Absolutamente fundamental para entender el cine de zombies hecho a lo largo de las últimas décadas... ¡Pues con esta cinta Romero consiguió definir casi todas las características de este subgénero!

Gracias al ingenio y buen de hacer de Romero, esta película de bajo presupuesto y rodada en blanco y negro, consiguió aterrar a todos los que en su día la vieron... Y lo cierto es que hoy en día todavía resulta bastante inquietante. Es la más terrorífica de toda la saga con diferencia. No tan gore como las demás, pero aún así bastante fuerte para su época.

Yo destacaría también la excelente dirección de actores que consiguió Romero... Teniendo en cuenta que casi todos ellos no eran profesionales, los resultados con espectaculares. A lo que ayuda también la habitual y estupenda profundidad que Romero da a los personajes, ya bastante evidente en esta su primera película. Aquí ya vemos que los verdaderos enemigos no son los zombies, sino la mezquindad, cobardía y maldad intrínseca de la que algunas personas hacen gala... Y que en ocasiones las lleva hacia su autodestrucción.

Así que nada, una película estupenda, profunda, inquietante y que todavía hoy consigue enganchar... Y con un final sublime, que constituye en sí un efectivo alegato antirracista (aqunque quizá no pretendido...)

Un clásico de visionado obligatorio, sin duda.

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hace algunos años que volvi a diisfrutar de esta pelicula la cual proyectaron en un canal cultural de mi país con motivo del dia de muertos y bueno ya todo está más que dicho , es un clásico de culto y una de las películas pioneras del subgénero zombie, desde tiempos remotos george a.romero daba muestras de su gran talento para hacer este tipo de películas , desde luego esta versión ya no impresiona tanto en estos tiempos y debo admitir que me gusto mas el remake noventero pero no le quito ningún merito ya que es una de las grandes precursoras en cuanto a temática de muertos vivientes ganándose un lugar privilegiado dentro del género

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Un grupo de personas se esconde de los demonios sedientos de sangre en una granja.
El comienzo de la película de terror moderna, la primera de una larga lista de películas de zombies y la presentación de George Romero, uno de los más grandes maestros del terror de todos los tiempos.

No tengo claro cómo creció la popularidad de la película. La actriz Kyra Schon dice que no le pidieron que asistiera a una convención de terror hasta 1988, veinte años después del estreno de la película, e incluso sus compañeros de clase se burlaron de ella. Y el comentario social de tener a un hombre negro como líder nunca fue intencional, aunque contribuyó a su importancia más adelante.

Me he preguntado si tal vez su mayor valor fuera del dominio público. Si bien es posible que no haya ayudado a las cuentas bancarias de los involucrados, permitió el uso generalizado de la película y se ha mencionado en otras películas en innumerables ocasiones. ¿Ha llevado esto aún más a la película a la conciencia pública?

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Como bien dicen, con los clásicos estas obligado a respetarlos, no a que te gusten jaja, pues este es mi caso.

De verdad es de admirar el concepto de zombie que Romero moldeo y dejo para la posteridad, es más que obvio que le debemos todo esto así que no me explayare en demasía, solo destacar la personal que llega a ser su dirección.

La escena del cementerio es sin duda la mejor, ya que tiene un aroma de tensión que te atrapa, la atmosfera que produce sin duda es lo mejor, y la interacción de los personajes dentro de la casa no esta nada mal.

Entonces... ¿Por qué no me gusto?, sin desmerecer a la historia, la dirección y encuadres de romero me hicieron doler la cabeza jaja, si bien esos movimientos de cámara tienen personalidad, más que generarme tensión, me llegaron a confundir por muchos momentos, junto con el uso del sonido en ciertas escenas, me hicieron perder el interés por el relato, y ya llegando al final me sentí cansado.

La escena final es interesante, sin embargo el poco interés que me supuso la película en general, me impidió sentir algo grande en dicha escena.

Pese a todo es una película legendaria, que merece respeto, y me hubiese encantado disfrutarla, pero bueno.. así es el mundo del cine

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Si queréis ver esta obra maestra del terror, os dejo el enlace :)
https://youtu.be/kRWH4s2-U-8
Con influencia del Rio Bravo de Howard Hawks, al igual que otro mago del terror, John Carpenter y su ¨Asalto a la comisaría del distrito 13¨, Romero creó toda una mitología sobre unas criaturas, tan detalladamente que parecen reales.

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Única, imprescindible, genial... y democrática.

Si no sabemos nada de cómo se hizo, pensaremos probablemente que un gran estudio estuvo detrás. Cuando descubramos la realidad... creeremos en los milagros. Es de lo más improbable que un rodaje planteado casi como un juego entre amigos pueda dar como fruto una obra maestra del cine universal. Y sin embargo, así fue.

Para hablar de esta obra maestra hay que analizar tanto el ¨antes¨ como el ¨después¨. Lo que hicieron sus creadores fue ¨resucitar¨, nunca mejor dicho, la verdadera esencia del horror: LA MUERTE. Esencia que siempre existió en el folklore europeo, creyente en vampiros y aparecidos muy diferentes a los que luego inmortalizarían (y de alguna forma estropearían) Le Fanú, Polidori y Stoker.
Tal vez el primer paso lo dio Richard Matheson con su ¨Soy Leyenda¨, con unos vampiros nada sobrenaturales que acosaban a su antiguo vecino. Merece la pena visionar el ¨Último hombre vivo¨ de Ragona para apreciar el más claro antecedente de ¨La Noche¨.
Pero La Noche de los Muertos Vivientes fue mucho más allá. Sus creadores supieron destilar la película antes citada y añadirle componentes derivados de los miedos ancestrales a la muerte.
Todo lo anterior va referido a LA IDEA. Ahora viene la EJECUCIÓN. Y la misma es imposible de mejorar. He visto todas las secuelas, el remake, las versiones ¨inspiradas¨ y gran parte de lo que se ha cocido desde entonces en las películas sobre zombis. Y, sinceramente, en ninguna posterior he sentido lo que se siente al visionar por primera vez La Noche de los Muertos Vivientes. Quizá, solo la enorme NO PROFANAR EL SUEÑO DE LOS MUERTOS consiguió un efecto parecido.

En alguna que otra crítica he comentado que el gran problema de todo lo que vino después es PASAR DE ROSCA la figura del ¨muerto viviente¨. Es una figura que da mucho más miedo cuando parece simplemente una persona muerta. En el momento en que el maquillaje se va de las manos produce un ¨efecto gaseosa¨ que mata el factor sorpresa. Por eso es tan importante que los ¨zombis¨ parezcan personas, no monstruos de colores.

Mencionar por último que, con el respeto y el agradecimiento debido a George A. Romero, La Noche de los Muertos Vivientes no es una obra exclusivamente suya, sino totalmente grupal. A su idea de partida de un ¨remake¨ del ¨soy Leyenda¨. el también grande John Russo aportó las ideas del canibalismo y del inicio en el cementerio (¡Casi nada!...) y Russel Steinner y Karl Hardman también fueron decisivos en aspectos como la producción, el sonido y el maquillaje.

Por último, que me perdonen los chavales afines a los zombis, pero alguien que diga que no capta La Noche de los Muertos Vivientes no puede presumir de ser aficionado. Seguramente tendrán un problema de tipo más general: Saber distinguir el cine de calidad del industrial. Allá ellos.

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Referencial clásico de terror dirigido por George A. Romero.

Un extraño fenómeno está haciendo que los muertos se levanten de sus tumbas, ataquen a los vivos y los devoren. Mientras Barbara apenas logra escapar del ataque de uno de estos seres, la chica a llega a una casa supuestamente abandonada, en donde unirá fuerzas con Ben, una pareja y una familia con una hija para hacer frente a la crisis, pero la diferencia de carácteres pondrá la situación fuera de control.

A fines de los 60s, el cine de terror en Europa seguía los caminos del gótico principalmente en Inglaterra con la Hammer, en Italia con el horror gótico de Mario Bava y Antonio Margheriti, principalmente, y en España con el Fantaterror de Amando de Ossorio, León Klimovsky. Jesús Franco y Paul Naschy, entre otros, mientras en Estados Unidos se hacían esfuerzos similares con Roger Corman y su ciclo dedicado a Edgar Allan Poe (1960-1969). En todos los casos, se trataba de un terror sugerente basado en historias macabras con cierto toque de elegancia, sensualidad y locura, sin embargo, el progresivo desgaste natural del estilo, llevaría a que fuese necesario la impronta de otro tipo de propuestas terroríficas, más originales y transgresoras.

En este contexto, surgirá la propuesta terror explícito y apocalítpico de George A. Romero, quien reconocería más tarde haberse inspirado en la novela “I am Legend” (1954) de Richard Matheson y la consecuente película italiana “The Last Man on Earth” (1964) de Ubaldo Ragona y Sidney Salkow protagonizada por Vincent Price, para escribir el guión de “Night of the Living Dead” (1960). En aquella novela y susecuente película, se proponía un futuro apocalíptico en una horda de vampiros causaba estragos y contagiaban a toda la humanidad. Sin embargo, algunos críticos creen también encontrar, en esta obra de Romero, elementos del clásico “Carnival of Souls” (1962) de Herk Harvey, en la que vemos a una mujer que, tras sufrir un accidente, queda emocionalmente perdida, en trance, así como más de una locuaz idea sacada del infame clásico “Plan 9 from outer space” (1959) de Ed Wood Jr., en donde se utiliza a los muertos vivientes para atacar a la humanidad.

La película tiene el gran mérito de presentar como un hecho cotidiano, casi como una anécdota, una situación que se debate entre lo real e irreal y que se convierte en la expresión misma del horror, cuando Barbara y su hermano Johnny se dirigen a una pequeña localidad de Pennsylvania para visitar la tumba de su padre. En el cementerio son atacados por un extraño hombre, que termina asesinando a Johnny. Al escapar, Barbara encontrará refugio en una casa abandonada, en donde al final encontrará a otros supervivientes, Ben y la familia Cooper, además de la pareja de Tom y Judith, con quienes intentará sobrevivir a una horda de lo que se darán cuenta más tarde, son algo parecido a muertos vivientes.

Son muchas las razones por las cuales “Night of the Living Dead” (1960) es considerada un punto de inflexión en el cine de terror, y en cierta forma piedra angular en el cine de terror moderno. Además de presentar un escenario apocalíptico que coquetea con lo real y lo fantástico, en especial considerando hipotéticas condiciones reales para provovarlo (experimentos genéticos, creación de agentes bacterológicos con fines bélicos, efectos radioactivos sobre la población y un considerable etc.), que la alzan como un film innovador y transgresor de su tiempo, “Night of the Living Dead” (1960) creará un nuevo subgénero en el terror cinematográfico, que en sus inicios no pretendía establecer directrices, pero que conforme el impacto de la película y otros films posteriores que lo imitaron, terminaría por sembrar la semilla de uno de los terrores más explícitos, el de ser atacado, devorado y contagiado por muertos vivientes.

Al respecto, bien vale decir que George A. Romero patentaría un tipo de amenaza de brutal efectividad, que él nunca identificó con la palabra “zombi”, como errónea y masivamente se le denominó, sino como una suerte de muertos resucitados que devoraban personas. En entrevistas, Romero ha señalado explícitamente que su película trata sobre “ghouls”, palabra anglosajona que viene del árabe ¨gul¨ y que se refiere a un demonio necrófago de la tradición árabe que sale a devorar cadáveres. En ese sentido, se trata de entidades que no sólo deambulan sin una voluntad propia o la de una mente externa, sino que son movidos por una incontrolable hambre de devorar a los vivos, características que no comparten con los “zombies” de Haití, por ejemplo, que como sabemos se trata de personas vivas o resucitadas que son manipuladas por un brujo o hechicero a través del vudú, para fines personales, generalmente para causar daño a terceros, pero que buscan comer carne humana. Por lo tanto, más bien deberíamos hablar de “muertos vivientes” y no de “zombies” tradicionales.

Y es esta particular característica, la de padecer de un incontrolable y voraz apetito por devorar a los vivos, con la cual “Night of the Living Dead” terminará por convertirse en un ejemplo supremo de trangresión visual, al exponer uno de los crímenes más abominables de la raza humana, el canibalismo, en cuanto el espectador tenderá a no separar muertos vivientes de humanos vivos, relacionándolo de cualquier forma con una conducta execrable. Estos muertos vivientes se mueven lento y parecen estar en un trance neurológico, pero son caníbales, devoran parcial o completamente a sus víctimas, y son inmunes a las balas y mutilaciones, a menos que se les ataque directamente en la cabeza, en donde se debe destruir el cerebro, el único motor que parece funcionar en su estado de muerto caminante.

Otro elemento fundamental en la concepción de terror de George A. Romero es que el fenómeno sea impredecible y prácticamente imposible de detener. Además del hecho de que la sociedad no esté preparada, ni por si acaso, para enfrentarse a un escenario apocalíptico tan brutal y desolador como supone el contagio inmediato y masivo que propone el film, está el hecho de se desconozca sus orígenes y antecedentes, que no exista una cura para controlar y acabar con esta epidemia, y que la población civil sea la más vulnerable a la amenaza. Y es que no contar con armas efectivas (como armas de fuego o de filo) y un fuerte sentido de la supervivencia, claramente los deja en desventaja.

Uno de horrores más grandes que Romero aborda en el tratamiento del guión respecto a la gente normal, es la lucha psicológica que una persona sostendrá cuando vea que la amenaza se apropie del destino de un familiar o ser querido, y que en la película se traducirá en el contagio y transformación de la hija de los Cooper, que atacará a su propia madre, lo que claramente enfrenta al espectador con un shock emocional de enormes proporciones y ante el cual no está claramente preparado. Se trata de un verdadero golpe emocional cuyo impacto detona un derrumbe psicológico, que el subgénero ha trabajado fuertemente, en especial y recientemente en la serie “The Walking Dead” (2010-a la fecha).

Sin embargo, hay otros elementos mucho más importantes en el guión, que tienen implicaciones sociales, raciales y hasta políticas. El hecho de que el protagonista sea un actor de raza negra, el correcto Duane Jones (“Beat Street”, 1984), y no un “héroe blanco”, significó en su momento una gran polémica, en pleno conflicto racial entre negros y blancos, que había tenido su punto más álgido con el reciente asesinato de Martin Luther King en abril de 1968. Hasta ese momento, siempre se había contado con el héroe blanco, rubio y de ojos verdes/azules que salvaba a la chica indefensa y derrotaba al monstruo o adversidad de turno, y cuya relación con ella terminaba siempre en un romance irremediablemente.

En “Night of the Living Dead” (1968), por el contrario, Romero explora los alcances de las diferencias raciales, primero en la relación obligada entre Ben y Barbara, donde nunca terminan simpatizando, a pesar de que él intenta ayudarla varias veces, pero principalmente en la dificil relación de Ben y Harry Cooper. En la primera, incluso cierto sector feminista de la sociedad críticó el personaje y papel de Judith O’Dea por considerarlo demasiado pasivo, al igual que casi todos los personajes femeninos, entregándole prácticamente todo el protagonismo a los carácteres masculinos. En la segunda, donde claramente Romero se explaya más en su discurso social y racial, asistimos a la tensión de dos hombres que pretenden ser líderes, concretamente uno que tiene un plan más activo (escapar) y otro más bien pasivo (esconderse en el sótano), pero donde resalta evidentemente una tremenda tensión racial. El choque de razas es tal que no quedan dudas de que en realidad no importa mucho la lógica del plan, acá asistimos al hecho de que dos “machos” pelean por el liderazgo del territorio más que por cualquier otra cosa.

Ciertamente, Ben, que inicia en el guión como un hombre con las cosas claras, consciente y solidario con Barbara termina degenerando en el afán de mantener el control grupal en un matón de barrio que abofetea mujeres histéricas y asesina al rival ideológico, pero en la esquina contraria tenemos a Harry, notablemente interpretado por Karl Hardman (“Santa Claws”, 1996) que representa la traición espontánea, la falta de compromiso consciente y el egoísmo de la raza blanca en desmedro de la negra. Entonces, hay elementos claramente moralizantes en el destino de ambos, en el que el negro realiza un “ajuste de cuentas” con el blanco por todas esas acciones que lo pusieron en peligro (un acto de supervivencia) y luego la forma en que Ben acaba. No hay que olvidar que George A. Romero es hijo de inmigrantes cubanos y que los latinos siempre hemos sido vistos por los estadounidenses como ciudadanos de segunda o hasta tercera clase, por lo que no es de extrañar que, aunque Ben tome el control, quede irremediablemente condenado por la trama a terminar muerto al final de cuentas. ¿Ironías de la vida? puede ser, pero en realidad está el mensaje.

Por otra parte, en el reparto secundario encontramos a Marilyn Eastman (“Houseguest”, 1995) como Helen Cooper, esposa del egoísta padre de familia blanco; a Keith Wayne y Judith Ridley (“There’s always Vanilla”, 1971) como la pareja de novios, Tom y Judy, respectivamente; Bill Hinzman (“Santa Claws”, 1996), encarnó al famoso caminante que ataca a Barbara y a su hermano Johnny, quien a su vez fue interpretado por Russell Streiner (“The Majorettes”, 1986), y que oficiaría en el remake del film a inicios de los 90s como productor ejecutivo.

Debido al bajo presupuesto de la película, Romero decidió rodar en una granja que iba a ser demolida en un área rural cercana a Evans City, Pensylvania, y que el dueño acepto utilizaran como escenario a cambio de unos pocos dólares. En tanto, las escenas iniciales de Barbara y Johnny visitando la tumba de su padre fueron filmadas en el cementerio de Evans City. Asimismo, para los efectos especiales, el padre del cine de “muertos vivientes” solicitó a sus técnicos Tony Pantanella y Regis Survinsky que trabajaran con jarabe de chocolate y vísceras de oveja para la sangre y las entrañas humanas, como las escenas en que se advierte cómo los caminantes comen carne humana y en concreto la escena en que la niña ataca a su madre, que funcionaron correctamente debido a la decisión de filmar en blanco y negro con una cámara de 35 mm.

Como ya señalé, se considera a “Night of the Living Dead” (1968) la primera película de muertos vivientes devoradores de carne humana o “zombie cinematográfico”. Antes del clásico del futuro director “Creepshow” (1982), lo más parecido a los engendros que se tratan en el film, eran los mencionados y tradicionales zombies haitianos, que el público conocía en películas antiguas como “White Zombie” (1932) de Victor Halperin y protagonizada por Bela Lugosi y “I walked with a zombie” (1943) de Jacques Tourneur, en donde aparecían como móviles de brujos para cumplir ciertos objetivos. Y aunque Romero nunca tuvo considerado hacer una secuela, terminaría por establecer una saga con varias entregas, como “Dawn of the Dead” (1978), producida con el maestro del horror italiano Darío Argento, “Day of the Dead” (1985), “Land of the Dead” (2005) y “Survival of the Dead” (2009). También tuvo para autoparodearse en la comedia negra “Diary of the Dead (2007).

Por otra parte, “Night of the Living Dead” (1968) tendría tres remakes hasta la fecha, siendo el único realmente destacable el dirigido por el legendario maquillador Tom Savini en 1990, con el propio Romero como productor ejecutivo y guionista. Las otras dos revisiones fueron estrenadas con el nombre de “Night of the Livin Dead 3D” (2006) de Jeff Broadstreet y “Night of the Livin Dead Origins 3D” (2015) de Zebediah de Soto y Krisztian Majdik, que no lograron entusiasmar ni a la crítica ni al público, y que no contaron con la participación del futuro director de “Monkeys shines” (1988).

En resumen, un film imprescindible en la historia del cine de terror por su impronta, innovación y transgresiones de estructuras narrativas y visuales, que se ha ganado merecidamente un lugar también en el cine en general por el análisis social y crítico que realiza de la conducta humana en instancias superiores de desesperación.

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Las radiaciones procedentes de un satélite provocan un fenómeno terrorífico: los muertos salen de sus tumbas y atacan a los hombres para alimentarse. La acción comienza en un cementerio de Pennsylvania, donde Barbara, después de ser atacada por un muerto viviente, huye hacia una granja. Allí también se ha refugiado Ben. Ambos construirán barricadas para defenderse de una multitud de despiadados zombies que sólo pueden ser vencidos con un golpe en la cabeza.

-Con motivo del estreno de este año del remake de una de las películas de George A. Romero titulada “Day of the Dead: Bloodline”, voy a empezar a ver la saga en la que todo comenzó, en este caso con las películas de Goerge A. Romero, voy a ver la trilogía original, más las otras tres películas que ha hecho Romero relacionada con los zombies años más tarde, así después de verlas todas, empezaré por los remakes de las películas de Romero para terminar con la última de este año.
Una primera entrega que estuvo protagonizada por Judith ODea, Duane Jones, Marilyn Eastman o Karl Hardman entre otros y que está dirigida como todos sabéis por el inolvidable George A. Romero, un director que supuso un nuevo empiece del género zombi y que hasta el día de hoy siempre van a copiar de una manera u otra a lo que hizo este señor, ya que él revolucionó esta temática y me encuentro con una película que tiene ni más ni menos que 50 años y lo que más impresiona es que después de 50 años no ha envejecido nada mal, de hecho es una película que me ha encantado cómo está rodada y hecha, siendo sin dudas también a día de hoy una de las mejores películas del género zombie, aunque es cierto que verla hoy en día la resta, debido a los efectos y maquillaje que vemos actualmente que no tiene ni punto de comparación con las películas de hace 50 años, por eso precisamente esta película tiene mayor importancia, porque con unos cuantos miles de dólares hicieron un auténtico peliculón y más para aquellos años que seguro que todos los que vieron la película tuvieron pesadillas y es que la película en sí es muy entretenida durante los 90 minutos que dura, yendo al grano nada más comenzar la película con zombies y situaciones de pánico para los protagonistas, intentando sobrevivir como puede Judith O´Dea y más tarde yendo a la casa donde se refugia Duane Jones, realizando unas actuaciones muy convincentes, aunque la actuación de Judith va siendo poco coherente a medidan que pasan los minutos, con unas escenas de zombies en la noche que hasta hoy en día dan miedo, te inquieta, con una banda sonora que te aterra, imaginaos esto hace 50 años, rodada con mucha calidad y aunque durante buena parte de la película no veamos muchos zombies porque están en la casa, te mantiene en tensión por lo que va sucediendo y la manera en la que los protagonistas tratan de asimilar lo que ocurre y cómo sobrevivir, algo que más tarde me impresionó cuando vemos las noticias a través de la televisión y empiezan a decir lo que pasó en realidad, dando las respuestas que necesitamos ante lo que estamos viendo y es ni más ni menos que un satélite la causa del despertar de los muertos debido a la radiación, algo que hoy en día impresiona porque ni hasta en “The Walking Dead” o “Fear The Walking Dead” que se suponía que dirían el origen de los zombies han podido dar una explicación y eso es un punto extra, con un tramo final más dinámico y con escenas que te aterran como la escena de la niña o en los momentos finales con los zombies, por no hablar de la buena escena final que implica al protagonista principal, aunque como contra poner la banda sonora todo el rato de manera estridente que te marea un poco y la manera en la que actúan los zombies, de manera bastante rara para lo que vemos hoy en día, con algunas escenas algo erróneas o miramientos a la cámara de algún zombie que se notaron, incluso cogiendo una piedra del suelo y tirarla a la ventana para romperla, haciendo que en algunas partes te rías un poco por lo inteligentes que son y cómo actúan pero en aquella época había que innovar y el género zombie apenas se había tocado, por lo tanto estamos no solo ante una buena película de zombies en la actualidad originando que no haya envejecido nada mal, siendo muy entretenida, con muy buenas actuaciones, muy serias, dando respuestas a todo lo que ocurre y ofreciendo momentos tensos, aterradores (imaginaos hace 50 años) y con algo de acción, sino que estamos ante una película que se recordará siempre, porque gracias a esta película y a George A. Romero tenemos las películas y series de ahora, porque todos beben y beberán de estas películas de Romero, en especial de la primera, aunque hoy en día le veamos ciertos errores, flojedad, e incoherencias en la manera de actuar de los zombies, sin duda una joya del cine, que no la pongo un 10 porque hoy en día pierde algo en cuanto a banda sonora y movimientos de los zombies que sobreactúan, pero que es sin duda una película que cualquier fan al género zombie debe de ver.

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Me encantan las pelis de zombi por lo que no podía dejar pasar esta maravilla de película. Creo un genero nuevo porque hasta entonces las pelis de zombis eran de seres sin conciencia que se les arrebataba el alma y no los devoradores de carne que conocemos ahora. La película esta muy adelantada a su tiempo y acostumbrado a ver películas antiguas, estas suelen tener un ritmo lento, en esta no, la acción empieza enseguida. Las actuaciones son soberbias de todos los personajes, me gusto que el prota fuera un hombre negro algo muy raro en aquella época. La película no tiene escenas gores a día de hoy pero en aquella época si debió ser bastante gore. Lo que mas me gusto ese final tan retorcido, donde el ultimo superviviente es confundido con un zombi y es abatido, algo muy raro ya que las películas antiguas suelen terminar con un final feliz. Otro acierto es la banda sonora y esa genial fotografía en blanco y negro. Parece mentira que sea una peli de finales de los 60. Gran trabajo de su director George A. Romero que se encumbro y nos daría un par más de joyas del cine zombi y demostró que una peli de bajo presupuesto puede ser una obra maestra si las cosas se hacen bien.

Mi nota es 10.

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Me da exctamente igual que esta película sea el inicio del género zombie...que una película gusté o no,no depende de ser el primero de lo que sea porque lo veo absurdo y superficial.
La película empieza a aburrir a partir del minuto 15 con esa cochambrosa banda sonora que lo único que produce es urticaria auditiva,los actores se repiten más que el ajo,la estancia en la casa se hace extremadamente insoportable de lo pesada y aburrida que és y para como,lo que tendría que dar miedo no lo dá,me refiero a los zombies,que entiendo que sean muertos vivientes pero coño,no me creo que al salir del escondite los supervivientes no puedan contra ellos porque tardan lustros en dar un paso.
Segunda y última vez que la veo,porque ni obtiene tensión ni terror ni nada,es una patochada.
La considero Sobrevalorada al máximo.

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