Lo dije dos veces, lo diré una ultima vez: los cuentos de hadas oscuros me parecen estúpidos.
Pero dado que estamos hablando de Dario Argento, y que ya he visto a sus predecesores Suspiria e Inferno, no se me ocurrió otra cosa que ver esto como para darle un cierre a la Trilogía, esperando que esté a la altura de su potencial.
Vamos, que la historia había sido puesta en pausa durante 27 años hasta ese momento (1980-2007) donde Argento dirigió y produjo una buena cantidad de obras maestras durante ese período. Es de sentido común que yo espere que esta película tenga un culminante final para la historia de Las Tres Madres.

Lamentablemente, solo demostró que yo tenía razón. Los cuentos de hadas oscuros son estúpidos.

Este espectáculo de feces es comparable a una película casposa serie B de los 80, cuyas brujas son en realidad mujeres desnudas con excesivo maquillaje. Suceden eventos exagerados y escenas de muerte de todo tipo, ninguna están bien hechas, sumándole los largos y tediosos minutos que anticipan algo que no valdrá la pena en lo mas mínimo.

Asia hace todo lo posible, como de costumbre, con la película de su padre. Tristemente no hay nada que nadie pueda hacer para salvar este material. Me siento mal por los actores que se esforzaron por hacer que este guión funcionara, pero si quieren mi opinión, deberían ellos haberse dado cuenta de que esto estaba condenado al fracaso desde el principio. Deberían de haberse tomado este producto muy poco en serio y divertirse con el, porque como obra seria no vale para nada.

La escena que me molesto lo suficiente como para dedicarle todos estos insultos es la del bebé siendo arrojado por un puente... Oh, perdón, UN BEBÉ DE JUGUETE siendo arrojado por un puente.
¡Todos los que tengan el privilegio de la visión se darán cuenta que uno de los brazos de plástico del juguete se cae del maldito muñeco que se supone es un bebe de verdad!. Y ni siquiera tuvieron la decencia de editar o hacer la escena de nuevo para que pareciera más realista, nada de eso. Como queda queda, y si quedo mal no importa que total los tontos como yo compramos la película igual.
Esta no es la primera vez que Argento le toma el pelo a su audiencia. En su historia de la antología ¨Two Evil Eyes¨ vemos a un gato visualmente feliz siendo acariciado, mientras que el director pretende que su audiencia crea que al gato lo están ahorcando porque puso sonidos de gato enojado de fondo en un tonto intento de darle credibilidad a la escena.

Para colmo la trama es estúpida y la ejecución es aún peor. La mayor parte de la película consiste en encontrar personas al azar que le tienen miedo a las super poderosas brujas, contándote la historia que ya nos dijeron en la antecesora, y madre santa toda esa anticipación fue para llegar a una de las peores confrontaciones jamás antes vista.
¡Y pensé que ¨Inferno¨ tenía un enfrentamiento anti-climático y sin sentido! Les dejo, sin spoiler, una ¨Frase celebre¨ de La Madre del Mal:

- “Nadie puede detenernos ahora, ¡Nadie!… NOOOOO”.

Pura comedia, y estaba yo tan frustrado viendo esto que no se me dio por reír.
La bruja mala del Oeste era, y lo digo sin una pizca de sarcasmo, cien veces más aterradora.

¨La Terza Madre¨ no tiene miedo de ser borde e inmoral. De hecho, ha logrado ofenderme en reiteradas ocasiones:
-Me ofende tener que ver un juguete arrojado desde un puente mientras una producción de alto nivel intenta venderlo como si eso hubiese sido una persona real.
-Me ofenden los muchos minutos de preparación y los muchos diálogos sobre la horrible y poderosa bruja para una confrontación tan tonta y apresurada.
-Me ofende el hecho de que la gente haya tenido que esperar casi tres décadas para ver semejante basura.

Madre mía Argento.

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Correcta conclusión de la legendaria saga de “Las Tres Madres” (1977-2007) del maestro italiano Dario Argento.

Sarah Mandy es una estudiante que realiza su práctica profesional en un importante museo de artes antiguas en Roma. Sin embargo, luego de abrir y examinar una extraña urna que contiene los restos de una poderosa y milenaria bruja, se desatará en la capital italiana una fuerte ola de violencia que la obligarán a investigar como hacer frente al horror.

Finalmente, después de 30 años de postergaciones -algunas obligadas y otras voluntarias- y, ciertamente, 30 años de larga espera para los fanáticos del género, el legendario director italiano Dario Argento pudo concluir su reconocida trilogía brujeril prácticamente 27 años después del estreno de la segunda entrega de la saga, el clásico “Inferno” (1980), secuela directa de la obra maestra “Suspiria” (1977). No obstante, los intentos por cerrar la trilogía, se remontan a 1984, luego del éxito de “Tenebrae” (1982), cuando Daria Nicolodi, por entonces pareja del realizador, había confirmado la finalización de un guión que finalmente se descartó, presumiblemente por los problemas de pareja que ambos sostenían y que terminó en su separación a mediados de la década. Nicolodi había sido determinante hasta la fecha en el proyecto, habiendo co-escrito el guión de “Suspiria” (1977) con Argento y participando activamente como actriz en la secuela “Inferno” (1980) por lo que el quiebre sentimental y profesional entre ambos, además de dificultades para definir locaciones y efectos especiales, habría sido determinante para que Argento dejara el proyecto de lado y filmara, en su lugar, el thriller sobrenatural “Phenomena” (1985).

Un nuevo intento por concluir la trilogía se dio tras “Opera” (1987) y las incursiones como productor de Argento en “La Chiesa” (1989) y “La Setta” (1991) dirigidas por Michele Soavi, que en el mercado internacional se conocieron como “Demons 3: The Church” y “Demons 4: The Devil’s Daughter” y las que siguieron el remake del clásico de Mario Bava “La Maschera del Demonio” (1960) de su hijo Lamberto Bava, “Demons 5: The Devil’s Veil” (1990). Daria Nicolodi, que venía de participar en “Paganini Horror” (1989) de Luigi Cozzi, desarrolló un nuevo guión inspirado en la trilogía incompleta, también a partir del libro “Suspiria de Profundis” (1845) de Thomas de Quincey, que sin embargo terminó en manos de Cozzi como una película independiente de brujería, con algunos elementos de la obra de Edgar Allan Poe, con el nombre de “Il Gatto Nero” (1989), pero que también fue promocionada como parte de la saga de “Demons” (1985-1986), como “Demons 6: De Profundis” (1989).

Casi 14 años después, Argento comentaba en el marco del Festival de Ficción de Trieste que ya tenía un guión prácticamente consolidado que incluía temáticas como misticismo, alquimia, inquisición y gnosticismo en donde el italiano abordaba la fuerte crítica a la Iglesia Católica e incluso contextualizaba la aparición de Mater Lachrymarum en la Edad Media, muy similar a cómo lo hizo en ambos casos de “La Chiesa” (1989) de Soavi. La filmación iniciaría en agosto de 2004, pero a finales de 2005, Argento involucró a los escritores Jace Anderson y Adam Gierasch (“Cocrodile”, 2000) para luego descartar su propuesta y contratar al editor italiano Walter Fasano (“Call me by your name”, 2017) quien terminó de pulir junto al mismo director el guión. Fasano fue decisivo en la determinación de Argento de volver a considerar la tercera parte con un estilo visual y narrativo similar a “Suspiria” (1977) e “Inferno” (1980), ya que el director italiano estaba muy entusiasmado con darle un enfoque más de thriller que de neogiallo, luego de sus efectivas participaciones en la serie “Masters of Horror” con “Jennifer” (2005) y “Pelts” (2006).

Sin embargo, “La Terza Madre” (2007) es, en la práctica, una película que terminaría dividiendo fuertemente a los fanáticos del maestro del giallo. Una de las cuestiones más complejas para valorar el film es tener en cuenta que esta tercera parte se concretó 30 años después de “Suspiria” (1977) y 27 después de “Inferno” (1980) con las convenciones culturales y cinematográficas que suponen dos décadas o periodos absolutamente diferentes. Para empezar, la naturaleza giallesca y de thriller sobrenatural que caracteriza a ambos clásicos evidentemente no es un aspecto que “La Terza Madre” (2007) comparta por ser el giallo un subgénero ya desaparecido prácticamente, y que el propio Argento no pudo actualizar y revivir de la mejor manera tanto como antes como después de “La Terza Madre” (2007), como lo vemos en “Do you like Hitchcock” (2005) y “Giallo” (2009). En consecuencia, valorar “La Terza Madre” (2007) como si nos encontráramos en plena década de los 80s no es viable ni justo.

Otro elemento importante a considerar es la dificultad de retomar un universo narrativo que había tenido continuidad durante 5 años (1977-1980) y que se había abandonado hacía décadas por otros proyectos de diferente índole. Además, que claramente se establecía en un paradigma de fantasía propia de una época en que el cine de terror se expandía impune y maravillosamente sin tener en cuenta límites o convenciones muy rígidas, una época especialmente fértil y diversa en cuanto a temáticas terroríficas. De esta forma, ya en una época en donde los críticos denunciaban la muerte del cine de terror genuino, con propuestas cada vez más ridículas cuando no originales y repetitivas en el nuevo milenio, Dario Argento nadaba contra corriente para no sólo culminar uno de sus proyectos más emblemáticos, sino también para dar nuevos aires al horror de la vieja escuela.

Ahora bien, es importante reconocer que el ritmo general de “La Terza Madre” (2007) peca un tanto de cierta linealidad a diferencia de sus ya legendarias dos precuelas, que brillaban precisamente por un destacado manejo en la construcción del suspenso y una serie de vueltas de tuerca y revelaciones tan sorpresivas y brutales como varias de sus más impactantes secuencias. “La Terza Madre” (2007) puede, así, resultar un tanto menos dinámica y ofrecer menos momentos narrativos memorables respecto a “Suspiria” (1977) e “Inferno” sin embargo, Argento logra mantener interesado al espectador al establecer las necesarias conexiones narrativas para vincular los tres films, sin caer en la tentadora opción de rellenar la trama con demasiado narrativa preliminar. De esta forma, en una decisión más pragmática que nada, Argento apuesta por privilegiar la continuidad narrativa hacia el inevitable enfrentamiento final entre la protagonista y Mater Lachrymarum.

Por otra parte, “La Terza Madre” indudablemente contiene la cuota necesaria de documentalismo brujeril que tanto “Suspiria” (1977) y “Inferno” (1980) pregonan. Sin embargo, y considerando que el propio Argento había hablado de incluir temáticas sobre medievalismo, misticismo y gnosticismo que finalmente no aborda el guión, hubiese sido deseable haber expuesto, por primera vez porque no lo hace en las dos entregas anteriores, alguna referencia al arcano pasado de las tres hermanas, en lugar de sólo hacer una vaga referencia a que han implantado un reinado de horror y muerte desde hace más de mil años. Con todo, la historia inicial sobre el sacerdote de comienzos del siglo XIX (1814) que carga con la urna maldita que contiene los restos de la bruja, la túnica y los ídolos diabólicos y que Argento narra utilizando unos atractivos bocetos o grabados, ayuda a dar cuenta de la antigua existencia de las hechiceras y los intentos de ciertos personajes secundarios por erradicar sus poderes, como lo fue el alquimista Varelli en “Inferno” (1980).

Por último, y siempre desde un punto de vista narrativo, la decisión de liberar la acción y desencadenar el conflicto principal en Roma en la forma de una ola de violencia. Por un parte, representa un interesante intento de Argento de dar universalidad y atemporalidad al poder de las brujas, en un acto muy simbólico por tratarse la Ciudad de Césares de la urbe más antigua y alegórico a las artes de magia, respecto a Friburgo (Alemania) y New York (Estados Unidos). Sin embargo, con esta propuesta, “La Terza Madre” (2007) pierde gran parte de la ambientación claustrofóbica y sombría en que se desarrollan “Suspiria” (1977) e “Inferno” (1980), en donde el quehacer de las fuerzas malignas y su poder se mantiene fuerte e impune tanto en la escuela de danza así como el edificio antiguo, la biblioteca citadina y la tienda de libros antiguos. Esta opción narrativa supone, entonces, la dicotomía de fuerzas malignas que irrumpen en la ciudad ante la vista y presencia de todos, pero que sólo el protagónico de Sarah Mandy parece estar realmente consciente.

Desde un punto de vista estético, “La Terza Madre” (2007) evidentemente no sigue los principios pictóricos de sus precuelas, y ello responde también a una cuestión temporal y de estilos imperantes. A la espectacular fotografía surrealista y cromáticamente amenazante de Luciano Tovoli en “Suspiria” (1977) y a la propuesta onírica y fantasmal de Romano Albani en “Inferno” (1980), le seguirá el trabajo bastante más convencional y naturalista de Frederic Fasano (“Scarlet Diva”, 2000) que, sin duda, si se le compara con sus precuelas como irremediablemente se hace, le hace ver bastante menos sugerente, surrealista y terrorífica, a excepción de las escenas en el museo, la oficina episcopal y, por supuesto, las tenebrosas catacumbas de la antiquísima casa señorial en Roma que nos regalan los mejores momentos en cuanto a ambientación malsana y siniestra de la cinta.

Decía yo que “La Terza Madre” (2007) podrá ser menos impactante y sugerente que sus precuelas en términos estilísticos, pero claramente no lo es en cuanto a cuestiones pragmáticas, en concreto a su violencia. La tercera parte de la trilogía es, definitivamente, la más violenta y brutal de todos sus films brujeriles en donde Argento demuestra una vez más y, en cierta medida, recupera su enorme capacidad por retratar el asesinato más cruento e impactante, en este caso, a manos de una fuerza tan maligna como cruel. La cantidad de escenas bestiales del film son cada una peor que su antecesora e incluye secuencias como destripamientos, degollamientos, empalamientos vaginales , acuchillamientos, incineraciones, aplastaciones de cráneo, defrenestaciones e utilización de instrumentos de tortura medieval (como la pera, la lanza y el pincho para ojos) indistintamente en víctimas tanto masculinas como femeninas, pero como es de esperarse, simbólicamente más crueles en éstas últimas, lo cual no deja de ser curioso considerando la victimaria.

El director de “L’uccello dalle íume di cristallo” (1970), por otra parte, no pierde la oportunidad por retratar y exponer la imagenería más clásica del mundo de las brujas. Destaca, por supuesto, la secuencia anterior al clímax en las catacumbas en donde es posible observar un aquelarre de los más profanos en donde se destripa y desolla a víctimas masculinas, además de las clásicas referencias al “osculum infame” o el “beso infame”, las orgías lésbicas y el sacrificio de infantes. Este último elemento nos remite al aplaudible atrevimiento del director de “Profondo Rosso” (1975) de traspasar los límites de una forma brutal con la exposición de asesinato, sacrificio y canibalismo de infantes y niños, sin dejar nada a la imaginación y respondiendo, notablemente hay que reconocerlo, a la tradicional creencia de que las brujas devoran literalmente a los niños.

Para “La Terza Madre” (2007), Argento dispuso la realización de efectos especiales por maquillaje y digitales. Los primeros, como siempre, estuvieron a cargo del reconocido maquillador Sergio Stivaletti, responsable de prácticamente todos los grandes e impactantes momentos visuales de las películas del director de “Il gatto a nove code” (1971), quien demuestra toda su experticia y talento con las más brutales secuencias de muerte que Argento habpia dirigido, como el destripamiento y rompimiento facial con la pera de la compañera de Sarah Mandy, los diversos desgollamientos a personajes masculinos, el empalamiento vaginal de Giselle y, por supuesto, el clímax dantesco del aquelarre. Por otra parte, Lee Wilson se hizo cargo de los efectos digitales, que no superan en lo absoluto los manuales de Stivaletti, pero que tampoco están tan mal, en especial las recreaciones de Roma en llamas (filmadas en Turin y los estudios Cinecittà en Terni) y el clímax del obelisco y Mater Lachrymarum.

Si bien contempló en un momento reclutar a la modelo y actriz Sienna Miller (“Stardust”, 2007) para el protagónico de Sarah Mandy, finalmente no sería extraño que el director de “4 mosche di velluto grigio” (1971) se decantara finalmente por su hija, la bella Asia Argento, protagonista de varias de sus películas desde “Trauma” (1993). Sin ser su mejor performance en las películas de su padre, como la misma “Trauma” (1993) y “La Sindrome di Stendhal” (1996), Asia Argento cumple satisfactoriamente en su rol de heroína sucediendo al personaje de Suzanne Bannion de “Suspiria” (1977), luego de la impronta masculina de Mark Elliot de “Inferno” (1980). A pesar de algunas secuencias en donde resulta poco convincente como aquellas en las que interactúa con el fantasma de su madre, muestra mayor afiato en las secuencias de acción, en especial el clímax en donde revive la legendaria escena de Jennifer Connelly en “Phenomena”, (1985) en un pozo con cadáveres y otros restos asquerosos.

Al igual que en “Suspiria” (1977), también encontramos, en un reparto esencialmente femenino, a las atractivas de Coralina Cataldi-Tassoni (“Opera”, 1987) como la médium Giselle; Daria Nicolodi (“Inferno”, 1980) ex mujer del director y madre real de la protagonista, como Elisa Mandy, con quien Asia tiene una particular y emotiva secuencia de madre e hija literalmente; y al curvilínea modelo israelí Moran Atias (“Third Person”, 2013), que personifica a la joven, bella pero cruel Mater Lachrymarum, la última de las tres brujas hermanas que busca condenar a la humanidad.

En el reparto masculino, en tanto, encontramos a los experimentados Udo Kier (“Suspiria”, 1977) como el padre Johannes y Philippe Leroy (“Une femme mariée”, 1964) como el alquimista y erudito Guglielmo de Witt. Adams James (“Murder on the Orient Express”, 2001), lamentablemente, es el punto más bajo a nivel interpretativo, siendo poco convincente como Michael Pierce, director del museo y pareja de Sarah que debería haber encabezado el aspecto documental de forma más protagónica.

Otro de los aspectos destacables de “La Terza Madre” (2007) es su banda sonora, a cargo de Claudio Simonetti, ex líder de la legendaria banda de rock progresivo que compuso gran parte de los impresionantes scores de la filmografía de Argento, como “Profondo Rosso” (1975), “Suspiria” (1977), “Tenebrae” (1982) y “Phenomena” (1985). Simonetti decidió componer una partitura con fuertes elementos de rock y metal y con claras influencias medievales en los coros, inspirándose en el compositor clásico Carl Orff (“Carmina Burana”, 1935-1936) y otros como Bernard Herrmann (“Psicosis”, 1960) y Jerry Goldsmith (“The Omen”, 1976). Destaca el corte final ¨Dulcis in Fondo¨, interpretada por la banda de heavy metal del propio Simonetti, Daemonia. El score fue grabado en los ¨Acquario Studio of Castelnuovo¨ en Porto-Roma, sus secciones sinfónicas interpretadas por la Orquesta D.I.M.I y sus partes corales por el coro ¨Nova Lyrica¨ en febrero de 2007 en los Lead Studios, Roma, con la ayuda de Giuseppe Ranieri.

En resumen, una correcta y digna culminación de la legendaria trilogía brujeril del maestro del horror italiano, que aunque no tiene una atmósfera tan siniestra y sugerente como sus dos precuelas, tiene los méritos de ofrecer un espectáculo coherente con su universo cinematográfico y un estilo visual bestial para retratar el poder del mal.

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La triste decadencia de Dario Argento. A buenas horas se le ocurrió hacer la 3ª parte de la trilogía las 3 madres, pues Argento aquí ya había perdido toda su inspiración y estilismo. Muy poco queda ya de su antigua personalidad, tan genial y carismática. Y es que esta secuela tendría que haberse hecho mucho antes, esperó demasiado tiempo.
El resultado fue este esperpento visual, no exactamente malo o pésimo, pero si bastante fallido. Las brujas que van apareciendo parece que vengan de un carnaval, el estilo visual está completamente alejado de las magistrales ¨Suspiria¨ o ¨Inferno¨, y el argumento hace aguas por todas partes. Y encima nos vuelven a endilgar a la Asia Argento, que está ya más vista que el TBO.
¿Donde está aquel fascinante misterio ocultista, aquel colorismo visual, aquellas maravillosas bandas sonoras, aquella genial puesta en escena, aquel suspense tan potente? Pues no hay nada de todo eso. Una pena, la verdad.
De todas maneras no me lo quiero cargar todo: No se hace aburrida, hay escenas sangrientas aceptables, y se puede apreciar alguna que otra secuencia salvable, pero en general no hay mucho que ver.
Como 3ª parte de la saga es muy decepcionante, pero como simple película de terror es pasable, y nada más. Por eso le doy un aprobado raspado, y estoy siendo muy indulgente, puesto que me esperaba algo bastante mejor... y no fue así. Una oportunidad perdida para siempre.
Reservada para adictos y fanáticos incondicionales de Dario Argento, el resto mejor abstenerse.
Puntuación: 5.

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No creáis que todo acabó con la muerte de las Madres Tenebrarum y Suspiriorum, porque una maldición milenaria está a punto de ser liberada y expandirse.
En Roma, la tercera de las antiguas brujas va a despertar y hacer que comience una era de caos y oscuridad.

Habían pasado nada menos que diecisiete largos años desde que Dario Argento hiciera ¨Inferno¨, segunda entrega de su Trilogía de las Madres basada en el ¨Suspiria de Profundis¨ de Thomas de Quincey, con la que entró en la década de los 80 y concibió junto a su inseparable Daria Nicolodi.
Con ¨Suspiria¨ el italiano logró un éxito inesperado e inmediatamente se preparó para una secuela, pero tras esto, el guión que se pensaba usar para una tercera parte quedó un tanto en suspenso a la espera de poder escribir una buena historia y perfeccionar el resultado final. Y ahí se quedó la cosa, con Argento parando el proyecto e inmiscuyéndose en otros más personales, dándonos así obras muy notables de su filmografía como ¨Tenebre¨ o la genial ¨Terror en la Ópera¨. Parecía que el director se había olvidado del tema por completo cuando pasaron los 90, llegó el nuevo siglo y la trilogía no despegaba; sin embargo, allá por 2.003, anunció al fin que se reanudaría, dando forma posteriormente al argumento, nada menos que junto a cuatro guionistas más, el cual trataría la llegada de la tercera (y más cruel) de las brujas: Mater Lachrymarum.

Esta vez, cuando en unas obras realizadas cerca de un cementerio aparece el ataúd de un oficial de la Iglesia llamado Oscar de la Valle, un sacerdote interesado en el hallazgo descubrirá la espantosa verdad que se oculta no en el féretro en sí, sino en una urna encadenada a éste que contiene algunos utensilios y figuras antiguas y una misteriosa túnica roja con una inscripción.
Más tarde, en el Museo de Arte Moderno romano, las restauradoras de arte Sarah y Giselle, en un gesto inocente y de lo más impertinente (vamos, que no se podían estar con las manos quietecitas, las tías) abren dicha urna y examinan el contenido de su interior, liberando así el espíritu condenado de la Madre de las Lágrimas, la última del ancestral trío de brujas negras. A partir de ese momento, se desata en Roma una ola de caos, desconcierto y anarquía que pronostica el principio de una nueva era de las brujas; la única que puede detener esto es la joven Sarah, quien posee un increíble poder para ella desconocido heredado de su madre Elisa, una hechicera blanca que fue asesinada tiempo atrás por la Madre de los Suspiros.

La película sigue exactamente por donde se quedaron las dos entregas anteriores, mencionándose literalmente hechos de aquellas, y no puede comenzar de manera más clásica y trillada: con una reliquia maldita enterrada cuyo mal que lleva dentro queda liberado al ser descubierta por accidente. No así, el sr. Argento deja bien claro que muy pocos directores pueden ganarle actualmente en cuanto a poner los pelos de punta se refiere, y no es para menos afirmar esto; no pasan ni diez minutos de película cuando ya vemos cómo le rompen los dientes a una pobre mujer, la destripan y luego la ahorcan con sus propios intestinos...con mucha delicadeza, sí señor, así es Dario Argento.
Como otros experimentados realizadores en el género de horror, el italiano no pierde facultades a la hora de crear atmósferas terroríficas y macabras, y en ¨La Madre del Mal¨ el director hace, sin duda, lo que mejor se le da: poner el estómago del revés al público con una serie de secuencias impactantes. Se tratan temas tan poco apreciados por la Iglesia como la magia negra, el esoterismo o la alquimia en una trama a la vez aventuresca, fantástica, repleta de violencia y mucha mala leche, recurriendo al conocido terror apocalíptico que tantas veces hemos visto ya en el cine para unificarlo todo.

Lo malo es que el film no está a la altura de los grandes clásicos del director, aun poseyendo un poder visual arrollador. Vale como producto de entretenimiento pero quedan atrás los años de ¨Suspiria¨ e ¨Inferno¨ para Argento, quizá por lo tópico de su historia, de algunos personajes, por ciertos momentos innecesarios o absurdos o porque se toma demasiado en serio.
El director vuelve a meter a su hija Asia de por medio dándole el mismo papel de siempre (nunca me cae bien esta tía cuando actúa a las órdenes de su padre), contando de nuevo con Daria Nicolodi, Udo Kier y Coralina Cataldi. El mejor del plantel: el veterano Philippe Leroy como Guillermo de Witt.

...si no le doy más nota es por su precipitado y sumamente estúpido final. Ahí Argento mete la pata pero bien.

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Si bien es una pelicula relativamente nueva, tiene toda una estructura ochentosa que nada tiene que envidiarle a las anteriores, aparte tiene todo lo necesario para entretener, muertes por destripamiento, cabezas que rebientan y hacen saltar ojos, tetas innecesarias, lesbianismo innecesario, lo unico que se lamenta es el rapido final, no hubiera estado mal una pelea entre la Mater y la protagonista, ya que tambien es un bruja. En fin, se deja ver y se agradece que no haya sobrecargado los colores de las peliculas como en las otras Madres

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Tercera y última entrega de la trilogía de las madres que pese a no ser totalmente mala no me encantó, de todas formas me ha parecido la peor de las tres. Esta trilogía va de mejor a peor: la primera que es excelente, la segunda que es buena y esta tercera que vendría a ser casi regular. Para haber salido directamente a DVD está muy bien hecha, con efectos especiales excelentes y actuaciones más que rescatables pero ya no se siente como parte de esta saga, eso suele pasar cuando hacen una secuela tantos años después. Así y todo es aceptable. En fin, me gustó pero la que realmente vale la pena es ¨Suspiria¨,

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Si de esta forma queria cerrar la trilogia Argento, mejor no hubiese hecho nada.

Tercera parte de las brujas, en esta Mater Lachrymarum se encuentra en Roma y empieza a desatar un apocalipsis (muy light igual). Asia Argento es una arqueologa y se ve involucrada con todo esto por una urna que encontraron. Trama del monton.
A ver, despues de 27 años (donde habia quedado Inferno) queres hacer la tercera parte tenes que tener ideas copadas, o inspiracion o querer volver a esa especie de ¨terror psicodelico¨ o algo; no señor, aca no vas a encontrar nada.
Es el mismo Argento de los noventa para arriba, parace que filma sin ganas, sin imaginacion visual, sin nada.

Pero mas alla de su direccion, que pavada que es la historia. Asia Argento con poderes, con PODERES!!
Guarda me van a encontrar, me hago invisible (posta); o la parte tirando el polvo donde puede ver a los fantasmas (que tiene que ver).
Daria Nicolodi indicandole el camino que tiene que seguir su hija, con un efecto truchisimo de computadora. Me saco de quicio, en serio.

Lo unico que se puede destacar un poco: es algunas muertes, como la de la ¨medium¨, y el hecho de que este Udo Kier le suma un algo (lo hubieran puesto mas tiempo), y nada mas.

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Ya no daba un duro por lo que hacía Argento así pues, con nula fe he disfrutado de la película... me sobra un poco el papel de la madre de la protagonista pero por lo demás he disfrutado... tendrá, que los tiene, sus errores, pero me lo ha hecho pasar bien que al fin y al cabo, es lo que cuenta.

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No esta mal la película, un poco rara pero con buena intriga y unas muertes que me sorprendieron bastante, sobretodo la primera que no me la esperaba así, de hecho no esperaba gore en esta pelicula.

He visto pocas películas de Argento, pero creo que ahora las buscare a ver que tal.

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Y aquí acaba la trilogía de “Las tres madres” de Dario Argento que comenzó con Suspiria. La verdad es que me esperaba más sabiendo que es de Dario Argento y que sus dos antecesoras me gustaron mucho, pero aquí han sustituido el misterio por el gore, pero el gore está bien llevado y es muy bueno, aunque esta película ha perdido toda la “esencia” del gran Argento que muchas de sus películas tiene, no sé por qué pero no me parecía de Dario Argento. Como ya dije antes, misterio no hay nada, pero gore sí, bastante y es bueno, y la escena del primer bebé cuando comienza el caos en Roma me impactó bastante. Las muertes son muy buenas. Actuaciones normalillas, y la historia, para acabar la trilogía, está bastante bien, pero conociendo el gran potencial que tiene Dario Argento podría haber estado muchísimo mejor. Un poco decepcionante si se ve con bastantes expectativas, así que expectativas no hay que tener al verla. Es entretenida, no aburre ni se hace pesada en ningún momento, comienza bastante bien y con buen ritmo, y explica un poco sobre la primera madre, la de Suspiria, explica por qué era “invisible” y quién la dejó así antes de que la mataran en la primera película de la trilogía. Recomendable para acabar la historia de estas tres películas.

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