Crítica de “Noche de Paz”: Cuando las balas susurran y los silencios gritan

• 30 de Noviembre del 2023
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La última incursión de John Woo en el cine de acción, "Noche de Paz", marca su regreso a Hollywood con una propuesta que desafía las convenciones. Protagonizada por Joel Kinnaman, la película se sumerge en un mundo casi desprovisto de diálogos, enfocándose en una narrativa visual intensa. Este enfoque silencioso es tanto una bendición como una limitación para la película, proporcionando momentos de brillantez visual pero también destacando ciertas debilidades en la narrativa.

Kinnaman interpreta a Brian Godlock, un padre desesperado que busca venganza tras la trágica muerte de su hijo en un fuego cruzado. La interpretación de Kinnaman es sólida; su presencia física lleva la película a través de sus silencios forzados. Sin embargo, la ausencia de diálogo que pretende ser el punto fuerte de la película, a veces se siente más como un truco que como una herramienta narrativa eficaz. La decisión de Woo de privar a sus personajes de voz nos deja con una narración que, aunque visualmente impresionante, a menudo se siente incompleta.

Los combates y tiroteos recuerdan al Woo de antaño

El elemento técnico de "Noche de Paz" es donde Woo realmente brilla. Las secuencias de acción son magistrales, llevando la firma del director con una mezcla de elegancia y brutalidad. Los combates mano a mano y los tiroteos están coreografiados con una precisión que recuerda al Woo de antaño, aunque carecen de la frescura innovadora de sus obras más tempranas. La película peca de cierta previsibilidad en su estructura narrativa, y a pesar de sus momentos de acción estelares, nunca llega a alcanzar las alturas de las mejores obras de Woo.

En cuanto a la estética, "Noche de Paz" oscila entre lo impresionante y lo mundano. Hay momentos donde la cinematografía capta bellamente el desolado mundo interior de Brian, pero estas escenas a menudo se ven opacadas por otras que carecen de la misma profundidad visual y emocional. La banda sonora, aunque competente, no logra compensar la falta de diálogo, y a menudo se siente como una oportunidad perdida para profundizar en la psique del protagonista.



En resumen, la película es una adición decente al género de acción y al canon del director. Aunque no alcanza las alturas de sus clásicos anteriores, ofrece suficiente sustancia y estilo para mantener al espectador enganchado. Una experiencia cinematográfica que demuestra que incluso en el silencio, las balas de Woo todavía pueden hablar, aunque no tan fuerte como antes.