Una película italiana de terror gótico, y que en mi opinión fue la más floja de todas las que se hicieron en los años 60. Al principio parece que va estar bien, pero no tarda mucho en empeorar, llegando a un final mediocre e insulso. ¿Que es lo que falla? La dirección es muy vulgar y poco inspirada, y eso se nota en el ritmo; que acaba siendo demasiado irregular. La banda sonora pasa completamente despercibida y no sirve para nada.
Solo se salva la correcta fotografía, y la siempre sobria actuación de Christopher Lee. El resto del reparto no está mal, pero es un tanto estereotipado. No me extraña que esta película sea tan poco conocida, ya que no tiene nada de especial, y lo poco de bueno que tiene lo desaprovecha claramente. Una lástima.
De todas maneras le doy un aprobado raspado, ya que al menos no se hace aburrida. Pero como film de terror gótico me ha decepcionado, ya que de terror propiamente dicho hay bastante poco. Así que ya sabéis lo que hay.
Reservada a forofos y adictos de Christopher Lee, el resto mejor olvidadla.
Puntuación : 5.
A mí este tipo de pelis me ganan por goleada, pero ésta en particular, aunque en su cómputo global me haya gustado lo justo, me ha decepcionado por completo. Su primera mitad es fabulosa. También engaña muchísimo, pues crees que vas a ver algo mucho mejor de lo que al final la peli te ofrece. Si os fijáis bien, a los 32 minutos de metraje, están el Conde Drago ( Christopher Lee ) y su sirviente ambos sentados en sendos tronos en cuyos respaldos hay un enorme pentagrama satánico... Ya antes de ésto la peli prometía muchísimo, pero que va... Un Christopher Lee, interpretando a un Conde obsesionado con la muerte y con el embalsamamiento de los seres vivos. Repito: la empiezas a ver y durante un buen rato la peli engaña bastante; por lo menos en mi caso así ha sido.
Curiosa italianada que cuenta con Christopher Lee y un entonces semidesconocido Donald Sutherland en su primera actuación de cierto calado, donde además hace tres papeles.
Así y todo, una tercera estrella es el protagonista de la película: Philippe Leroy, actor francés que conseguiría excelentes papeles en el cine europeo de los 70, además de ser recordado como el eterno compañero de aventuras de Sandokan, Yáñez, en la entrañable serie protagonizada por Kabir Bedi. Lee va con el piloto automático como maloso y Donald Sutherland empezó a dar muestras de sus habilidades camaleónicas haciendo de policía xenófobo, cobarde y torpe que da un toque cómico, de bruja buena y de anciano, los tres bastante grotescos. Hay dos actores secundarios que ponen mucho de su parte para complacer al público: son Mirko Valentin, secundario en montones de pelis de serie B con un rostro complicadísimo como la psicótica mano derecha de Lee, y el diminuto Antonio de Martino (alias Skip Martin en su carrera como extra en el Reino Unido) que como el ingenioso y supersticioso enano Nick se convierte, muy a pesar del personaje, en el héroe en varios momentos. La confrontación final entre ambos personajes, dividido en dos igualadas batallas más propias de un western que de una peli de terror gótico, es lo mejor de la película.
Guion del propio director de la película, el neoyorquino instalado en Italia Warren Kiefer. Pese a que la idea de una momificación en cristal es muy interesante, no se ejecuta bien y da como resultado una película muy tediosa que pese a tener algún momento bueno nunca levanta el vuelo.
Técnicamente, lo mejor es la ambientación, basada en exteriores de la bella ciudad de Bomarzo, no muy lejos de Roma, famosa por su castillo y el conjunto monumental del Bosque de los Monstruos que colinda con éste, un bosque lleno de esculturas renacentistas grotescas, además de contar con una intimidante cuevecilla artificial con puerta en forma de cara del dios averno Orcus, un bonito templete y una fascinante casa inclinada. Toda la película se desarrolla en estos dos lugares y sus aledaños. La fotografía en blanco y negro resulta ideal para dar un aspecto gótico a la acción.
Los mimbres estaban puestos: buen reparto, buenas ideas y el magnífico marco para una película de terror que es Bomarzo, pero la ejecución es pésima. Es una película que se hace muy dura de ver y casi inacabable pese a sus menos de 80 minutillos largos de duración: un tocho sin interés con tres actores estelares y un par de exóticos secundarios ambientado en un espectacular marco. A los fans del terror gótico, público pera el que está pensado el producto, os digo que esta peli es como si os dan una lata de caviar y resulta estar rancio.
Obra maestra totalmente infravalorada...con el gran Lee interpretando al Conde Drago(en mi opinión supera a su ya archiconocido Drácula Hammeriano...así ...con dos cojones)...atmósfera conseguida y un guión cojonudo...a destacar también el pequeño papel de un jovencísimo Donald Sutherland.
Críticas: 5
TANO
6
Con una sinopsis así, y con Christopher Lee por medio, ¿cómo no iba a ver esta película?
Tenemos a una especie de compañía de teatro callejera que es invitada a un castillo para interpretar su espectáculo, para su extraño dueño, un conde que se dedica a embalsamar animales para ¨preservar su belleza¨. El problema es que no solo embalsama animales.
La película se mueve entre lo intrigante e interesante, y otras cosas más tontas que se cargan un poco el ritmo (el papel de Donald Sutherland, de policía de la época tontaina, se carga totalmente el ambiente), aunque estoy acostumbrado a que en las películas clásicas italianas el policía de turno no pase desapercibido, o son geniales, o un desastre, pero siempre tienen carisma. Eso sí, el mejor personaje, la bruja, con diferencia. Es genial.
También destaca el esbirro/mayordomo del conde, que consigue quitarle gran parte del protagonismo a Christopher Lee.
La peli cuenta con una fotografía realmente buena, gracias sobre todo a los escenarios donde se desarrolla, tanto en el castillo como en ese parque lleno de grutas y monumentos extraños.
En definitiva, que la idea está bien, pero el ritmo no está todo lo bien llevado que podría.
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