Cuando vieron la película por primera vez y pudieron comprobar el sensual vestuario de las actrices, uno de los hermanos Weitz (a los que conocemos de American Pie y otras muchas películas), le dijo a su abuela Lupita Tovar ¨Ahora sé por qué se casó contigo el abuelo.¨
Por cierto, que se ve que el precoz productor Paul Kohner se enamoró a primera vista de Tovar, enseguida que la vio en la sala de espera de su despacho. Se quedó tan prendado de
bigladiesman
Cómo cambian los tiempos: desde hace ya unos años te puedes montar un doblaje casero con cuatro euros, pero allá por 1931 era carísimo doblar, y no pocas productoras lo que hacían era volver a rodar las películas que quería exportar en varios idiomas con un reparto distinto. Esta es quizá la más mítica de esas versiones.
El cordobés Carlos Villarías intenta emular a Béla Lugosi, pero no tiene ese físico y voz, ni tiene a Karl Freund... (seguir leyendo)