Roman J. Israel, Esq. se sitúa en el lado oculto del saturado sistema penal de Los Ángeles. Denzel Washington interpreta a un abogado defensor idealista y con vocación, cuya vida cambia drásticamente cuando su mentor, un icono de los derechos civiles, muere. Cuando es contratado por una empresa dirigida por uno de los antiguos estudiantes del legendario hombre, el ambicioso abogado Geoge Pierce (Colin Farrell), y comienza una amistad con una joven luchadora por la igualdad de derechos (Carmen Ejogo) una turbulenta serie de eventos desafían el activismo que siempre ha definido la carrera de Roman.

-Mientras esperamos la segunda entrega de “The Equalizer” en agosto de Denzel Washington, nos trae su penúltima película hasta la fecha estrenada en España en mayo en los cines y que está dirigida por el mismo director (Dan Gilroy) de la fantástica “Nightcrawler”, una película que además obtuvo tres nominaciones a mejor actor por Denzel Washington, en los Oscar, en los Globos de Oro y en el Sindicato de Actores, lo que estamos sin duda ante un nuevo gran papel de este enorme actor que casi nunca falla (menos para mí en “Fences”).
Una película que narra la vida peculiar de un abogado llamado Roman J. Israel, sus casos, cómo se relaciona y lo que va sucediendo con una subtrama que a medida que pasan los minutos se pone más interesante, en una película que la verdad me ha gustado bastante, no llega al nivel de “Nightcrawler”, pero es tan interesante y lo hace tan bien Denzel Washington que sus dos horas no se hacen para nada largas, realizando una película entretenida, un drama judicial sólido, correcto, tocando temas morales y la ética, como alguna frase de Roman como: “La cortesía no prescribe” y siendo también crítica a determinadas personas, con unas actuaciones secundarias igual de buenas que la de Denzel, con un más que correcto Colin Farrel y Carmen Ejogo, haciendo que se nos pasen bien los minutos, con una recta final buena y dejando esos temas morales de fondo, aunque si hubieran quitado 15 minutos no hubiera pasado nada, ya que a veces se vuelve un pelín lenta, pero la verdad es que estamos ante una buena película dramática y judicial, con una actuación muy buena de Denzel Washington que destaca enormemente, así como el resto del reparto, haciendo que sea algo más que una película de juicios, tocando temas de la actualidad, criticando lo que hay actualmente y tocando asuntos morales y éticos de buena manera, no es tan buena como “Nightcrawler”, tiene partes algo más lentas y la sobran unos cuantos minutos, pero sí que es una película recomendable principalmente por el gran labor de Denzel Washington.

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Roman J. Israel toda su vida ha trabajado en el mismo estudio jurídico como un abogado idealista, preocupado por la defensa de los derechos civiles, y recibiendo poca paga. El día que fallece su jefe y mentor se verá obligado a trabajar para un nuevo estudio jurídico, de tiburones legales, y su vida dará un giro total.

Dan Gilroy nos presenta una sugestiva historia sobre la lucha contra la seducción del poder y la ambición. Mantenerse fiel a los ideales o caer en la tentación? No somos ángeles y en ocasiones el destino nos empuja a tomar ciertas decisiones, aún en contra de nuestros principios.

Denzel Washington logra un personaje memorable. Un perdedor? Un ganador? Un ser humano con una tremenda lucha ética en su interior, que deberá enfrentar los vericuetos y dobleces de la vida, de cómo una vida entregada a causas nobles suele recibir a cambio solo miserias y al final, ceder a la tentación de comodidades nunca antes disfrutadas, para volar tan cerca del poder y la riqueza y terminar quemándose.

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