Si el Dios de los evangélicos existe, merecería una mejor defensa que esta ridícula y manipuladora película, que nos toma por tontos con su exhibición de clichés y prejuicios.
Con una estética simplona, propia de los peores telefilmes, se dedica a pintar a quienes no son evangélicos, o especialmente a los ateos, como gente ¨mala¨, cínicos, violentos, y destinados a recibir un cruel castigo. Por el contrario, los evangélicos, son presentados... (seguir leyendo)
Miguel Arkangel
Si el Dios de los evangélicos existe, merecería una mejor defensa que esta ridícula y manipuladora película, que nos toma por tontos con su exhibición de clichés y prejuicios.
Con una estética simplona, propia de los peores telefilmes, se dedica a pintar a quienes no son evangélicos, o especialmente a los ateos, como gente ¨mala¨, cínicos, violentos, y destinados a recibir un cruel castigo. Por el contrario, los evangélicos, son presentados... (seguir leyendo)