Divertidísima comedia de un (casi) siempre inspirado Frank Oz. En esta ocasión nos acerca a la vida de un humilde profesor de un pequeño pueblo que por cosas del destino es sacado del armario a nivel mundial, sin saber ni él mismo de si realmente es o no gay.
Con un grandísimo sentido del humor Oz, nos cuenta esta historia que cualquier otro habría tratado con un dramón de los grandes. Una hora y media de risas que viene con un mensaje de fondo más que evidente y no por ello se torna aburrida o cansina, se podría decir que esta en el punto medio entre reivindicación y cuento de hadas típico de comedia romántica.
Ahora nada seria lo mismo sin un genial Kevin Kline (¿que habrá sido de él?), que lo borda, eso sin desmerecer para nada al resto del elenco que le acompañan, desde una iluminada Joan Cusack como novia de turno (estos papeles parecen hechos expresamente para ella) pasando por un Matt Dylon oxigenado y llegando a un Tom Selleck que si breve y bueno, dos veces bueno.
Una cinta para ver sin prejuicios y en la que es imposible no soltar más de una carcajada. Por cierto la banda sonora no podría estar mejor elegida.
Críticas: 2
Parnaso
6
Bueno, en su día no me gustó, seguramente no la vi con los cinco sentidor por la animadversión que siento por el histriónico Kevin Kline que debe de dedicarse unicamente al teatro y apartarse del cine.
En fin, que la historia contada en forma de comedia es un canto a la libertad para que cada cual sea tal cual es sin esconderse. La historia trata sobre un profe de universidad al que anuncian por la tele de que es gay, éste que está a punto de casarse no lo reconoce. En el transcurso de los hechos suceden momentos divertidos y otros no tanto. Pero bueno, que no es tan coñazo como la pinté en su día.
1700
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