Las películas sobre juicios no fallan, siempre se hacen interesantes y tiene cierto nivel de intriga y tensión, pese a que sólo sea gente hablando en una sala, ahí radica el interés. En esta ocasión, pese a la buena interpretación de Glenn Ford, y la dificultad del caso, tengo que decir que, ni de lejos, me ha parecido de las mejores películas del estilo, y es que el mezclar el tema político estadounidense, en este caso, a los comunistas, me echa mucho para atrás.
Y es que no entiendo la política estadounidense, por más que leo sobre el tema y veo en películas y cosas así, escapa de mi conocimiento. Se nos muestra al “partido comunista“ y se les tacha de racistas... ¿cómo un partido va a ser de izquierda y racista? No me entra en la cabeza. igual que pasa con los “demócratas“ y “republicanos“, que no tienen ningún tipo de sentido, ya que en Europa “republicano“ significa “sin monarquía“, y en Estados Unidos es algo muy distinto.
Y lo peor es que, dicho tema político, repercute directamente en el juicio, por lo que me pierdo totalmente. Digamos que, como película, es más que decente, pero a mí personalmente, no ha terminado de entrarme.
TANO
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Las películas sobre juicios no fallan, siempre se hacen interesantes y tiene cierto nivel de intriga y tensión, pese a que sólo sea gente hablando en una sala, ahí radica el interés. En esta ocasión, pese a la buena interpretación de Glenn Ford, y la dificultad del caso, tengo que decir que, ni de lejos, me ha parecido de las mejores películas del estilo, y es que el mezclar el tema político estadounidense, en este caso, a los comunistas, me echa mucho para atrás.
Y es que no entiendo la política estadounidense, por más que leo sobre el tema y veo en películas y cosas así, escapa de mi conocimiento. Se nos muestra al “partido comunista“ y se les tacha de racistas... ¿cómo un partido va a ser de izquierda y racista? No me entra en la cabeza. igual que pasa con los “demócratas“ y “republicanos“, que no tienen ningún tipo de sentido, ya que en Europa “republicano“ significa “sin monarquía“, y en Estados Unidos es algo muy distinto.
Y lo peor es que, dicho tema político, repercute directamente en el juicio, por lo que me pierdo totalmente. Digamos que, como película, es más que decente, pero a mí personalmente, no ha terminado de entrarme.
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