es una cinta dramatica muy bien realizada y actuada sobre todo, con la participación casi en exclusiva del actor Mario Casas que interpreta a un hombre un tanto solitario casi ermitaño que vive en las afueras de un pueblito y que no tiene casi contacto con los pobladores, sólo unas pocas veces al año visita a una chica y se aprovisiona de viveres para subsistir todo lo que resta del año, en cuanto a la trama se centra en la relación de este personaje principal con la mujer que hace de su amante, y la convivencia que no llega a buen puerto, tiene un desarrollo lento y pevisible, no esperen las grandes escenas de acción o tensión porque no las tiene y no las necesita en mi opinion.
Críticas: 2
Parnaso
8
Tenía muchas ganas de ver esta cinta y no me ha defraudado en absoluto. Me parece que Mario Casas acomete uno de sus mejores papeles hasta la fecha y además aparece Irene Escolar que con sus miradas lo dice todo, muy bien.
La cinta como ya he dicho me resultaba interesante, Martinón (Mario Casas) es un trampero que vive en la montaña por decisión propia y su único contacto con los seres humanos es en primavera cuando la tierra se deshiela y vende las pieles del lobo. En una ocasión, una compra sale mal y el respectivo moroso le endosa ´como truece a su hija mayor, que está debilucha. Pero sucede algo inesperado y después le endosa a su hija menor que está más saludable, entonces comienza la relación que no tiene buena sintonía. Mario Casas parece un huraño real y el tema de la desdencendia para no dejar sus tierras en las manos de dios o de cualquier ladrón esta bien tratado. La parte técnica es exquisita y la fotografía espectacular, normal, teniendo en cuenta los parajes de Huesca.
¡Peliculón!
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