“Mi Vecino Totoro”

Artículo escrito por Alberto G. Pérez el 25.10.09

Este pasado viernes asistí al pase de prensa en el cine Palafox de Madrid del fantástico filme de animación japonés, “Mi Vecino Totoro”, otra obra maestra del director nipón Hayao Miyazaki (“El Viaje de Chihiro, “La Princesa Mononoke”), quien lleva más de dos décadas maravillándonos con mundos e historias increíbles.

Mi Vecino Totoro (Tonari no Totoro) fue una de las primeras cintas que salieron del emblemático Studio Ghibli, y que luego se convirtió en su buque insignia, ya que hoy día es la imagen que aparece en su logotipo. Fue en el año 1988 cuando esta emotiva película vio la luz por primera vez en Japón, un año destacado dentro del género anime pues también se estrenaron importantes títulos como: “Akira” de Katsuhiro Ôtomo o “La Tumba de las Luciérnagas” de Isao Takahata. Veintiún años después de su creación, de la mano de Aurum, podremos disfrutar de ella viéndola en las salas de cine reestrenada en España este viernes 30 de Octubre; pretende ser un homenaje y, a la vez, el inicio de un proyecto, puesto que la distribuidora tiene previsto el lanzamiento próximamente en DVD de los grandes clásicos del Studio Ghibli.

La historia trata sobre dos niñas, Satsuki y Mei, que se mudan con su padre al campo, mientras su madre se recupera en un hospital donde padece una grave enfermedad. Al lado de su nueva y ruinosa casa, se encuentra un frondoso bosque donde las pequeñas descubren la existencia de seres extraordinarios que sólo pueden ver ellas. Una trama sencilla, infantil, y unos personajes naturales y tiernos con los que su autor es capaz de hacernos compartir sus sentimientos y emocionarnos. Su desarrollo es lento, detallista, como cuando las niñas se quedan absortas al descubrir algo sorprendente, la imagen parece congelarse, detenerse para que podamos reflexionar sobre lo que piensan, sobre su entrañable inocencia y el forzado paso a la madurez que les obliga las circunstancias de la vida, para admirar el colorido y la belleza de los paisajes que las acompañan. Es una de las películas más personales de Miyazaki, introduce en el argumento referencias autobiográficas (como la enfermedad de la madre) y plasma la nostalgia de una infancia pasada, el recuerdo de una época rural y costumbrista.

Un filme que a cualquier a adulto le hará evocar su niñez, y que de niño nos hubiera gustado ver. La verdad que nunca se agradece lo suficiente, el que en estos tiempos también se apueste por este tipo de cine en nuestro país. Sin dudarlo os recomiendo a todos esta inolvidable película.