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Ligerita, divertida, vistosa en ocasiones y moldeada a partir de una fórmula que a pesar de que ha sido una y mil veces vista, funciona.

Netflix parece haber aumentado (poco, la verdad) la calidad de la dirección de este tipo de productos y con ello nos brinda unos actores que consiguen hacernos olvidar que lo que realmente son, es bailarines.
Un problema que padecen mucho las películas de este corte de lucha por tus sueños, defiende tu arte... es el hecho de que si quieres mayor calidad interpretativa, es relativamente difícil encontrar actores que cumplan en todo, mientras que si el punto fuerte es la danza, disminuye notablemente el nivel de las interpretaciones, y es que es dificil encontrar a actores- bailarines, buenos, jóvenes, solventes y guapos. Pero tengo que decir que en esta cinta saben sobrellevar dicho problema con pericia.

Los personajes no se hacen pesados, ni snobs; al revés, son graciosos y tiernos, algo que se torna obligatorio para poder disfrutar de la cinta, puesto que ellos son sobre los que se cimienta toda la trama. La escenas de baile son lo mejor de la película (un claro acierto) y el tono general es correcto y satisfactorio.
A veces me sorprendo a mí mismo puntuando cine ¨serio¨ con la misma nota que otros filmes con una producción menor y creados en serie y siempre digo lo mismo: autoconsciencia.
Tengo que decir que me gustan estas historias de superación pautadas y con los ingredientes ya precocinados, los creadores saben lo que esperamos los fans y con esta cinta, me han dado lo que buscaba. Un siete.

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