Final explicado de "Luces Rojas" (2012): el giro oculto que cambia todo

Luces Rojas (Red Lights, aka "Poderes Ocultos", 2012) dirigida por Rodrigo Cortés nos trae suspense psicológico y misterio sobrenatural. La trama sigue a la Dra. Margaret Matheson (Sigourney Weaver) y al Dr. Thomas Buckley (Cillian Murphy), expertos en desenmascarar fraudes paranormales, que se enfrentan al legendario psíquico Simon Silver (Robert De Niro), retirado durante años y ahora de regreso en un momento clave.

Entre la tensión creciente y los indicios de que lo que sucede no puede explicarse con simples trucos, la película construye una atmósfera donde la duda y la obsesión se mezclan. Como en El Ilusionista, el espectador nunca está seguro de dónde termina el engaño y empieza lo real.

La trama y el juego de engaños

Matheson y Buckley viajan investigando supuestos fenómenos psíquicos, desmontando cada caso con precisión científica. Sin embargo, el regreso de Silver les obliga a moverse en un terreno más peligroso. Silver se presenta como un mentalista ciego capaz de leer la mente y manipular el entorno, aunque Matheson, debilitada por problemas de salud, insiste en que todo es un montaje.

La investigación pronto se complica: luces que parpadean, aparatos que fallan, aves que caen muertas… señales inquietantes que Buckley no logra explicar. Y cuando Matheson muere inesperadamente, Buckley decide seguir adelante solo, arriesgando mucho más de lo previsto.

El clímax: confrontación en escena

En el gran espectáculo de Silver, Buckley irrumpe para desenmascararlo delante del público. El psíquico parece controlar cada incidente: micrófonos que estallan, objetos que se mueven, un aura de poder que intimida a todos. La tensión es máxima.

Pero el momento decisivo llega con un gesto mínimo: Buckley lanza una moneda a Silver y este la atrapa con facilidad. El detalle revela que el mentalista no es ciego, desmontando en segundos décadas de su supuesta leyenda.

Final explicado: la verdad sobre Buckley

La revelación no es sobre Silver, sino sobre el propio Buckley. Todos los fenómenos extraños vistos a lo largo del filme —luces fundidas, distorsiones electromagnéticas, objetos doblados— no eran trucos de Silver, sino manifestaciones involuntarias de los poderes psíquicos de Buckley. Él los había negado, convencido de que su misión era demostrar que nadie tenía habilidades reales.

La película concluye con Buckley aceptando su identidad y recordando a Matheson, que murió sin ver un verdadero milagro. En un acto de cierre personal, desconecta a su hijo del soporte vital, como gesto de respeto hacia el deseo de ella de creer en algo más allá de la ciencia.

Cierre: fe, escepticismo y la zona gris

Luces Rojas no solo plantea la lucha entre creyentes y escépticos, sino que explora el peligro de vivir negando una parte esencial de uno mismo. Buckley es el espejo opuesto de Silver: uno usa la mentira para controlar, el otro rehúye la verdad para protegerse.

Rodada en localizaciones de Canadá y España, la película mantiene una tensión constante, como si en cada plano hubiera una trampa lista para activarse. Es imposible no pensar en clásicos del engaño como El truco final, donde la magia se confunde con la verdad. Y quizá ese sea el verdadero truco de Luces Rojas: recordarnos que, a veces, lo inexplicable no está fuera, sino dentro de nosotros.

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