RocknRolla (2008)

La Navidad siempre está a la vuelta de la esquina.
 

Si puedes dar una bofetada como esa, tus clientes no te ocultarán nada. Será como abrir una fuente de palabras.

Todo está en los ojos. ¡Me cago en los adictos!
 

Puedo conseguir cualquier número. Trabajo con números ¿no?
 

Es una terrible visión y un horrible sonido, escuchar a un hombre chupar su alma por el agujero de una pipa, pero es aún peor cuando empieza a morir.

No hay mejor escuela que la vieja escuela y yo soy el jodido maestro.
 

Cuando te metes a la cama con Leny, a él le gusta endulzar los tratos. Quiere que estés en primera fila, con un auto nuevo esperándote afuera.

Puedes evaluar la cultura de un hombre cuando tiene un Whistler en la pared.

Las calles están vivas con el sonido del dolor.
 

Pero Mickey, tú eres el mánager y yo el rockero. Tú tienes el sombrero, ¿por qué no sacas algo de él?.

Todo está en los detalles.
 

Si la cachetada no funciona, o los matas o les pagas pero guarda el recibo porque no somos de la mafia ¿de acuerdo?

No hay mejor perro que un perro leal.
 

¿Tú viste el cadáver? ¿Lo viste todo destrozado con la lengua hasta la barbilla y la verga en la mano colgado de una viga como un verdadero RocknRolla?

Vender abrigos de piel en pleno verano no es nada peculiar en la mente de un adicto promedio.

Nada se le escapa a un viejo Tanque, nada.
 

Dicen que solo hay dos días en los que disfrutas un barco. El día que lo compras y el día que lo vendes.

La belleza es un atractivo llamado hacia la muerte y yo soy adicto al dulce sonido de su sirena.

No quiero a las desnudistas, Uno Dos. Te quiero a ti.
 

No tengo deseos de sonreír. Soy una contadora de treinta años, casada con un abogado homosexual. Yo te protejo y me quedo sin hijos, Bertie. Para un matrimonio de conveniencia, esto es muy inconveniente.

Si perfeccionáis un guantazo como ese, los clientes no os ocultaran nada, lo dirán todo, os aseguro que largaran por un tubo, no hace falta ser muy violento, no, no, les transporta a su infancia.

No me hubiera dado su pintura favorita si no estuviera hablando en serio.
 

Los rockeros así nunca mueren. Ellos solo se marchitan y me hacen sufrir.
 

Es mi pintura de la suerte ¿le gusta?. Llévesela por un tiempo. Tal vez le traiga suerte.

Estoy muerto, Pete. ¿Eso no te dice nada? Te dice que los muertos no quieren compañía.

Ese adicto ha tenido más funerales que un sepultero.
 

La droga es tu padre putativo.
 

Londres, amigo mío, se está volviendo la capital financiera y cultural del mundo.

Bienvenidos al Speeler.
 

No puedo enseñarle cómo pelar un gato. Pero puedo decirle mucho acerca del dinero en ladrillos y cemento.

Aquí están un par de grandes para que sueltes algunas lenguas.
 

Lo que empieza dulce, termina dulce. Y lo que empieza amargo, se endulza.
 

— Es maricón, le van los tíos. Todo el mundo lo sabe, ¡es trucha! Lo suyo son las salchichas y los huevos. — Pero, ¿qué coño estás diciendo? — Señor Uno Dos, hay algo que debería saber sobre nuestro Bob. ¿Quién crees que cuidó de tu madre antes de que palmara, cuando te calleron dos años? Porque no fui yo, y soy tu mejor colega. ¡No! Fue Bob. Le diré algo señor Uno Dos, si para ser la mitad de humano que Bob tuviera que convertirme en maricón, me lo pensaría. Tampoco mucho... pero un segundito, fijo.

Los adictos, como les diría cualquier adicto, no son de confiar. Ellos toman lo que no les pertenece, no porque lo piensen sino porque son adictos.