicciones de los médicos, Joseph Higgins sobrevivió. Clark relacionó su recuperación con el poder de sus oraciones.
Cuando Clark se graduó de la Escuela de Gramática Saint Francis Xavier recibió una beca para continuar sus estudios en la Academia Villa María, una escuela administrada por las monjas de la Congregación de Notre Dame de Montreal.15 Allí, la directora y otras profesoras alentaron a Clark a perfeccionar su escritura, aunque no se alegraron mucho cuando ella empezó a pasar su tiempo de clases escribiendo historias en lugar de prestar atención a las lecciones.16 A los dieciséis años, Clark hizo el primer intento de publicar su obra, enviando a la revista True Confessions un relato, que fue rechazado.17
Para ayudar a pagar las cuentas, trabajó como operadora del conmutador del Hotel Shelton, en donde a menudo escuchaba las conversaciones de los clientes. Uno de los huéspedes famosos que Clark espió fue Tennessee Williams, pero se quejó de que nunca dijo algo interesante. En sus días libres, Clark salía a caminar, eligiendo mentalmente las prendas que usaría cuando finalmente fuese una escritora famosa.18
A pesar de las contribuciones de Clark a las finanzas familiares, el dinero que su madre ganaba como niñera no era suficiente,19 por lo que la familia perdió su casa y debió mudarse a un pequeño departamento de tres habitaciones. Cuando Joseph se graduó de la preparatoria en 1944, inmediatamente se alistó en la Marina tanto para servir a su país durante la guerra como para ayudar a su madre a pagar las cuentas. Seis meses después de su alistamiento, contrajo meningitis espinal y murió.20 A pesar de que la familia lloró profundamente la muerte de Joseph, Nora Higgins, al ser su madre, obtuvo una pensión de por vida, y ya no necesitó la ayuda de su hija para sobrevivir económicamente.
Poco después de la muerte de Joseph, Clark se graduó de preparatoria y comenzó a asistir a la Escuela para Secretarias Wood con una media beca. Después de completar el curso al año siguiente, aceptó un trabajo como secretaria a la cabeza del departamento creativo en la división interna de publicidad en Remington-Rand.22 Pronto comenzó a tomar clases nocturnas para aprender más sobre publicidad y promoción. Su jefe notó su creciente talento, además de la belleza natural de Clark, por lo que amplió su área de trabajo incluyendo la escritura de los catálogos (junto con el futuro novelista Joseph Heller) y el modelaje para los folletos de la compañía junto con la en ese entonces desconocida Grace Kelly.23
Aunque si bien disfrutaba de su trabajo, la imaginación de Clark estaba encendida por un comentario casual que había oído al pasar, «Dios, hace demasiado calor en Calcuta».24 Inspirada por ese comentario para ser azafata, Clark fue a varias entrevistas para obtener un puesto como auxiliar de vuelo en Pan American Airlines, ganando cinco dólares menos por semana que cuando era secretaria.25 Su supervisor en Remington-Rand organizó una cena de despedida para ella, y Clark invitó a su vecino, Warren Clark, por quien había sentido admiración durante muchos años, para que fuera su compañero durante la celebración. Sobre el final de la noche Warren Clark le informó que debía trabajar como auxiliar de vuelo durante un año, y que después deberían casarse, en la Navidad siguiente. Clark aceptó la propuesta, muy poco ortodoxa.
Durante la mayor parte de 1949, trabajó en vuelos internacionales de Pan American, viajando por Europa, África y Asia. Uno de sus vuelos fue el último permitido a Checoslovaquia antes de la caída de la Cortina de Hierro. En otro de sus vuelos, Clark acompañó a un niño huérfano de cuatro años por las escaleras del avión hacia el encuentro con su madre adoptiva, una escena que fue cubierta ampliamente por los medios gráficos.
Al final de su año como auxiliar de vuelo, el 26 de diciembre de 1949, Mary felizmente abandonó su carrera y se casó con Warren Clark.29 Para mantenerse ocupada, comenzó a tomar cursos de escritura en la Universidad de Nueva York y,30 junto a algunos de sus compañeros, formó un taller de escritura en el cual los miembros criticarían los trabajos en progreso de los demás. El taller, el cual persistió por casi cuarenta años, se reunía una vez por semana, y en cada encuentro dos miembros tenían veinte minutos cada uno para presentar su último trabajo. Los otros miembros tendrían tres minutos cada uno para aportar una crítica constructiva.31
Uno de sus profesores en la universidad le dijo a la clase que deberían aportar ideas para un argumento leyendo periódicos y preguntándose «¿Suponiendo que...?» y «Qué sucedería si...» Clark dijo que todavía se le ocurren muchas ideas preguntándose eso, junto con «¿Por qué?»32 Para su primer trabajo como escritora en la universidad utilizó este método, resumiendo sus propias experiencias en un cuento corto titulado Polizón, el cual trata sobre una auxiliar de vuelo que encuentra un polizón de Checoslovaquia en su avión.33 A pesar de que su profesor elogió mucho su historia, Clark estaba continuamente frustrada en su intento de encontrar un editor. Finalmente, en 1956, después de seis años y cuarenta rechazos, Extension Magazine aceptó comprar la historia por cien dólares.4
Mientras esos seis años fueron dedicados a su carrera profesional, en lo personal Clark y su esposo estaban muy ocupados. Su primera hija, Marilyn, nació nueve meses después de su boda, y Warren Jr. nació trece meses después. Su tercer hijo, David, nació dos años después que su hermano. Dos meses después de que Clark vendió su cuento, nació su cuarto hijo, una niña llamada Carol como la heroína de la historia de su madre.34
Después de vender su primer cuento corto, Clark comenzó a encontrar regularmente editores para sus trabajos. A través del taller de escritura conoció a una representante, Patricia Schartle Myrer, quien estuvo de acuerdo en trabajar con ella. Myrer, quien representó a Clark por veinte años hasta su retiro, se convirtió en una amiga tan cercana que Clark llamó a su quinta hija como ella.35
Mientras Warren trabajaba y Mary escribía, alentaron a sus hijos a conseguir trabajo, y los cinco consiguieron empleo como actores y modelos profesionales. La pequeña Patty fue la bebé modelo de Gerber, mientras que David apareció en una publicidad de United Way. Clark misma filmó un comercial de televisión para el detergente de lavandería Fab. El comercial, que se emitía durante el programa I Love Lucy, le hizo ganar suficiente dinero como para ir con Warren de vacaciones a Hawaii.36
En 1959, Warren Clark fue diagnosticado con angina de pecho severa, y, aunque acortó sus actividades tras la orden del médico, sufrió tres ataques cardíacos durante los siguientes cinco años, en cada ocasión regresando del hospital en un estado peor. Después del último ataque cardíaco en 1964 se dieron cuenta de que Warren no podría volver a trabajar, por lo que Mary llamó a una amiga que escribía diálogos radiales para ver si tenía alguna oportunidad de trabajar allí. El día que aceptó el trabajo de escribir para el segmento de radio Retrato de un patriota, Warren sufrió un ataque cardíaco fatal. Su madre, que estaba de visita, se desplomó a su lado en la cama después de descubrir que su hijo había muerto. En una sola noche, Clark perdió a su esposo y a su suegra.
El contrato inicial de Clark para ser escritora de diálogos radiales la obligaba a escribir programas de cuatro minutos para la serie Retrato de un patriota. Su trabajo era tan bueno, que pronto recibió dos ofertas más de trabajo en otras series de radio. Esta experiencia le enseñó a Clark a escribir limpiamente y sin agregar datos superfluos, lo cual es muy importante para una novela de suspense, ya que debe insinuar el argumento en cada párrafo.38 A pesar de la seguridad ofrecida por su nuevo trabajo, el dinero era poco al comienzo, dado que tenía que mantener cinco niños de entre cinco y trece años sola. En la primera Navidad sin Warren, los regalos de Clark para sus hijos fueron poemas personalizados describiendo las cosas que le habría gustado comprarles.39
A finales de la década de 1960, el mercado de cuentos cortos había colapsado. The Saturday Evening Post, el cual en 1960 había seleccionado el cuento corto de Clark «Concurso de Belleza en Buckingham» como uno de los diez mejores del año, había decidido dejar de publicar ficción, y muchas de las revistas populares para mujeres decidieron focalizarse en artículos de autoayuda.40 Dado que las historias no lograban hallar un editor, la representante de Clark le sugirió escribir una novela.17 Influenciada por sus investigaciones y por su experiencia en la serie Retrato de un patriota, Clark pasó los tres años siguientes escribiendo una historia ficticia de la relación entre George y Martha Washington.19 El libro logró venderse, y aunque si bien el progreso fue pequeño, le dio confianza a Clark de que podría terminar un libro más extenso y hallar un editor.7 La novela era adecuada para «la sección de saldos» según la prensa,41 y, para empeorar las cosas, cuatro meses después de la publicación de la novela, la madre de Clark, Nora Higgins, falleció.
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