Late Night


Ficha Ángel Negro

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Críticas de Ángel Negro (6)




mahotsukai

  • 23 Jun 2022

6


Digno thriller psicológico chileno del por entonces estudiante de cine Jorge Olguín (“Sangre Eterna”, 2002; “Caleuche, el llamado del mar”, 2012), pionero (aunque irregular) del cine fantástico en Chile.

Gabriel, un médico forense, descubre que alguien está asesinando a sus antiguos compañeros de colegio de forma brutal. Los crímenes se relacionan con una broma pesada que terminó mal hace 10 años, el día de graduación del colegio, en la que la tímida y rara novia de Gabriel, Ángel, cayó desde un precipicio, ante la vista del grupo. Todo parece indicar que Ángel ha regresado para vengarse de todos.

Jorge Olguín es considerado el primer cineasta del poco habitual fantástico chileno, género en el que prácticamente nadie había incursionado dada la esencia dramática del cine chileno antes y después de la Dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) con algunos títulos destacables, como “El Chacal de Nahueltoro” (1969) de Miguel Littín , “Palomita Blanca” (1973) de Raúl Ruiz, estrenada en 1992, “Caluga o Menta” (1990) de Gonzalo Justiniano, “La Frontera” (1991) de Ricardo Larraín y recientemente en ese tiempo, “El Chacotero Sentimental” (1999) de Roberto Artiagoitía y Cristián Galaz que deambulaban por el drama y la comedia, principalmente. Sin embargo, es Olguín el primero en filmar un thriller psicológico (“Ángel Negro”, 2000), una película de vampiros (“Sangre Eterna”, 2002), una de zombies (“Solos”, 2009) y una leyenda popular “(“Caleuche, el llamado del mar”, 2012) lo que lo convierten no sólo en el pionero, sino en el más importante realizador del fantástico chileno, con diferentes resultados, claro.

El guión del propio Olguín incluye obvias referencias al cine slasher ochentero, como las vistas en “Halloween” (1978) de John Carpenter, “Maniac” (1980) de William Lustig, “Friday the 13th” (1980) de Sean S. Cunningham y “Prom Night” (1980) de Paul Lynch y otras menos claras que recuerdan a Alfred Hitchcock (“Psicosis”, 1960), Dario Argento (“El pájaro de las plumas de cristal”, 1971) y Mario Bava (“Bahía de sangre”, 1977), un intento apasionado de Olguín por homenajear a los clásicos thriller, pero es evidente que la película no tiene un sello personal de su director, quizás debido a su juventud. Sin embargo, como ya he señalado, podríamos perdonárselo por ser su primera película, y porque tiene la actitud desafiante de hacer un tipo de cine que en Chile no se había hecho hasta la fecha.

Un buen indicio en el guión es la premisa del “carrete” (fiesta o jarana) que termina mal, a orillas de un acantilado, en donde una pequeña fiesta con alcohol puede convertirse en una tragedia. La inmadurez y la estupidez pueden costar caro, sobre todo sí los involucrados creen saberlas todas. Sin embargo, una de las flaquezas del film es la falta del factor “sorpresa”, porque lo que no es difícil descubrir es quien es el asesino/asesina. La historia propone un regreso sobrenatural de una estudiante muerta en una accidental broma pesada, que se concretará diez años después, en donde lo interesante es un cuadro psicológico de los protagonistas sobrevivientes de la tragedia, que Olguín no termina de armar. Lamentablemente, el guión no ahonda es explorar la psique de cada uno de ellos como potenciales asesinos en serie, siendo demasiado obvio con uno en particular, cuya soledad, rasgos emocionales y físicos, e incluso, su trabajo son claros indicios de que podría estar detrás de los asesinatos que acaban de perpetrarse.

La falta de recursos económicos se refleja en la apariencia de Ángel asesinando a sus ex compañeros, con una capucha negra, que se supone es el vestido negro que llevaba cuando cayó desde el barranco y una pobre máscara blanca, cruza entre “Halloween” (1978) de John Carpenter y “Scream” (1996) de Wes Craven, que no termina de convencer. Lo que sí cumple en su cierta medida, es la fotografía de Arnaldo Rodríguez, que sabe sacar provecho los interiores parcos y severos por medio de una correcta iluminación.

Las actuaciones son irregulares, en general, poco expresivas y planas para un thriller psicológico, pero tampoco insoportables, con Álvaro Morales (“Qué pena tu vida”, 2010) como Gabriel, el atormentado ex novio de Ángel; la musa de Olguín, Blanca Lewin (“Sangre Eterna”, 2002; “En la cama”, 2005”; “Caleuche: el llamado del mar”, 2012) como la desafortunada Ángel; y Andrea Freund (“03:34: terremoto en Chile”, 2011) como Carolina, en los papeles principales, secundados por Álvaro Espinoza (“Monos con navaja”, 2000; “Casa de remolienda”, 2007) como Rafael; y Juan Pablo Bastidas (“Sangre Eterna”, 2002) como el insoportable y enfermo Miguel Ferrer. El experimentado Fernando Gallardo (“Los testigos”, 1971; “El Chacotero Sentimental”, 1999; “Monos con navaja”, 2000) es el truculento Juez Soto y un joven Arturo Ruíz Tagle el extraño detective Ruíz, quienes tienen una mejor performance.

Destacar la banda sonora de la película, que me ha parecido un hallazgo interesante, en especial las macabras piezas atmosféricas de J.F. Cueto y las aportaciones de bandas de rock y metal de la escena chilena como Dogma, Kerozene y hasta Dorso. También se pueden encontrar dos covers, uno a cargo de la banda finlandesa HIM con ¨Wicked Games¨ y Los Mox! con ¨Dust in the wind¨.

En resumen, un aceptable thriller, inusual en el cine chileno, que fue un éxito de taquilla en Chile y que recibió en general regulares críticas, lo que le permitió participar de algunos festivales prestigiosos del fantástico como Fantasia (Montreal), Fantasporto (Portugal) y Sitges (Cataluña).



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thirstyforblood

  • 17 Dec 2009

10


Ya era hora de que el cine chileno se renovara. Esperaba con ansias una película de este estilo en Chile. Quizáas tenga algunos defectos, pero sin duda es un filme entretenido y muy distinto al cine chileno que conocemos.
Este filme es uno de los más atractivos de los últimos tiempos, por lo menos para nuestra escasa cinematografía. Lo cierto es que hay momentos más flojos que otros, pero sus logros son muy interesantes, como el tratamiento del sonido, los ambientes claustrofóbicos y nuestra chilenidad reflejada en personajes arribistas de doble estándar. A mí me sorprendió.
Antes de que viera Carrie, El Resplandor, 2001: Odisea del Espacio y La Naranja Mecánica, ésta era mi película favorita. No entiendo cómo la clasificaron tan mal. El tema es bastante interesante y no te deja ni si quiera ir al baño o pestañear (entiendan que es la primera película de terror chilena, así que tal vez tenga una que otra cosa mala), pero para mi gusto, este filme es espectacular.



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ilustrador.tk

  • 23 Jul 2009

4


Refrito de montón de peliculas similares que estaban de moda por ese entonces (scream, se lo que hicisteis el verano pasado, etc.) muy mal interpretada, no logra su cometido, el asustar y intrigarte. No tiene buenos fxs y el final se instuye desde la mitad de la película en adelante.



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angel_desterrado

  • 28 Jan 2008

5


bueno, no es una de las peliculas mas buenas que e visto y a pesar que es una de las primeras peliculas de terror chilena, lo malo que es una copia identica a la pelicula scream, pero con bajo presupuesto.



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jack the ripper

  • 15 Nov 2006

1


ACTORES muy malos, en exceso, joden la pelicula los actores, el argumento aunque visto, no esta mal, pero las interpretaciones son tan pesimos k hacen de esta pelicula ser de las peores k he visto, aburrida, insulsa, y no he tenido huevos de acabar de verla, por casi desde el principio ya se sabe quien es el asesino



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Marcos

  • 4 Mar 2006

6


La ví cuando la emitieron en telecinco,hace años,y no me acuerdo muy bien de la peli,pero recuerdo que era regular.



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Críticas: 6


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