Stallone optó por el camino sencillo, mucha sangre y mucha acción, al estilo Hollywoodiense de mediados de los 80, algo que ya hacia tiempo que se habia perdido en el cine de acción actual y los ¨action hero¨ brillaban por su ausencia.
Para tal fin que mejor que un regreso de la fría mirada y su cuchillo, dispuesto a destrozar a cualquiera de la forma más sanguinaria.
Y aqui estamos, ante la película de la saga más famosa del cine de acción, que más carnicería y brutalidad escenica contiene.
Es lo divertido, no pensar, sino actuar.
La historia casí brilla por su ausencia, de nuevo un pueblo sometido por un dictador o por el ejercito, o lo que sea, es lo de menos, esta sometido y esa es la historía.
Esta vez el paisaje artístico, ni es Musulmania ni es Vietnam, nos vamos a Myanmar (Birmania), pero de Asia no salimos.
Esto es lo que el cine de acción de hoy en día necesitaba, algo sin escrupulos, sólo muertes, sin dialogos, sólo sangre, sin humor, sólo destrucción.
Black Metal
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Stallone optó por el camino sencillo, mucha sangre y mucha acción, al estilo Hollywoodiense de mediados de los 80, algo que ya hacia tiempo que se habia perdido en el cine de acción actual y los ¨action hero¨ brillaban por su ausencia.
Para tal fin que mejor que un regreso de la fría mirada y su cuchillo, dispuesto a destrozar a cualquiera de la forma más sanguinaria.
Y aqui estamos, ante la película de la saga más famosa del cine de acción, que más carnicería y brutalidad escenica contiene.
Es lo divertido, no pensar, sino actuar.
La historia casí brilla por su ausencia, de nuevo un pueblo sometido por un dictador o por el ejercito, o lo que sea, es lo de menos, esta sometido y esa es la historía.
Esta vez el paisaje artístico, ni es Musulmania ni es Vietnam, nos vamos a Myanmar (Birmania), pero de Asia no salimos.
Esto es lo que el cine de acción de hoy en día necesitaba, algo sin escrupulos, sólo muertes, sin dialogos, sólo sangre, sin humor, sólo destrucción.
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