Ficha A Hero Never Dies


  • No la has puntuado
  • No has insertado crítica
  • No has insertado curiosidades
  • No has insertado ningun error


Críticas de A Hero Never Dies (1)




Mad Warrior

  • 10 May 2022

6



我们曾经共享的那瓶酒

El título de esta antigua balada romántica china es a su vez el motivo esencial de una historia trágica que servirá de unión, si no física, por lo menos espiritual, de dos hombres que un día juraron ser enemigos pero terminaron como verdaderos hermanos, de fuego y sangre...

Para poder manejar a su antojo todos los elementos que requieren de una producción cinematográfica, el sr. Johnnie To prefiere hacerlo a través de su propia compañía, la cual funda junto a su querido Wai Ka-Fai; a partir de 1.996 todo lo que hizo llevaría el sello de Milkyway Image Ltd. Production, pero no fue hasta dos años después cuando haría las veces de productor por primera vez bajo su sello y de director, rol que no desempeñaba desde la algo extraña e intensa ¨Lifeline¨, y una vez más tiene el guión escrito por su longevo colaborador Yau Nai-Hoi.
Ésta va a enfocarse en uno de los temas tal vez más utilizados del cine hongkonés de acción: la rivalidad conducida a la amistad por circunstancias trágicas. Y como de costumbre esto se da en un ambiente de violencia desmedida y traición sin límites, por todos conocido, como es el seno de las tríadas; pero antes de lanzarnos a matanzas y sangrerío, To inicia el relato en un concurrido pub donde en una de las estanterías descansa una botella de vino de cuyo cuello cuelga un pequeño cartel...y dentro del recipiente se albergan las almas de los dos nombres escritos en él: Jack y Qiu. La emoción que transmite su lento travelling por medio del cual penetra en el local desde la calle da una pista de sus intenciones dramáticas.

Entonces vamos atrás en el tiempo y nos metemos en harina, ya imprimiendo el estilo y el tono que distinguirá a esta ¨A Hero neves Dies¨, pues si algo bueno tiene To es que nunca engaña a su público, y sabe mantenerse honesto en sus pretensiones hasta el final. En un escenario exótico, quizás malayo, la tensión se palpa en el aire y dentro del grupo asesino de Yam; su soldado Jack le dispara a un anciano (gran jefe mafioso furioso con el anterior) que figura una venganza divina, así la muerte ya empieza a perseguir a los protagonistas desde el mismo comienzo.
Durante esta primera media hora, además de dejar una vez más el cineasta su impronta visual y florituras estéticas llenas de movimientos preciosistas e impactantes, establece la relación de amor-odio entre los nombrados Jack y Qiu, ambos en bandas rivales, pero también (como es propio de este cine) unidos en una transferencia recíproca de respeto, celos, ego y orgullo a la que inevitablemente pueden llamar amistad. Pese a que sus secuencias compartidas resultan un completo absurdo autónomo de la trama principal (la sangrienta lucha entre los grupos de Yam y Fong) son sin duda el resorte para su desarrollo.

Y ese desarrollo, inscrito en el más tradicional orden de la fábula gangsteril, sólo puede llevar a un giro fatal de acontecimientos: los generales se asocian, se reagrupan los oficiales y a los soldados rasos hay que matarlos para reafirmar el tratado de paz; y esos soldados, en la reciente traición de sus jefes, sólo encuentran un atisbo de lealtad en quienes antes fueron sus enemigos. Unos principios que dirigen más de la mitad de los títulos hongkoneses de los 80 y 90, y como sería imposible mencionarlos todos, baste decir que To y Nai-Hoi se empapan primordialmente de las influencias de John Woo y su ¨A Better Tomorrow¨.
Como hacía aquél, To dispone una segunda mitad donde los efectos de la acción, las intrigas y las matanzas ha derivado en puro dolor que puede revolvernos un poco los intestinos (tanto más cuanto que las amantes de los protagonistas (Liang Yiling y Meng Jiahui, unas perlas de actrices se mire por donde se mire) se involucran hasta el punto de arriesgar sus vidas por ellos). El de Hong Kong entonces romantiza a esos personajes, si bien el sentir compasión y simpatía por ellos es poco menos que imposible, y adopta un estilo y tono mucho más evocador, transformando su ¨thriller¨ en grandilocuente tragedia humana y haciendo de los asesinos que eran Jack y Qiu unos héroes.

Héroes sin duda, en comparación con los repulsivos y ruines jefes a los que dan vida Yen Shi-Kwan y Henry Fong, paradigma de la vileza y la crueldad sin justificación que subyace a las propias tríadas. Mientras el rojo y el negro, destacados en una paleta de intensos colores que asaltan nuestras retinas cortesía de Cheng Siu-Keng, componen una sinfonía de muerte y oscuridad, To pone sobre el tapete a lo largo de un clímax feroz toda su destreza como maestro en la composición de la acción y el aspecto formal, que al fin y al cabo es a lo que apunta ¨A Hero never Dies¨ en su sobreexceso premeditadamente pomposo y visualmente espectacular.
Pues en lo referente a sustancia y a calidad argumental, el conjunto queda en historia arquetípica, de estereotipados personajes (pese a la extravagancia de la que se dota a Leon Lai y ese impagable Lau Ching-Wan, uno de los actores fetiche del cineasta) y desarrollo de sobras predecible. Tal vez esa imposición de la forma y la estética por encima de la trama es lo que hizo a la película naufragar en taquilla hasta resultar una completa decepción en términos comerciales, aunque acabase nominada y premiada en varios festivales.

Todavía le faltaba a To para refinar su trato de los personajes y pulir sus guiones equilibrándolo con la sobredosis visual y la acción de cariz preciosista. De todas maneras no necesitaría mucho tiempo, ya que al año siguiente llegaría el pequeño gran milagro de ¨The Mission¨.
Ésta, un escalón a subir en su camino a la perfección, marcaría el final de la primera etapa de su filmografía. Y si se me permite, pocas veces he presenciado una secuencia en el cine hongkonés tan fuera de lugar como esa batalla de monedas y copas de vino entre los protagonistas en el bar...



Me gusta (1) Reportar

Críticas: 1


Escribir crítica