Es difícil abordar una película de Hideo Nakata sin traer a la mente obras maestras como "The Ring" y "Dark Water", que cimentaron su legado en el panteón del J-Horror. Su última entrega, "Juego Prohibido", sin embargo, se siente como una mezcla de inspiración y desatino, un reflejo desigual de su antaño inmaculada filmografía.
El prólogo de la película es inquietantemente prometedor: un viaje oscuro y onírico que nos recuerda por qué Nakata es venerado en el mundo del terror. Desgraciadamente, esta expectación se ve eclipsada por una serie de decisiones narrativas que desconciertan más que atemorizan. El extenso flashback, que podría haber servido como una herramienta eficaz para sumergirnos más profundamente en la historia, termina diluyendo el ritmo, haciéndonos preguntarnos si estamos viendo una película de Nakata o un intento por parte de alguien que busca emularlo.
Es indudable que el director sigue teniendo un ojo agudo para la cinematografía. Las escenas están meticulosamente compuestas, y hay momentos genuinos de tensión, recordándonos que aún reside algo del Nakata que todos amamos. Pero la coherencia se desvanece a medida que la trama avanza. La colaboración con Noriaki Sugihara en el guión, como ya se vio en "Sadako", aporta ideas que, aunque frescas, se sienten mal ejecutadas y en ocasiones, forzadas.
El triángulo amoroso que impulsa parte de la trama y el folklore japonés se sienten como elementos desaprovechados. En películas anteriores, Nakata ha demostrado ser un experto en entrelazar lo sobrenatural con el desarrollo de los personajes, brindando una profundidad emocional que hace que sus películas resuenen a un nivel mucho más profundo. Aquí, esa conexión se siente forzada, y por momentos, superficial.
Y aunque la película tiene un potencial innegable, el fallo más evidente es el recurso excesivo a efectos visuales de calidad cuestionable. En una era donde lo práctico y lo sutil pueden resultar más inquietantes, Nakata parece haberse inclinado hacia el CGI de bajo presupuesto, restándole autenticidad a escenas que podrían haber sido emblemáticas.
En resumen, "Juego Prohibido" no es un fracaso total, pero tampoco es una joya. Es una entrega mediocre de un director que sabemos puede ofrecer mucho más. Hay destellos de su genialidad, pero quedan eclipsados por decisiones cuestionables. En una escala del 1 al 10, "Juego Prohibido" merece un 5, siendo un visionado para los completistas de Nakata, pero quizás no para el espectador casual que busca un genuino escalofrío de terror japonés.
MarkGuro
#1
En conclusión: Sólo para fans acérrimos del director.
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