Ficha El Acorazado Potemkin

7.50 - Total: 30

  • No la has puntuado
  • No has insertado crítica
  • No has insertado curiosidades
  • No has insertado ningun error


Críticas de El Acorazado Potemkin (7)




Mad Warrior

  • 11 Jan 2022

10



Revolución en todos los sentidos. Ideológica, política, humana, y sobre todo cinematográfica.
La de un pueblo bajo el yugo del terror filmada para captar la intensidad visceral de la misma.

Nadie había hecho nada parecido, nadie ha conseguido igualar esa maestría; la revolución lleva por nombre ¨Potemkin¨. 96 años atrás en el tiempo, casi un siglo; fomentado por el Gobierno, que lo nacionalizó a causa de la influencia que podía ejercer sobre el pueblo, desde el principio el cine soviético estaría indisociablemente marcado por el cariz ideológico. Lev Kuleshov fue uno de los primeros realizadores en dominar las técnicas del montaje, pero Sergei Eisenstein iría mucho más allá convirtiéndose en figura descollante de esta industria en crecimiento.
Tras su provechoso paso por las artes escénicas, el joven de unos 25 años decidió poner en práctica sus importantes teorías a través de la imagen en movimiento por medio de una cámara; así dirige ¨La Huelga¨, donde ya expone sus ideas y métodos técnicos modernos para, como sus coetáneos en aquellos tiempos, desarrollar algo parecido a un lenguaje. Llega su gran momento cuando el Comité Ejecutivo Central se propone realizar una gran película con motivo del 20.º aniversario de la decisiva Revolución de 1.905; la conocida autora bolchevique Antonina Agadzhanova se ocupa del guión, muy extenso, que Eisenstein decide acortar, y en lugar de tratar varias revueltas y revoluciones, se centra en una en especial.

Y es la que tiene lugar en el barco que dará título a la obra. ¨El Acorazado Potemkin¨ empieza en dicho escenario aunque la historia se dividirá en cinco ¨episodios¨, cada uno como perfecta muestra de las teorías del montaje de las imágenes que desarrolló el cineasta; una primera media hora tiene lugar en el Potemkin, donde por medio de una sucesión de secuencias en espacios cerrados se nos consigue asfixiar del mismo modo que a los pobres marineros que allí se pudren en su propio sudor y mugre. Dos actos: los hombres descubren las carnes, colmadas de larvas, con que sus tiránicos oficiales les quieren alimentar; puños apretados, miradas de rabia en primer plano aseguran un estallido de emociones.
Eisenstein escindirá entonces dos instantes de gran intensidad, ¨in crescendo¨, con una pausa necesaria, la transición, y se obtendrán dos situaciones de igual esquema; y se crea una unidad orgánica, donde el montaje y el ritmo proporciona algo más en el espectador que una simple sucesión de imágenes (en este siglo XXI nuestro cerebro asimila sin problemas toda esta información, en aquellos tiempos era objeto de análisis y sorpresa). El director consigue a lo largo de dicho tramo un ritmo visceral, de dureza, violencia y tensión como nunca antes se había hecho.

El fin último es la evolución y revolución de los hombres humildes, que soportando sus heridas se levantan, se revelan contra los oficiales, en este caso comandado por el fiero Vakulinchuk, que será el héroe absoluto de esta parte pese a que siempre es la masa, la fuerza colectiva, la protagonista para Eisenstein, pero la sublevación de los trabajadores y gente de bajo estrato, como la Historia siempre demostró, sólo puede finalizar en tragedia (tanto más teniendo en cuenta que ese fue el destino que aguardó al Potemkin en la realidad).
El 3.er y 4.º acto tienen lugar en la ciudad de Odessa una vez llega el barco al puerto. ¨Por una cucharada de borscht¨ reza sobre el cuerpo de Vakulinchuk, y Eisenstein, que conoce las emociones, las expresiones y las reacciones, brinda al espectador una serie de primeros planos sobre los pobres ciudadanos (pocas veces en el cine el dolor ha tenido un rostro tan natural y humano, dado esto por el hecho de que no hay actores profesionales en el film sino gente de a pie, para que el alcance resulte veraz, directo a las entrañas). Atmósfera de desgarradora amargura que así da paso a una de las más recordadas secuencias no sólo de la obra del director, sino del cine universal.

La ideología sobre la masa como protagonista y las teorías del montaje cristalizan de mejor manera durante el frenesí de la (ficticia) matanza sobre las escalinatas de la ciudad. Una fila de cosacos avanza incesante, como una maquinaria enemiga impersonal; mientras, se detiene unos segundos la cámara para radiografiar la desgracia de forma individual, la composición orgánica y el encadenamiento secuencial de cada caída, grito, disparo y explosión de sangre eleva lo que es un triunfo del ritmo, el montaje y la dirección de actores al horror en estado puro. Si quería el ruso reflejar la injusticia y brutalidad de la guerra y los gobiernos de represión este es el mejor ejemplo.
Recordemos ese carrichoche precipitándose al vacío, ese niño pisoteado sobre las escaleras, esos individuos expectantes a la fatalidad con el rostro desencajado; Griffith, DeMille o Pastrone lo podrían haber intentado y quizás no habrían rozado el genio de Eisenstein a la hora de plasmar la barbarie, la ausencia de humanidad, de forma tan estudiada y técnica. También ha sido uno de los momentos más imitados de la Historia del cine, aunque no sólo aquí ni en las atmósferas de constante desasosiego díficiles de igualar dentro del Potemkin brillan las virtudes del film. Todo en él sucumbe al análisis profundo y a la admiración.

Pero al constar de caracterizaciones simples, su mensaje queda claramente propagandístico, el de la verdad y el realismo a través del sentimiento de revolución bolchevique, como bien temió Goebbles una vez lo vio, el cual, por cierto, no llegó a atraer a ingentes cantidades de público como deseó el director, si bien gozó de una buena (aunque accidentada por su discurso) distribución internacional.
Eisenstein fue aplaudido y considerado como un maestro del medio, lo que le ayudó a concebir la aún más grande y ambiciosa ¨Octubre¨, conmemorando el 10.º aniversario de la Revolución de 1.917. Pero imposible es hablar hoy de gran cine clásico y no recordar esta joya imperecedera.



Me gusta (1) Reportar

daninudo

  • 11 Apr 2021

7


Mi crítica número 100 y más antigua de esta sección con un gran clásico de los años 20 ...
Es interesante , llamativa con su música y algunas escenas de acción.

Quizás lo malo es que se nota la peli es política (después nos quejamos que las pelis actuales son políticas) y quizás se me hizo lenta y eso que era muy corta 1 h y 10 minutos



Me gusta (1) Reportar

TANO

  • 31 Dec 2020

8


Película basada en el hecho histórico que propició el comienzo de la revolución rusa en 1905.
Una delicia de cine en blanco y negro, eso es esta película. Una superproducción realmente currada, con mucha atención al detalle, y sobre todo, a la simbología,. desde esas caras de desesperación, a esos puños cerrados, y finalmente, al levantamiento de la bandera roja, el único objeto de color de la película.
Toda la parte de la película que ocurre en el barco es tremenda, se nos cuenta visualmente como es el trabajo y vida diarios en un acorazado, desde la limpieza hasta los medidores de presión y todas esas cosas, todo muy cuidado.
Tiene una gran labor propagandística, nos muestra el levantamiento de toda una ciudad, con cientos y cientos de extras.
La mejor parte, sin duda, es la final, las imágenes y la música que acompaña te ponen totalmente en tensión esperando lo peor... hasta la llegada de lo inesperado.
Una película que vale mucho la pena ver, muy adelantada a su tiempo y también muy muy importante en su momento.



Me gusta (0) Reportar

mahotsukai

  • 18 Sep 2019

10



Clásico indiscutido del cine mudo a cargo del cineasta ruso Sergei Eisenstein, considerada por muchos como uno de los films propagandísticos más impactantes de la historia y hasta 1958, la mejor película de todos los tiempos, en la Exposición General de Bruselas (1958).

Ambientada en hechos reales, en la última semana de junio de 1905, la tripulación del acorazado ruso Potemkin decide revelarse ante los oficiales del barco por malos tratos y por verse obligada a comer comida podrida. Después de que los marinos tomen posesión del barco y reciban ayuda de la ciudad de Odesa, las tropas zaristas abrirán fuego contra la población civil en respuesta a la sublevación del proletariado ruso ante la corona rusa.

Hacia 1924, Eisenstein recibe por encargo del nuevo gobierno ruso, la misión de filmar una película que conmemore los 20 años del fallido intento revolucionario de 1905, en el que la tripulación del Acorazado Potemkin, decidió sublevarse. La idea de Eisenstein era llevar a la pantalla no sólo este hecho sino también la guerra con Japón hasta llegar a la exitosa revolución de 1917. El director había tenido muchas dificultades climatológicas en Leningrado y en Odesa, en donde tenía planeado filmar unas escenas, decidió finalmente abandonar tan pretenciosa empresa y concentrarse sólo en el incidente de Odesa.

Dividida en 5 actos, la película fue definida por el propio director como una unidad orgánica, en la que cada una de sus partes funciona a un nivel superior de lectura, como una generalidad. Como en muchos casos propagandísticos, un hecho fallido pero fuertemente heroico es utilizado como bandera de lucha para despertar la conciencia patriótica del pueblo, la magnificación de un hecho detrás del cual está el pueblo y las causas colectivas intrínsecas de lo que el pueblo considera un acto de justicia, que finalmente no llegó a buen puerto por la intromisión del poder y el abuso.

Y es que “El Acorazado Potemkin” recurre al simbolismo y la metáfora de sus legendarias escenas para mantenerse sólidamente en pie ante el paso del tiempo y los hechos. Porque claramente es un producto de su época y hoy en día para el neófito no pasaría de ser una película dramática de un hecho histórico, pero el film denuncia una realidad que sigue tan presente como entonces, la opresión y la injusticia sociales y el movimiento de las masas para luchar por esa casi utópica justicia social.

Cabe detenerse en esas imágenes, que han pasado a la historia por su crudeza y realismo, además de evidentemente por su simbolismo.

En primer lugar, tenemos la carne agusanada, que termina siendo la gota que rebalsa el vaso para los marineros y la excusa para detener el abuso. La carne podrida y su repulsión simbolizan, por un lado, el grito de dignidad del pueblo ante la desequilibrada repartición de bienes y recursos, a quienes los altos oficiales obligan comer las sobras y la comida descompuesta; y, por otro lado, la repulsión que el régimen zarista genera en el pueblo ruso llano, con su indolencia y su indiferencia a su pobreza.

En segundo lugar, tenemos la escena en la que un grupo de marinos son condenados por el capitán del barco a morir fusilados por negarse a comer la carne podrida, para lo cual son cubiertos con una lona blanca. El color blanco evidentemente simboliza la inocencia, que el capitán está dispuesto a matar a un grupo de hombres simplemente porque se niegan a comer comida en indignas condiciones, y el hecho que los cubra con la lona se refiere a la cobardía de no mirarlos a los ojos al momento de ejecutar la sentencia.

En tercer lugar, tenemos la escena del líder de la rebelión que termina muerto colgado de un gancho del barco, con los brazos abiertos. La imagen muestra un hombre colgando en su propia muerte, como si tuviera la suficiente dignidad para no caer al agua y perderse en el fondo del mar y por ende en el olvido. Por el contrario, su cuerpo es rescatado y llevado a Odesa, en donde recibe el respeto del pueblo, convirtiéndose en un mártir para la causa colectiva.

En cuarto lugar, la legendaria escena de la escalera en Odesa, que tantas veces ha sido homenajeada por Francis Ford Coppola, Brian de Palma y Woody Allen, regala dos momentos visualmente brutales. El primero de ellos realmente impactante, en mi opinión, la imagen más fuerte del film, muestra cómo una madre intenta recoger a su hijo que ha caído pisoteado por la turba que escapa de las implacables hordas zaristas y su lluvia de plomo, y una vez que lo ha logrado, decide enfrentar a los asesinos, cargando a su hijo moribundo en los brazos. La mujer enrostra a los soldados el hecho de volcarse hacia su propio pueblo y termina siendo fusilada por éstos, en un ejemplo de simbolismo altamente dramático. Una escena más bien cruda y que no usa el simbolismo para impactar, sino la contundencia de su propia existencia. Poco después, viene la también famosa escena del coche del bebe cuya madre deja caer por las escaleras al ser alcanzada por las balas, y que refleja la exposición de los inocentes a la injusticia social.

Ambas escenas reflejan, además, la dicotomía de movimientos, contrastando el movimiento caótico de la masa escapando de su destino con el movimiento uniforme y rítmico de los soldados bajando las escaleras y el movimiento pausado pero expectante del coche bajando la escalera hacia un destino incierto, la salvación o la condena. En cuestiones técnicas, tal escena dura 6 minutos y Eisenstein utiliza 165 planos para retratarla, destacando además el travelling de la cámara que acompaña la impetuosa e implacable marcha de los soldados.

Y en quinto lugar, aparecerá la escena en la que el Acorazado Potemkin debe enfrentar a la armada rusa, preparándose para lo que de seguro es una muerte instantánea. La escena refleja la determinación y convicción del pueblo ruso por cambiar su presente y destino así como su valentía para luchar por el cambio, y la negativa de la armada de atacar al Potemkin es el reflejo del entendimiento de los otros estratos que deben unirse a la causa por el bienestar general del pueblo y que el enemigo está en realidad en el poder. asimismo, se consolida aquí el concepto de héroe colectivo, lo que sin duda define un film en el que importa más el acto que quienes lo protagonizan, de ahí que el film no tenga estrellas protagónicas.

En consecuencia, el film puede resumirse en una sólida e impactante colección de imágenes y he ahí su mayor mérito. Sin embargo, dado su carácter propagandístico, Eisenstein se tomó varias licencias respecto a los hechos verídicos, como por ejemplo, la mencionada escena de la escalera nunca ocurrió y fue decisión del director hacerla; o el hecho de que el Acorazado Potemkin, tras superar las filas de la Armada Rusa que se niegan a disparar con él, haya terminado en el Puerto de Constanza, en Rumania, que fue entregado a las autoridades rumanas y luego devuelto al gobierno zaristas de entonces.

El film fue estrenado el 21 de diciembre de 1925 en el Teatro Bolshói, con música de Edmund Meisel, y según palabras del propio Eisenstein, la película terminó de ser montada horas antes de su premier. Debido a su evidente carácter subversivo, fue prohibido durante años en gran parte de las potencias mundiales, para recién ser divulgada bastante después del término de la II Guerra Mundial.

En definitiva, una película fundamental en la historia del cine, no sólo por su carácter publicitario, sino también por su alto contenido simbólico y directo, y por el concepto artístico de su director tanto en lo técnico como en lo narrativo.

https://cineramica.blogspot.com/



Me gusta (0) Reportar

bigladiesman

  • 19 Jun 2018

9


Para muchos la película que dio a luz al cine moderno.

Esta crítica va a tener un toque distinto a las otras que he hecho, y es que en esta película la única estrella es Sergei Eisenstein y su tremenda inventiva: los actores son amateurs en su inmensa mayoría (salvo Aleksndr Antonov y un par de directores amigos de Eisenstein). Así que vamos a ir directamente al guion y a lo técnico.

El guion, pues es pura propaganda, como si no lo supiera cualquiera con un mínimo de cultura cinematográfica. Los personajes parecen salidos de un tebeo: los marineros buenos buenazos, los oficiales malos malotes (tengo que confesar que debido a mi ideario político mola ver como arrean a los oficiales y el cura ese, pero por supuesto, el descaro publicitario es tremendo) y el pueblo, pues a recibir palos como siempre, como en las pelis propagandísticas de cualquier ideología.

Todo el mundo conoce la escena de la escalera de Odessa (que no existió: Eisenstein tomó como referencia la terrible represión en distintos puntos de la ciudad ucraniana y después la re-imaginó en un lugar simbólico con impresionante efecto) como el punto culminante de la película, y lo es: una escena magnífica, trágica y ultraviolenta de tremendo montaje y FX que aún hoy pone los pelos de punta.
Pero como todo el mundo habla de ella y ya es un cliché, creo que vale la pena enrollarme en otra cosa: las escenas que deseo destacar son las del motín en el Potemkin. Son una delicia de acción trepidante y montaje rápido que en mi opinión supera a todo lo que se había visto en Hollywood o en los seriales franceses. Y todo eso sin vacilar al espectador: no vemos imposibles y tipos que deberían haber muerto 14 veces. Es una escaramuza dura, espacio por espacio, y de pretensiones realistas. A partir de aquí es, para la época, un espectáculo, con grandes escenas de multitudes, una ambientación muy realista pese a las más que evidentes licencias dramáticas, un toque de épica y un exquisito gusto por el espectáculo.
Como defectillos, durante esas escenas, cuando los marineros van tirando a los oficiales al agua, los especialistas hacen unas cabriolas bastante graciosas que rompen la seriedad del conjunto. Me pregunto si se hizo expresamente para ridiculizarlos más, pero, francamente, no lo creo. También, en el clímax final, pese a construir una sensación de suspense Eisenstein lo flipa demasiado y lo estira como un chicle.

Total: es un anuncio de 70 minutos, pero menudo anuncio: sienta las bases de la moderna dirección de cine con un montaje impecable, siempre controlando el tempo narrativo (solo al final da un ligero bajón), ayudándose de una estética realista, impactante y a ratos incluso épica. Una maravilla.



Me gusta (1) Reportar

fabio2000

  • 3 Jul 2016

8


Cambiar y explorar.

Los años 20 fueron tiempos de cambio para el cine, aparecieron vanguardias en todo el mundo para contradecir lo que el maestro Griffith (¨El nacimiento de una nación¨) ya había institucionalizado, una forma de hacer cine.
Nuevos cineastas jóvenes se atrevían a imponer otras formas, y asi nacen las 4 mas importantes vanguardias cinematográficas del momento, que fueron el Dadaísmo con Man Ray a la cabeza, el Surrealismo con Breton y Buñuel, el fugaz Expresionismo Alemán con los maestros Fritz Lang y Murnau, y la vanguardia Rusa con Vertov, Pudovkin, y Sergei Eisenstein.
El puntapié inicial de la Vanguardia Rusa fue la Revolución Rusa de Octubre de 1917. Lo que venían a hacer estos cineastas era combatir con el cine que hacia Griffith, introduciendo un peso político en el argumento y mostrando historias que reflejaran la realidad del momento, la lucha obrera.
La vanguardia Rusa se hace el movimiento oficial del Estado Soviético, y se pone a trabajar a los estudiantes con el montaje, de ahi que el uso de la técnica del montaje sea la mayor peculiaridad y rasgo reconocible de la vanguardia.
Dentro de la vanguardia nacieron tres cineastas que se destacaron por sobre todos, y fueron Vertov, Einsenstein, y Pudovkin, cineastas que operaban de maneras totalmente distintas entre si, y utilizaban el montaje para expresar distintas cosas.
En lo personal, creo que Eisenstein es el mejor de estos cineastas. Su debut se produjo en 1924 con ¨La huelga¨, y en 1925 con su gran obra maestra, ¨El acorazado Potemkin¨.
Sergei Eisenstein pensó que sacando un plano de su entorno y poniéndolo en un entorno cualquiera podía crear una especie de diegesis dialéctica, y allí reside una de las genialidades del cineasta y de su film.
¨El acorazado Potemkin¨ fue un antes y un después no solo en la propaganda si no a nivel cinematográfico con las históricas imágenes que ha dejado en la retina.
Narra como la tripulación del acorazado Príncipe Potemkin de Táurida se cansan del tratamiento vejatorio e injusto de los oficiales.
El detonante de la situación es la carne podrida que éstos quieren que los marineros se coman. Con este motín comienza el reguero revolucionario por Odesa y toda Rusia.

Eisenstein es un genio por naturaleza, un tipo con un don y una mirada futurista y avanzada para la época. La respuesta esta viendo el ¨El acorazado Potemkin¨, un ejemplar de lo que es un blockbuster actual en el año 20 pero con profundidad y suma inteligencia en cada plano.
Eisenstein trabaja constantemente con los planos intentando enviar un extraordinario mensaje metafórico desde la simple idea de que en el barco le otorguen a los marineros carne podrida de comer.
Luego Eisenstein lo que hace es dividir su película en 5 episodios: Hombres y gusanos, Drama en el golfo Tendra, El muerto clama, La escalera de Odesa, y Encuentro con la escuadra. Todos estos episodios conducen a la revolución paso por paso de la tripulación.
¨El acorazado Potemkin¨ es un gran film no solo por su metáfora si no por las escenas que nos regala, y la aventura en enorme escala que ofrece, sin olvidar su genial final del choque de titanes en el agua.
Nadie puede olvidar tampoco el genial episodio de La escalera de Odesa, una escena apabullante, violenta y totalmente cruda, sin tapujos, hasta hoy en día resulta chocante ver gente aplastada y pisada, o un bebé cayendo, y eso es por que el cine nos ha mal acostumbrado a todo eso.
Eisenstein tuvo la inteligencia para darse cuenta también que si inclinaba la cámara hacía arriba podía generar el ángulo contrapicado que le da un sabor algo mas imponente y abismal al barco. Con ese simple recurso, Eisenstein logro algo distinto que además le dio a ¨El acorazo Potemkin¨ otra clase de potencia.
No hay mucho mas para analizar. Hay que verla si o si. Gran obra de la vanguardia Rusa y del genial Eisenstein.



Me gusta (0) Reportar

[email protected]

  • 29 Aug 2015

10


Excelente película. No suelo mirar este tipo de cine, no por el género si no por la época pero esta película la tuve que ver por mis estudios y sinceramente me ha gustado mucho. No parece que fuera de 1925 salvo por el hecho de que es muda, pero si no fuera muda parecería mas moderna. Está excelentemente realizada en todo sentido: fotografía, actuaciones, dirección, música, efectos, etc y es una joyita por el hecho de que es una película propagandística, mejor dicho en su momento fue una película propagandística. Este film demuestra como se podía usar el cine como arma ya que esta película incita a la revolución y a la rebeldía. No se hace densa en lo absoluto y para ser una película que tiene 90 años es difícil que sea asi de llevadera. Sin duda una joyita, una obra maestra del cine, una película que a pesar de los años seguramente se va a seguir viendo por mucho tiempo mas ya que sirve para aprender mucho, sobre todo para los estudiantes de cine como yo. Sirve para aprender como podía ser usado el cine para instalar una idea en la sociedad. Excelente.



Me gusta (0) Reportar

Críticas: 7


Escribir crítica

Tendencia de puntuaciones

0
3%
1
0%
2
0%
3
0%
4
6%
5
3%
6
6%
7
13%
8
30%
9
23%
10
13%