Un hombre en auto recoge a otro en un solitario camino inglés. El conductor lo deja y sigue camino, con una libreta de su pasajero, pero no puede devolverla porque debe partir a un largo viaje de trabajo. Años después, finalizado el viaje, y guiado por la libreta, regresa a la casa de autostpista donde le dicen que fue ejecutado por el asesinato de su madre poco después del viaje. El conductor puede probar, mediante su testimonio y la libreta, que el hombre era inocente, pero nadie le cree e inicia una investigación...

Una película basada en una obra de Agatha Christie con algunos puntos en particular, y es que trata en todo momento de obviar lo que ya conocemos de la legendaria autora para concentrarse en otras cosas, como ser una atmósfera húmeda y pesimista, interiores claroscuros, y un Donald Sutherland genial como siempre que interpreta a un personaje que parece cargar todo el peso de la atmósfera opresiva que se respira a lo largo del metraje.

La intriga, el misterio, parecen ser dejados de lado para concentrarse en un personaje que no entender cómo a nadie le interesa la suerte de un hombre que él puede probar era inocente. Creo que es el mayor logro del metraje.

Sin embargo, acusa falta de acción: desde cierto punto de vista se trata solamente del personaje principal, que habla con los demás del reparto (secundarios/sospechosos) mientras recorre un Devon fantasmal. Y el desenlace, si bien no parece ser sorpresivo, al menos está bien pensado para, justamente, evitar elementos comunes en las novelas de Christie.

Otro punto en contra es la genial banda sonora a cargo de Dave Brubeck, inovlidable como la oscuridad y tristeza del film, pero que no parece pegar con las escenas.

Es de esas películas que se aprecian más por los elementos separados que por el conjunto. Y Donald Sutherland, genial como siempre, junto a un reparto sublime.

Es un placer ver una película de crímenes de la burguesía inglesa sin los ridículos Poirot o Miss Maple.

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