Adaptación del cuento popular inglés con el dúo Abbott & Costello que forma parte de una serie de dos películas para remarcar los talentos cómicos de Lou Costello en una y de Bud Abbott en otra. Esta es “la peli de Lou”, y Costello tiene el protagonismo absoluto: hace sus ruidos raros, canta un poco y suelta alguna frase ingeniosa, pero la película en si es floja.
Como casi siempre pasa, las interpretaciones están supeditadas al humor del dúo, y pasan desapercibidas al lado de de los siempre eficientes – aunque la película sea mala – Abbott y Costello. Eso sí: es destacable el breve papel del robaescenas David Stollery como un niñato tan repelente y elitista que vienen ganas de asesinarlo de manera lenta y dolorosa mientras te petas de risa con sus salidas de pata de banco con un rictus de absoluta seriedad.
Está estructurada como una parodia de “El mago de Oz”, con las escenas “reales” en sepia y las fantásticas en color. Éste es demasiado encendido, aunque quizá ello sea deliberado para crear sensación de irrealidad. Los FX son inexistentes si exceptuamos la mata de dibujos animados subiendo. El “gigante” es Buddy Baer, un señor de unos dos metros (con alzas), hermano del ex-campeón del mundo de los pesos pesados Max Baer (y a su vez también boxeador, dos veces aspirante a campeón del mundo ante Joe Louis), que ni de broma pasa por un terrible monstruo.
Una versión mediocre del cuento, una película mediocre de Abbott y Costello. Arranca alguna sonrisa, pero nada más.
bigladiesman
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Adaptación del cuento popular inglés con el dúo Abbott & Costello que forma parte de una serie de dos películas para remarcar los talentos cómicos de Lou Costello en una y de Bud Abbott en otra. Esta es “la peli de Lou”, y Costello tiene el protagonismo absoluto: hace sus ruidos raros, canta un poco y suelta alguna frase ingeniosa, pero la película en si es floja.
Como casi siempre pasa, las interpretaciones están supeditadas al humor del dúo, y pasan desapercibidas al lado de de los siempre eficientes – aunque la película sea mala – Abbott y Costello. Eso sí: es destacable el breve papel del robaescenas David Stollery como un niñato tan repelente y elitista que vienen ganas de asesinarlo de manera lenta y dolorosa mientras te petas de risa con sus salidas de pata de banco con un rictus de absoluta seriedad.
Está estructurada como una parodia de “El mago de Oz”, con las escenas “reales” en sepia y las fantásticas en color. Éste es demasiado encendido, aunque quizá ello sea deliberado para crear sensación de irrealidad. Los FX son inexistentes si exceptuamos la mata de dibujos animados subiendo. El “gigante” es Buddy Baer, un señor de unos dos metros (con alzas), hermano del ex-campeón del mundo de los pesos pesados Max Baer (y a su vez también boxeador, dos veces aspirante a campeón del mundo ante Joe Louis), que ni de broma pasa por un terrible monstruo.
Una versión mediocre del cuento, una película mediocre de Abbott y Costello. Arranca alguna sonrisa, pero nada más.
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