La mayor revolución del siglo XXI no es digital, es biológica. El desarrollo de la tecnología CRISPR abre una nueva puerta para curar enfermedades, reconstruir la biosfera o diseñar a nuestros propios hijos.
Sinopsis:
La mayor revolución del siglo XXI no es digital, es biológica. El desarrollo de la tecnología CRISPR abre una nueva puerta para curar enfermedades, reconstruir la biosfera o diseñar a nuestros propios hijos.