Sin duda, uno de los mejores documentales de Michael Moore, que en este caso se centra en la figura del impresentable expresidente George Bush y todo lo que rodeó a este Señor de la Guerra en su primer mandato. Por supuesto, este documental no está hecho al gusto de todos, y es evidente que no agradará a derechistas cerrados de mente o a patriotas de la talla de James Wallestein o Michael Bay.

El documental comienza hablando de las elecciones en las que Bush derrotó a Al Gore, donde Michael Moore nos revela el dato de que en Florida hubo 16000 afroamericanos a los que no se les permitió el voto, a sabiendas de que votarían a Al Gore. Más tarde, en el Congreso ni uno solo de los políticos sacó la cara por esos afroamericanos y sus derechos. Estados Unidos, la cuna de la democracia y un cuerno.

A continuación, Michael Moore va mostrándonos como era la vida de Bush como presidente antes del 11S, mostrándonoslo como un vago que no hacía otra cosa que ir a jugar al golf, a cazar con sus perros, a pescar, a comer costillas de cerdo y que descuidaba por completo los asuntos de Washington. Lo cierto es que después de ver el documental, uno puede llegar a pensar que en España incluso tenemos suerte de no tener al mando a un botarate de ese calibre. El 11S, Bush fue a visitar una escuela de Florida para que le vieran los niños y cuando estaba leyendo un cuento llamado ¨Mi amiga la cabra¨, uno de sus hombres se le acerca y le dice al oído lo que ha pasado con las Torres Gemelas. Y el careto que pone Bush no tiene precio porque el tío sigue leyendo el libro como si nada.

Luego, el documental pasa a hablarnos de Osama Bin Laden y la relación que tuvo la familia Bin Laden con los Bush. Los Bin Laden eran una de las familias más ricas de toda Arabia Saudí, con multitud de negocios en los Estados Unidos, y una fortuna que equivalía a un buen tanto por ciento de la fortuna del país, además de estar más que relacionados con Bush. Y entre todos esos saudíes teníamos al joven Osama, un ex-agente de los Estados Unidos que luchó contra los soviéticos y que más tarde, ya terminada la Guerra Fría, se convirtió en un terrorista de Al-Qaeda. Pero terrorista a medias, porque el documental nos revela que muchos meses del 11S, Estados Unidos sabía de las andaduras de Bin Laden y no le hacían nada porque era familia de los amiguetes de Bush, y lo más surrealista de todo es que estaban al tanto de que Al-Qaeda estaba enseñando a sus chicos a pilotar a aviones y que muchos de sus terroristas fueron a refugiarse a Estados Unidos semanas antes del atentado y a nadie le importó.

Lo más fuerte viene después, y es que tras el atentado el gobierno permitió a toda la familia Bin Laden y a más de 150 saudíes abandonar Estados Unidos, y no se le permitió al FBI interrogar a esa gente sobre el paradero de su primo Osama. ¿Qué tenían que ocultar? Por si fuera poco, los familiares de los kamikazes que se estrellaron contra las Torres Gemelas recibieron una suma sustanciosa de dinero y no se permitió que el FBI pudiera hablar con ellos. Más tarde, Michael Moore da el dato de que Bin Laden no llegó a ser perseguido hasta dos meses después del 11S. ¿Por qué le dio Estados Unidos dos meses de ventaja a un terrorista?

E inmediatamente, pasan a hablarnos de Afganistán, un país lleno de petróleo y con el que Bush no tenía muy buenas relaciones internacionales. ¿Que qué es lo que hizo? Pues dijo que Bin Laden se refugiaba en Afganistán y ya tenía la excusa perfecta para arrasar el país. Una vez terminado el conflicto, puso en el poder a dos antiguos miembros de una de sus empresas y estos accedieron a que Estados Unidos pudiera seguir explotando el petróleo de su país.

Más tarde, pasan a hablarnos del terror, eso que Bush sabe infundir tan bien. Y es que el tío se encargó de tener a toda la población dominada, inventándose excusas tan disparatadas como que los terroristas iban a atacar Estados Unidos, todo para que el americanito medio dijera ¨Bush tiene razón, tenemos que ir a los países árabes y matarlos a todos¨. Ridículos resultan por ejemplo las noticias que decían de que los terroristas ahora creaban bolígrafos envenenados que te mataban cuando escribías. Y lo mejor es que los yankis se creyeron todas esas sandeces.

Tras esto, se aprobó una Ley Antiterrorista, y lo más gracioso es que ni uno solo de los congresistas perdió su tiempo en leerla. Entre otras cosas, en esa Ley, se afirmaba que Estados Unidos tenía el poder de pinchar los teléfonos y correos de los ciudadanos, de registrar sus cuentas sanitarias y bancarias, y todo ello con absoluta impunidad. Lo peor de todo es que muchos estadounidenses estaban a favor de que se les recortasen las libertades, quedando completamente expuestos al gobierno, si así se encontraban terroristas en Estados Unidos. Lamentable.

Luego, Michael Moore nos ofrece varios ejemplos en los que esta ley demostró lo poco democrática que era: el primero es que había un grupo pacifista en Fresno, y resulta que la policía infiltró a un agente en ese grupo en busca de terroristas, cuando la gente de ese grupo eran en su mayoría obesos adictos a las galletitas o ancianos de más de setenta. Muy terroristas, sí. El segundo ejemplo es el de un anciano que dijo en el gimnasio, haciendo uso de su libertad de expresión ¨Bin Laden es un asesino, pero Bush es peor porque bombardea a gente inocente cada día para conseguir petróleo¨, total que a las pocas horas ya tenía al FBI en su casa. Y el tercer ejemplo es el de una madre que llevaba leche materna para alimentar a su bebé en un avión, pero los del aeropuerto pensaron que podría hacer un cóctel explosivo con la leche (WTF?) y le obligaron a bebérsela por el bien de los Estados Unidos.

Más tarde, Michael Moore pasa a hablar de Irak, donde Bush encontró otro cabeza de turco en Sadam Hussein y decidió empezar a invadir el país con la excusa de que había armas nucleares y que Bin Laden también estaba por allí. Por supuesto, ni lo uno ni lo otro llegó a aparecer.

A partir de ahí, Michael Moore empieza a hacer hincapié en el horror de la guerra de Irak. Primero nos muestra a un grupo de soldados estadounidenses psicópatas y con el cerebro muy lavado que se dedicaban a mofarse de los rehenes y demás. Pero luego, el documental da un giro a todos aquellos soldados horrorizados por lo que estaban viendo, por todos los civiles a los que las bombas y en ocasiones ellos mismos tenían que matar, y es que la inmensa mayoría, al menos aquellos que tenían alma, se dieron cuenta de que no había ningún honor en lo que hicieron en Irak. Es desgarrador ver a un chico de unos veinte años decir que siente que pierde un pedaco de sí mismo cada vez que mata a alguien. O a un veterano de guerra decir que no regresaría a Irak por nada del mundo, aunque tuviera que enfrentarse a penas de cárcel. Y todos estos testimonios aderezados con pequeñas escenas de Bush haciendo el payaso, diciendo que en Irak había esto y lo otro, que estaba lleno de terroristas y que los soldados estadounidenses eran héroes. Lo más gracioso de todo es que al parecer, Bush retiró toda clase de ayuda económica a todos esos soldados que volvían de la guerra, pese a haber estado luchando por su país.

Más tarde, vemos el descorazonador relato de la madre de uno de esos soldados, el cual no pudo regresar con su familia porque su helicóptero fue derribado por un lanzacohetes. Lo peor de todo es que cuando esa madre se presentó frente a la Casa Blanca a manifestarse contra Bush, las fachas que pasaban por allí le decían que todo era un montaje para desprestigiar a Bush. Pero cuando la madre les decía los detalles de la muerte de su hijo, las republicanas le respondían ¨Pues a ver, hija, se murió como nos morimos todos. Culpa a Al-Qaeda¨. Estados Unidos, la cuna de la democracia.

En el documental también vemos a una pareja de marines que iban por los institutos y centros comerciales para reclutar a jóvenes para el ejército. Y el caso es que no iban a sitios donde pudiera haber ricos, sino más bien humildes, en su mayoría afroamericanos y gente joven fácilmente manipulables. Es gracioso como pillaron a un chaval que iba por un parking y le dicen ¨¿Quieres ser marine?¨ y él le dice ¨No, quiero ser jugador de baloncesto¨, y los pollos insistiendo ¨En la Marina también podrás dedicarte al baloncesto¨ y el más ridículo de los dos marines va y dice ¨¿Conoces a Lebron James (dijo otro nombre pero por poner un ejemplo entendible)? Pues él también fue marine. Alístate, que en la Marina tenemos buenos contactos y llegarás lejos¨. Lo bueno es que luego se encontraron a un afroamericano que quería ser rapero, y el marine ridículo hizo la misma táctica pero mencionando a un rapero jamaicano famoso como miembro de la Marina. Luego estos marines se encuentran a un hombre que va a con su familia y con un bebé en brazos y le piden que se aliste en la Marina, a lo que el hombre va y les responde educadamente ¨Lo siento, tengo mujer e hijos¨ y los marines le responden ¨Con más razón para que te alistes¨. Ni siquiera Michael Bay es tan fanático.

Luego Michael Moore se presenta en el congreso junto a un veterano de guerra y empieza a decirle a los congresistas que, para dar ejemplo a los jóvenes estadounidenses, alisten a sus propios hijos en la Marina, ya que ni uno solo de ellos había ido a Irak, como si les pasaba a los hijos de familias humildes. Por supuesto, ningún congresista hizo el menor caso a Michael Moore y algunos incluso huían al verle. Michael Moore concluye el documental diciendo que no puede culparles de que no quieran sacrificar a sus hijos, ya que nadie en su sano juicio lo haría, y reflexiona acerca de por qué a Bush no le importa sacrificar a los hijos de los demás. Como última reflexión, Moore afirma que siempre son las personas más humildes las que más se sacrifican por los demás, mostrando imágenes de los militares jóvenes alistados en Irak, y que ellos lo único que pidieron a cambio es que no les estuvieran sacrificando en vano por algo que no merecía la pena y que no les dieran la espalda de la forma que lo hicieron.

Para mí un gran documental, que te hace ver la realidad de ese país tan antidemocrático llamado Estados Unidos. Porque por mucho que aseguren los wallestinianos, el sueño americano no existe, es solo un invento al alcance de las grandes corporaciones y los políticos, que nunca arriesgaron nada.

Michael Moore es un genio, un gran documental.

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Un mas que impactante documental al que no habia visto hasta la fecha, relatado y dirigido por el polemico Michael Moore donde la sociedad Norteamericana no sale muy biien parada que digamos... Pero en este documental a diferencia de otros al menos muestra que tanto un bando como otro son victimas, en el caso de los Norteamericanos son victimas por una sociedad capitalista y ambiciosa por el petroleo al que pone como escusa las torres gemelas y las armas masivas para llevar a soldados norteamericanos a una muerte absurda y sin sentido, matando a gente inocente, La verdad es que si ya sentia odio y asco por ese chimpance llamado George Bush, ahora graciias a este documental me repugna aún mas ese señor, por lo demás formidable, realmente impactante y duro, como nos muestran a victimas reales llorando, con unas imagenes inusuales en primera persona y grabadas justamente en el momento oportuno, comenzando con el tragico 11 S, y terminando con todas las victimas de una guerra ficticia, sin olvidarnos de las entrevistas en que se les hacen a George Bush, Impresionante.

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