Late Night

Frases célebres de La Educación de Las Hadas



¿Tu padre también está muerto? - Sí, está muerto. - ¿Era piloto de guerra? - No. - Entonces, ¿qué era? - Era natural. - ¿Qué es un papá natural? - Es un padre que no lleva el mismo apellido que uno, y que tiene como oficio hacerles hijos a las mujeres que no quieren maridos. Unos padres profesionales, ¿me entendéis? - Pero, ¿que le dice al niño? - La verdad. Te llevan mucho al cine, de paseo, al parque de atracciones... Son menos serios que los otros. - ¿Por qué no he tenido yo uno?


Esta mañana, a las once menos diez en punto, me enamoré. De dos personas a la vez


Lamento no poder ir a verlo porque usted no existe. Como se bajó del coche antes de que Raúl se despertara, cuando llegamos a casa se inventó que usted era un duende... y que había desaparecido. Por mi parte, aunque sé que usted es de carne y hueso, no iré a verlo porque no me conviene. Ya lo sabe. Y espero que lo entienda. No sabe cuánto lamento que no haya podido venir.


Bueno, esa es la magia que tienen los aviadores. Desaparecen cuando mueren en el aire. Y aprovechan el vuelo para irse directamente al cielo. - ¿Y se llevan el avión? - Bueno, eso no se sabe con seguridad. Este castaño estaba por caerse y lo apuntalaron los gigantes. - ¿Es verdad? - Los árboles que apuntalan los gigantes son los que hacen más prodigios, porque chupan su fuerza. Si te abrazas con ganas a ellos, les podes pedir lo que quieras. Lo que sea, ¿eh?


Lo de esta noche no es un cuento de hadas, estas cosas pasan de verdad. Yo empecé a quererlos a tu madre y a vos aquel día en el avión, y eso no va a cambiar jamás, aunque Ingrid conozca a alguien y deje de hacerme caso; o aunque te pases todo el día en lo de Narcís Mompó, y ya no te interesen mis cuentos de hadas. Yo siempre voy a ser tu padre número dos, aunque tu madre encuentre a un número tres.


Además, vamos a poder vernos cuando te parezca, siempre que quieras que yo siga siendo... tu padre natural.


A las hadas. ¿Cómo se las reconoce? - Depende. - ¿Depende de qué? - De uno. Todas las chicas que conozcas pueden ser hadas. - ¿Pero cómo puedo saber si es o no? - ¿Tengo que pedir tres deseos para ver si funciona? - Por ejemplo.


Por ejemplo, ¿yo podría hacerme amigo de un hada y pedirle algo? - Sí, claro, por supuesto. - Y, ¿qué te gustaría pedirle a un hada? - Eso no es asunto tuyo.


El 13 de Abril de 1978, a las 6:30 de la tarde, más o menos, mi padre me obligó a comprárselo. Me dio cien mil pesetas y me dijo: Fírmame un cheque. ¿De cuánto?. De cien mil pesetas. Como se lo iban a embargar, prefirió vendérmelo a mí. Esa fue la última vez que lo vi. Dos días después se tiró del quinto piso de su casa, mientras el portero y un policía le golpeaban la puerta. Dejó un papelito pegado con un imán en el frigorífico. Decía que el gas no funcionaba bien.


La alegría es más escasa, más difícil y más bella que la tristeza. Más que una necesidad natural, se ha convertido para mí en una obligación moral.


Te quiero muchísimo. - ¿Tanto como para irte otra vez? - Tanto como para quedarme y esperar.


Estábamos enamorados como críos, y ahora nos hemos hecho adultos. Será todo menos hermoso, pero más completo.