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Cuarto largometraje de Jaime Rosales, que a pesar de sus virtudes el resultado final es bastante irregular. Prefiero ¨Sueño y silencio¨ antes que ¨Las horas del día¨ y sobre todo la sobrevalorada y tediosa ¨La soledad¨, pero dista de ser una buena película.
El planteamiento me recuerda a la notable y melancólica ¨La habitación del hijo¨ de Nanni Moretti: la pérdida de un ser querido y cómo la familia debe superar tan doloroso hecho. La diferencia es que Moretti se esforzaba por narrar la historia de una forma cercana al espectador, por sus personajes, sus diálogos y ya en la parte técnica por su estilo visual. Y el estilo de Rosales, por el contrario, no logra implicar emocionalmente.
¨Sueño y silencio¨ está excelentemente fotografiada en blanco y negro, con algunas tomas y sutiles travellings que remiten al mejor cine europeo de autor. El problema reside principalmente en los diálogos. Tanto empeño por hacer que suenen naturales que a ratos acaban siendo superficiales, sin interés. Tampoco entiendo la elección de actores no profesionales porque salvo la protagonista, Yolanda Galocha, y quienes interpretan a los abuelos, el resto apenas convencen.
Hay escenas muy acertadas (la madre y el padre en el parque, ¨buscando¨ a su hija fallecida), al igual que algunas metáforas visuales. Rosales sabe cómo crear una atmósfera adecuada para lo que está contando, pero no es suficiente si el guión falla en todo lo anteriormente comentado y algunos de los actores no están bien elegidos. ¨Sueño y silencio¨ es estéticamente poderosa pero el conjunto deja esa incómoda sensación de haberse quedado a medias. Y más aún cuando la historia original es tan atractiva como trágica.

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