Película francesa acerca de un periodista homosexual que, afectado por una enfermedad terminal, decide visitar a su familia por última vez para contarles que está enfermo. La dirección es correcta, sin resultar notable en ningún aspecto concreto, aunque se asienta sobre un guión que posee unos diálogos muy trabajados y que definen a la perfección a cada uno de los cinco personajes principales, casi desde el primer minuto en que aparecen.
Las actuaciones son de primer nivel, destacando sobre todo a Vincent Cassel, que cada vez que aparece se come la pantalla y tiene los mejores diálogos. Me ha sorprendido también la actuación de Gaspard Ulliel, quien en este film logra transmitir mucho con la mirada, más en los momentos de silencio que incluso en los que habla. Lea Seydoux está también muy correcta y dota de una gran personalidad a su personaje, mientras que Marion Cotillard resulta pasable, ya que el guión la limita a ser el personaje más secundario y creo que también el que menos habla.
El film arranca con unos treinta primeros minutos que saben asentar las bases de una buena trama, pero, a medida que avanza, la película va dando trompicones y el clímax no alcanza la potencia ni el dramatismo que la dirección había sabido mantener al inicio, con diálogos muy normalitos y una escena final quizá no muy acertada.
Raúl Rubio Peñas
6
Película francesa acerca de un periodista homosexual que, afectado por una enfermedad terminal, decide visitar a su familia por última vez para contarles que está enfermo. La dirección es correcta, sin resultar notable en ningún aspecto concreto, aunque se asienta sobre un guión que posee unos diálogos muy trabajados y que definen a la perfección a cada uno de los cinco personajes principales, casi desde el primer minuto en que aparecen.
Las actuaciones son de primer nivel, destacando sobre todo a Vincent Cassel, que cada vez que aparece se come la pantalla y tiene los mejores diálogos. Me ha sorprendido también la actuación de Gaspard Ulliel, quien en este film logra transmitir mucho con la mirada, más en los momentos de silencio que incluso en los que habla. Lea Seydoux está también muy correcta y dota de una gran personalidad a su personaje, mientras que Marion Cotillard resulta pasable, ya que el guión la limita a ser el personaje más secundario y creo que también el que menos habla.
El film arranca con unos treinta primeros minutos que saben asentar las bases de una buena trama, pero, a medida que avanza, la película va dando trompicones y el clímax no alcanza la potencia ni el dramatismo que la dirección había sabido mantener al inicio, con diálogos muy normalitos y una escena final quizá no muy acertada.
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