Junto con Fernando Di Leo y Damiano Damiani, el gran Umberto Lenzi, maestro de muchos géneros del exploit italiano, es en mi opinión uno de los grandes del Poliziesco/Eurocrimen. “Milano rovente” es una estupenda muestra del talento de Lenzi, con dos bandas del crimen organizado, una de sicilianos y otra de franceses, enfrentadas a muerte por el control de la prostitución y el tráfico de drogas en Milán.
Un carismático Antonio Sabato interpreta a Salvatore Cangemi, “El siciliano”, el capo de los proxenetas de Milán que al inicio se niega a entrar en el tráfico de drogas. El Siciliano es un personaje singular, tiene un código de honor respecto a la amistad y al amor, pero no duda en comerciar con mujeres o golpearlas. Por cierto, las pobres chicas de la calle son las victimas principales de la violencia a lo largo de la película, son violadas, golpeadas, les echan ácido en la cara, etc., aunque también hay una escena en que a uno de los hombres del Siciliano lo torturan con electricidad en los testículos y hay otra escena homofóbica. La hermosa Marissa Mell está un poco desperdiciada como la novia de clase alta del protagonista, y atención a la guapa Carla Romanelli.
La película es agradablemente amoral. La policía es casi irrelevante, y los mafiosos son todos igualmente viciosos, traficantes, y todos están perfectamente dispuestos a traicionarse y matarse entre sí.
Miguel Arkangel
7
Junto con Fernando Di Leo y Damiano Damiani, el gran Umberto Lenzi, maestro de muchos géneros del exploit italiano, es en mi opinión uno de los grandes del Poliziesco/Eurocrimen. “Milano rovente” es una estupenda muestra del talento de Lenzi, con dos bandas del crimen organizado, una de sicilianos y otra de franceses, enfrentadas a muerte por el control de la prostitución y el tráfico de drogas en Milán.
Un carismático Antonio Sabato interpreta a Salvatore Cangemi, “El siciliano”, el capo de los proxenetas de Milán que al inicio se niega a entrar en el tráfico de drogas. El Siciliano es un personaje singular, tiene un código de honor respecto a la amistad y al amor, pero no duda en comerciar con mujeres o golpearlas. Por cierto, las pobres chicas de la calle son las victimas principales de la violencia a lo largo de la película, son violadas, golpeadas, les echan ácido en la cara, etc., aunque también hay una escena en que a uno de los hombres del Siciliano lo torturan con electricidad en los testículos y hay otra escena homofóbica. La hermosa Marissa Mell está un poco desperdiciada como la novia de clase alta del protagonista, y atención a la guapa Carla Romanelli.
La película es agradablemente amoral. La policía es casi irrelevante, y los mafiosos son todos igualmente viciosos, traficantes, y todos están perfectamente dispuestos a traicionarse y matarse entre sí.
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