Ficha Ultra Force: Accion Sin Limite

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Críticas de Ultra Force: Accion Sin Limite (1)




Mad Warrior

  • 19 Nov 2021

3



Una implacable y preciosa inspectora de policía, su gracioso y ligón compañero y un duro agente de la Interpol japonés que quiere dejar el trabajo, un trío infalible para combatir asesinos mercenarios al servicio de una de las producciones más explosivamente absurdas y brutalmente hilarantes que dio el cine hongkonés de hace tres décadas.

Estamos a mitad de los 80, Michelle Yeoh tiene algo más de 20 añitos, hace poco que ha sido coronada Miss Malasia y ha captado la atención de la productora D&B Films después de algunas colaboraciones con Jackie Chan; su fuerte son las artes marciales y debuta en ¨Yes, Madam¨ junto a la diva de la serie ¨B¨ ¨videoclubera¨ Cynthia Rothrock, conviertiéndose en uno de los éxitos de la temporada. Será, además, el inicio de una lucrativa serie de títulos para la compañía, conocida como ¨In the Line of Duty¨, cuyo principal reclamo era la presencia de protagonistas femeninas igual de duras y peligrosas a la par que bellas y simpáticas.
La segunda ¨entrega¨ de esta pseudosaga fue la que nos atañe, ¨Royal Warriors¨, donde se vuelve a poner a Yeoh al frente como heroína absoluta bajo la batuta del acostumbrado a la acción David Chung y emparejándola con un Hiroyuki Sanada que es una de las jóvenes súperestrellas de Japón en ese momento (habiéndolo demostrado con anterioridad en el ¨blockbuster¨ de Fukasaku ¨La Leyenda de los Ocho Samuráis¨). Ya solo la secuencia de apertura nos ofrece un adelanto de lo que es esta película.

Veremos a una jovencita Michelle Yeoh que en mitad de un festival celebrado al aire libre (donde aprovecha para sacar fotos aquí y allá como una profesional) se cruza con unos mafiosos persiguiendo a un pobre desgraciado y cual Jackie Chan se los carga de un plumazo (incluso imitando el ¨look¨ del hongkonés y sus tics cómicos a la hora de los combates). ¿Ha servido esto de algo? No, ¡porque era una mera carta de presentación!, puro deleite gratuito para el fan. La película arranca al coincidir la inspectora en un avión con un guardia de seguridad coqueto y papanatas (Michael), un japonés que no sabemos quien es (Kenji) y un gángster al que unos agentes llevan esposado (el qué habrá hecho no importa en absoluto...).
Durante este pequeño tramo en adelante nos damos cuenta de que estamos ante un film que respeta todo el estrambótico imaginario del cine de acción hongkonés del momento, un ¨80s maximum action festival¨ sin desperdicio. Chung desata así la locura en el avión, con los tres protagonistas enfrentándose a ese villano y su colega, que quiere liberarlo, traduciéndose en un vendaval de tiros, patadas, navajazos e incluso explosiones (¡!). ¡Ni las de Schwarzenegger ofrecen tanto! Ocurrido el accidente principal, éste impulsará el supuesto ¨argumento¨, cuyos motores básicos son la venganza y la amistad.

Mientras dos amigos más del gángster asesinado planean liquidar al trío de héroes nos disponemos a conocer a éstos, en lo que será un acercamiento leve por parte del director y el guionista Kan-Cheung Tsang, pues nunca se va más allá de crear perfiles más estereotipados y cómicos que realistas y dramáticos. La guapa Michelle y Michael (Michael Wong con una erección permanente y en un papel irritante hasta la asfixia) podrían desaparecer del mapa, que nada importaría; es, curiosamente, el ex-agente japonés lo que sostiene la trama y le insufla el suficiente interés para mantenernos enganchados.
La salvaje cruzada a la que se lanza este hombre agradable de pocas palabras, tras perder a su mujer e hija en un atentado de los villanos de turno, dispara la intriga y es el resorte trágico de la obra, aunque Chung se empeñe en hacer lo mismo que sus coetáneos en la época: mezclar, siempre a destiempo y sin pedir disculpas, dosis de violencia descarnada, a menudo difícil de digerir, con momentos de un humor tontorrón y absurdo (siempre dado por ese romance no correspondido entre Michelle y el subnormal de Michael). Sanada da a su personaje la justa seriedad y sin comerlo ni beberlo se convierte en la estrella de la función...

Por desgracia Tsang decidirá apartarle durante un tiempo de la historia dejando de nuevo el protagonismo a la policía y su lamebotas particular; Chung no sabe dirigir a sus actores, sin embargo centra su cámara en el movimiento, que cruza de un extremo a otro la pantalla, y logra un efecto visceral y agobiante dejando a la destrucción y la brutalidad como maestras de ceremonias, ejerciéndolas unos villanos de trazo grueso, sin sesos ni escrúpulos, simplemente malvados porque sí (fíjense ustedes en esa injustificada matanza en el club y lo comprobarán).
Pese a pecar de típica en todos los aspectos y no trazar ni intrigas ni investigaciones policiales (este es un relato de pura, dura y ruda venganza), ¨Royal Warriors¨ nos guarda un par de sorpresas que hasta un servidor no vio venir (por ejemplo tener a Kenneth Tsang en el reparto y no usarle de traidor), pero se precipita a un clímax espectacular de pólvora y sangre donde Chung, pretendiéndose John Woo o Tsui Hark, nos descoloca con algunas de las secuencias más disparatadas de este cine, quedando su film más a la altura de las salvajes comedias de Jackie Chan que de los oscuros ¨thrillers¨ de Ringo Lam.

Que nadie espere algo más de este batiburrillo de acción, humor, frenesí y crueldad sin límites, si bien es cierto que con un presupuesto tan abultado podrían haberse mejorado muchas cosas...lo que no impidió que arrasara en taquilla e hiciera despegar definitivamente la carrera de Yeoh.
Ying Bai, uno de los actores más sobreactuados de la Historia, nos regala un instante glorioso al espetar a Michael ¨¿Sabes una cosa? Actuas fatal¨ antes de dispararle. Me pregunto si fue idea del director...pero queda genial, qué demonios (aunque al otro se le dé de miedo ganarse nuestra compasión).



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