- 11 de Septiembre del 2025
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En el vasto desierto del cine de terror de los 80, hubo una película que no necesitó capas, colmillos relucientes ni castillos góticos para redefinir a los vampiros: "Los Viajeros de la Noche" (Near Dark, 1987). Dirigida por Kathryn Bigelow, esta mezcla de western crepuscular y road movie sangrienta pasó casi desapercibida en su estreno, eclipsada por la fiebre de "Jóvenes Ocultos". Pero el tiempo la ha puesto en su sitio: una obra maestra de culto que merece ser recordada, y que hoy mismo se ha sumado al catálogo de Prime Video. Excusa perfecta para redescubrirla.
Vampiros sin glamour, solo carretera y sangre
La historia sigue a Caleb (
Adrian Pasdar), un joven que, tras un encuentro nocturno con la enigmática Mae (
Jenny Wright), es arrastrado a una familia de vampiros nómadas. Olvida los castillos y la aristocracia: aquí los no-muertos son forajidos modernos que viajan en furgonetas destartaladas, se alimentan en bares de mala muerte y dejan tras de sí un reguero de cuerpos como si fueran una banda de motoristas infernales.
Bigelow reinventa el mito vampírico con una estética polvorienta, casi de western, en la que el sol es el verdadero enemigo y la carretera el único refugio.
Un reparto de lujo, con sangre de Cameron
El casting es un sueño para los fans de los 80:
Lance Henriksen como el imponente líder Jesse,
Bill Paxton robando cada escena como el salvaje Severen, y
Jenette Goldstein como Diamondback, la matriarca letal. Todos ellos, por cierto, salidos de "
Aliens: El regreso", el regreso gracias a la conexión entre Bigelow y
James Cameron.
El contraste entre estos vampiros carismáticos y el joven Caleb, atrapado entre el amor y la necesidad de matar para sobrevivir, da a la película un aire trágico que la hace única.
Violencia, romanticismo y una atmósfera inolvidable
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Los Viajeros de la Noche" no es solo una película de vampiros: es una historia de amor condenada, una exploración de la familia como jauría y un ejercicio de estilo visual impecable. La fotografía de
Adam Greenberg (también detrás de "
Terminator") baña cada escena en tonos rojizos y crepusculares que transmiten peligro constante.
La secuencia del bar, con Severen desatado, sigue siendo uno de los momentos más brutales y celebrados del cine de vampiros. Y la banda sonora de
Tangerine Dream pone el broche perfecto: electrónica etérea que convierte el viaje en una pesadilla hipnótica.
¿Por qué defenderla hoy?
Porque rompió las reglas del género cuando nadie se atrevía. Porque en una década saturada de estéticas MTV, Bigelow eligió el polvo, el sudor y la sangre seca. Porque es un film que, sin grandes efectos, transmite más angustia y romanticismo que muchas superproducciones actuales.
Y porque hoy, al estar en
Prime Video, tiene la oportunidad de ser descubierta por una nueva generación que quizá solo asocie los vampiros con lentejuelas digitales.
Conclusión: un clásico que nunca muere
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Los Viajeros de la Noche" es una obra imprescindible para entender cómo el cine de género puede reinventar mitos ancestrales y darles un aire radicalmente moderno. Con estilo, con personajes memorables y con la visión única de Kathryn Bigelow, esta película demuestra que, a veces, los vampiros no necesitan castillos… solo una carretera interminable al amanecer.
arrasia
#1
Vaya, pues me habéis pillado porque no la conocía y me sorprende con ese reparto.
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