Crítica de “The Creator”: Un ballet visual en un mundo sci-fi con eco de humanidad

• 28 de Septiembre del 2023
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"The Creator" surge como una oda visual a la ciencia ficción, en la que Gareth Edwards despliega un espectáculo de imágenes y conceptos que bailan al ritmo de un futuro donde la inteligencia artificial y la humanidad están en constante tensión. Este filme logra trazar una línea entre el arte y la reflexión moral, aunque no llega a ser la profunda meditación filosófica que promete.

La historia nos sumerge en un futuro, donde la guerra entre humanos y AI, denominados "simulants", destaca como el telón de fondo principal. John David Washington como Joshua nos presenta a un protagonista taciturno, un hombre roto en un mundo fragmentado, navegando entre su deber y su dolor personal, siendo su actuación una sinfonía de silencios y miradas que resuenan con un eco de tragedia no expresada.

El filme se desliza por el acantilado del sentimentalismo, utilizando a la pequeña Madeleine Yuna Voyles, o Alphie, como el hilo conductor de la trama. La joven simulant se convierte en el espejo donde se reflejan las aspiraciones y temores de la humanidad, sirviendo de catalizador para explorar temas de aceptación y tolerancia.

El director ha cultivado un jardín visual, donde cada escena parece una pintura en movimiento, los detalles y la composición de los planos hablan en un lenguaje propio, tejiendo un tapiz de maravillas visuales. Las recreaciones de paisajes y los elementos futurísticos se intercalan con maestría, mostrando un mundo que es a la vez familiar y alienígena.

Sin embargo, este paraíso visual no está exento de sus propios demonios. La narrativa, aunque sólida, parece estar en una constante batalla con la intención del director de maravillar visualmente al espectador, lo que provoca momentos en los que la trama parece diluirse en el mar de imaginería estética. Además, a pesar de sus provocativas premisas, la película no logra penetrar en las profundidades filosóficas del ser y la existencia, quedándose en las orillas de la contemplación moral.



La relación entre Joshua y Alphie se convierte en el epicentro emocional de la película, pero, a veces, la conexión se siente forzada y la evolución de sus lazos no alcanza la profundidad deseada. Los momentos de introspección y la tensión entre los personajes proporcionan destellos de la brillantez potencial del filme, pero se quedan cortos, como un sueño interrumpido.

"The Creator" también se adentra en terrenos políticos y culturales, ofreciendo una crítica velada al imperialismo y a las consecuencias de la guerra. Aunque estos momentos de reflexión son bienvenidos, el tratamiento de estos temas resulta a veces superficial y desenfocado, como un eco distante de una canción olvidada.

"The Creator" es un deleite para los sentidos, un viaje visual que captura la imaginación, pero que no llega a satisfacer completamente el apetito intelectual. La danza entre los elementos visuales y narrativos es elegante pero desequilibrada, dejando al espectador con un sabor agridulce de maravilla no realizada. La película consigue un 7 de 10, siendo una obra que brilla con luz propia en el firmamento cinematográfico pero que no alcanza las estrellas del pensamiento filosófico.