ADVERTENCIA:

ESTE ARTÍCULO REVIENTA VARIOS FINALES DE PELÍCULAS POR LO QUE SE ACONSEJA NO LEERLO, SI NO SE HAN VISTO LAS PELÍCULAS QUE APARECEN EN ÉL.


Hay finales que enamoran, que nos hacen esbozar una sonrisa, pensar o simplemente ¡nos quedan a cuadros!. Por este reportaje van a desfilar varios títulos con finales impactantes y retorcidos. No hace falta decir que hay spoilers por todas partes, y que su lectura es bajo la cuenta y riesgo de cada uno.

Dobles personalidades, gente que parece estar viva y luego resulta que está muerta y el triunfo del mal sobre el bien son algunos de los ingredientes con los que intentaron sorprendernos en algunas películas. ¿Empezamos?





Hay finales que se quedan en la mente y sorprenden. Uno de los más recordados de la historia del cine, ya sea dentro del género de terror o fuera de él, es sin duda el caso de Psicosis del maestro Hitchcock. La película resultó muy atrevida para la época, se enfrentó a la censura y, además, ofrecía un desenlace intenso bastante inhabitual.

Norman Bates y su difunta madre, han pasado a ser iconos en los que se han inspirado multitud de títulos posteriores. La verdad es que el final calza muy bien con el resto de la película, y el tema de la doble personalidad está realmente conseguido. Ese es uno de sus atractivos pero, por supuesto, triunfa también en otros apartados. Una obra de referencia.






La película que dio origen a todo un subgénero "los zombies", nacidos de la mente de George Romero. La Noche de los Muertos Vivientes es toda una obra de culto, que, como curiosidad, no tiene derechos de autor y tiene dominio público.

Como todos sabréis, la historia trata de un grupo de personas que se aísla para defenderse de una horda de zombies comedores de carne. La cosa está en que Ben, el protagonista, es el único que consigue sobrevivir, pero justo cuando pensábamos que terminaría, un grupo de cazadores de zombis confunden a Ben con una de estas criaturas y le pegan un tiro en la cabeza. Durante los créditos se puede ver cómo queman el cuerpo de Ben ya fallecido.






Un verdadero clásico de la ciencia ficción que marcó un antes y un después en la historia del cine. La película, que protagonizó Charlton Heston y dirigió Franklin J. Schaffner, se encuentra entre las 500 mejores películas de la historia, según la revista Empire.

Tras varios miles de años vagando por el espacio exterior, una nave espacial procedente de la Tierra y capitaneada por George Taylor (Heston), aterriza en un extraño lugar donde la raza humana ha degenerado en animales salvajes y donde los simios se han erigido en clase dominante. Cuando ya pensamos que van a salir los títulos de crédito, el filme nos desvela que en realidad el protagonista no está en otro planeta, sino que está en la Tierra cientos de años después, y que ha sido dominada por los simios tras las guerras nucleares que extinguieron a casi toda la humanidad.






Que el protagonista de una película pueda acabar como el rosario de la aurora, no es una postura demasiado complaciente de cara al público. La verdad es que mucha gente tuvo que quedarse pasmada en los setenta con esta producción. Desde luego, su final resultaba bastante cruel e inesperado. Un hombre acude a hacer unas investigaciones a un remoto lugar que se encuentra habitado por una extraña comuna.

Al final y después de unas cuantas averiguaciones escalofriantes, este acaba en el interior de un hombre de mimbre gigante ardiendo vivo. El filme tuvo un remake protagonizado por nuestro magnífico y adorado Nicolas Cage.






El mal a veces triunfa y aunque eso no era ninguna novedad, ya existía como referente La Semilla del Diablo, el director Richard Donner hizo en esta obra maestra del cine de terror, que el diabólico sobreviviera en forma de niño que por supuesto, iría creciendo a lo largo de la trilogía. Después se le daría una vuelta de tuerca más en El Renacer.

La verdad es que el final de esta película es escalofriante y no dejó indiferente a nadie. La atmósfera tenebrosa, la música y las actuaciones, convierten a La Profecía en una obra indispensable.






John Carpenter suele tener unos finales sorprendentes de por sí. La verdad es que en la filmografía del director hay muchos donde escoger. La Niebla podría ser uno de ellos. Hay multitud de filmes en los que parece que todo ha terminado satisfactoriamente, que la maldición ha cesado como en este caso y luego, pues podemos comprobar que no. Que hay algún cabo suelto para poder pegarnos un susto final.

Carpenter suele hacerlo mucho esto de dejar al espectador algo descolocado. Por ejemplo en la mítica Halloween también ocurre.






Uno de los slashers por excelencia de los años ochenta. Esta película era la típica del subgénero con un asesino que mataba una por una a sus víctimas hasta realizar una buena masacre. El final es sin duda lo que le otorga más valor a esta cinta.

Que la madre de Jason fuera la asesina no se veía venir demasiado pero es que encima, tenemos un par de giros interesantes aparte de ese. La escena de la barca con la superviviente de turno con Jason emergiendo de las aguas arrastrando con él a la protagonista y luego también, el despertar en el hospital de la chica de repente, cosa que te hace dudar sobre la existencia de Jason. Una muy buena jugada por partida triple, se podría decir.






Además de ser una de las sagas más conocidas en todo el mundo, su episodio V contiene uno de los giros finales más reconocible de la historia, compuesta prácticamente de la frase célebre más repetida: "Yo soy tu padre".

Luke se enfrenta a Vader en un duelo de espadas láser que finaliza con la victoria de Vader tras cortarle la mano derecha. En ese momento, el malvado Vader le revela a derrotado protagonista, que él no mató a su padre sino que en realidad él es su padre, y le ofrece que ambos se unan para derrotar al Emperador y juntos gobernar la galaxia...






Estamos ante una de esas películas del género slasher que salió tras Viernes 13 y que también tiene un final reconocido, no solo por el giro en sí sino por cómo es y por lo que se ve, lo que podría situarla entre los mejores finales de la historia del cine de terror.

La película comienza con la muerte en un lago de un padre y su hijo pequeño, Peter, siendo la única superviviente Angela, la hija pequeña . 8 años después, Angela y su primo son enviados a un campamento de verano donde empiezan a ocurrir una serie de asesinatos.

El giro consiste en que no solo Angela es la asesina sino que en realidad Angela no es Angela, es Peter, ya que ella murió es quien murió en realidad. y fue criado y vestido como una niña. La cosa no termina ahí, ya que el plato final es ver a Angela/Peter desnudo/desnuda pudiéndose ver sus genitales masculinos emitiendo el rugido de un animal, mientras sostiene la cabeza de un campista delante de dos atónitos monitores del campamento...






La verdad es que este título es bastante curioso y el final te deja con cara de tonto. La trama sigue los parámetros de cualquier slasher que se precie de serlo. Un accidente, un grupo de jóvenes en un lugar apartado y los asesinatos uno por uno.

Una de las cosas que llamó mucho la atención fue el mencionado desenlace que aparte, encumbró a este filme algo más de lo previsto. Pero bueno, si lo analizamos todo detenidamente tiene sentido. Todo era una jodida broma. Una inocentada pero para el espectador y si uno se para a pensarlo detenidamente, la verdad es que te la dan de una forma que tiene su gracia.






Este es uno de esos thrillers que tan de moda estaban en la década de los noventa. El secreto del éxito de Seven radicó especialmente en el reparto y sobretodo en su protagonista, Brad Pitt. La dirección de Fincher estuvo muy acertada y la trama que ofrecía la película era ciertamente innovadora.

Un asesino que supuestamente mata en función de los siete pecados capitales pero que en resumidas cuentas, era un perturbado más pero con una inteligencia privilegiada a la hora de ejecutar sus propósitos. Que el malo de turno consiga ciertamente su propósito al precio que sea, no era nada nuevo y menos para la década de la que estamos hablando, pero el filme consiguió encandilar en su conjunto y por supuesto, dejó a más de uno con la cabeza dando vueltas con el desenlace de turno.






Esta vez hablamos de un clásico dentro del cine de terror y del slasher, y que dio comienzo a toda una saga. Varios asesinatos en serie están aterrorizando un tranquilo vecindario. El asesino emplea su amor por las películas de terror para convertir la zona en un auténtico infierno. Todo en relación con su protagonista, Sidney Prescott, y la muerte de su madre un año antes…

La conclusión final es que no es un asesino, sino que son dos: el novio de Sidney, Billy, y su mejor amigo, siendo ellos los encargados de asesinar a la madre de Sidney un año antes... Todo un acierto, ya que al usar a dos asesinos, nunca llegas a sospechar al 100% de ambos.






Hay algo llamado finales trampa. El señor Shyamalan ha demostrado ser un experto en esto y una de sus películas más conseguidas comercialmente fue este Sexto Sentido. Lo malo de este tipo de filmes que se aguantan básicamente por el final, es que una vez vistos pierden cierta gracia, porque una cosa es que la película transcurra con normalidad y se vayan uniendo piezas, pero otra muy distinta es engatusar al espectador para darle la vuelta del todo en el desenlace.

Este volvió a usarse en cierta manera en Los Otros, aunque desde una perspectiva distinta, pero vamos que venía a ser lo mismo. Después de este filme, vinieron muchos más con gente que resultaba estar muerta al final o en su propio limbo paralelo.






Una nueva joya de David Fincher protagonizada por Edward Norton, Brad Pitt y Helena Bonham Carter, convertida en película culto con el paso de los años, entre otras cosas por su giro final.

Norton interpreta a un personaje conocido como el Narrador desesperado por escapar de su aburrida vida. En un viaje en avión conoce a Tyler Durden (Pitt), un peculiar vendedor de jabón con una filosofía muy particular: cree que el perfeccionismo es para los débiles y que es la destrucción de uno mismo lo que realmente hace que la vida merezca la pena. Ambos forman un club de lucha secreto que pronto se convierte en un lugar de moda.

El giro consiste en que el personaje de Brad Pitt es el mismo que el de Edward Norton, siendo esta su otra personalidad.






El caso de Patrick Bateman nos dejó a todos pensando. La película fue uno de los estrenos más esperados de su año, y contó con un buen número de espectadores. El filme nos cuenta las andanzas de un ejecutivo que comienza a trastornarse y a adquirir ciertos impulsos homicidas.

A medida que avanza la historia, su inestabilidad se hace más latente y comienza a asesinar sin piedad. Sin embargo al final nos asaltan las dudas. ¿Era todo real o simplemente un producto de la grotesca imaginación de Patrick? Lo bueno de este desenlace es que cada uno puede tomarlo de la manera que prefiera. Un poco como los finales de David Lynch en su cine pero con menos enrevesamiento y artificio.






El debut de Bill Paxton tras las cámaras, fue alabado por reconocidas personalidades del género como Stephen King, Sam Raimi y James Cameron. La película cuenta la historia de como un hombre se presenta en la oficina del agente del FBI encargado de la búsqueda del asesino conocido como "La Mano de Dios" asegurando conocer su identidad: su hermano Adam que, siguiendo la misión de su padre tras tener una visión en la que Dios le encomendaba matar a demonios ocultos en la sociedad, se suicidó tras varios asesinatos.

Que sorpresa nos llevamos cuando al final se desvela que el personaje de McConaughey es en realidad el hermano que supuestamente había muerto, y que sigue matando a estos “demonios” ocultos, siendo el agente del FBI su próxima víctima...






Una de las películas de terror españolas más reconocidas de la historia. Dirigida por Alejandro Amenábar, protagonizada por Nicole Kidman y producida por Tom Cruise, Los Otros se convirtió en todo un fenómeno mundial aunque bajo la sombra de El Sexto Sentido.

La trama se sitúa en la Segunda Guerra Mundial, donde una mujer y sus dos hijos viven ahora en una mansión la cual creen que está encantada, lo que la mujer no sabe es que en realidad ellos están muertos y son quienes molestan a una familia que intenta vivir en paz en la casa.






Una buena película de suspense y terror, que situaba a un grupo de personajes de lo más variopintos en un motel, donde empezaban a ser asesinados uno a uno. Más allá de ofrecer un final al uso, descubriendo la identidad del asesino o algo así, el filme da una vuelta de tuerca tremenda y descubrimos que todo sucede en la mente de uno de los protagonistas. Este va eliminando distintas personalidades en su cabeza.

Totalmente brillante y acojonante. Uno de esos finales que se quedan en la mente del espectador y dejan a uno pensando. Destacar la atmósfera, el reparto en su gran mayoría y el buen manejo de algunas escenas.






Otro giro final made in Shyamalan. La trama se sitúa en una pequeña población rural del siglo XIX, en Pennsylvania, donde los vecinos viven atemorizados por unos seres que habitan los bosques. Para salvarse deben cumplir ciertas reglas: evitar el color rojo, ya que los atrae, alejarse del bosque, y obedecer la campana que alerta cuando se acercan a la aldea.

El giro consiste en que en realidad los monstruos no existen sino que son los encargados de la comunidad disfrazados, y que en verdad todo esto lo hacen para que los habitantes no salgan al mundo exterior, que es nuestra civilización actual, de la cual viven aislados.






La primera entrega de la longeva saga que parió James Wan junto a Leigh Whannell (que escribe y protagoniza) fue un verdadero bombazo para los fans del género de terror y del gore. Y sin duda el final es de los más recordados del cine reciente.

Dos hombres, Adam y el Dr. Lawrence, se despiertan encadenados en un lavabo subterráneo con el cadáver de un hombre en el medio de la habitación. Una grabación les comunica que Lawrence debe matar a Adam en menos de 8 horas si quiere salvar a su mujer y su hija de la muerte. Cuando Lawrence se amputa el pie con una sierra para poder huir y buscar ayuda, de repente el cadáver que estaba con ellos todo el tiempo se levanta, siendo él la mente maestra de todo...






Dirigida por Neil Marshall y protagonizada por un reparto complemente lleno de mujeres, logró ser todo un ejemplo de película de terror claustrofóbica. La historia se centra en 6 amigas que se disponen a realizar una expedición espeleológica. Pero el grupo queda atrapado en una cueva y tendrán que buscar una salida en medio de un laberinto de túneles. Allí serán perseguidas por una raza de depredadores hambrientos de carne humana...

El final cuenta como la última superviviente finalmente consigue escapar y sale huyendo en su coche, siendo en realidad todo una alucinación, ya que ella sigue atrapada en la oscuridad de la cueva mientras que los seres gritan aún más. Un final más triste y deprimente que el estadounidense, que fue cambiado por ser demasiado oscuro para su público.






Después de demostrar de que el cine de terror español desbordaba originalidad en Los Otros, un tal Bayona decidió seguir los pasos y el éxito de Amenábar y demostró al mundo su gran talento con El Orfanato. Una película de niños desaparecidos que incluía además a fantasmones con sacos en la cabeza a lo Jason Vorhees pero en tamaño mini y que aparte contaba con un final sorprendente. Sorprendentemente tramposo, claro y mucho menos coherente que el de Los Otros por ejemplo, que aunque era tramposo también, fue algo más honesto.

Pues nada nuevo, que la protagonista acaba en el mundo de los espíritus reunida con su retoño al más puro estilo El Internado, película francesa de 2004 que tal vez debería estar aquí en vez de esta. Pero bueno, sea como fuere, este filme tuvo mucho éxito y tal.




Y esto ha sido todo. Podéis darnos vuestra opinión en vuestros comentarios y, por supuesto, plantear otros finales ausentes de este listado.