Ficha Negocios de Familia


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Críticas de Negocios de Familia (2)




Mad Warrior

  • 12 Dec 2018

6



¿Qué se puede hacer cuando uno pertenece a una familia de ladrones empedernidos? Pues nada, porque los genes son los genes, y cuando se tienen genes criminales la única solución es apechugar con ello.
Jessie, Vito y Adam McMullen lo saben de primera mano, y de mostrárnoslo se va a encargar el veterano Sidney Lumet, en una de sus menos conocidas y estimadas obras.

El director se disponía con ¨Negocios de Familia¨ a finalizar una década un tanto turbia para él. Su carrera en los 80 se divide entre algunos trabajos muy buenos (donde destacarían ¨El Príncipe de la Ciudad¨, ¨Un Lugar en Ninguna Parte¨ o la gran ¨Veredicto Final¨) y otros más irregulares y conducidos por una vena comercial que no beneficiaría mucho al hombre que el decenio anterior sorprendía con maravillas como ¨Serpico¨ o ¨Asesinato en el Orient Express¨. Sin embargo, el cineasta seguía al pie del cañón, y aunque ofreciese obras de menor calidad, no se puede negar lo interesante de sus propuestas.
Tras el drama ¨Un Lugar en Ninguna Parte¨, Lumet se prepararía a rodar en New York una historia de Vincent Patrick, autor que adaptó su novela ¨The Pope of Greenwich Village¨ al cine (¨Sed de Poder¨, dirigida por Stuart Rosenberg) además de escribir los guiones de ¨El Padrino III¨ y ¨Superdetective en Hollywood¨, basada en un libro suyo y que aunaba drama familiar y la clásica trama de ladrones.

El joven Adam McMullen ha dejado la carrera de biología molecular en contra de los deseos de su padre Vito, y la razón es que le dominan los genes que ha heredado de su abuelo Jessie, un terco y duro escocés que se siente muy orgulloso de su pasado como criminal, a quien idolatra en exceso; el problema es que Vito, que tuvo que sufrir los males y castigos de ese tipo de vida en la que le metió su padre por la fuerza, ha intentado llevar una vida honrada y, como es lógico, no quiere su hijo siga por el mismo camino que Jessie.
En eso no está de acuerdo este último, que se empeña en que su nieto conozca los peligros del mundo en el que vive y haga honor a su tradición familiar ganándose sus galones de criminal; en efecto, Adam ha preparado un plan brillante para conseguir una buena suma de dinero de manera sencilla, plan en el que Jessie se apunta sin pensárselo y Vito acepta a regañadientes: infiltrarse en unos laboratorios y robar un valioso compuesto químico en fase de investigación. Se supone que todo tiene que salir a pedir de boca, aunque a Adam le traicionará su inexperiencia...

En esta ocasión, aunque empiece como una película de Woody Allen, el director apuesta por un interesante drama en el que se entrecruza el cine de ladrones y atracadores con una aguda crítica social y ciertas dosis de humor. Este drama se construye en base a la ética, la lealtad y, sobre todo, los problemas familiares, generados por el choque entre esa tradición criminal difícil de olvidar y el deseo de llevar una vida honrada (lo que puede traer recuerdos de los dramas de gangsters de Scorsese). Una cosa bastante original, y quizá lo mejor de ¨Negocios de Familia¨, sea el atraco que imagina Patrick (ni un banco ni una joyería...¡un laboratorio!), sin olvidarnos de ese elemento característico que no puede faltar en el cine de Lumet: el juicio.
Sin embargo, hay fallos que lastran este film y que desaprovechan todo su potencial. El ritmo tan irregular, que se mueve parsimonioso entre peleas y nostálgicas anécdotas sin fin, es uno de los más grandes; además, el director no consigue aquí la intensidad dramática familiar de ¨Un Lugar en Ninguna Parte¨, sobre todo porque los tres protagonistas parecen viejos amigos más que familiares. Tampoco es que la trama ofrezca ninguna sorpresa en especial: sabemos que el atraco va a salir mal, que Vito intentará ayudar a su hijo poniéndose en peligro, que Adam continuará defendiendo a Jessie, y que éste acabará mal; todo parece bastante obvio y previsible, la verdad.

Pero si hay algo que no falla es el trío de actores principal, donde se reúnen los dos titanes Dustin Hoffman y Sean Connery, con quien ya había colaborado el director en anteriores ocasiones, y al joven Matthew Broderick, intentando superar el encasillamiento que le habían dado sus papeles de simpático adolescente. Los dos primeros se llevan toda la atención, claro está, pero también cabe señalar a Rosanna DeSoto, Janet Carroll y al genial Bill McCutcheon.
¨Negocios de Familia¨ es una de esas películas de Sidney Lumet que, aunque interesantes, se quedan a medio camino por A o por B y no terminan de funcionar. Tres grandes actores un tanto desaprovechados, para qué mentir.



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NoFear

  • 25 Aug 2014

4


Esta es, probablemente, una de las películas más fallidas de la carrera del genial director Sidney Lumet, quien trabajó en varias ocasiones con Sean Connery y a quien consideraba ¨un monstruo de la interpretación¨, en sus propias palabras.

El caso es que el film prometía y mucho. Con dos actorazos de la talla de Dustin Hoffman y Sean Connery cara a cara, como padre e hijo y el, por aquel entonces promesa de cine, jóven Matthew Broderick, haciendo de nieto de Connery, para perpetrar un atraco que les permitiera retirarse.
El film prometía por lo menos un duelo interpretativo de gran nivel, pero ni eso.

Me explico, Connery y Hoffman son lo mejor de la película, mejor dicho, son lo único que tiene interés en la película, sin desmerecer a Broderick, que cumple dignamente en su papel.
El problema es que el film es, y me duele decirlo, un porno-drama que no deja claro que rumbo toma hasta que no se produce el (desastroso) atraco y en el que lo único que sobnresalen son puntualmente las interpretaciones de Connery y Hoffman.

Y es que antes del atraco el film parece hasta ¨simpático¨, con cierto humor, pero una vez se produce es un drama poco conseguido que se divide en los afectos cruzados de el nieto por su abuelo, el cual es condenado por el robo y el de Hoffman que ha condenado a su propio padre para salvaguardar el futuro de su propio hijo, para el que no desea una vida de delincuencia.

Es una verdadera pena, porque el film, además de su gran reparto, tenía dilemas morales y elementos para construir una gran obra, pero quedó en la nada, por un Lumet poco inspirado en aquel entonces.



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