"La Ermita", el segundo largometraje de Carlota Pereda, parece caminar sobre un terreno incierto, oscilando entre el terror, el drama y la fantasía, pero sin lograr anclar firmemente en ninguno de estos géneros. El filme ofrece una experiencia que, aunque intenta ser ambiciosa y multifacética, se queda a medio camino en su ejecución.
La historia, que promete inicialmente sumergirnos en un relato de terror con toques sobrenaturales basado en leyendas del folclore vasco, se desvía en un drama materno-filial que diluye el impacto esperado de un thriller psicológico. Esta transición abrupta de géneros deja al espectador en un limbo, esperando una resolución que nunca llega de manera satisfactoria.
Belén Rueda y Maia Zaitegi ofrecen interpretaciones convincentes, aportando profundidad a sus personajes. Rueda, en particular, se aleja de sus roles habituales para encarnar a una médium cuyo escepticismo y lucha interna añaden una capa interesante al argumento. Sin embargo, sus esfuerzos son eclipsados por un guion que no termina de definir ni desarrollar completamente sus personajes.
En términos técnicos, la película presenta momentos de brillantez, especialmente en su fotografía y diseño de producción, que logran capturar la atmósfera sombría y mística del País Vasco. No obstante, estos aciertos visuales no son suficientes para compensar las carencias narrativas y la falta de coherencia en el montaje.
Uno de los principales desafíos de "La Ermita" es su intento de abarcar demasiado en poco tiempo, lo que resulta en una narrativa fragmentada y un ritmo inconsistente. A pesar de su premisa intrigante y algunas secuencias visualmente atractivas, el filme se sumerge en un ritmo tedioso que no logra mantener el interés del espectador.
viciou
#1
Paso, no soy muy partidario del cine español por la simple razón que hay muy pocas que realmente me gusten
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