Ésta es la segunda película de Fernando Sariñana que veo (tuve el disgusto de ver ¨Niñas mal¨ de 2007) y si bien ésta me entretuvo un poco más, sigue sin convencerme.
En ¨Todo el poder¨, nos encontramos con un documentalista, Gabriel, quien tras ser varias veces asaltado, decide tomar cartas en el asunto e investigar qué sucede con ese México lleno de robos y atracos. Sospechando del comandante ¨Elvis¨ Quijano, junto con Sofía, una aspirante a actriz sin trabajo, Gabriel descubrirá una red de corrupción que involucra a gente poderosa.
Sariñana, a fines del siglo pasado, aborda el tema de la violencia en México, un tema que da para dar películas por los próximos cien años, concentrándose en principio en el robo callejero, en el robo de celulares, en el robo de billeteras (carteras, le llaman en México), el robo de automóviles.
¿Es pertinente? Por supuesto que sí, pero aquí viene el primer problema: el personaje de Gabriel. Bichir personifica a un ¨macho mexicano¨ extraño, machista, pero reducido, sin un peso en los bolsillos, que vive indirectamente de su ex esposa, quien cubre los gastos de la hija que tienen en común que debería asumir él. Me parece estupendo que Sariñana reduzca el machismo mexicano a un tipo que no puede cumplir ni siquiera como padre.
Pero aquí viene lo raro: el tipo, a pesar de todo, vive en La Condesa, un sector acomodado, en el que no podría vivir un tipo que no tiene un trabajo estable como él. Además, ¿como es posible que un tipo que no tiene un peso se preocupe más de investigar y perseguir a una red de corrupción en lugar de buscar trabajo? Empezamos mal.
Luego, tenemos a Sofía (Suárez), la chica que acepta ser la nueva aventura de Gabriel, involucrándose en esta ¨investigación¨, en una escena, por cierto irrisoria, en la que disfrazada de monja ingresa al galpón en donde grabaría con su cámara las supuestas maniobras ilícitas de ¨el Cojo¨, en menos de 10 segundos, como si esto fuera una prueba...y como si fuera poco, luego tenemos a la hija de Gabriel, Valentina (Ximena Sariñana) que parece sacada de una sociedad liberal europea, no de una mexicana clásica machista, por cuánto acepta de buenas a primera a la nueva compañera de su padre y dice que la pueden dejar sola con otros adultos porque a ella no le interesa el sexo aún... realmente bizarro.
Lo cierto es que Sariñana abandona su seudocrítica al machismo y decide poner al protagonista como un héroe, borrando esa crítica que desliza al principio, porque al final lo que pareciera importar es que el tipo denuncia una red de corrupción. Lo contradictorio es que al final deja entrever que de nada ha servido, la corrupción es tal que el criminal comandante de policía muere como héroe y otro criminal asume, lo que siempre es interpretable como una crítica social. Sariñana confundido.
Las actuaciones son planas en general, ni siquiera Luis Felipe Tovar como el comandante corrupto ¨Elvis¨ Quijano y Carmen Salinas como Doña Cleo aportan, desde la presunta naturaleza cómica de sus personajes, con momentos reales de humor. Por lo tanto, la supuesta comicidad del film no es tal. Tampoco lo anecdótico apoya la tesis de que esta es una película cómica, o una comedia negra, como ¨Matando Cabos¨ por ejemplo.
Otro punto que no le hace bien es que es demasiada larga, y como he dicho, si vas a a hacer una película larga, tienes que tener la habilidad para mantener el ritmo. No es el caso, hay pr lo menos 20 minutos entre la hora y la hora y media que debieron haber sido eliminados, ya que no aportan ni especifican la trama.
mahotsukai
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Ésta es la segunda película de Fernando Sariñana que veo (tuve el disgusto de ver ¨Niñas mal¨ de 2007) y si bien ésta me entretuvo un poco más, sigue sin convencerme.
En ¨Todo el poder¨, nos encontramos con un documentalista, Gabriel, quien tras ser varias veces asaltado, decide tomar cartas en el asunto e investigar qué sucede con ese México lleno de robos y atracos. Sospechando del comandante ¨Elvis¨ Quijano, junto con Sofía, una aspirante a actriz sin trabajo, Gabriel descubrirá una red de corrupción que involucra a gente poderosa.
Sariñana, a fines del siglo pasado, aborda el tema de la violencia en México, un tema que da para dar películas por los próximos cien años, concentrándose en principio en el robo callejero, en el robo de celulares, en el robo de billeteras (carteras, le llaman en México), el robo de automóviles.
¿Es pertinente? Por supuesto que sí, pero aquí viene el primer problema: el personaje de Gabriel. Bichir personifica a un ¨macho mexicano¨ extraño, machista, pero reducido, sin un peso en los bolsillos, que vive indirectamente de su ex esposa, quien cubre los gastos de la hija que tienen en común que debería asumir él. Me parece estupendo que Sariñana reduzca el machismo mexicano a un tipo que no puede cumplir ni siquiera como padre.
Pero aquí viene lo raro: el tipo, a pesar de todo, vive en La Condesa, un sector acomodado, en el que no podría vivir un tipo que no tiene un trabajo estable como él. Además, ¿como es posible que un tipo que no tiene un peso se preocupe más de investigar y perseguir a una red de corrupción en lugar de buscar trabajo? Empezamos mal.
Luego, tenemos a Sofía (Suárez), la chica que acepta ser la nueva aventura de Gabriel, involucrándose en esta ¨investigación¨, en una escena, por cierto irrisoria, en la que disfrazada de monja ingresa al galpón en donde grabaría con su cámara las supuestas maniobras ilícitas de ¨el Cojo¨, en menos de 10 segundos, como si esto fuera una prueba...y como si fuera poco, luego tenemos a la hija de Gabriel, Valentina (Ximena Sariñana) que parece sacada de una sociedad liberal europea, no de una mexicana clásica machista, por cuánto acepta de buenas a primera a la nueva compañera de su padre y dice que la pueden dejar sola con otros adultos porque a ella no le interesa el sexo aún... realmente bizarro.
Lo cierto es que Sariñana abandona su seudocrítica al machismo y decide poner al protagonista como un héroe, borrando esa crítica que desliza al principio, porque al final lo que pareciera importar es que el tipo denuncia una red de corrupción. Lo contradictorio es que al final deja entrever que de nada ha servido, la corrupción es tal que el criminal comandante de policía muere como héroe y otro criminal asume, lo que siempre es interpretable como una crítica social. Sariñana confundido.
Las actuaciones son planas en general, ni siquiera Luis Felipe Tovar como el comandante corrupto ¨Elvis¨ Quijano y Carmen Salinas como Doña Cleo aportan, desde la presunta naturaleza cómica de sus personajes, con momentos reales de humor. Por lo tanto, la supuesta comicidad del film no es tal. Tampoco lo anecdótico apoya la tesis de que esta es una película cómica, o una comedia negra, como ¨Matando Cabos¨ por ejemplo.
Otro punto que no le hace bien es que es demasiada larga, y como he dicho, si vas a a hacer una película larga, tienes que tener la habilidad para mantener el ritmo. No es el caso, hay pr lo menos 20 minutos entre la hora y la hora y media que debieron haber sido eliminados, ya que no aportan ni especifican la trama.
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